Presidente Piñera presenta la Agenda de Gobierno sobre Educación Técnico Profesional

22 OCT. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, acompañado por la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, presenta la Agenda de Gobierno sobre Educación Técnico Profesional.   

Muy buenos días:
 
Es una gran alegría y honor estar nuevamente en este “Instituto Cumbre de Cóndores”.  A qué más se puede aspirar, que llegar a las más altas cumbres, donde sólo llegan los más fuertes cóndores.
 
Yo recuerdo haber participado en la inauguración de este Liceo Bicentenario de Excelencia y también recuerdo -no haber participado, pero sí haber visto imágenes- de cuando vino la Primera Dama de Estados Unidos, con la entonces Primera Dama de Chile, a un encuentro con ustedes.
 
Y por eso, es una gran oportunidad para enfatizar la importancia que tiene la educación en nuestro país.
 
Señora ministra de Educación, doña Marcela Cubillos, usted tiene una gran tarea: entregar lo mejor de sí misma para darles buena educación a todos nuestros niños y jóvenes; y usted, señor ministro del Trabajo, don Nicolás Monckeberg, tiene también una gran tarea: que estos jóvenes encuentren buenos trabajos, donde  puedan desarrollar sus conocimientos, sus habilidades y sus talentos; y usted, señora diputada, Erika Olivera, señor diputado Luis Pardo, también tienen una gran tarea: aprobar los proyectos de ley que están pendientes en el Congreso en materia de educación.
 
A pocas generaciones en el mundo, tal vez ninguna, le ha tocado vivir una revolución tecnológica, un cambio de paradigma, como la que estamos viviendo nosotros. Ya vivimos una los últimos 20 años, que nos cambió mucho la vida. En este teléfono, hay más capacidad que el computador que permitió llevar a la Luna a Armstrong, hace ya algunas décadas.
 
¿Qué tenemos aquí? Un teléfono, un GPS, una máquina filmadora, una máquina fotográfica, un contacto con el mundo, e infinitas otras funciones. Y esto está recién empezando.
 
Si somos hoy día dependientes de un teléfono inteligente, no se pueden imaginar lo que vamos a necesitar para ser ciudadano de primera clase, incorporarnos a esta revolución que viene, de la Internet de las cosas, de la robótica, de la inteligencia artificial, de las impresoras 3D y 4D, del Blockchain, de la nube, y tantas cosas más.
 
Por esa razón, es muy simple: es como si viniera una ola gigante. Tenemos dos opciones, prepararnos para subirnos arriba de la ola y surfear la ola, y usar su fuerza para avanzar, o darle la espalda y esperar que la ola nos revuelque, nos bote y probablemente nos deje en muy mal estado.
 
Sin duda que en Chile hemos tomado una opción: queremos subirnos arriba de esa ola, surfear la ola, y para eso tenemos que prepararnos, porque la ola está cada día más cerca.
 
Y es por esa razón que estamos trabajando fuertemente en impulsar la educación técnico-profesional, la fuerza que mueve a Chile. Por muchas razones: en primer lugar, porque es la educación técnico-profesional un componente esencial para poder surfear esa ola.
 
Hoy día en Chile tenemos dos profesionales tradicionales por cada técnico; en Alemania es justo al revés. Yo acabo de estar en dos centros de excelencia mundial, la Estación F, en París, y la Escuela de Educación Técnico-Profesional de Siemens, en Berlín. Extraordinario lo que están haciendo. Todo eso lo podemos reproducir acá en Chile.  Y, de hecho, hemos conseguido becas y pasantías para que alumnos como ustedes puedan también interactuar con esos Centros de excelencia mundial.
 
Ustedes saben mejor que nadie, no tengo para qué insistirles, la importancia de una buena educación. Una buena educación abre un mundo de oportunidades; una mala educación conduce a un mundo de frustraciones. Y depende de nosotros, y lo quiero decir con mucha claridad: en el pasado en nuestro país se han hecho muchas reformas, pero la más importante de todas, la que va a hacer la diferencia,  que es mejorar la calidad de la educación, está todavía pendiente, y es nuestra responsabilidad y nuestra misión impulsarla, para que podamos subirnos arriba de la ola y no que la ola nos pase por encima.
 
Y por esa razón estamos impulsando un programa que tiene muchos pilares:
 
Primero, vamos a llegar a 300 Liceos Bicentenario de Excelencia, la mayoría de los cuales van a ser técnico-profesionales. 
 
Cómo no va a ser una fuente de legítimo orgullo ver que los Liceos Bicentenario de Excelencia, que se crearon hace tan sólo 7 u 8 años, hoy día están entre los mejores de Chile. En cambio, los liceos emblemáticos, que son históricos, hoy día están luchando por sobrevivir.
 
Además de eso, el segundo componente de este plan es establecer una educación técnico-profesional, que esté al alcance de todos los estudiantes.
 
Por eso hemos enviado un proyecto de ley que amplía a todos los alumnos pertenecientes a los hogares del 70% más vulnerable, la gratuidad en la educación técnico-profesional, porque necesitamos una buena educación técnico-profesional y porque los alumnos de la educación técnico-profesional tienden a ser los más vulnerables. Ya sabemos que en la educación media casi el 40% de los alumnos asiste a la educación técnico-profesional; queremos que eso sea una carrera y poder integrar la educación técnico-profesional a nivel escolar con la educación técnico-profesional a nivel superior y con el mundo productivo.
 
