S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, asiste a la conmemoración del 30° aniversario del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA)
S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, asiste a la conmemoración del 30° aniversario del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).
Muchísimas gracias, muy buenas tardes a todas y todos.
Agradezco la invitación de IDEA Internacional y, en particular, a su directora regional para América Latina y El Caribe, Marcela Ríos, a participar en este encuentro para conmemorar este 30° aniversario.
Para mí, de verdad, es un honor estar acá. Marcela me escribió personalmente. Siempre por temas de agenda es difícil coordinar, pero ella me dijo que era importante estar acá y estoy convencido de que sí.
Además, tengo el honor de que Marcela haya sido parte de nuestro Gobierno en sus inicios y por eso te agradezco, Marcela, por toda la dedicación, que durante tantos años le has dado a la democracia en Chile y en toda la región.
Saludo a todas las autoridades presentes en este espacio, en especial a la expresidenta Michelle Bachelet por su compromiso –es difícil resumirlo en pocas palabras– con la democracia desde sus años más mozos hasta el día de hoy. Es incombustible, Michelle Bachelet, es incombustible.
También, al secretario general de la IDEA internacional y ex vicepresidente de Costa Rica, Kevin Casas-Zamora y a la ex vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimón.
Muchas gracias, a todos quienes visitan nuestro país. Espero puedan disfrutarlo, sean muy bienvenidos acá, en Chile.
Y es que nuestro país e IDEA internacional han sostenido una fructífera colaboración desde el mismo origen de esta organización. Como recordaba Marcela, Chile fue uno de los pocos países latinoamericanos que participaron en su fundación y –si no me equivoco– el único de Sudamérica.
En 1995, sin lugar a dudas, eran otros tiempos, había otras amenazas y vivíamos, en particular en América Latina, en un momento de expansión de la democracia, en un proceso que estaba lleno de desafíos: construir gobernabilidad, despercudirse de los miedos del autoritarismo, construir cohesión social y avanzar en verdad y justicia por las masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos perpetrados por las dictaduras en toda América Latina.
Esas eran las tareas más urgentes y que algunas de ellas siguen estando vigentes. De hecho, hace poquito, la semana pasada celebrábamos la conmemoración del Día Internacional de los Detenidos Desaparecidos junto con las víctimas. Me sorprendía mucho –y era algo muy bonito– que en la misma ceremonia me encontraba con una mujer de 91 años que me contaba que había perdido a su hijo, su hijo había desaparecido cuando ella tenía 40 años y hasta el día de hoy seguía buscándolo. Y, a la vez, me encontraba con un joven, mucho menor que yo, de cerca de 16 años, que me invitaba a tomarme una foto con su bisabuelo –en un cuadro, por supuesto, su bisabuelo– que era detenido desaparecido.
Era muy bonito ver a diferentes generaciones, una mujer de 91 años, había una de 101 años también, un joven de 16 años unidos, por la misma causa que tiene que ver con el respeto a la democracia y los derechos humanos que trasciende justamente las generaciones.
En 1995 era necesario heredar las desigualdades que venían de hace tanto tiempo y hoy día sigue siendo una causa vigente establecer pactos sociales más justos a nivel socioeconómico y en materia de género. En estos y en otros temas nuestros países han avanzado, pero quiero que esto lo pensemos desde una perspectiva más histórica aún.
Hoy día en la mañana tuve la oportunidad de estar brevemente con organizaciones de la sociedad civil en el Salón Montt Varas de La Moneda, donde estábamos celebrando el ingreso de una reforma a la Ley 20.500 de Chile, que es la ley que garantiza la participación ciudadana. Una de las cosas que conversábamos con los dirigentes es que la democracia siempre está perfeccionándose, bien lo decía Marcela.
Cuando uno pregunta desde cuándo hay democracia en Chile, algunos podrán decir a propósito de septiembre, desde 1810, otros desde 1818, algunos desde 1925. Es discutible, pero la idea de que la soberanía reside en el pueblo y que son los propios habitantes de una nación los que tienen derecho a determinar su propio futuro es de muy antigua data.
