Presidente Piñera encabeza la Ceremonia de Graduación de la Policía de Investigaciones (PDI)

28 NOV. 2019
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, encabeza la Ceremonia de Graduación de la Policía de Investigaciones (PDI).

Muy buenos días:  
 
Señor Presidente del Senado, señor Presidente de la Cámara de Diputados, señor Fiscal Nacional, señora Vicepresidenta de la Cámara de Diputados, señores Ministros, señor Director General de la Policía de Investigaciones, autoridades, señoras y señores:
 
Nunca deja de producirme orgullo y emoción escuchar a los nuevos detectives prometer ante la bandera y ante la Patria dedicar su vida a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes y, sobre todo, cuando afirman que están dispuestos a rendir su vida si fuera necesario.
 
Somos muchas las autoridades que juramos cumplir con nuestro deber y cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, pero cuando a eso se agrega la voluntad de estar dispuesto a rendir su vida esa promesa adquiere otra dimensión.
 
Porque todos sabemos que no es una promesa lírica o teórica: a lo largo de su historia la Policía de Investigaciones ha conocido muchos mártires que han muerto cumpliendo con su deber y, probablemente, recordando el día en que juraron ante la bandera y la Patria estar dispuestos a rendir su vida si fuera necesario.
 
Por eso quiero empezar por reconocer, valorar y agradecer la labor que cumple la Policía de Investigaciones porque ésta es una institución joven, pero que le ha tocado a lo largo de sus años dar pruebas de su compromiso, de su vocación y por, sobre todo, de su amor por Chile.
 
Por esa razón hoy día en que 181 hombres y 80 mujeres junto a 8 alumnos becarios egresan de esta Escuela es un momento para hacer una reflexión. Venir a esta ceremonia -como lo he hecho ya muchas veces- siempre me produce una sensación, un sentimiento de mucho orgullo, de mucha gratitud.
 
En primer lugar, porque a lo largo de mis casi 30 años de servicio público he recorrido mi país en incansables e incontables ocasiones y he visitado muchos lugares donde los detectives y la Policía de Investigaciones cumple su labor en sus cuarteles. Y siempre he visto una actitud, una disposición, un compromiso que va más allá de ejercer una profesión, que refleja una profunda vocación que es la que hoy día simboliza con esta promesa que todos hemos escuchado.
 
Pero también porque los países, la democracia, la paz social, la sociedad chilena necesitan que haya fuerzas que dentro del marco de la Constitución y la ley se comprometan con el respeto a esa Constitución y esa ley, y con darles a nuestros compatriotas esa seguridad, esa paz tan importante para que puedan desarrollar sus vidas con libertad y puedan cumplir sus proyectos de vida, puedan cumplir sus sueños.
 
Por esa razón quiero decirles a los detectives que hoy día egresan de esta Escuela que estamos muy conscientes de que han tenido que sortear largas y difíciles jornadas de estudios, que han tenido que hacer muchos sacrificios, que han entregado lo mejor de sí mismos y que ahora van a poder empezar a cosechar los frutos de ese esfuerzo  que irán en directo beneficio de su desarrollo profesional como detectives de la Policía de Investigaciones, pero también de todos los chilenos y de nuestra Patria y sociedad en su conjunto.
 
El mérito de esta graduación por supuesto que es de ustedes, es también de la Policía de Investigaciones y su Escuela Arturo Alessandri Palma, pero por sobre todo es de los padres de los detectives que hoy día se gradúan, porque el amor por Chile, el amor por la Patria es algo que se inculca desde la más temprana edad en el seno del hogar. Y por eso yo quiero agradecer muy sinceramente a los padres porque ustedes con los valores que les han inculcado, por este amor por Chile que sembraron desde su más tierna infancia han hecho un gran aporte a que hoy día podamos tener una nueva generación de detectives al servicio de la Patria.
 
Ese entusiasmo, esa vocación no son siempre espontáneas, muchas veces es fruto de la enseñanza, de los valores y los principios que adquieren en su hogar en primera instancia, en la Policía de Investigaciones, pero también a lo largo de la vida.
 
Por eso ese esfuerzo, esa dedicación, ese compromiso y ese verdadero amor por Chile que refleja la promesa que acabamos de escuchar es algo que, sin duda, todos los chilenos y chilenas reconocemos, apreciamos, agradecemos y nos sentimos orgullosos.
 
Quiero también hacer un reconocimiento a la primera antigüedad que logró las mejores calificaciones de su generación, la Brigadier Mayor Bárbara Barra Carreño que a sus 21 años -a través de ella yo estoy seguro que interpreto a todos ustedes- inicia, con esperanza, con vocación y con un gran compromiso, una carrera profesional.
 
Que tengan una gran carrera profesional dentro de la Policía de Investigaciones y que nunca olviden la promesa que hoy día han hecho en servicio de la Patria.
 
