Presidente Piñera promulga la Subsecretaría de la Niñez

12 ABR. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, promulga la Ley que crea la Subsecretaría de la Niñez. A la ceremonia asistirán los ministros del Interior y Seguridad Pública, de la Secretaría General de Gobierno, Desarrollo Social y Salud, además de la Directora del Sename, subsecretarios, senadores, diputados e invitados de la sociedad civil.

Amigas y amigos:
 
La verdad es que hoy es un día muy especial. 
 
La frase “Los Niños Primero” -que hemos escuchado y hemos leído tantas veces- está no solamente en nuestros carteles, en nuestros globos, está profundamente, e indeleblemente, grabada en nuestros corazones.
 
Es mucho más que un eslogan, es un verdadero compromiso, y refleja nuestra firme e inquebrantable voluntad de dar prioridad a la calidad de vida, al bienestar de todos los niños de nuestro país, y en forma muy especial a aquellos que han sido los más vulnerables o los más vulnerados, y tal vez con una sensibilidad muy, muy, muy especial a aquellos que, habiendo el Estado asumido la responsabilidad de cuidarlos y protegerlos, falló en esa responsabilidad y -en cierta forma- les ha arrebatado lo más preciado: su niñez, su inocencia, su infancia, su bienestar e incluso su vida.
 
Por eso, no es casualidad que la primera medida, la primera acción que tomamos el día 11 de marzo -el mismo día en que asumimos la responsabilidad de liderar nuestra nación- fue concurrir a un Centro del SENAME, a una organización colaboradora, en la comuna de La Pintana, como una forma de expresar, con símbolos -que son muy importantes en la vida- ese compromiso de alma y de corazón que inspira a nuestro Gobierno.
 
Luego, junto con Susana Tonda -como directora del SENAME- dispusimos algo que habíamos anticipado durante la campaña: una inmediata y urgente auditoría para poder llegar a cada uno de los niños que están en los hogares del SENAME y poder evaluar, con los ojos y con el corazón, el estado en que se encuentran, su estado de bienestar, de salud, el trato que están recibiendo, para poder tener una información oportuna y veraz, y no seguir siendo sorprendidos por las tragedias y los dramas que han cruzado a tantos niños en los hogares del SENAME.
 
Hace 10 días nos tocó celebrar la primera reunión de la mesa de trabajo por un Acuerdo Nacional por la Infancia, mesa que está integrada -en forma amplia- por parlamentarios de Gobierno, parlamentarios de Oposición y, sobre todo, los actores de la sociedad civil. Y me alegro mucho que una de las primeras iniciativas que tomó esa mesa fue escuchar a los propios niños, porque no hay testimonio más elocuente y más eficaz que escuchar y mirar directamente los rostros de los niños que han sido vulnerados o que están siendo vulnerados.
 
En 50 días más -y ése es un plazo que vamos a cumplir- el grupo de trabajo va a entregar sus primeras conclusiones. En el intertanto, hemos querido seguir avanzando, naturalmente, por ejemplo, con ese catastro o evaluación, y seguir avanzando para preparar la acción del Gobierno, de forma tal de poder actuar no solamente con decisión, sino que también con ese sentido de urgencia que es tan necesario.
 
Por eso, un día después de la primera reunión de la mesa de trabajo, presentamos un proyecto de ley que va a permitir incrementar la subvención que reciben los hogares colaboradores del SENAME, en un 25% en forma inmediata.  
 
Pero quiero decir que no es solamente un aumento de subvención, el aumento de subvención va a ir asociado a un aumento de los estándares de calidad de la atención de los niños, para que esos hogares puedan hacer un mejor y mayor trabajo con la familia de esos niños, puedan preocuparse mejor de la salud física y mental de los niños que acoge, y también puedan mejorar la preparación y la capacitación del personal que atiende a esos niños.
 
Hoy estamos promulgando esta ley que crea la nueva Subsecretaría de la Niñez, que es parte del Ministerio de Desarrollo Social. La nueva Subsecretaría de la Niñez se va a transformar en la Subsecretaría de la Familia y la Niñez, al igual que el Ministerio del Desarrollo Social se va a transformar en el Ministerio de la Familia y Desarrollo Social.
 
