S.E. El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la entrega de la Contribución Determinada a Nivel Nacional y de la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa

4 SEPT. 2025
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S.E. El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la entrega de la Contribución Determinada a Nivel Nacional y de la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa junto a la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas; el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren; el ministro del Trabajo y Previsión Social, Giorgio Boccardo; el ministro de Energía, Diego Pardow; y el subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño. 

Muy buenas tardes a todas y todos los presentes.
 
Primero, les cuento que estuvimos discutiendo harto cuándo y cómo hacer este hito, porque sé que se ha trabajado mucho y que para nosotros era muy importante por motivos que voy a explicar.
 
Quisimos hacerlo desde La Moneda para poder compartir con el país –están acá los medios de comunicación– cuáles son los avances que hemos tenido en los compromisos climáticos y de justicia ambiental que hemos tomado como país, no sólo como Gobierno, como sociedad; y cuáles son las nuevas metas que nos ponemos.
 
Muchas veces, estas no son las noticias que pueden aparecer en los titulares, pero sí son profundamente importantes.
 
Hoy día en la mañana entregué, en conjunto con la ministra de Obras Públicas, el Plan Estratégico de largo plazo de Construcción de Obras Públicas de Chile pensando en el 2055. De aquí al 2055.
 
Hoy día me están entregando, pero se lo estamos entregando al mundo, la actualización del 2025 hasta el 2030 de los NDC y la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa al 2035.
 
Es importante pensar en el largo plazo. Muchas veces y en particular en los años que son electorales –a nosotros nos han tocado casi todos los años electorales–, cuesta salirse de la coyuntura. Pero el Chile firme se construye con decisiones que van más allá de la lógica de los tiempos de un gobierno, se construye con políticas de Estado. Y esta es justamente una política de Estado. 
 
Hoy día en la mañana, en la entrega justamente de esto, saludaba que hubiese exministros del expresidente Lagos o del expresidente Piñera presentes. Ahora me alegra ver a senadores de oficialismo y oposición presentes, y diputados. Porque estas son cuestiones que, si no tenemos un consenso en la política, pero también en la sociedad, finalmente nos estamos haciendo trampa en el solitario.
 
Por eso valoro mucho las palabras de Alejandro, dirigente sindical por parte del Consejo para la Recuperación Ambiental y Social de Quintero. Me consta cuánto peleó además Max y Maisa, el subsecretario y la ministra por el presupuesto para los CRAS. Eso ha sido una lucha firme. Y le acepto su invitación a Quintero, con Maisa vamos a ir. Tenemos que ahí ver cuándo, no es difícil coordinar la fecha, pero nos quedan no sé si 6 o 7 meses de Gobierno, me encantaría ir allá con los “viejos”. Conozco harta gente de Quintero, así que me encantaría poder ir a ver cómo están trabajando en esto.
 
Porque lo que dice Alejandro es muy importante. Muchas veces se ve a los trabajadores como adversarios y no tienen por qué ser adversarios de políticas como estas. Si ellos son los principales fiscalizadores, son los que saben cómo funcionan las cosas. Si este tipo de políticas públicas no las hacemos con los trabajadores, no las vamos a poder implementar nomás. Y van a terminar siendo declaraciones de buenas intenciones que se van a dormir en algún escritorio, algún cajón.
 
Muchísimas gracias, Maisa Rojas, nuestra ministra, porque esto es un trabajo muy intenso y poner de acuerdo a mucha gente. Una de las cosas que me dice la ministra de la que está orgullosa es que el Ministerio de Medio Ambiente ha sido difícil su instalación. Es un ministerio relativamente nuevo. Ayer justo compartí con Ana Lya Uriarte, que fue la primera ministra de Medio Ambiente.
 
Durante mucho tiempo otros ministerios dentro del mismo Gobierno, independiente del color político, veían al Ministerio del Medio Ambiente como una suerte de carabinero fiscalizador. Había una reticencia a trabajar con el Ministerio del Medio Ambiente. Yo creo que eso ha ido cambiando y que hoy día el Ministerio del Medio Ambiente se ha incorporado a diferentes trabajos intersectoriales, por ejemplo, a propósito del litio, con la Política Nacional del Litio o del Hidrógeno Verde, políticas industriales de largo plazo, pero con contenido socioambiental, gracias a la pega que han hecho.
 
