Presidente de la República, Gabriel Boric Font, se reúne con alcaldes de la provincia de Cautín

11 NOV. 2022
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, se reúne con alcaldes de la provincia de Cautín.

A lo largo de mis 36 años de vida he visitado en varias ocasiones la Región de La Araucanía. Y en esas visitas, en diferentes condiciones, he tenido la oportunidad de conversar con personas de todos los sectores, como dirigente estudiantil, como diputado. Y al igual que todos los habitantes de nuestro país, he mirado con estupor, con pena, con indignación el agravamiento del conflicto y los hechos de violencia que aquejan a esta región.
 
Pero ayer y hoy he visitado la región de la Región de La Araucanía en una condición diferente, como Presidente, pero sobre todo como Jefe de Estado. Y en esa condición he dado cuenta a la comunidad y a todas las autoridades del trabajo que estamos desplegando como Gobierno en la región y hemos escuchado a las diferentes actorías con las cuales nos hemos reunido. He escuchado a las víctimas de la violencia rural y también a las víctimas de la violencia estatal. He conversado con empresarios, agrícolas, forestales, del turismo y de los principales rubros de la región agrupados en la Multigremial de La Araucanía. He conversado con los todos alcaldes de las 32 comunas de las Provincias de Cautín y de Malleco y, también, con comunidades mapuches pehuenches en la comuna de Lonquimay. Y en todos he visto preocupación.
 
Preocupación, porque año tras año aumenta el número de muertos en este conflicto y me he reunido con familiares de personas que han sid asesinadas en el marco del conflicto.
 
Preocupación, porque la convivencia ha empeorado y las personas no pueden desarrollar su vida de forma tranquila. Un trabajador, Mauro, que recibió un balazo en la cabeza, me decía “lo único que quiero es poder trabajar tranquilo”. 23 años tiene.
 
Preocupación, porque las organizaciones criminales del robo de madera y del narcotráfico han aumentado, organizaciones que utilizan la causa mapuche para disfrazar sus operaciones ilícitas, y que cuando los hemos detenido, hemos descubierto que en su gran mayoría no son mapuche, como ha sido el caso de las detenciones que hemos llevado adelante en conjunto con las policías, a quienes agradezco su labor, Carabineros y PDI, en materia del robo de madera. Y vamos a seguir en esa dirección.
 
Preocupación, porque las empresas no pueden ejecutar sus proyectos y no se atreven a invertir en esta región. Y así lo hemos conversado con los alcaldes de ambas provincias, de como hay obras que quedan abandonadas, como hay licitaciones que se declaran desiertas, producto justamente del encarecimiento de los costos y del temor por la seguridad de sus trabajadores.
 
Preocupación, también, porque la política de tierras con que hoy cuenta el Estado ha demostrado ser inadecuada e insuficiente para cumplir con los deberes de reparación del Estado hacia el pueblo mapuche y para darles tranquilidad y seguridad a todos los habitantes de esta zona.
 
Preocupación, porque la presencia del Estado se ha debilitado y cuando la presencia del Estado se debilita, avanza la delincuencia. Y vamos a recuperar esos lugares, vamos a recuperar esos caminos.
 
Preocupación, también, conversándolo con los parlamentarios de todos los sectores, principalmente de Oposición al Gobierno en la vida política normal, que nos manifiestan que todos los Gobiernos arman un “plan” para la región que el siguiente Gobierno desmonta, y así los planes que nunca se evalúan y nunca se sistematizan.
 
Preocupación, en definitiva, porque las confianzas están quebradas.
 
Preocupación, porque no se puede vivir en paz. Y la gente que vive en La Araucanía, de todos los sectores, tiene el derecho a vivir en paz.
 
Hoy sabemos que hay una crisis en la región, pero no somos los primeros en anunciarla ni en dar cuenta de ella. Son muchos y muchas quienes antes de nosotros han hecho importantes esfuerzos para construir una solución posible, un camino de paz.
 
Durante el retorno a la democracia, el Presidente Aylwin encabezó el Acuerdo de Nueva Imperial, que ha sido el último gran acuerdo que ha existido entre el Estado de Chile y representantes mapuche, y este sentó las bases para la Ley Indígena y la CONADI, que hoy, sin lugar a dudas, debemos actualizar. Fue la primera ley en reconocer el derecho del pueblo mapuche a la restitución de tierras, pero hoy ya no es suficiente.
 
