BIOBIO - Presidente Piñera encabeza acto en conmemoración por terremoto de 2010

27 FEB. 2019
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, acompañado por la Primera Dama, Cecilia Morel; el Intendente de la Región de Biobío, Jorge Ulloa; el Ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine; y el Ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, encabeza acto por el noveno aniversario del terremoto de 2010.

Muy buenas tardes:
 
La verdad es que es un privilegio poder estar, creo que ésta es la vez numero once que tengo la oportunidad de compartir con los vecinos de Dichato, en circunstancias tan distintas, pero siempre el mismo espíritu, la misma voluntad, el mismo temple.
 
Hoy es 27 de febrero, hace 9 años, los chilenos tuvimos que enfrentar una vez la fuerza de la naturaleza y enfrentar también los dolores de la adversidad. Porque Chile es un país maravilloso y eso lo sabemos todos, y cuando Dios creó Chile estaba muy contento, de muy buen humor.
 
Pero también es un país que tiene una naturaleza indómita que cada cierto tiempo despierta y nos recuerda que en este mundo el hombre propone, pero Dios dispone.
 
Un 27 de febrero del año 2010, que nunca ninguno de nosotros, ni ninguno de los chilenos va a olvidar, en pocos minutos la naturaleza se dejó caer sobre nuestro país, con uno de los terremotos más fuertes de la historia de la humanidad. En esa época, el terremoto del 27F era el quinto terremoto más fuerte, más grave en la historia conocida de la humanidad. Después vino el de Japón, un año después, y ahora es el sexto.
 
Y curiosamente Chile tiene en esta materia un verdadero récord mundial, porque Chile ha sido un país que siempre le ha tocado enfrentar la adversidad, desde los tiempos de la Colonia y antes de la Colonia, todos recordamos el incendio de Valparaíso, el terremoto de Chillán, el terremoto de Valdivia y el terremoto del 27 de febrero del año 2010 y el tsunami que posteriormente nos arrasó. 
 
Yo recuerdo ese día como si fuera hoy, lo recuerdo en cada momento, porque en tres minutos se dejó caer la fuerza de la naturaleza y Chile debió enfrentar la adversidad. En pocas palabras, en tres minutos perdimos cerca de 500 vidas que es lo más lamentable del recuerdo que tenemos de ese día.
 
Pero eso no fue todo, también el terremoto significó 2 millones de compatriotas que fueron damnificados, más de 223 mil viviendas destruidas, nos costó el daño severo o la destrucción total de una de cada tres escuelas, de uno de cada tres hospitales, significó la destrucción de más de 1.800 obras de infraestructura en las regiones, desde Valparaíso hasta la Región de La Araucanía, que fueron golpeadas por el terremoto y el maremoto de ese 27 de febrero.
 
12 millones de chilenos vivían en las regiones donde el terremoto y el maremoto se hicieron sentir con toda su fuerza.
 
Y podríamos seguir, la destrucción de infraestructura, de obras patrimoniales, de obras históricas, de cuarteles militares, de cuarteles de la Policía, lo que pasó en Talcahuano con la Base Naval, que prácticamente fue arrasada por las olas del maremoto.
 
Pero lo más impresionante, lo que queda en el recuerdo no es sólo la destrucción que causó ese terremoto y ese maremoto, lo que queda en el recuerdo de todos los seres humanos fue la forma en que los chilenos supimos reaccionar y enfrentar la adversidad. Ustedes saben que el valor de un capitán no se mide cuando las aguas están calmas, se mide en medio de la tormenta, por la capacidad de liderar, de enfrentar, de conducir y no dejarse apabullar por las malas condiciones o las adversidades del clima.
 
Lo mismo pasa con los pueblos, los pueblos demuestran de qué manera están hecho y demuestran el temple de su alma cuando tienen que enfrentar la adversidad, y yo sí me siento orgulloso de muchas cosas del pueblo chileno, pero tal vez de la que más orgulloso me siento es de esa capacidad, esa valentía, ese coraje, ese temple para enfrentar la adversidad y no dejarse quebrar por los malos tiempos. Y en esa oportunidad, Chile demostró lo mejor de su alma y los chilenos mostraron lo mejor de su espíritu, porque a pesar de la tragedia y del dolor, supimos secar las lágrimas, arremangarnos las mangas y ponernos a reconstruir lo que el terremoto, el tsunami y la naturaleza habían destruido. 
 