Muchas gracias también a Georgiana Braga-Orillard del PNUD por acompañarnos en este camino. Muchas gracias porque, bueno, lo del PNUD es muy significativo y siempre muy valorado en Chile.
 
Hoy estamos renovando este compromiso nacional e internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el cambio climático en el marco del Acuerdo de París. Y con un compromiso mayor que el que habíamos hecho antes lo vamos a presentar al mundo en la COP de Belém do Pará, a fines de este año.
 
Quiero destacar algo que a veces pasa desapercibido, pero los NDC son las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional para alcanzar las metas del Acuerdo de París. Y en este nombre, NDC, Contribución Determinada a Nivel Nacional, se esconde algo que en estos días es fundamental relevar su importancia, que es el multilateralismo.
 
Porque la contaminación que emitimos –creo que lo decía Maisa– va a la atmósfera, que no tiene frontera. Por lo tanto, si todos los países no somos capaces de trabajar de la mano para cumplir con nuestros NDC, al final todos estos esfuerzos van a ser en vano. Y este es quizás el desafío generacional más importante que tiene hoy día la humanidad.
 
Estamos, algunos dicen, en un punto de no retorno; otros son más optimistas, pero también hay negacionistas. Ese negacionismo tenemos que enfrentarlo porque se juega nuestra supervivencia y la de nuestros ecosistemas.
 
Por eso el multilateralismo cuando se socava, cuando hay países que están permanentemente aportillándolo, cuando se niega la contribución de la ciencia a las políticas públicas, se debilita la vida en la tierra, nada más ni nada menos.
 
Entonces, esto se marca también –y por eso nos acompaña el canciller Alberto Van Klaveren– dentro de una política internacional de Chile muy clara de profundización del multilateralismo y respeto a los derechos humanos.
 
Podemos decir con orgullo que Chile está asumiendo un compromiso que es ambicioso, pero que a la vez es responsable. Lo asumimos frente al mundo y, sobre todo, frente a las nuevas generaciones.
 
Ahí me imagino que escucharon, que Violeta estaba alegándonos, de hecho, que tenemos que cumplir con lo que acá nos hemos comprometido.
 
Con esta actuación reafirmamos el liderazgo de nuestro país en la acción climática global, gracias a esta política de Estado que –como bien les decía– trasciende gobiernos y es algo que todos le tenemos que exigir a quien quiera que esté en La Moneda.
 
Ahora, el proceso para actualizar nuestro NDC fue amplio, fue participativo, fue transversal y la hoja de ruta que hoy presentamos para la acción climática de la próxima década es fruto de un diálogo con la ciudadanía. Porque, de nuevo, si no es con la ciudadanía, no va a ser posible implementarlo. Es importante que todas estas cosas que estamos discutiendo, todas estas cosas que estamos implementando y las lanzamos desde La Moneda, tengan también bajadas territoriales con líderes comunitarios, líderes sindicales, líderes ambientales.
 
Por lo tanto, esta pega no se acaba acá. Tenemos que ir, difundirla y hacerla propia, que todos la adopten como propia. Insisto, es nuestra supervivencia la que se juega en esto.
 
Aquí se pone en valor la colaboración público-privada como motor para movilizar al país hacia un desarrollo más sostenible y reconoce también la importancia de la colaboración con municipios y gobiernos regionales en el cumplimiento de las metas propuestas.
 
Podemos decir en Chile que durante, no diría sólo nuestro Gobierno, sino como política de Estado desde la recuperación de la democracia y que se ha ido incrementando cada vez más, las políticas públicas en materia ambiental se sustentan en evidencia científica y son guiadas con sentido de justicia social.
 
Esto es posible gracias al trabajo del Comité Científico Asesor y otros comités técnicos que han sido creados con este propósito, que nuevamente van más allá de la lógica o los plazos de gobierno.
 
Acá hay algo que es importante también polemizar. No se asusten equipos. Una de las cosas que se ha instalado en el debate es el tema de los permisos y se ha mal acuñado el término de “permisología”.  Cuando se dice en el imaginario de quienes lo dicen de esta manera despectiva, lo hacen principalmente pensando en restricciones que se ponen desde una perspectiva socioambiental.
 
