El Presidente de la República, Sebastián Piñera, inaugura conjunto habitacional en Punta Arenas.
Buenas tardes:
Estamos muy contentos de estar aquí con ustedes, porque sé que es un día muy especial.
Para las familias, la vivienda propia es como un sueño, por algo se dice que “el casado, casa quiere”, pero, sobre todo, cuando han esperado tanto por esta solución.
Y estamos contentos porque este conjunto “Barranco Amarillo” es mucho más que un conjunto de viviendas. Ustedes saben muy bien que uno vive dentro de su casa, pero también vive en su barrio. Y este conjunto “Barranco Amarillo” está muy bien localizado, tiene escuelas, tiene atención de salud, tiene todo cerca. Y, por tanto, es una casa donde vive una familia, un barrio donde vive una comunidad, y un proyecto que busca la integración social, porque en este conjunto van a vivir personas de distintas condiciones, en forma armónica, en forma integrada, en forma inclusiva, como queremos que sea nuestro país.
Y este conjunto tiene un muy buen equipamiento, nos preocupamos especialmente de ello: juegos infantiles, equipamientos deportivos, mobiliario urbano, una sala multiuso, es decir, para que los niños jueguen, los pololos se enamoren, los papás se reencuentren, y cuando vengan los abuelitos, puedan caminar por estas calles, por estas veredas y disfrutar de la vida, que es lo que todos queremos.
Pero además de eso, son casas que están bien construidas. Acabamos de visitar una, y tienen calefacción, tienen buenos suelos, buenos pisos, tienen alfombra en las piezas, y yo sé que las 27 familias que hoy día nos acompañan -además de estar con mucho frío- están muy contentas. Están muy contentas porque hoy día vamos a entregar las primeras viviendas de este conjunto, que les va a cambiar la vida.
Hay 27 beneficiarios, de los cuales 25 corresponden a mujeres jefas de hogar, que es un doble mérito, porque además de tener que ser jefas de hogar, también tienen que ser el sustento de su familia. Y por esa razón esta entrega culmina años de esfuerzo, compromiso y sacrificio.
Yo sé que ustedes han luchado mucho por esto, pero sé también que nunca perdieron la fe. Y, por tanto, hoy es un día especialmente feliz y emocionante para ustedes, pero también para los que compartimos su felicidad, su alegría y su esperanza de una vida mejor.
Las casas que vamos a entregar son mucho más que un conjunto de paredes, puertas, ventanas y techo, porque todos sabemos que dentro de esas casas van a vivir familias, van a construirse hogares, y no hay nada más importante en la vida, después de Dios, que la familia. La familia es lo permanente, la familia es el lugar donde encontramos cariño, amor, acogimiento, formación, amparo, consuelo incondicional, siempre, en todo momento, en todo lugar y en toda circunstancia.
Y por eso yo les quiero pedir que cuando entren por primera vez a sus casas nuevas, inicien también una vida nueva. Háganse el firme propósito de dejar afuera de la casa todo lo que no quieren que siga siendo parte de sus vidas, y entren con lo mejor de sus vidas para enfrentar lo que viene por delante.
Por esa razón, hoy día estamos todos contentos y estamos todos muy emocionados, porque un conjunto de familias chilenas va a cumplir el sueño, va a iniciar una nueva y mejor vida.
Y quiero decirles que éste es un esfuerzo que lo estamos haciendo a lo largo y ancho de nuestro país. En Chile tenemos aproximadamente un déficit cuantitativo de 400 mil viviendas, pero un déficit cualitativo, de viviendas de mala calidad, en mal estado o con mucho hacinamiento, de más de 1 millón de viviendas. Y, por tanto, lo que tenemos por delante es un tremendo desafío de darle a todas las familias chilenas una casa propia, donde puedan desarrollarse en plenitud, donde puedan ver crecer a sus hijos y donde puedan vivir una vida más plena y más feliz.
Y como sé que están muertas de frío, hasta aquí llegamos. Muchas gracias.