S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, recibe el informe final de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento

6 MAY. 2025
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, recibe el informe final de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento junto a las ministras y ministros del Interior, Álvaro Elizalde; Hacienda, Mario Marcel; Secretaria General de la Presidencia, Macarena Lobos; Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro; y Agricultura, Esteban Valenzuela.

Muy buenos días a todas y todos los presentes:
 
Recibo este documento con mucha esperanza sobre los resultados de la Comisión Presidencial por la Paz y el Entendimiento. Con mucho orgullo y agradecimiento por el trabajo realizado porque, como bien dijeron los copresidentes, ustedes comisionados, de manera voluntaria, ad honorem, durante 2 años, trabajaron por la paz, trabajaron por el entendimiento con seriedad, con responsabilidad escuchando, poniendo el diálogo por delante.
 
El país, más allá de las contingencias y de la reyerta propia de la política, no me cabe ninguna duda sabrá aquilatar y agradecer este histórico aporte. Quiero agradecer profundamente el trabajo de todos los comisionados.
 
De quienes copresidieron esta instancia. Me recuerdo cuando nos reunimos con esta ambiciosa idea hace más de 2 años en mi oficina, al senador Francisco Huenchumilla Jaramillo y el exministro de Estado Alfredo Moreno Charme. Y, por cierto, a los comisionados y comisionadas que durante este tiempo actuaron con una tremenda responsabilidad en sus hombros: Carmen Gloria Aravena, Emilia Nuyado Ancapichún, Sebastián Naveillán, Adolfo Millabur, Gloria Callupe y Nicolás Figari.
 
Felicito también a quienes trabajaron y pusieron el hombro a esta instancia desde las distintas tareas y funciones. Al exsecretario ejecutivo de la Comisión, Víctor Ramos, hoy subsecretario del Interior, por la ardua tarea de tejer acuerdos y de conversar. Y actualmente a Fabián Salas, quien va a seguir cumpliendo una importante labor en la concreción, como decía el senador Huenchumilla, de estos acuerdos que hoy día ya no son responsabilidad de la comisión, sino del Estado de Chile.
 
En junio del 2023 ustedes recibieron una tarea tremendamente compleja que requería un tratamiento cuidadoso y prudente. Construir las bases para una solución de largo plazo al conflicto entre el Estado de Chile con el pueblo mapuche y proponer un camino para la paz.
 
A través de este proceso ustedes han demostrado algo que es muy importante, que este no era un problema inconmensurable o inabordable más allá del tiempo y los dolores que ha generado, sino que es posible dimensionarlo y con ello abrir una nueva etapa de resolución con cuyos parámetros se juzgue justamente el avance del mismo.
 
También se le encargó a esta comisión un pronunciamiento y medidas de reconocimiento, justicia y reparación para todas las víctimas que ha dejado este conflicto. En el abordaje de este desafío no tienen cabida ni la violencia ni el terrorismo. Lo condenamos de manera clara y contundente porque las y los habitantes del territorio que ha estado en conflicto durante tanto tiempo tienen derecho a vivir y a trabajar en paz. Mapuches y no mapuches.
 
Esta comisión también tuvo la tarea de propiciar un amplio proceso de diálogo entre todos los actores de la zona y, también, más allá de ella. Con el pueblo mapuche, con sus representantes, con sus comunidades, con los gobiernos comunales y regionales, con los gremios empresariales, con los agricultores, con la sociedad civil con las víctimas de la violencia. Recoger la voz de las universidades, de las iglesias, de los partidos políticos y de los parlamentarios. Acoger las demandas de conocimiento y de reparación.
 
Durante casi 2 años de trabajo, como bien decía el excomisionado Alfredo Moreno, la comisión logró conversar y consultar a más de 5 mil ciudadanos, 150 audiencias, 11 diálogos interculturales abiertos en las 12 provincias de las 4 regiones.
 
58 encuentros autoconvocados en 31 comunas y más de 170 otros encuentros territoriales dan cuenta del trabajo realizado.
 
Asimismo, se contó con la consulta y asesoría de los organismos internacionales especializados.
 
Procesar estas reuniones, así como la información y las demandas que allí se presentaron, ponderarlas, ajeno a las pasiones del día a día y extraer de este ejercicio ciudadano lo fundamental para forjar un camino a la paz ha sido un notable logro en el informe que hoy recibimos.
 
La transversalidad del trabajo realizado lo convierte en un ejercicio democrático ejemplar pues encarna una ética de lo público, de dejar de lado las sospechas, las recriminaciones, las desconfianzas y disponerse con voluntad real a construir un país, ahí donde antes hubo principalmente recelo y dolor.
 
Y esta, por sí misma, es una buena noticia para Chile.
 
Este acuerdo que tengo en mis manos lo estudiaré con detención. Me lo llevaré al viaje que emprendo esta semana al sudeste asiático para poder estudiarlo en las largas horas de avión y en las próximas semanas dar cuenta al país del cómo proceder.
 
Porque aquí no hay una mera declaración de buenas intenciones ni un diagnóstico que ya conocemos. Hay propuestas de solución y, como bien decían quienes me antecedieron en la palabra, hoy día se nos traspasa una responsabilidad a quienes conducimos el Estado, más allá de los tiempos electorales.
 
Lo responsable hoy es, por lo tanto, estudiar el trabajo de la comisión y sus recomendaciones, entender y valorar el esfuerzo que hay detrás de este acuerdo y la invitación abierta que nos hace a todos quienes conformamos Chile, porque la democracia y la paz son siempre el camino.
 
Muchísimas gracias.