Estaba en la primera Constitución de los Estados Unidos. Estaba también, de alguna manera, en la ideología de la Revolución Francesa. Sin embargo, esos tiempos eran muy distintos a los de hoy. La democracia del siglo XIX, si es que tal, era una democracia profundamente limitada, censitaria donde más del 50% de la población estaba excluida, porque las mujeres no podían ser parte, donde los obreros o la gente que sólo era dueña de su trabajo, eran miradas como ciudadanos de segunda clase. Todo eso ha cambiado y cambió durante el siglo XX, donde hubo una gran expansión de la democracia.
Pese a los retrocesos que hubo con las dictaduras cívico-militares, hoy día vivimos un nuevo proceso de expansión. A nivel internacional lo ha sido la discusión sobre los derechos sociales y políticos.
Lo que quiero destacar con esta idea es que todavía hay preguntas que no nos hacemos, porque parte de la gracia de la democracia es que es imperfecta. Yo creo que hay que alejarse de la gente que está demasiado segura de sí misma, que cree que es completa. Las ideologías nunca son completas, tienen que adaptarse a los avatares de la historia. La gracia de la historia es que no está determinada, no hay tal cosa como el destino. La historia está determinada por el avance, por la cultura, por la organización de sus propios pueblos.
Por lo tanto, requiere ser permanentemente modificada la democracia. IDEA, un organismo como este, está justamente al servicio de aquello, para recordarnos a los gobiernos, para recordarle a la sociedad civil que queda mucho por hacer.
El estar en política es, de alguna manera, ser una persona permanentemente insatisfecha. Puede sonar, de alguna manera, paradójico. Pero cuando uno está en el Gobierno –bien lo sabe la expresidenta– uno nunca está conforme porque siempre que se alcanza una meta, inmediatamente se fija una más. Es como nos recordaba Galeano, la utopía que nos sirve para avanzar, nunca la alcanzamos, pero nos sirve para caminar.
Cuando enfrentamos en estos días, en estos tiempos turbulentos que nos toca vivir, fuerzas que cuestionan la democracia, que creen que pueden haber caminos simples para solucionar problemas que son de profundo arraigo, tenemos que estar acá, no solamente para apuntarlos a ellos con el dedo y decirles “ustedes son una amenaza”, sino para nosotros, quienes creemos en la democracia hablarles a las grandes mayorías y decirles “acá tenemos otra propuesta”, un camino que no va a conculcar derechos, que no va a retroceder en lo avanzado, que cree que la libertad es de todas y todos y no sólo de quienes pueden pagarla.
Eso no es obvio hoy día porque efectivamente la democracia tiene que cumplir y la democracia se juega en cosas tan materiales como la pensión que reciben los adultos mayores a fin de mes. Si una persona que ha trabajado toda su vida y al llegar a las últimas etapas de ella, se da cuenta que no tiene ninguna retribución después de todo lo que ha entregado, dice: “Bueno, ¿para qué me sirve el sistema en el que vivo?”
Por eso es importante en Chile la Reforma de Pensiones que logramos, que se basó, por cierto, en el Pilar Solidario que instauró la expresidenta Bachelet.
Así se puede hacer con cada una de las políticas públicas que se impulsan en la medida en que se sientan sobre la base de otras, porque el mundo no se construye o no nace todos los días. Es una construcción permanente. Eso es parte también del aprendizaje que creo todos hemos tenido en Chile, a propósito de los intensos procesos constituyentes que vivimos en nuestra patria durante los últimos años.
Por eso es importante hablar de democracia, defender la democracia, pero la democracia no se defiende sólo en discursos. La democracia hay que defenderla concretamente en acciones. La mejor manera de decir es hacer. La democracia, al final del día, es mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos con nuestros pueblos.
Es parte de lo que discutimos hace poco con los presidentes de Uruguay, Yamandú Orsi; de España, Pedro Sánchez; de Brasil, Lula da Silva; y de Colombia, Gustavo Petro, y que vamos a expandir en la reunión Democracia Siempre que hicimos en Chile y que causó mucha polémica. Porque hay quienes creen que discutir sobre la democracia es perder el tiempo. Nosotros decimos que no, no es perder el tiempo.