Yo estoy muy consciente que aquí estamos trabajando sobre lo que construyó el Gobierno anterior, y eso no significa ningún problema al reconocerlo, todo lo contrario: los países avanzan cuando cada Gobierno va construyendo sobre lo que realizó el Gobierno anterior. Cuando los países piensan que cada Gobierno parte de cero y que la historia comienza con cada Gobierno, simplemente no avanzan, sino que retroceden.
 
Por eso yo quiero decir que valoramos y apreciamos los esfuerzos que se hicieron durante el Gobierno anterior en materia de la niñez, pero con la misma fuerza -y yo estoy seguro que todas las personas concuerdan conmigo- no estamos contentos con el estado, con la situación, con la capacidad que ha demostrado el Estado de Chile para cuidar, proteger, acoger y dar un futuro de oportunidades, de esperanza y de felicidad a nuestros niños más vulnerables.
 
Por esa razón, la nueva Subsecretaría de la Niñez va a tener por principal misión trabajar incansablemente en la promoción y protección integral, no solamente de los derechos de los niños en el papel, sino que de los derechos de los niños en la realidad. Porque, a veces, los papeles resisten cualquier cosa y se produce un divorcio entre las intenciones y las realidades.
 
Y nosotros queremos poner énfasis no solamente en las intenciones, que por supuesto las tenemos, sino que también en las realidades, que es lo que va a cambiar la calidad de vida de nuestros niños.
 
La nueva Subsecretaría de la Niñez tendrá como responsabilidad también participar en la definición de una nueva Política para la Niñez, en el Plan de Acción que ello significa y, sobre todo, en actuar en el campo de la prevención. Prevenir para que nuestros niños no sigan siendo vulnerados, abusados y maltratados, como desgraciadamente ha ocurrido en nuestro país.
 
La tarea fundamental, diría yo, de la nueva Subsecretaría de la Niñez -futura Subsecretaría de la Familia y la Niñez- es evitar que los niños de nuestro país tengan que llegar a los hogares del SENAME, porque el lugar natural para un niño es su familia. Y ésa es una tarea fundamental.
 
Una de las formas de medir el éxito de nuestra intención es cuántos niños, porque no fuimos capaces de detectar a tiempo los problemas y, por tanto, han tenido que dejar a sus familias e ingresar a los hogares del SENAME. En eso, está el corazón de la prevención.
 
Hay un reciente libro, escrito por la periodista Rosario Moreno, denominado “Huellas Imborrables”, que cuando uno lo lee no reemplaza nunca el ver los rostros de los niños, pero se acerca mucho porque refleja en forma conmovedora el testimonio de muchos niños, que nos permite entender mejor la importancia de esta gran misión que tenemos por delante.
 
Una de las niñas, María, de 16 años, dice “Le pido al Estado que haga las cosas bien, que hable con nosotros, deben fortalecer la familia. A una la mandan al SENAME porque está mal con la mamá, pero ‘¿por qué está mal con la mamá?’ Deben preguntarse más allá de la situación del niño, qué está pasando con la familia”.
 
Yo le quiero decir a María, y a todos los niños y jóvenes que están en el SENAME, -y aquellos que están en riesgo de terminar en el SENAME- que los hemos escuchado con mucha atención y que los vamos a seguir escuchando y que estamos plenamente conscientes que la familia tiene un rol fundamental e insustituible; y que estamos y vamos a seguir trabajando incansablemente para que todos esos niños puedan recuperar algo que les pertenece: su niñez, su alegría de vivir, su inocencia, su ternura, su capacidad de alegrar nuestras vidas. Y eso se logra en plenitud cuando se pueden reintegrar a sus familias y si no a una familia.
 
Por eso, la prevención es el propósito central del nuevo sistema, y estamos diseñando un sistema de alerta temprana, que se llama “Alerta Infancia”, con el fin de poder anticiparnos apenas se produzcan los primeros síntomas, como por ejemplo la deserción escolar de un niño, el primer contacto con la droga, la primera participación en un delito, poder llegar inmediatamente a comprender qué le pasa a ese niño, qué le pasa a su familia y cómo podemos quebrar lo que muchas veces parece crónica de una vida y una amargura anunciada. Porque si no logramos intervenir a tiempo, sabemos cuál va a ser el futuro de ese niño y cuál va a ser el futuro de esa familia.
 
Por eso, tenemos que ser capaces de anticiparnos, de identificar en forma temprana y hacernos cargo con eficacia cuando todavía tenemos la capacidad de cambiar el curso de la historia y no llegar tarde como, por ejemplo, se llegó con el niño “Cisarro”, cuando ya la trayectoria durante la cual fue invisible para la sociedad había ya transformado a muchos niños, en situaciones que son muchas veces irreversibles.
 
Como ustedes comprenden muy bien -y quiero recordárselos al ministro Moreno, a la subsecretaria Carol Bown, a la directora del SENAME, Susana Tonda- tienen ante sí un desafío muy hermoso, pero extraordinariamente difícil y exigente.
 
La mejor prueba de que es hermoso es ver los rostros de quienes estamos reunidos aquí y mejor aun ir a un hogar del SENAME y ver esos rostros de esperanza, de ilusión: a pesar de todo, nadie les ha quebrado su esperanza de una vida mejor, y se refleja en los testimonios del libro que acabo de mencionar.
 
Pero también es una tarea muy difícil y muy exigente, y la mejor prueba de esto es que, a pesar de las buenas intenciones que se han -sin duda- aplicado durante mucho tiempo, nadie está contento con la forma en que estamos tratando a nuestros niños más vulnerables y más vulnerados, y no solamente queremos lamentarnos, queremos cambiar el curso de la historia.
 
Por esa razón, Gabriela Mistral, una mujer extraordinariamente sensible y tierna, les cantó a los niños durante toda su vida, y yo creo que cuando lee a Gabriela Mistral casi puede imaginar las experiencias que ella tuvo con los niños, ella era profesora normalista y escribió muchos poemas.  
 
Y, a riesgo de equivocarme, quiero recordar uno que a mí me fascinó siempre cuando era niño, que se llamaba “Piececitos de Niño” y decía:
 
Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!

 
Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes!

 
Yo creo que ésa es una muy buena inspiración porque lo que sintió y vio Gabriela Mistral hace muchas décadas, es una realidad que no ha cambiado demasiado.
 
Y por eso quiero plantear que, inspirado por estos versos y poniendo toda la voluntad, el corazón y el compromiso, vamos a hacer un intento de verdad y profundo por cambiar esa historia y por lograr que no solamente el Estado y el Gobierno se comprometa, sino que también la sociedad civil. Aquí sí requerimos una alianza estratégica, un vínculo estrecho para poder unir fuerzas detrás de esta noble, hermosa y difícil tarea.
 
Por esa razón, el objetivo final es muy simple: es devolverles a esos niños lo que nuestra sociedad les ha arrebatado, devolverles esa prioridad que siempre debieron tener, que nunca debieron haber perdido y que haremos todos los esfuerzos por recuperar y ponerlos primeros no solamente en la fila, primeros en la voluntad y en el corazón del Gobierno y de toda nuestra sociedad.
 
Quiero decirle al ministro, a la subsecretaria, a la directora del SENAME y a todos los presentes, que del minuto que firmamos el proyecto de ley, empezó a correr a este cronómetro. Y este cronómetro va a estar en su oficina, Carol Bown. Y espero, usted ministro, que cada vez que vaya a la oficina, lo mire y lo observe, igual que usted, Susana Tonda, porque aquí están corriendo los segundos, y cada segundo que corre es un segundo menos que tenemos para cumplir nuestro compromiso con nuestros niños.
 
Así que nunca se olviden que aquí no solamente se requiere voluntad, se requiere un sentido de urgencia. Y este cronómetro no les va a permitir olvidar ese sentido de urgencia.
 
Muchas gracias.