Ser parte de la Policía de Investigaciones no es, nunca ha sido, ni tampoco será un trabajo fácil, requiere de muchas cualidades, las propias de todo trabajo o las propias de todo aquello necesario para hacer un buen trabajo. Pero esto requiere mucho más, requiere un compromiso, requiere una vocación, requiere un coraje que, sin duda, es parte de lo que esta Escuela a ustedes les inculca y les enseña.
 
Quiero también decir que estamos viviendo tiempos muy difíciles y, por eso, la sociedad chilena necesita más que nunca los servicios de nuestras Fuerzas de Orden y Seguridad, la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile.
 
Por esa razón, quiero que tengamos conciencia porque aquí no hay que dar espacio ni a la tibieza ni la ambigüedad ni mucho menos a la debilidad; estamos enfrentando a un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie, que no respeta la vida de los seres humanos, que no respeta a nuestros Héroes como lo vimos con la degradación y ofensa a la estatua de Arturo Prat, que no respeta nuestras infraestructuras más básicas y que sirven a millones de chilenos como el Metro o como nuestros hospitales. Un enemigo que actúa con una planificación profesional y con una maldad sin límites.
 
Por eso, quiero decirlo en forma fuerte y clara: la democracia, la sociedad, los chilenos, tenemos no solamente el deber, tenemos el derecho de defendernos de este poderoso e implacable enemigo con las armas que nos entrega la Constitución, la ley y el estado de derecho.
 
Y, por esa razón, yo creo que hoy día necesitamos perfeccionar esas herramientas y esos instrumentos para que nuestras Fuerzas de Orden y Seguridad puedan proteger mejor a nuestros ciudadanos y puedan proteger mejor a nuestra sociedad. Esto lo hemos expresado en proyectos de ley, pero quiero decirlo en palabras simples, la legislación que tenemos hoy día para combatir a los encapuchados, a los saqueadores, a los vándalos, a los que hacen barricadas y obstaculizan el libre tránsito no es suficiente; requerimos leyes más severas para poder enfrentar con mayor eficacia a este poderoso e implacable enemigo.
 
También en circunstancias especiales necesitamos poder contar con la colaboración de nuestras Fuerzas Armadas para proteger lugares críticos, infraestructura crítica para nuestro país, para proteger las fuentes de electricidad, las líneas de transmisión, las estaciones y subestaciones, para proteger el aprovisionamiento de agua potable, para proteger las telecomunicaciones, para proteger nuestros hospitales, por dar sólo algunos ejemplos.
 
Y, por eso, hemos como Gobierno planteado al Congreso nuevas leyes para poder tener mejores instrumentos para combatir a estos males.
 
Y, por supuesto, –y esto también es urgente y necesario– necesitamos un nuevo Sistema Nacional de Inteligencia porque a la delincuencia se la combate no solamente con la fuerza, también se la combate con inteligencia y ahí tenemos –y todos lo sabemos– una gran carencia.
 
Y, por supuesto, también modernizar a nuestros Carabineros de Chile.
 
Quiero también mencionar que cuando salgan ustedes, los flamantes nuevos detectives, a patrullar y a cumplir sus misiones de investigación en las calles, en los lugares públicos en todo el territorio nacional, quiero que sepan que no solamente están cumpliendo con su deber, sino que también están cumpliendo una misión absolutamente indispensable para que nuestro país, nuestra sociedad pueda vivir en plena democracia, paz y tranquilidad.
 
Y, por eso, ustedes salen, es cierto, a arriesgar sus vidas, pero para proteger las vidas de todos los demás chilenos y chilenas y ciudadanos, para proteger sus derechos, para permitirles poder desarrollar su vida con normalidad y, muy especialmente, para impedir que un puñado de delincuentes que no respetan nada ni a nadie pretendan que pueden controlar las vidas de millones y millones de chilenas y chilenos que sólo queremos vivir en paz y con tranquilidad.
 
Por eso, salen ustedes a desempeñar sus labores en un momento en que quizás la Patria, la sociedad los necesita más que nunca, a cumplir y a hacer cumplir la Constitución y las leyes como lo acaban de jurar, a combatir esa violencia criminal que hemos conocido en los últimos días, esa delincuencia sin límite que también está involucrada el narcotráfico, movimientos anárquicos y muchos otros, y siempre y en todo momento tienen que hacerlo dentro del marco de la ley, dentro del marco del respeto a los Derechos Humanos de todas las personas.
 
Por eso, yo estoy seguro que lo que les quiero pedir hoy día es lo que les piden, en el fondo de su alma y su corazón, todos los chilenos que le salgan con orgullo de ser detectives de la Policía de Investigaciones, salgan con la cabeza en alto a cumplir una labor que no solamente está establecida en la Constitución y la ley, sino que es una labor indispensable en que ustedes son insustituibles para que todos los chilenos podamos vivir en paz y podamos cumplir nuestros sueños junto a nuestros seres queridos.
 
Muchas gracias.