Les voy a contar dos anécdotas. El día 12 de marzo, primer día de nuestro Gobierno, vino el Ministro de Educación a nuestra oficina, después de haber visitado la zona que habían sido golpeadas por la tragedia, volvimos a La Moneda a ponernos a trabajar. Y me dijo “Presidente, uno de cada tres estudiantes chilenos no puede volver a clases, por una razón muy simple, porque sus escuelas están dañadas o destruidas. Y tenemos dos opciones, o cancelamos el año escolar o hacemos un esfuerzo épico para lograr que todos los niños chilenos pudieran recuperar o reiniciar el año escolar con normalidad”.
 
Yo recuerdo que nos dimos un plazo de 45 días y a los 45 días todos los estudiantes chilenos, no solamente los 3 millones que son el total, sino que ese millón 250 mil que había perdido su escuela, estaba de vuelta en la sala de clases, con soluciones de emergencia, con container, buscando más turnos en las escuelas que habían sobrevivido, haciendo mil esfuerzos.
 
A los pocos minutos vino el Ministro de Salud y me dijo “Presidente, vamos a tener una tragedia sanitaria en la Región del Maule, porque se cayeron todos los hospitales, el Hospital de Curicó, el Hospital de Talca, de Cauquenes, de Parral, de Constitución, y por lo tanto tenemos una tragedia ad portas”. Y sin embargo enfrentamos esa tragedia y no hubo ninguna crisis sanitaria y pusimos en marcha el aparato de salud de nuestro país dentro de los primeros 60 días.
 
Después vino el Ministro de Agricultura y me contó que con la destrucción de los embalses, los canales de regadío, estaba en riesgo toda la temporada agrícola de ese año y, sin embargo, la temporada agrícola pudo funcionar con normalidad.
 
Realmente eso demuestra el valor, el temple, la calidad, el espíritu y el alma de los chilenos, que dimos un ejemplo mundial. La forma en que enfrentamos el terremoto del 27F hoy día es un ejemplo para el mundo entero.
 
A los pocos días, de hecho, 90 días después del terremoto, habíamos recuperado toda nuestra infraestructura. Habíamos recuperado las mil 800 obras, en algunos casos con soluciones de emergencia, en otros casos con soluciones permanentes, pero todas las obras habían permitido recuperar la conectividad de nuestro país. Y a los 120 días del terremoto la economía chilena comenzó nuevamente a crecer y a crear empleos.
 
Mucha gente pensaba que esto era imposible y, tal vez, es imposible para mucha gente, pero no para los chilenos. Por eso yo creo que la demostración de coraje, de fuerza, de solidaridad, de compromiso y de capacidad de enfrentar la adversidad que mostramos los chilenos es algo que va a quedar en la memoria, no solamente nuestra, sino que del mundo entero.
 
Yo quisiera hacer una mención a lo que pasó aquí en Dichato, con Cecilia estuvimos aquí en Dichato y acabamos de ver las fotos que nos recuerdan cómo quedó Dichato después del terremoto y después del maremoto, absolutamente destruido.
 
Alcalde, usted me contaba conde había estado el 27F a las 3 de la mañana, porque nadie olvida dónde estuvo esa fecha y, también, me mostró cómo la destrucción se ensañó con esta comuna y, especialmente, con Dichato. Y mire lo que tenemos hoy día. Esto demuestra que un pueblo unido que enfrenta con coraje y con solidaridad la adversidad, va ser capaz de hacer verdaderos milagros.
 
Yo les recordaba que un año después del terremoto del 27F hubo un terremoto en Japón y poco tiempo después yo fui a Japón y me reuní con el Primer Ministro y le pregunté cuál iba ser el tiempo de reconstrucción, cuál iba ser el impacto sobre la economía y él me dijo “mire, esto nos va a tomar 10 años para reconstruir -y, de hecho, todavía están reconstruyendo- y va a significar una recesión en la economía japonesa”.
 
Y después me preguntó “¿y ustedes?, yo pensé ¿qué le digo después de haber escuchado sus palabras”, y le dije: mire, en nuestro caso vamos a reconstruir todo en 4 años y no va a haber ninguna recesión, al revés, el año 2010 va a ser un año de gran crecimiento para muestra economía”. Él me miró como diciendo “benditos los ingenuos”.
 
