El Presidente de la República, Sebastián Piñera, acompañado por la Primera Dama, Cecilia Morel, es recibido en audiencia por el Papa Francisco.
Muy buenas tardes:
Tuvimos una muy buena, muy cercana y muy franca reunión con el Papa Francisco. Conversamos sobre muchos temas, los temas que nos interesan a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Conversamos sobre la situación difícil que vive la Iglesia en Chile y, sobre todo, compartimos la esperanza de que la Iglesia pueda vivir un verdadero renacimiento y recuperar el cariño, la cercanía del pueblo de Dios y pueda seguir jugando el importante rol que juega la Iglesia en nuestro país.
También conversamos de la situación que afecta a América Latina. El Papa Francisco estaba muy preocupado por el tema de las migraciones. Él acaba de escribir un documento que habla de acoger, proteger e integrar a los migrantes, y estaba muy informado de la política de Chile en esta materia, nuestra Visa de Reunificación Familiar con los haitianos, nuestra Visa de Responsabilidad Democrática con los venezolanos, y preocupado, como estamos todos, con la situación que afecta a Venezuela, a Nicaragua y a otros países de nuestro Continente.
También conversamos con el Papa Francisco los desafíos, las amenazas, los riesgos y oportunidades que ofrece el futuro. Él estaba muy informado del compromiso de Chile con la protección del medio ambiente, con la protección de la naturaleza, nuestros compromisos para enfrentar con eficacia el calentamiento global y el cambio climático, y yo también había leído con mucha atención las palabras del Papa en la Encíclica “Laudato Si”, donde se refiere a esta casa común, este hogar común de todos los seres humanos.
También hizo emocionantes recuerdos de mi tío Bernardino Piñera, que no solamente es el Obispo de más edad, sino que es el Obispo más antiguo y el único Obispo vivo que participó desde las primeras etapas en el Concilio Vaticano II.
Y le pregunté y le pedí que nos diera su bendición y que nos diera consejos, consejos del Papa para un Presidente, porque los Presidentes necesitamos actuar con mucha sabiduría, con mucho coraje y con mucha prudencia, y el Papa fue muy generoso en compartir esa sabiduría, coraje y prudencia con consejos que van a ser muy útiles.
Posteriormente también nos reunimos con el Secretario de Estado y profundizamos sobre temas de las relaciones entre el Estado del Vaticano y el Estado de Chile, y el Secretario de Estado nos preguntó, a instancias de él, por la situación de Bolivia, y tuvimos la oportunidad de explicarle cuál ha sido la posición permanente, de buena voluntad, de disposición de diálogo, pero de respeto al Derecho Internacional, a la historia, a los tratados internacionales y a nuestra soberanía, que Chile siempre ha tenido.