Posteriormente, el Presidente Lagos le pidió al mismo ex Presidente Aylwin que encabezara la Comisión de Verdad y Nuevo Trato con los pueblos indígenas, hecho inédito en nuestra historia que abordó a todos los pueblos indígenas del país y que develó los abusos, maltratados, violencia, despojo y, en algunos casos, incluso el genocidio del que han sido víctimas los pueblos indígenas de nuestra Patria.
 
Hace pocos años la Presidenta Bachelet encomendó al Obispo Vargas, que ya no está con nosotros, liderar un nuevo espacio de diálogo transversal con actores de la región, en donde se involucraron las universidades, la sociedad civil, las comunidades. Y esta Comisión dejó importantes recomendaciones, la mayoría de ellas no ha sido cumplida.
 
 
Y junto con ellos, muchas otras autoridades han hecho esfuerzos importantes por tender puentes, por acercar posiciones, como el entonces Intendente hoy día Senador Francisco Huenchumilla, o el ex Ministro de Desarrollo Social Alfredo Moreno, con quienes hemos consultado y con quienes estamos trabajando en conjunto para dar cuenta de cuál es nuestra propuesta.
 
Es justamente sobre este trabajo y el esfuerzo abnegado de todos ellos por alcanzar la paz que hoy día me toca a mí, como Jefe de Estado, hablarles a ustedes, a los habitantes de La Araucanía, pero también a todo Chile. Y hoy, como Jefe de Estado y de Gobierno, vengo a hacerles una invitación. Invito a todos los actores de la región a que conformemos una Comisión por la Paz y el Entendimiento. Pero ojo, esta no es una comisión para hacer un diagnóstico, ya se han hecho suficientes. Como señalé, los diagnósticos ya están hechos.
 
Es una Comisión para que tomemos las recomendaciones que los organismos nacionales e internacionales han hecho para buscar una solución al conflicto de la región y, de una vez por todas, las hagamos realidad. Esta será una Comisión con una agenda abierta, donde todos podrán plantear sus puntos de vista, pero con un mandato muy específico: determinar con claridad la demanda de tierras de las comunidades mapuche, y proponerle al país mecanismos concretos, con plazos concretos para saldar y reparar esta deuda que el Estado de Chile tiene con el pueblo mapuche en un plazo que acordemos entre las partes y que seguramente excederá a este Gobierno.
 
Este catastro debe considerar la pérdida que han sufrido las comunidades respecto de los títulos que el Estado les otorgara y también la demanda viva que existe sobre las llamadas “tierras antiguas”, que pueda ser respaldada técnicamente. Este es un tema que, como Estado, nunca hemos sabido abordar y mientras no lo hagamos, no va a ser posible cumplir con las obligaciones que tiene el Estado a nivel internacional ni sentar las bases para una solución permanente y sólida al conflicto. Hoy ya existen experiencias en otros países que pueden guiar nuestro camino, Canadá, Estados Unidos o Nueva Zelanda, por ejemplo, donde entre todos los actores han alcanzado acuerdos para reconocer estas tierras y llegar a mecanismos de reparación. Nuestro país cuenta con especialistas necesarios, mapuche y no mapuche, y, además solicitaremos ayuda internacional para que nos acompañen en este proceso.
 
Una vez que determinemos toda la demanda de tierras hay algo que es muy importante decir: no será posible restituir todas las tierras. Hay muchas ciudades del sur de Chile que fueron construidas sobre tierras que antaño fueron mapuche y esas ciudades deben ser preservadas. Lo vimos, por ejemplo, recién en Lonquimay.
 
Hay también muchas personas no mapuche, que hace generaciones se establecieron en estas tierras y echaron raíces, y sus derechos también deben ser resguardados. Pero no por ello vamos a renunciar a buscar un entendimiento. He hablado durante estos meses con muchos actores y todos ellos saben que es necesario buscar una solución y esto implica que todas las partes hagan concesiones para construir una paz que sea duradera, una convivencia pacífica, una convivencia que otorgue la cohesión social que La Araucanía y Chile necesitan. Esta es la invitación que les hago.
 
No he querido cerrar todos los detalles de esta Comisión porque quiero que sus contornos los definamos en conjunto. Hemos venido a escuchar, pero también a proponer. Mi voluntad es que esta Comisión empiece a funcionar en marzo del año 2023 y entregue su informe y propuestas ad portas de la conmemoración de los 200 años del Tratado de Tapihue, el Parlamento de Tapihue, realizado entre el novel Estado chileno y el pueblo nación mapuche en 1825 para que juntos, como país, conmemoraremos estos 200 años del Tratado de Tapihue, celebrado entre la República y los jefes mapuche para sellar la paz tras la guerra de la Independencia con un nuevo camino hacia una nueva convivencia pacífica.
 
Es mi invitación que ese año, también, podamos celebrar un nuevo entendimiento entre la sociedad chilena y el pueblo mapuche, que siente las bases, como ya he dicho, para una paz sólida y verdadera.
 
Esta Comisión debe funcionar a nivel nacional, abriendo diálogos en todos los territorios, con las comunidades y todos los actores.
 
Para empezar, porque no partimos de cero, hemos tomado una primera decisión. El Plan Buen Vivir, que originalmente estaba alojado en el Ministerio del Interior, pasa ahora a estar en el Ministerio de la Secretaría General de la Presidencia para separar las tareas de diálogo de las tareas ineludibles y urgentes en materia de seguridad que tenemos como Estado.
 
He encomendado a una persona de mi plena confianza, Víctor Ramos, que está acá, como Comisionado Presidencial para encabezar este diálogo junto a la Ministra de SEGPRES, Ana Lya Uriarte. Aclaro, también, que, mientras funcione esta comisión, la CONADI seguirá cumpliendo su mandato y que toda la información con que ella cuenta será la base con la que construiremos el catastro y que todas las comunidades que hoy tienen solicitudes de tierra presentadas ante la CONADI serán las primeras consideradas en cualquier acuerdo.
 
Pero sabemos, también, y lo hemos conversado con las autoridades, con las comunidades, con los empresarios, con la gente de a pie, que las tierras y la seguridad no son el único problema que aqueja a la región. Por cierto, hay un problema de seguridad que no se soluciona dialogando, se soluciona haciendo valer la ley y el Estado de Derecho. Por eso, hemos realizado el día de ayer importantes anuncios en materia de seguridad y en materia de mejoramiento del proceso de reparación y atención a las víctimas. Es algo que ha sido muy sentido, que nos han manifestado en todas partes.
 
Y, junto con la seguridad, también tenemos un grave problema de inversión y desarrollo. Nuestro Gobierno ha constituido el Plan Buen Vivir, pero todos los Gobiernos han tenido sus propios planes. Existió, en su momento, el Plan Orígenes, el Plan Araucanía, el Plan Impulso. La región necesita de una solución, en materia de desarrollo, que permita cerrar la brecha en materia de pobreza. Solamente en la Provincia de Malleco que cuenta con 11 comunas, tenemos 6 de las comunas más pobres de Chile, 6 de las 10 más pobres de Chile están en la Provincia de Malleco en el norte de La Araucanía. Eso es inaceptable.
 
Me he comprometido, además, que en mi próxima visita a La Araucanía, uno de los lugares en donde estemos sea Galvarino, que también es una de las comunas más pobre, sino las más pobre de nuestro país.
 
Como decía, la región necesita una solución en materia de desarrollo que permita cerrar esta brecha, pero sabemos que esta solución no se alcanza solamente durante un periodo de Gobierno. Por eso hemos conversado con los Parlamentarios, insisto, la mayoría de un color distinto al nuestro, de nuestro Gobierno, y quiero agradecer la apertura que han tenido todos los Parlamentarios y Parlamentarias de la zona, la Senadora Aravena, el Senador García, la Diputada Ñanco, el Diputado Leal, el Diputado Ojeda, el Senador Quintana, la Diputada Naveillán, a abrirse a construir en conjunto este proceso. Que no se ofendan los que no nombré, son varios, pero sepan de que en la reunión que tuvimos anotamos claramente cada una de las consideraciones.
 
Y, por eso, le he hecho una invitación a los 32 Alcaldes, a todas los Parlamentarios de la zona, Parlamentarios y Parlamentarias, a que juntos convirtamos este Plan Buen Vivir en una ley de Estado para la región, que sea una política permanente para entregar bienestar a estas tierras que tan postergadas han estado. He encomendado a la Ministra Ana Lya Uriarte que lidere este esfuerzo con un pie muy puesto en la región porque estas soluciones no se construyen desde Santiago.
 
Y, por eso, la labor que tiene que cumplir nuestro Delegado, José Montalva, es fundamental y cuenta con todo mi respaldo para ello.
 
Esta es mi primera visita a La Araucanía, pero sepan que no será la última. Quiero venir varias veces durante mi mandato a seguir escuchando, a seguir dialogando y a seguir trabajando en las soluciones que tan urgentemente se necesitan. Tenemos la oportunidad de avanzar si lo hacemos juntos, respetándonos los unos a los otros y excluyendo la violencia. No desaprovechemos esta oportunidad.
 
Muchísimas gracias.