Presidente de la República, Gabriel Boric Font, visita fosa común de Pisagua y se reúne con organizaciones de DDHH

16 MAR 2023
Descargar Audio Discurso Descargar Transcripción

 
S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, visita fosa común de Pisagua y se reúne con organizaciones de DDHH.

Muy buenas tardes a todas y a todos, en particular a quienes a lo largo de la historia de Chile vivieron en este lugar momentos de horror, algunos quienes nos acompañan hoy día. Y les agradezco infinitamente que se hayan dado el tiempo de poder, en este breve recorrido, contarme parte de sus historias, de sus anécdotas, de sus dolores y cómo a pesar de tanto tiempo transcurrido nunca han olvidado.
 
Me imagino que varios de ustedes deben haber visto la imagen de un Neruda irreconocible para las fotos clásicas que tenemos del vate, un Neruda barbón, un poco más joven, un Neruda perseguido por un presidente a quien antes le cantara, Gabriel González Videla.
 
Y en esa época Neruda escribió en su Coral de Año Nuevo para la Patria en Tinieblas los siguientes versos:
 
Será el honor sagrado de mañana
haber sido arrojado a tus arenas,
Pisagua: haber sido de pronto
recogido a la noche del terror
por orden de un felón envilecido
Y haber llegado a tu calcáreo infierno
por defender la dignidad del hombre.
 
Y ese año nuevo de 1949 seguramente se parecía de manera trágica al año nuevo de 25 años después, en 1974, y aunque durante la persecución de la Ley Maldita, paradójicamente o mal llamada en esa época, Ley de Defensa de la Democracia y, posteriormente, también, cuando se utilizó Pisagua como campo de concentración de prisioneros políticos, de disidentes políticos durante el segundo Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, si bien durante esas fechas no hubo, que sepamos hasta ahora, ejecuciones, los versos de Neruda resultaron premonitorios, porque después sí las hubo y todavía duelen.
 
Quienes llegaron a este infierno a partir del 11 de septiembre de 1973 fueron detenidos, atormentados, torturados y, en muchos casos, asesinados justamente por defender la dignidad del hombre.
 
Y quiero que sepan que mi presencia acá en pleno uso, en plena ejecución del cargo de Presidente de la República, tiene que ver con que no olvidamos y no olvidaremos jamás a quienes aquí cayeron, a quienes aquí vieron morir a sus amigos o a quienes aprendieron a respetar en las cárceles, en las mazmorras o en las catacumbas. A quienes sobrevivieron y fueron testigos del hallazgo a comienzos de junio de 1990 de la fosa con 21 cuerpos de 21 compatriotas cobarde y vilmente asesinados, a quienes -muchos nos acompañan- han seguido luchando pese a la ignominia de algunos, pese al olvido o al ánimo de olvido de otros, por la verdad y por la justicia en todos estos años. Y a quiénes, después de tanto tiempo, siguen buscando a sus familiares detenidos desaparecidos sin tener aún respuesta.
 
Por eso, desde el Gobierno, nos hemos comprometido porque nos duele, nos desgarra el corazón, el alma y no solamente el alma humana, sino el alma de la Patria saber que hay quienes todavía buscan a sus seres queridos, a implementar en conjunto con las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos e, insisto, en conjunto con las agrupaciones, un Plan Nacional de Búsqueda.
 
Ha pasado mucho tiempo, va a ser difícil, el éxito es improbable, pero tenemos el deber moral de no dejar jamás de buscar a quienes faltan, a quienes fueron asesinados y hechos desaparecer por sus ideas y por defender la libertad del hombre y la mujer de nuestra Patria.
 
En septiembre próximo, cuando se cumplan 50 años de la tragedia que se abatió sobre nuestra Patria, que trajo muerte, dolor, exilio, pobreza, desarraigo y que no admite negacionismo, el “Nunca Más” que encabeza el monolito de este memorial debe estar más presente que nunca en nuestra convivencia cotidiana.
 
Quizás, haya quienes -esperemos que no- traten de culpar a los muertos o a los torturados de lo que sucedió en Chile. No lo vamos a permitir porque sólo una condena histórica transversal y una mirada común sobre las atrocidades del pasado, sobre el valor irrestricto de los derechos humanos en todo tiempo, en toda época, independiente de colores políticos, con una mirada común respecto del valor e importancia de la democracia, vamos a poder hacer frente a las amenazas que acechan justamente a las democracias a lo largo de todo el mundo.
 
Y en Chile, en esta conmemoración de 50 años, tenemos la posibilidad de hablarle a todo el mundo del pasado y también del futuro. Sólo con verdad, con justicia, con reparación y con la garantía de no repetición podremos, de alguna manera, estar a la altura de las personas que sufrieron la persecución y la muerte por el simple hecho de pensar distinto y querer construir un mundo mejor. Sólo con un compromiso inquebrantable por encontrar a nuestros detenidas y detenidos desaparecidos podremos construir un futuro más humano y más libre para todas y todos.
 
Ese, quiero que sepan, es el compromiso ético de nuestro Gobierno.
 
Muchísimas gracias por estar acá.