Presidente Piñera visita Protectora de la Infancia

3 ABR. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto a ministros, subsecretarios, parlamentarios, la directora del Sename y miembros del grupo de trabajo sectorial, visita la Fundación Protectora de la Infancia y firma el proyecto de ley que aumenta la subvención de niños atendidos por organismos colaboradores del Sename.

Muy buenos días:
 
La verdad es que es muy doloroso conocer el drama que han vivido miles y miles de niños en nuestro país que, siendo vulnerables y habiendo sido puestos en manos del Estado y sus organismos colaboradores para ser queridos y protegidos, fueron abusados y vulnerados.
 
Ésa es una situación que no debe dejar indiferente a nadie, pero también debe movernos a la acción a todos.
 
Pero es extraordinariamente gratificante y emocionante ver lo que el amor, el cariño, la preocupación pueden hacer por nuestros niños. En estos minutos en que hemos podido recorrer, las sonrisas esperanzadoras, esas caritas alegres nos han llenado a todos de una fuerza y de una voluntad para seguir adelante, que vale más que un millón de argumentos o un millón de palabras. 
 
Cómo me habría gustado que todos los diputados y senadores hubieran podido compartir con nosotros esta mañana esas sonrisas, esas caras llenas de esperanza, esas caritas que nos pedían una oportunidad de poder ser niños como todos los demás niños, poder disfrutar su niñez, su inocencia, su alegría de vivir.
 
Pero a pesar que sabemos que la misión que nos hemos impuesto no va a ser fácil, que es poner a los niños primeros en la fila, visitas como éstas, señora Alicia, nos llenan el corazón de alegría y el alma de voluntad de seguir adelante.
 
Acabamos de firmar un proyecto de ley; algunos dirán “es sólo un proyecto de ley”.  Es mucho más que eso: este proyecto de ley nos va a permitir incrementar la subvención que reciben los organismos colaboradores, como la Sociedad Protectora de la Infancia, que lleva 124 años. No todos, pero muchos de ellos bajo su liderazgo ininterrumpido, pero más allá de lo ininterrumpido, lo que realmente impresiona es su vocación, su motivación: usted no ha perdido una gota del entusiasmo y del compromiso que puso cuando llegó a trabajar a esta Sociedad Protectora de la Infancia.
 
Porque la verdad es que tenemos una deuda con nuestros niños. Algún día estos niños, los mismos que vimos hoy día, nos van a preguntar: qué hicimos por ellos cuando supimos que muchos de ellos no estaban siendo bien tratados, que muchos de ellos estaban siendo abusados y vulnerados, y que tuvimos la oportunidad de hacer un cambio, un cambio para un nuevo trato con nuestros niños.
 
Y a eso apunta una de las prioridades más importantes de nuestro Gobierno: crear una cultura que permita un nuevo y mejor trato con nuestros niños. Si un país, una sociedad no se sensibiliza, no se emociona y no se moviliza detrás de una causa, como es tratar bien, con cariño, con dignidad a nuestros niños, esa sociedad está muy enferma.
 
Yo sé que ha habido algunas divisiones frente a esta iniciativa de un Acuerdo Nacional por la Infancia. La verdad es que es difícil comprenderlas. ¿Quién puede anteponer intereses políticos, intereses partidistas, a lo que es la gran misión, ética y moral, de darle a nuestros niños la niñez y la infancia que se merecen?
 
Por esa razón, el aumento en la subvención no es solamente mayores recursos, señora Alicia, usted lo sabe: es también un compromiso adicional de los organismos colaboradores del Estado en el cuidado de nuestros niños.
 
Más de 7 mil niños están al cuidado de estos organismos colaboradores, y si bien lo que hemos visto hoy día nos llena de alegría, yo he visitado también muchos otros centros, y no todos son como este Centro de la Sociedad Protectora de la Infancia, en muchos de ellos hay grandes carencias.  Por eso, junto con los mayores recursos, vamos a pedir mejores estándares, que haya un mejor trato, más dignidad por nuestros niños, que tengan una mejor atención de salud, tanto física como mental, que se haga un mayor esfuerzo por reintegrarlos a sus familias, y también que se haga un mayor esfuerzo por darles a los niños lo que más requieren en esa etapa de sus vidas: amor, cariño, felicidad, esperanza. Y eso no se da sólo con recursos.
 
Por eso, más allá de los recursos, lo que yo he visto también en todos los que colaboran en esta Sociedad Protectora de la Infancia, es una mirada que refleja el rostro de sus niños, la misma sonrisa, la misma esperanza, la misma alegría. Porque la sonrisa trae sonrisas, la esperanza nutre en nuevas esperanzas, y el cariño se multiplica.
 
Por eso, para este Presidente, poder firmar hoy día, junto al ministro de Desarrollo Social, junto al ministro de Justicia, que tendrán una responsabilidad muy especial en liderar y superar mil obstáculos, porque les quiero anticipar, van a haber muchos obstáculos, pero ningún obstáculo va a ser más fuerte que nuestra voluntad de devolverles a los niños la alegría de vivir y de reintegrarlos a sus familias.
 
Por eso el Programa de un Nuevo Trato para los Niños contempla muchas cosas, no solamente fortalecer a los hogares donde residen muchos niños, sino que tratar de reintegrarlos, lo antes posible, a sus familias: a sus familias originales, a sus familias extendidas; si eso no es posible, a sus familias de acogida; y si eso no es posible, buscar la mejor familia adoptiva para cada uno de nuestros niños.
 
Pero el programa va más allá de eso, también contempla otras medidas, como la transformación o reemplazo del SENAME, que lamentablemente fracasó con nuestros niños, por dos nuevos organismos públicos y modernos: uno a cargo de los niños vulnerados o vulnerables, y otro a cargo de los niños o jóvenes infractores de la ley.
 
Además de eso, vamos a avanzar hacia el derecho a la sala cuna universal para todos los niños hijos de trabajadoras o trabajadores chilenos; también, el establecer que la educación parvularia sea de calidad, gratuita y universal para todos nuestros niños. Ya extendimos el kínder como un derecho de todos los niños y una obligación del Estado. Vamos a avanzar también al prekinder, porque sabemos que es en la edad temprana cuando realmente podemos hacer algo muy importante, que es nivelar la cancha y crear igualdad de oportunidades, para que la calidad de la cuna no sea el mejor predictor de la calidad de la tumba, sino que sea el mérito, el talento, el compromiso y el esfuerzo.
 
También, vamos a avanzar en mejorar la calidad de la educación preescolar porque si no hay calidad, todo lo demás será en vano.
 
Y, por supuesto, queremos buscar una mejor Ley de Adopción. Me decía usted, señora Alicia, que los niños llegan, lo primero que usted hace es tratar de reintegrarlos a su familia de origen; si eso no es posible, a la familia extendida; si eso no es posible, buscar una familia de acogida; y si eso no es posible o si la familia propia no se encuentra, iniciar el proceso de adopción.
 
Porque no nos perdamos: éste es un centro maravilloso, pero nada, nada, reemplaza el valor de la familia para nuestros niños. Ése es el lugar natural en que nuestros niños deben estar. Y usted me decía, señora Alicia, que ese proceso toma años, años, en que un niño espera.
 
Hoy día, muchos niños y niñas me decían “queremos vivir en familia, búsquennos una familia”, “queremos tener un papá y una mamá”. Eso es lo natural y, por lo tanto, vamos a modificar la Ley de Adopción para que sea una ley mucho más ágil y que ponga a los niños y el interés superior de los niños en el primer lugar del objetivo de esa ley.
 
Por eso la firma de este proyecto de ley, que yo espero cuente con una aprobación rápida y mayoritaria: no puedo imaginar que un parlamentario se niegue a colaborar para mejorar la calidad de vida de nuestros niños y especialmente los más vulnerables y los más vulnerados. No lo puedo imaginar y, por tanto, tengo plena confianza en que este proyecto -igual como muchas otras medidas que tomaremos- va a contar con un apoyo mayoritario, entusiasta y oportuno del Congreso.
 
Y quiero aclarar: esta iniciativa de un nuevo trato con nuestros niños va a significar proyectos de ley que, por supuesto, van a ser discutidos en el Congreso, pero eso no obsta a que podamos mejorar el proceso prelegislativo buscando aportes, contribuciones. Eso no desmerece al Congreso: todo lo contrario, eso refleja respeto por el Congreso de llevar buenos proyectos de ley para que incluso puedan ser mejorados y empoderados en el Congreso, pero también la iniciativa de mejorar la calidad de vida de nuestros niños va a requerir medidas administrativas, que las va a tener que implementar el Gobierno. Y en esto vamos a escuchar a todos, pero no vamos a perder un minuto.
 
Y, por tanto, sentimos la necesidad de un Acuerdo Nacional pero también sentimos el compromiso de la urgencia que nuestros niños necesitan y merecen.
 
Espero que todos recapacitemos y que pongamos a los niños no solamente “primeros en la fila” en las palabras, sino que “primeros en la fila” de nuestros corazones.
 
Muchas gracias.