Presidente Piñera asiste a la celebración de Janucá

6 DIC. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, asiste a la celebración de Janucá.

Muy buenas tardes:
 
A mí siempre me ha emocionado e inspirado la fiesta de Janucá, por su pureza, su simpleza, su belleza, su fortaleza y su significado profundo.
 
Y por eso quiero compartir con ustedes mi alegría de poder estar celebrando hoy día, en el Patio de Los Cañones, en la casa de La Moneda, la casa de todos, esta fiesta tan inspiradora.
 
Y también quiero decirles que hay una lección que hemos aprendido, porque el Shamash ha mantenido su luz, a pesar de los embates del viento, mantiene su luz -y ésta es una lección para los ministros- y muchas de las otras velas se apagaron, pero fueron reencendidas por la luz del Shamash.
 
Y quería contarles una anécdota. Cuando venía bajando a esta fiesta, yo vengo llegando de la Región de O’Higgins, donde tuvimos una larga jornada esta mañana, me encontré con el presidente de la Comunidad Judía y con el Capellán judío de La Moneda y les pregunté ¿cómo se pronuncia esta fiesta? Uno me dijo “Januca”; el otro me dijo “Janucá”. Me di cuenta que eran legítimos representantes de la Comunidad Judía. Y si le hubiera preguntado a un tercero, habría tenido una tercera opinión.
 
Pero eso es parte de la riqueza, de la libertad y, por tanto, enriquece cuando sabemos conducirlo en un sentido que nos lleva a todos a buen puerto y no enfrentarnos fratricidamente, como a veces ocurre.
 
Pero, además, esta fiesta de Januca o Janucá, tiene un significado histórico muy profundo, porque es una expresión de amor y compromiso por la libertad.
 
Cuando uno no tiene amor por las cosas, puede luchar por ellas, pero es como un mercenario; cuando uno lucha por cosas y lucha con amor, logra resultados muy fecundos.
 
Por eso, la historia que dio origen a esta fiesta, en el siglo II antes de Cristo, cuando un Rey, Antíoco IV, de Grecia, decidió helenizar al pueblo judío. Y el pueblo judío quería mantener su alma, su espíritu, su libertad, y decidió resistir, y lo hizo en condiciones muy adversas. Pero tenía la luz de su espíritu y la fuerza de su libertad, que les permitió conquistar el triunfo, que da origen a esta fiesta de la luz, la paz, la vida, la luz que nos ilumina, la paz que nos acompaña, la vida que nos permite desarrollarnos como personas.
 
Y por eso Janucá, además refleja ese milagro, que Claudio calificaba como un milagro menor, que fue lo que podía ser solamente la luz de un día, y por tanto no iba a permitir la permanencia de esa luz y de ese fuego, tuvo la capacidad de extender y llegar a permitir que la luz brillara durante los 8 días de la fiesta.
 
Y por eso, a mí me produce una gran emoción y una gran alegría participar de esta fiesta en que se encienden velas. Una vela para cada uno de los valores y principios que simboliza la fiesta de Janucá: la paz, la coexistencia, la solidaridad, la educación y la cultura, la democracia -que, Cecilia Pérez, desgraciadamente se apagó, lo cual muestra que hay que cuidarla, porque es frágil-, la continuidad, la juventud, la innovación, la creatividad -tan importante en los tiempos modernos- y la libertad, la libertad de expresión.
 
Por eso la fiesta de Janucá es la fiesta de la libertad, la fiesta de la paz, la fiesta de la vida, y algo tan importante como la libertad religiosa.
 
Si hay algo donde nadie debe interferir, si hay algo donde tenemos que dejar que se exprese libremente nuestra conciencia, debe expresarse en muchos campos, pero si yo tuviera que escoger uno donde creo que la libertad fundamental es nuestra relación con Dios, con el Creador, con nuestro espíritu.
 
Y por eso es tan importante que en Chile seamos cuidadosos y estemos siempre alerta a cuidar y preservar la libertad religiosa, la igualdad de cultos.
 
A mí me tocó como senador participar en la Ley de Libertad de Cultos e Igualdad Religiosa, pero eso ya fue hace casi 20 años, y hoy día estamos trabajando en actualizar, modernizar, potenciar y poner a tono con los tiempos esa ley y estamos recibiendo -y me alegro mucho- la colaboración de todas las religiones, de todos los credos, de todas las personas de buena voluntad que quieren aportar en ese terreno.
 
Pero también es importante señalar que hay otro aspecto que a mí preocupa, que fue mencionado por el presidente de la Comunidad, que es luchar contra un enemigo poderoso, que a veces se oculta, pero apenas nos descuidamos vuelve a mostrar su rostro amargo, su rostro cruel, que es precisamente la discriminación, la violencia, el odio, que ha producido tanto daño en la historia de la humanidad. Uno se pregunta cómo pueblos enteros que uno los veía que eran iguales a todos los demás, que tenían familia, que creían en Dios, que protegían la naturaleza, que cuidaban a sus niños, de repente pueden enloquecer y cometer las atrocidades y los abusos más profundos, más dolorosos y más hirientes. Y eso ha ocurrido a lo largo de nuestra historia, y especialmente durante el siglo pasado.
 
Y por eso es tan importante estar atento y alerta.
 
Por eso recojo su llamado y estamos trabajando en impulsar una ley que nos permita estar alertas y precavidos frente a todo asomo de odio por cualquier causal -religioso, preferencia sexual, étnico, socioeconómico- contra todo asomo de violencia, contra todo asomo de discriminación.   
 
Quisiera terminar estas palabras diciendo que estos principios que inspiran cada uno de estas 8 velas, son principios que son muy válidos no solamente para el mundo del pueblo judío, son principios que son muy importantes y trascendentes en la conducción y la marcha de un país.
 
Y por eso esperamos que estas 8 velas, o al menos las que están todavía encendidas, por supuesto que la del Shamash de todas maneras, pero también algunas que han logrado resistir los embates del viento, sean verdaderos faros, luces que iluminen y guíen la marcha de nuestro país, y que también iluminen y guíen a sus gobernantes, a sus parlamentarios, a sus autoridades, y a todos y cada uno de nosotros.
 
Quisiera terminar expresando que yo hago un fuerte, firme y claro reconocimiento, valoración y expresión de gratitud al pueblo judío, por lo mucho que ha aportado a Chile, y está presente desde los primeros inicios de la Independencia de Chile, y a lo largo de toda nuestra historia independiente ha hecho un aporte importante y significativo.
 
Y me quiero sumar a este espíritu Macabí, porque me tocó ver el trabajo de Claudio Grossman, lo pude ver trabajando con compromiso, con dedicación, con inteligencia, pero también con prudencia, con fortaleza. Y eso permitió inspirar a todo el equipo que, por supuesto, hizo un gran aporte a que la causa de la defensa legítima de los intereses de nuestro país, encontrara un buen puerto en la Corte Internacional de Justicia, que nos dio la razón, porque muchas veces no basta con tener la razón, hay que saber defenderla, expresarla y conseguirla.
 
Pero para ser justos, quiero también hacer un homenaje a su mujer, porque detrás de cada gran mujer o al lado de cada gran mujer, siempre hay un gran hombre, y ese hombre es Claudio Grossman, a quien le agradezco como Presidente de Chile por todos sus servicios.
 
Feliz Janucá, Feliz Navidad y construyamos juntos ese país más libre, más grande, más justo, más solidario, más humano y más cariñoso.
 
Muchas gracias.