Presidente Piñera se refiere a alegatos finales de Chile en el juicio ante la Corte La Haya por demanda boliviana

28 MAR. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, habla a la prensa tras los alegatos finales de Chile en el juicio ante la Corte Internacional de La Haya.

Muy buenos días:
 
Han terminado los alegatos orales ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, y quiero, en primer lugar, valorar, apreciar y felicitar a la delegación chilena, al Canciller, a los agentes y a los abogados, por la claridad y la firmeza de la defensa de la posición chilena, que se ha basado en los hechos y la verdad histórica, en el derecho internacional y en el Tratado de 1904.
 
Quiero también recordar que Chile ganó la Guerra del Pacífico en buena lid, gracias al sacrificio, el coraje y el heroísmo de los soldados y el pueblo chileno. Esa guerra no fue provocada por Chile, como permanentemente pretende hacer creer Bolivia, sino que, por la violación, por parte del gobierno boliviano, del Tratado de Límites que se había celebrado el año 1874.
 
Esa gesta histórica sin duda nos llena de orgullo y no permitiremos que Bolivia intente distorsionar la historia.
 
Pero sin perjuicio de lo anterior, Chile es, ha sido y va a seguir siendo un país amante de la paz y de la buena vecindad. Y, por eso, el año 1904 Chile y Bolivia firmaron un Tratado de Paz y Amistad que fijó, en forma clara y a perpetuidad, los límites entre ambas naciones. 
 
Ese Tratado fijó también los derechos y obligaciones de ambos países y le otorgó a Bolivia un acceso amplio y a perpetuidad al Océano Pacífico, a través de los puertos chilenos.
 
El Tratado de 1904 fue válidamente celebrado, se encuentra plenamente vigente y debe ser estrictamente cumplido por los países que lo firmaron: Chile y Bolivia. Y, en consecuencia, no existen temas limítrofes pendientes entre ambos Estados.
 
Y en este juicio ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya no está en juego ni el territorio, ni el mar, ni la integridad física, ni la soberanía de nuestro país.  Esto fue claramente ratificado por la propia Corte Internacional de Justicia de La Haya, en su fallo de septiembre del año 2015, a propósito de la objeción preliminar presentada por Chile.
 
Estamos ante una Corte de derecho, que debe fallar en derecho. Y por eso Chile ha realizado un riguroso y exhaustivo examen de los hechos y del derecho, demostrando, con meridiana claridad, que la demanda boliviana se basa sólo en argumentos aspiracionales de ese país y, a partir de ellos, intenta construir una supuesta obligación de negociación por parte de Chile, que no existe, ni tiene sustento jurídico alguno.
 
Bolivia debe aprender a no confundir aspiraciones con derechos, y mucho menos pretender que sus aspiraciones generen obligaciones para nuestro país.
 
A lo largo de estos alegatos, Bolivia no logró probar ninguno de los tres puntos que necesitaba probar en forma acumulativa, para validar su pretensión: Bolivia no probó que Chile contrajo una obligación vinculante de negociar, Bolivia no probó que Chile violó esa obligación, y tampoco demostró que esa supuesta obligación siga existiendo hoy día.
 
Chile ha sido un buen vecino, abierto y cooperador con todos sus vecinos y también con Bolivia.
 
En el caso de Bolivia, Chile ha ido mucho más allá de las obligaciones que establece el Tratado de 1904. Sólo recordar que Chile ha otorgado voluntariamente a Bolivia importantes beneficios tributarios, aduaneros y de gratuidad en el almacenaje del comercio internacional boliviano en los puertos de Arica y Antofagasta, y otros puertos que Bolivia pueda designar en el futuro.
 
De hecho, no existe en el mundo un trato más preferencial a un país mediterráneo que el que Chile otorga a Bolivia, muy superior a lo que establecen los tratados internacionales sobre países mediterráneos, y más favorable que el que Chile otorga a sus propios ciudadanos.
 
Ello explica, por ejemplo, que, el año 2017, el 80% de la carga del Terminal Portuario de Arica fue de mercancías cuyo origen o destino era Bolivia. Igual de revelador es que, en ese año, la inmensa mayoría del comercio boliviano, que no sea con países limítrofes, salió a través de los puertos chilenos.
 
Igualmente, en el Tratado de Libre Comercio o Acuerdo de Colaboración Económica que Chile tiene con Bolivia, Chile otorgó a Bolivia preferencias arancelarias mucho más favorables que las que Bolivia otorgó a Chile.
 
Quiero ratificar, una vez más, nuestra permanente voluntad de diálogo y de búsqueda de soluciones a los problemas y de colaboración con Bolivia, en beneficio del mayor desarrollo de ambos países y de una mejor calidad de vida de nuestros pueblos, pero siempre dentro del marco del cumplimiento del Tratado de 1904.
 
En síntesis, basado en los hechos históricos, el derecho internacional y el Tratado de 1904, no existen temas limítrofes pendientes entre Chile y Bolivia. Ellos quedaron clara y definitivamente definidos hace ya casi 114 años, cuando se firmó el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Y la Corte Internacional de Justicia no puede reabrirlos.
 
Chile está unido en esta causa porque es una causa justa: tenemos la historia, la razón y el derecho de nuestra parte, y les puedo asegurar a todos mis compatriotas que este Presidente -al igual como lo han hecho mis antecesores, y con el apoyo y la unidad de todos los chilenos- defenderá con firmeza y convicción nuestro territorio, nuestro mar, nuestra integridad territorial y nuestra soberanía; y también cumplirá y hará cumplir el Tratado de 1904.
 
¡Qué Dios bendiga a Chile y a los chilenos!
 
Muchas gracias.