Yo quiero decirles muy claro –como siempre me recuerda la directora del CEA– que las políticas a favor del medioambiente no son un freno al desarrollo, son condición para el desarrollo. Lo que hemos hecho con la Ley de Permisos Sectoriales, que de hecho no toca permisos ambientales, es hacer más coherente el sistema de permisos al interior del Estado para poder reducir plazos sin bajar estándares. Porque los permisos, también es importante recordarlo, hay algunos que les gustaría una desregulación completa. Pero ¿después quién responde cuando se cae el techo de un hospital? ¿Quién responde cuando hay contaminación?
 
Por eso es importante que hagamos las cosas bien. Tenemos que disminuir los tiempos de los permisos, pero no sencillamente decir: “Todas estas cuestiones no sirven para nada”. Eso no es así. Acá hay un trabajo, hay un valor. Por lo tanto, todo lo que tenga relación, en particular con cuidar nuestro medio ambiente, nuestro ecosistema.
 
Nuestro ecosistema no lo piensen desde una perspectiva turística.  Cuando se dice ecosistema, hay quienes piensan como en las vacaciones. El ecosistema somos nosotros mismos, el entorno en el que nos movemos. Cuando hablamos de cuidarlo es, insisto, cuidarnos a nosotros mismos.
 
Quiero decirles que lo planteado, y lo que hemos dicho los foros internacionales, es coherente con lo que hemos venido haciendo dentro de nuestras fronteras. La ministra Rojas mencionaba lo de los buses eléctricos, que es realmente muy significativo. Cuando llegamos al Gobierno creo que había del orden de 400 buses eléctricos, cuando salgamos del Gobierno van a haber más de 4.300 buses eléctricos en circulación. Santiago es la ciudad del mundo con más buses eléctricos en el mundo fuera de China, que tiene otras características.
 
Pero no es solamente eso. En Copiapó, hoy día, todos sus buses son eléctricos. Acabamos de entregar una partida de buses eléctricos en Arica. Estamos abriendo la licitación para Punta Arenas. Lo hemos entregado con hidrógeno verde en O'Higgins.
 
Porque –como bien decía también nuestro dirigente sindical– es importante entender que esto no se hace solamente desde Santiago. Se hace también, yo diría, principalmente desde las regiones, que es donde está la principal actividad industrial.
 
Durante nuestro Gobierno hemos publicado 37 áreas protegidas. Logramos aprobar la Ley de SBAP, estamos trabajando firmes para su implementación, que tuvo una tramitación de más de 10 años. Ayer pensaba en las dificultades de implementar una política pública tan ambiciosa como esa y creo que lo que significa el SBAP es realmente importante.
 
Hemos publicado 37 áreas protegidas. Antofagasta, por ejemplo, hoy está mejor preparada para el peligro de aluviones, porque esto tiene que ver también con adaptación, principalmente con adaptación. A propósito de las inundaciones hemos realizado una serie de obras públicas, por ejemplo, en el sur, donde hemos preparado mucho mejor para que los ríos no se salgan de sus cauces.
 
La inversión que genera eso es tremendamente importante y eso tiene que ver también con justicia climática. Hace 10 años el 43% de la generación eléctrica era a carbón, el 2024 sólo el 18%. Y en la pasada Cuenta Pública anunciamos, gracias a un trabajo intenso, ahí entre la ministra Maisa Rojas y el ministro de energía Diego Pardow, que vamos a llevarla a cero la generación eléctrica de carbón para el 2040 con el cierre anticipado de termoeléctricas.
 
Nuestro país ha apostado por las energías renovables como una política de Estado y gracias a ello hoy Chile tiene un liderazgo indiscutido en esta materia, no sólo en América Latina.
 
Hay algo que decía Alejandro que creo que también es importante destacar. Transitar hacia sociedades y economías más amables con el medioambiente no puede ser a costa de las familias trabajadoras. Tiene que ser en conjunto con los trabajadores y sus familias.
 