Es absolutamente necesario en estos días, pero para mejorarla, no para regocijarnos entre nosotros mismos, para identificar cuáles son sus falencias y cómo podemos mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo. Esta reunión ahora, en la Cumbre Anual de Naciones Unidas, la vamos a expandir y estamos cada uno de nosotros llamando a diferentes líderes para que participen de esta instancia.
Porque, de nuevo, vivimos en tiempos turbulentos. Hoy día las amenazas a la democracia no son las mismas que en los años 60, en los años 70. Son distintas, son más sutiles, son progresivas. Ya no necesitan bombardear el palacio de gobierno o quemar la bandera con aviones para decir que la democracia se suspende, lo van haciendo de a poco y lo hacen quienes afirman ser de izquierdas o de derechas, de manera indistinta.
Por eso es importante la consecuencia y la coherencia a la hora de decir: “Por ese camino no vamos y ese camino lo condenamos”.
Lo que pasa en Nicaragua, donde se le ha negado la nacionalidad a gente que ha luchado por la democracia en su país. Pienso en Gioconda Belli y en Sergio Ramírez, que hace poco además le otorgamos la nacionalidad chilena.
Lo mismo hizo la dictadura chilena con Orlando Letelier, le quitó la nacionalidad como si el orgullo por la patria propia pudiera quitarse con un decreto administrativo. Da lo mismo si lo intenta un régimen que se cree de izquierda y ocupa banderas rojinegras o un régimen fascista como el que teníamos en Chile en esa época.
Lo que está pasando en otros países donde el insulto, el desprecio, la negación de los adversarios se ha hecho costumbre. Parte de la democracia es entender también que debemos ser capaces de tolerar y debemos abrazar esa tolerancia de quienes piensan distinto a nosotros.
Si al final la democracia se pone a prueba, no con quienes piensan como uno, sino con quienes piensan distinto. Y pucha que cuesta a veces, pero es, en definitiva, donde nos jugamos la consecuencia con los principios que defendemos.
Hoy es necesario entender que la democracia, no es posible sin el pueblo, no bastan los dirigentes, no bastan los partidos políticos, los partidos políticos hay que fortalecerlos. Yo soy un orgulloso militante de un partido político, pero entiendo que hoy día eso no es suficiente y con la tecnología también se han ensanchado las formas de participación y también los riesgos, lo hemos visto a propósito de la desinformación. Pero tenemos mucho por hacer ahí.
Entonces, yo los invito a que, en las discusiones que se den en el marco de esta conmemoración de los 30 años de IDEA, no nos quedemos sólo con la gente que estamos en el salón. Que cuando salgamos de acá, cada uno a su diferente espacio de trabajo o de lucha, salga con una convicción renovada en el fortalecimiento de la democracia. Yo tengo que salir inmediatamente, pero para conversar con las municipalidades de Chile, donde se expresa la democracia a nivel local. Cada uno de ustedes lo hará en su propia trinchera.
Espero que esta conmemoración de los 30 años de IDEA nos sirva para no convencernos entre nosotros mismos de lo que ya estamos convencidos, sino salir a hablar hacia afuera, hacia quienes no lo están o quienes están dudando sobre la importancia de este sistema de gobierno que puede no ser perfecto y nunca lo será y es parte de su gracia. Pero, sin lugar a dudas, la soberanía del pueblo, cuando radica en las decisiones de cada pueblo, es mucho mejor que cualquier tipo de autocracia.
S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la firma del primer Contrato Especial de Operación de Litio (CEOL) con la Empresa Nacional de Minería para el proyecto Salares Altoandinos.
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Palacio de La Monedaviernes, 05 de septiembre de 202513:00
S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la firma del primer Contrato Especial de Operación de Litio (CEOL) con la Empresa Nacional de Minería para el proyecto Salares Altoandinos.
S.E. El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la entrega de la Contribución Determinada a Nivel Nacional y de la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa junto a la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas; el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren; el ministro del Trabajo y Previsión Social, Giorgio Boccardo; el ministro de Energía, Diego Pardow; y el subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño.
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La Monedajueves, 04 de septiembre de 202516:00
S.E. El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la entrega de la Contribución Determinada a Nivel Nacional y de la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa junto a la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas; el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren; el ministro del Trabajo y Previsión Social, Giorgio Boccardo; el ministro de Energía, Diego Pardow; y el subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño.