Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa en acto de conmemoración y reflexión a 49 años del Golpe de Estado en Chile

11 SEPT. 2022
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Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa en acto de conmemoración y reflexión a 49 años del Golpe de Estado en Chile

Hoy en la mañana, temprano, estábamos con Isabel, con Maya, con Denisse, con la familia Allende en el Cementerio General e Isabel me decía que ese martes 11 fue un día también gris, no sólo en lo simbólico, sino que fue un día que amaneció nublado y se quedó así por mucho tiempo. Y que este frío, quizás inesperado, nos recuerda también a ese momento.
 
Hoy en la mañana me despertaba y comentábamos en nuestro Comité Político el que pensáramos con perspectiva de cómo estaban quienes nos antecedieron hace 49 años, para con esa perspectiva tener justamente más fuerza para seguir adelante.
 
Y es que hace 49 años estos muros, que hoy día naturalizamos y por los que paseamos, por los que trabajamos fueron testigos de una serena firmeza con la que un grupo de chilenos y chilenas intentaron defender las instituciones democráticas, mientras eran avasalladas por la fuerza de las armas.
 
Hace 49 años el Presidente Salvador Allende y sus colaboradores y colaboradoras, no nos olvidemos de las mujeres, me contaba Isabel cómo Allende ese día se dirigió a las mujeres para pedirles por favor que salieran, nos dieron una lección histórica de lealtad, de consecuencia, por sobre todo de dignidad.
 
En sus últimas palabras nos recuerda que siempre estará junto a nosotros y ese metal tranquilo de su voz sigue resonando hasta el día de hoy en nuestro cotidiano trabajo. Es cierto, lo seguimos oyendo y creo que hoy lo recordamos como él quisiera que lo recordáramos, pero no lo recordamos sólo a él, porque las gestas históricas no se tratan de una persona, se tratan de un pueblo.
 
Y por eso recordamos hoy día, también, a quienes fueron desaparecidos sin que hasta hoy conozcamos su paradero, a quienes sufrieron persecuciones, humillaciones y exilios, a quienes en los largos años de la dictadura civil y militar cayeron víctimas de la represión sólo por haberse identificado con un gobierno democráticamente electo que buscaba lo mejor para la Patria, a quienes haciendo frente a ese horror lucharon por recuperar nuestra democracia.
 
Y es con todos ellos, con esa historia, con sus familias, con quienes aún no nacíamos, con quienes tenemos un compromiso ético y político que hoy día reafirmamos con mucha fuerza, cuando comenzamos también a conmemorar lo que van ser los 50 años del golpe, ese compromiso es del nunca más, de avanzar en verdad, en justicia y en reparación para todas las víctimas de violencia ejercida por agentes del Estado, porque esa es la única y principal garantía de no repetición que podemos ofrecer, esa la voluntad y el mandato claro, explícito que tiene nuestro Gobierno.
 
Y por eso, también, quiero expresar mi admiración, veo a algunas, a algunos acá, a quienes, a través de sus testimonios, de su lucha inclaudicable han mantenido viva justamente esta memoria. A las organizaciones de familiares de ejecutados políticos, de detenidos desaparecidos, de detenidas desaparecidas, de torturados y torturadas, a las familiares y víctimas de sobrevivientes, a los defensores incansables de los derechos humanos son ustedes un símbolo de dignidad y perseverancia que nos inspira y con quienes aspiramos también a caminar juntos y juntas.
 
Quiero hoy día, en este día tan simbólico, expresar mi admiración por el compañero Presidente Allende, pero, por sobre todo por esa alegría cuando durante la Unidad Popular se estaba haciendo historia, por su profunda convicción democrática que es, sin lugar a dudas, su gran legado que hoy día recogemos. Y ese legado, espero, trascienda fronteras ideológicas y sobre todo penetre en lo más profundo de nuestra comunidad política en un momento en que en el mundo, justamente, la democracia se encuentra amenazada desde diferentes frentes.
 
Lo hemos repetido hasta el cansancio, frente a las divisiones, a los problemas de la sociedad, nosotros vamos a responder con más democracia y nunca con menos. Y esa es precisamente la enseñanza que nos dejó el Presidente Salvador Allende.
 
Hoy día en el mausoleo Marcia Tambutti con leía una frase que cuando veníamos en el auto conversando, Irina me la recordaba por la importancia y la sencillez, una frase del Presidente Allende que no es de las más famosas, no es de las que están seguramente en los posters, pero que es del primer mensaje presidencial del 21 de mayo de 1970, en donde dice -no cito textual, sino recordando lo que nos leía Marcia hoy día- que nuestro proyecto es muy sencillo, quizás, para quienes están acostumbrados a la grandilocuencia, es darle justamente dignidad, calor, trabajo, abrigo al pueblo que lo necesita.
 
No perdamos de vista nunca eso, no perdamos de vista que nosotros no estamos gobernando para la historia, estamos gobernando para el presente, para mejorarle las condiciones de vida al pueblo hoy.
 
Y, por lo tanto, ser parte de esa trenza histórica, entender, como hemos dicho hasta el cansancio, que la historia no parte con nosotros y que esas causas siguen hoy día vigentes, es tremendamente importante y bien vale la pena recordarlas en medio de toda la vorágine política.
 
Sabemos que el legado de quienes han venido luchando, y no hablo en pasado, sino en continuo, por una Patria más justa desde hace tanto, tanto y tanto tiempo, a la salida del cementerio pasábamos por la tumba de Pedro Aguirre Cerda también, no caduca. Y como hemos dicho en estos días, a quienes vienen a convidar a arrepentirnos de las convicciones que tenemos, les decimos claramente que nosotros no renunciamos, que vamos a defender firmemente el mandato por el cual llegamos acá, que es un mandato de transformación, un mandato de diálogo, un mandato de generar condiciones de vida digna para nuestro pueblo.
 
Y ese camino de cambios pasa también por hacerse cargo de tener una nueva Constitución escrita en democracia. Estamos trabajando en conjunto con el Parlamento para aunar las voluntades necesarias y llegar a acuerdos que permitan delinear ese futuro en el corto plazo.
 
Y ante las voces que poco a poco parecieran deslizar que quieren recular respecto a los compromisos adquiridos con el pueblo de Chile, me permito también hacerles una reflexión: que los resultados del Plebiscito del pasado domingo no son apropiables por nadie en particular. Y no cometan el error de creer que el que se haya rechazado el texto propuesto por la Convención significa un rechazo a los cambios y transformaciones en Chile. Eso no es así.
 
Nosotros tenemos que trabajar unidos, tenemos que trabajar por encontrarnos, pero, como bien decía nuestra Ministra del Interior, no cambiar no es una opción. Lo decía también nuestra Ministra Vocera de Gobierno Camila Vallejo, lo dice hoy también nuestra Ministra Segpres Ana Lya Uriarte, nótese las mujeres poderosas con las que estamos gobernando.
 
Yo y nosotros como Gobierno entendemos que la democracia toma su tiempo y estoy profundamente convencido que durante nuestro periodo tendremos una Constitución de la cual todos y todas, más allá de nuestras legítimas diferencias políticas, podamos sentirnos orgullosos.
 
Y quiero volver a reiterar algo que decía semanas antes del Plebiscito y vincularlo con el día de hoy: yo confío firmemente en la sabiduría del pueblo y eso significa no despreciar, no ningunear las decisiones que toma el pueblo, porque diferencia de hace 49 años la derrota que sufrimos en las urnas quienes estábamos por la opción que fue derrotada, el Apruebo, fue una derrota democrática, a diferencia de hace 49 años que fueron las armas, la violencia, la ignominia, la traición la que pretende imponerse.
 
Y esa es una reflexión que bien vale hacerla sentir fuerte. Cuando se pierde democráticamente, se aprende, nos fortalecemos. A veces, como decía un profesor, la victoria marea, hace perder perspectiva. En cambio, en la derrota justamente se fortalecen las convicciones y nos ayuda a avanzar como creo, tengo la convicción, que nos llama el pueblo de Chile con mucha decisión, con gradualidad, pero sin renunciar.
 
Los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para arribar a un texto que refleje los anhelos de justicia y dignidad que han sido expresados colectivamente tantas veces a lo largo de nuestra historia.
 
Por nuestra parte, como he repetido hasta el cansancio y lo vamos a ejercer en la práctica, seremos leales a ese mandato, gobernando también con la conciencia de las necesidades urgentes de nuestro pueblo hoy día: la seguridad, el costo de la vida, las listas de espera en salud, la falta de vivienda.
 
Estaremos ahí trabajando incansablemente para solucionar cada uno de esos problemas todos los días. Eso es lo que nos tiene que mover. Como decía Allende las cosas sencillas del bienestar del pueblo.
 
Este 11 de septiembre, como saben, da comienzo a la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, y nos hemos comprometido y creo que lo importante mencionarlo porque me sorprendió mucho que organizaciones de derechos humanos me dijeran que esto durante mucho tiempo no se decía, a seguir buscando incansablemente a los detenidos desaparecidos.
 
1.192 detenidos desaparecidos que todavía no sabemos dónde están. No es aceptable, no es tolerable, no lo podemos naturalizar.
 
Lo dijimos el 1° de junio en la Cuenta Pública y hoy comparto con ustedes la materialización de ese compromiso, con la puesta en marcha del Plan Nacional de Búsqueda que se va a realizar en conjunto, de manera participativa con las agrupaciones de familiares de víctimas. No algo impuesto por el Estado desde nuestro propio criterio, tiene que ser con las víctimas, avanzando junto con ellas.
 
Seguiremos cultivando la memoria porque estamos convencidos que la memoria no es un ejercicio de pasado, no es un ejercicio puramente intelectual, sino que es un ejercicio movilizador.
 
Hay algunos que parecieran creer, ayer veíamos en redes sociales diferentes rumores respecto a eso, de que la derrota nos debilita, nos desestabiliza. No es necesario que mientan, aquí estamos, firmes, y vamos a seguir trabajando por construir un Chile más justo.
 
Muchas gracias.