Por ello hemos incluido un Plan de Acción al 2030 con más de 100 medidas para Tocopilla, Mejillones, Huasco, Quintero, Puchuncaví y Coronel, que por décadas han debido soportar una enorme carga ambiental en nombre del progreso mal entendido. Porque pregúntenles a los niños de la Escuela La Greda, a las generaciones anteriores, si es que acaso ellos vivieron ese progreso por el cual se estaba sacrificando su salud.
 
Tenemos que ir todos al mismo ritmo, no podemos sacrificar algunos para que otros avancen. Eso es el sentido de una transición socioecológica justa. Queremos saldar esa deuda con justicia y con dignidad, y para eso se requiere el protagonismo de las comunidades.
 
Por eso destaco a todas y todos los dirigentes que recorrieron cientos de kilómetros para estar presentes hoy y que forman parte de la gobernanza local de esta estrategia. Insisto, sin las organizaciones no hay transición justa posible.
 
También, qué bueno que lo destacabas a propósito de los trabajadores públicos, Alejandro. A partir de todo el revuelo generado, una de las cosas que hicimos –el ministro Boccardo fue uno de los que lo lideró, también con el exministro Marcel y la ministra Ximena Aguilera– un acuerdo con los trabajadores públicos para enfrentar justamente temas de ausentismo y licencias.
 
Porque también los trabajadores públicos en su gran mayoría, en su gran mayoría son gente honesta que trabaja por la patria. Si no pregúntenles a los trabajadores públicos. Y qué bueno que los reconocían a los trabajadores públicos que están acá, a quienes les agradezco que participaron en esto, porque esto no es alguien que se sienta en un café a filosofar. Acá hay mucha pega, mucha, mucha pega.
Lo sé, además, de cerca porque he visto parte del trabajo que se hace en la construcción del inventario para poder ver dónde estamos contaminando y si estamos cumpliendo con las metas que nosotros mismos nos ponemos.
 
Tenemos una meta que es bien ambiciosa, que para cumplir con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático nos comprometimos a tener un número determinado de megatoneladas de dióxido de carbono equivalente. De aquí al 2030, entre 2020 y 2030 tenemos que tener un acumulado de 1.100 megatoneladas de dióxido de carbono equivalente, lo que significa que al 2030 debiéramos estar produciendo sólo 95 por año. Hasta hace poco estábamos produciendo más que eso. Y eso que Chile es de los países que más se acerca a la meta, hay otros países que están mucho más lejos.
 
Por lo tanto, tenemos que mejorar mucho más. Pero mi punto es que lo que no se mide no se puede mejorar y para que se mida hay ahí trabajadores y trabajadoras del sector público que están haciendo esta pega, que es importante para la humanidad. Siéntanse orgullosos de eso. De verdad, muchas gracias.
 
Por último, quiero contarles que los resultados que hemos visto estos años nos confirman, por ejemplo, cuando decidimos cerrar Ventanas. Cuando decidimos cerrar la Fundición Ventanas fue muy polémico en su momento, fue muy difícil. Pero estábamos convencidos de que era una decisión que estaba basada en la evidencia, pensada en las comunidades y que había también un trabajo con los trabajadores que se podía hacer para tener un proceso de reconversión. Lo hicimos, pero tenemos que ir más allá.
 
Acá hay algunos dirigentes del mundo ambiental que han criticado muy duramente al Gobierno, porque en algunas cosas no hemos logrado todo lo que nos hubiese gustado. Está muy bien que también tengamos sectores que critican al Gobierno, porque nos empujan a hacer más. Yo agradezco a las organizaciones que están siempre fiscalizando, que a veces uno se enoja porque dice: “¿Por qué no reconocen lo positivo?”. Bueno, quizás no es el rol. Tenemos que ser capaces de conversar e ir corriendo el cerco de lo que se denomina posible en un determinado momento.
 
Compatriotas:
 
Lo que estamos anunciando hoy no es una mera declaración simbólica, sino un camino concreto hacia un país más justo, más digno y mejor preparado para la crisis climática, para las actuales generaciones y para las que vendrán. Porque el futuro lo construimos entre todas y todos, y el Estado en conjunto con el sector privado tenemos que estar a la altura de este desafío.
 
Muchísimas gracias.