Pero un poco tiempo después nos volvimos a encontrar y revisamos las mismas cifras y Chile logró reconstruirse en 4 años y la economía chilena nunca tuvo ninguna recesión, al revés, creció con mucha fuerza el mismo año del terremoto.
 
Yo les quiero contar también otra anécdota, una vez conversando con el Presidente Obama, me comentó que “Chilean way”, la mera chilena de hacer las cosas, que nosotros siempre lo identificábamos con gasfíter, con la cosa improvisada, con el “alambrito”, era sinónimo de hacer las cosas bien.
 
Y por eso yo quiero agradecer a la gente de Dichato y agradecer a todos mis compatriotas porque la forma en que supimos reaccionar y reconstruir nuestro país, muestra que somos un pueblo que tiene coraje, que tiene temple, que tiene valor, que tiene fuerza y que tiene esperanza.
 
Y esa misma fuerza y esa misma esperanza la vamos a necesitar hoy día, porque el año 2010 el desafío fue reconstruir nuestro país. Hoy día tenemos nuevos desafíos, derrotar el subdesarrollo, derrotar la pobreza, lograr que todos nuestros compatriotas tengan oportunidades de desarrollar sus talentos y llegar tan lejos como grandes sean sus sueños y fuerte sea su voluntad, lograr que todos nuestros compatriotas sepan que tienen garantizada una vida con dignidad.
 
Pero, también, que la vida no depende de lo que haga el Estado por ellos, el Estado les puede asegurar un piso, pero nunca el Estado va a poder reemplazar el compromiso, la fuerza, la voluntad y el talento que cada uno de nosotros pone en cumplir sus propios sueños y en desarrollar sus propios talentos.
 
Por eso yo creo que todos los chilenos, hoy día que recordamos el 27 de febrero de 2010, con 9 años de distancia, podemos sentirnos muy orgullosos del país que tenemos y yo como Presidente de Chile me siento muy orgulloso de todos los chilenos. Porque hemos demostrado una y mil veces que por fuerte que sean los desastres naturales, por fuertes que sean los golpes de la adversidad, y yo creo que Dios nunca nos pone una prueba sin al mismo tiempo darnos los instrumentos y las herramientas para poder superarlas, los chilenos hemos demostrado que somos un pueblo muy especial, que somos un pueblo de solidaridad, que somos un pueblo, que somos un pueblo de coraje, que somos un pueblo de esperanza y que cuando estamos unidos somos capaces de conquistar los más grandes logros y las más grandes victorias y escribir las páginas más hermosas y luminosas de la historia de nuestro país.
 
Ojalá, el ejemplo del 27F nos inspire para enfrentar los desafíos futuros.
 
Y quiero, también, recordar a los que perdieron su vida en ese día del 27F y hacer un llamado y un saludo de solidaridad, de cariño a sus familias, porque yo sé que para ellos esa pérdida nunca la va a poder recuperar, pero, también quiero que sepan que el ejemplo que ustedes dieron, es un ejemplo que inspira a, no solamente a todos los chilenos, va a ser un ejemplo que va a inspirar también a nuestro hijos, a nuestros nietos y a las generaciones que vendrán.
 
Por todo eso quiero decirles a nuestros compatriotas, tenemos un país maravilloso, cuidémoslo, no nos dejemos atrapar en la guerrilla permanente, en el conflicto permanente, sepamos distinguir que hay cosas que nos dividen y que nos separan, y que es legítimo que así sea, pero es mucho más fuerte lo que nos une y, por tanto, siempre busquemos los caminos de unidad.
 
Porque cada vez que Chile se ha dividido, en una lucha fratricida entre sus propios hijos, hemos cosechado nuestras más amargas derrotas. Y cada vez que nos hemos unido detrás de una causa noble, hemos conquistado nuestros más grandes triunfos.
 
Hoy día en este mundo difícil que es estamos enfrentando más que nunca, requerimos unidad, requerimos generosidad, porque solo así vamos a llegar más lejos, vamos a avanzar más rápido y vamos a cumplir mejor nuestros sueños y desarrollar mejor nuestros talentos.
 
Muchas gracias.