Porque ésa es la trilogía que nos va a permitir hacer la diferencia.
 
En tercer lugar, estamos haciendo un Marco de Calificación Técnico-Profesional, para saber qué capacitación se requiere, y que la persona que reciba una capacitación, tenga un título que la acredite y que sea válido ante la sociedad las habilidades y los conocimientos que ha adquirido.
 
Además de eso, un mapa georeferencial de todo lo que estamos haciendo en educación técnico-profesional, porque es bueno saber el punto de partida: cuando uno no sabe de dónde parte, no sabe a dónde va a querer ir; y también es bueno saber cuál es el puerto de destino: un marinero que no sabe el puerto de destino, no le sirve ningún viento; a un capitán que sabe cuál es el puerto de destino, le sirven todos los vientos, algunos son mejores que otros, pero todos sirven.
 
La cuarta clave es el Consejo Técnico-Profesional que nos va a permitir diseñar la estrategia y los contenidos de esta nueva educación técnico-profesional para la Sociedad del Conocimiento y la Información. Porque antes se pensaba que la educación técnico-profesional era un tema manual, siempre las manos son muy importantes, pero las manos con la cabeza, son doblemente poderosas. Y por eso hoy día estamos hablando de educación técnico-profesional en programación, en inteligencia artificial, en cosas que requieren habilidades manuales, pero también habilidades intelectuales.
 
Acabamos de compartir con un grupo de alumnos de este Liceo que estaban diseñando algo extraordinariamente útil: unas cajitas que parecen nidos de pájaro, que dentro tienen censores que miden la temperatura, el CO2, la humedad y que van a poder ser muy útiles para prevenir los incendios forestales. Y estamos ad portas de iniciar la temporada de incendios forestales.
 
Y por eso el quinto eje es crear pasantías, becas, en Chile y fuera de Chile. Yo les mencioné que ya conseguimos cupos en los dos Centros más reconocidos del mundo, para estudiantes chilenos, para que puedan interactuar con los mejores, en materia de educación técnico-profesional a nivel del mundo.
 
Y también el Centro de Perfeccionamiento y Experimentación e Investigaciones Pedagógicas, que va a estar en el Ministerio de Educación, que va a permitir capacitar a más de 400 directivos de establecimientos de educación media técnico-profesional, y además formar a muchos docentes.
 
La sexta clave son los Centros de Formación Técnico-Profesionales que el Estado se comprometió a crear. Vamos a impulsar con mucha fuerza los Centros de las regiones del Maule, Araucanía, Tarapacá, Coquimbo y Los Lagos, y continuar con el desarrollo de los otros Centros, para que haya un Centro de Formación Técnico-Profesional de calidad en cada una de las regiones de nuestro país. Y que estén conectados con su región, porque hay veces que las habilidades que se enseñan en una región, no tienen nada que ver con las necesidades de esa región. Y, por tanto, esa adecuación al mundo productivo es un elemento esencial.
 
Por todo esto, sabemos que ésta es la madre de todas las batallas, y sabemos también que, si no ganamos esta batalla, todas las otras batallas van a estar perdidas. Y por eso no tenemos opción, tenemos que ganar la gran batalla por dar educación de calidad a nuestros niños, jóvenes y también a aquellos que ya abandonaron la educación formal.
 
El mundo cambia tan rápido que el principal riesgo de la modernidad es la obsolescencia: uno pestañea, se queda dormido y simplemente la ola pasó por encima y lo dejó atrás. Y para luchar contra la obsolescencia, sin duda que la educación de calidad es el instrumento más poderoso que tenemos.
 
Por eso, para lograr un Chile desarrollado, un desarrollo integral, inclusivo, sustentable, la educación técnico-profesional es la fuerza que va a mover a nuestro país, y por eso tenemos un gran compromiso, pero el compromiso del Gobierno va a ser estéril si no tenemos también el compromiso de los alumnos, que vayan y se comprometan con esta etapa de la vida maravillosa, en que uno estudia, aprende, le enseñan, se forma, amplía sus horizontes;
 
El compromiso de los profesores a entregar lo mejor de sí mismos. No es un trabajo rutinario ser profesor, cada profesor forma aproximadamente a 3 mil alumnos a lo largo de su carrera, son 3 mil vidas que pueden cambiar si el profesor tiene la capacidad, la habilidad, la motivación de tocar esas fibras de motivar y entusiasmar a los alumnos;
 
La participación de los padres y apoderados, que también son parte de la comunidad escolar.
 
Por eso, termino diciendo que me produce una tremenda alegría como Presidente, ver aquí jóvenes preocupados de innovar, de inventar, de ampliar los horizontes, de explorar qué hay más allá, cómo pueden contribuir a mejorar nuestro país, en lugar de ver seudoestudiantes, más bien delincuentes, con overoles blancos, tirando bombas molotov o rociando con bencina a sus propios compañeros y profesores.
 
Muchas gracias.