Presidente Piñera asiste a anuncio de expansión de Data Center de Google Chile

12 SEPT. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, acompañado del ministro de Economía, José Ramón Valente, y de la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, asiste a anuncio de expansión de Data Center de Google Chile.

Muy buenos días:
 
Quiero saludar a la señora ministra, al señor ministro, al country manager, al señor alcalde y a todos los que de una u otra forma hemos dado vida a Google y, al mismo tiempo, nos hemos beneficiado del inmenso aporte tecnológico y la enorme contribución a la calidad de vida que hacen empresas pioneras en materia de tecnología, como es Google.
 
Quiero empezar por decir ¿qué tiene en común Quilicura con Google?  -señor alcalde, no se preocupe, no lo voy a poner en aprietos-, pero aparentemente uno pensaría “poco”. La verdad es que Quilicura, en mapudungun, significa “tres piedras”, “tres piedras” que se refieren a los tres cerros de la comuna, y Google también significa una cifra “diez elevado a cien”. Es una cifra inmensa. De hecho, es superior al total de número de átomos que hay en el Universo hoy en día.  No hay nada que se pueda contar todavía, que se pueda expresar en Google.
 
Sin embargo, sabemos que la incalculable magnitud en Google no sólo representa la gigantesca cantidad de información que está disponible aquí en este edificio, en este Centro de Datos, al igual como en otros centros de datos que están repartidos a lo largo del mundo, pero la verdad es que la cantidad de información, ministra, usted no sabe, ministro, usted no sabe lo que Google sabe de ustedes, y tampoco saben lo que el Presidente sabe de ustedes. Pero no se preocupen, porque Google tiene un compromiso con la protección de los datos personales, y el Presidente siempre va a ser muy leal con sus ministros.
 
Pero en este tipo de centros de procesamiento, almacenamiento y transmisión de datos que -como decía el country manager- funcionan sin parar, 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año, porque la vida no se detiene. Y, en consecuencia, este intercambio, transmisión y procesamiento de datos tampoco se detiene.
 
A lo largo de los 15 centros de datos en el mundo, que se ubican la mayoría de ellos en Europa, Asia, Norteamérica, hay uno que está en América Latina, que es en el que hoy día estamos no solamente participando, sino que iniciando su ampliación, que demuestra, además, el firme compromiso que tiene Google con nuestro país, y que tiene nuestro país con ser parte, con ser protagonista de esta maravillosa revolución tecnológica, la cuarta revolución industrial que está golpeando nuestras puertas.
 
Fue el año 2012 cuando Google anuncio su inicio de actividades en Chile, y vean ustedes cómo, en poco tiempo, no solamente ha jugado un rol preponderante, sino que está ya pensando en ampliar ese rol en forma muy significativa hacia el futuro.
 
Estamos muy contentos y muy orgullosos de esta ampliación, porque queremos que Chile sea un protagonista, un pionero y ojalá la capital en materia de procesamiento, almacenamiento y transmisión de datos. Y tenemos muchas razones para querer serlo, y tenemos muchos fundamentos para lograr serlo.
 
Esta nueva estructura va a representar una inversión del orden de los USD 140 millones, que no se miden solamente en recursos financieros, lo importante es lo que viene junto con esa inversión, que es tecnología, que es conocimiento, que es capacitación, que son más empleos, que es incorporarnos a esta Sociedad Moderna del Conocimiento y la Información.
 
Pero, además, sin duda, ésta es una firme y clara señal de confianza en nuestro país, que nosotros, por supuesto, compartimos y estamos absolutamente comprometidos con que Chile no se quede fuera de esta cuarta revolución industrial.
 
La primera fue la máquina a vapor, que nos permitió independizarnos de la fuerza humana o animal; la segunda fue la electricidad, que cambió radicalmente nuestra forma de vida; la tercera fueron las telecomunicaciones y la computación; la cuarta es la más poderosa de todas, esta cuarta revolución industrial, que significa el Internet de las cosas.  La WEB 1.0 conectó personas con computadores; la WEB 2.0 conectó personas con computadores, en un marco de mayor inteligencia; la WEB 3.0 está conectando personas con computadores y con las cosas. Y eso va a significar una revolución como el Internet de las cosas, la robótica, la inteligencia artificial y, particularmente, un tremendo salto adelante en campos tan importantes como la salud, la educación y la seguridad ciudadana.
 
Por esta razón, junto a esta iniciativa, también quiero recordar el tendido del cable submarino Curie, que nos va a permitir, en una extensión de 9 mil kilómetros, conectarnos con California, y el interés que ha manifestado Amazon por ser parte y protagonista de este mundo de la astronomía, de la cual Chile ya es y va a seguir siendo la capital mundial, y que va a requerir una capacidad de almacenar, procesar, entender y transmitir datos que está, a veces, fuera de la imaginación de muchas de las personas.
 
Por eso, yo quiero agradecer muy sinceramente esta decisión, este compromiso con nuestro país que se expresa en esta ampliación de la planta de Google y contarles una de las experiencias más fecundas y más satisfactorias que yo he tenido en mi vida, que fue, hace algunas semanas, en un pequeño pueblo, en un pequeño Estado, en el Noroeste de Estados Unidos, Sun Valley, en el Estado de Idaho, donde en un día, que fue muy intenso, tuve la oportunidad de conversar largo con el CEO de Google, Sundar Pichai, y también con el creador y CEO de empresas tan pioneras en materia tecnológica, como Amazon, Jeff Bezos; Apple, Tim Cook; Facebook, Zuckerberg, y muchos más.  Y la verdad es que ahí uno ve el mundo que viene.
 
En el Concilio Vaticano II, el Papa Juan Pablo II, en su primera alocución a los obispos dijo “abramos las puertas y las ventanas del Vaticano, para que nosotros podamos ver lo que pasa afuera, y para los que están afuera, puedan ver lo que pasa adentro”. 
 
Cómo quisiéramos que Chile hoy día abriera sus puertas y ventanas a esta maravillosa revolución tecnológica, para que podamos comprender su magnitud, su trascendencia, cómo nos va a cambiar nuestras vidas, porque esta revolución tecnológica -igual que todas las revoluciones- han demostrado siempre ser generosas con los países que quieren abrazarlas, pero indiferentes, o incluso crueles, con los países que simplemente las quieren dejar pasar.
 
Por eso nuestro Gobierno está profundamente comprometido con esta revolución, a través de proyectos como, por ejemplo, la nueva ley que le va a simplificar y facilitar la vida a los chilenos frente a los notarios, archiveros y conservadores; el Programa Chile Atiende en mi Barrio; la identidad digital y el domicilio electrónico; el Estado con cero papel; el Estado conectado a través de estas tecnológicas con los ciudadanos, para que los ciudadanos no tengan que perder tiempo, recursos y a veces sufrir humillaciones, y puedan hacer sus trámites con la comodidad de un teléfono inteligente o un computador, desde el lugar que ellos elijan; la Política Nacional de Ciberseguridad; el proyecto de Hospital Digital; el proyecto del Sistema Táctico de Operaciones Policiales; el Banco Unificado de Datos; el Sistema de Alerta Temprana en materia de infancia, para poder intervenir en forma inmediata cuando un niño se aparta del camino que sus padres y la sociedad quieren que ellos recorran.
 
Todo esto es parte de este cambio tecnológico que estamos impulsando en nuestro país, en todas las esferas del quehacer humano.
 
Y hoy día tuve la oportunidad de participar en un encuentro de la FIDE, que es la Asociación de Sostenedores del Sistema Educacional, en que también estamos haciendo grandes cambios a través de utilizar, en forma inteligente, la tecnología.
 
¿Y qué es usar en forma inteligente la tecnología? Ponerla al servicio de las personas, para que mejore la calidad de vida de las personas.
 
Estamos también trabajando en un Plan para iluminar Chile, que significa que vamos a tener una fibra óptica que se va a extender por más de 15 mil kilómetros para llegar a más de 9 millones de personas, y ampliando en 1.200 puntos adicionales los puntos de Wifi públicos y gratuitos, al servicio de los ciudadanos, incorporando este servicio en plazas, lugares públicos, donde la gente concurre, donde la gente pueda utilizarlo con facilidad.
 
Enviamos un proyecto de ley, también, para fomentar la inversión, la productividad.
 
Pusimos en marcha el Sistema GPS, que es Gestión de Proyectos Sustentables, porque la inversión es lo que empuja y acelera el cambio tecnológico.
 
Vamos, en unos días más, en La Serena, a decretar el “Apagón Analógico”. Se acabó la televisión analógica en Chile, que es del siglo pasado y abrimos las puertas y ventanas en todas las regiones de Chile a la televisión digital.
 
Estamos avanzando también en la conexión de nuestros puntos más remotos, las zonas extremas de nuestro país, con un cable óptico que nos va a permitir llegar hasta la ciudad de Punta Arenas, y posteriormente más hacia el sur.
 
Estamos también haciendo proyectos de modernización en otras esferas para que Chile se prepare y pueda no solamente observar, sino que participar de esta revolución tecnológica, como reformas que simplifican y modernizan el sistema tributario, el sistema laboral y muchas más.
 
Por todo esto, el Teletrabajo, que también significa un instrumento de liberación: las personas no tienen por qué necesariamente tener que trabajar todos en el mismo lugar, eso es propio del siglo XIX, la Revolución Industrial, la línea de producción.
 
Hoy día la tecnología nos tiene que hacer más libres. Y ¿qué significa libertad? Poder elegir, entre otras cosas, donde trabajo, no necesariamente en un punto único, sino que puede ser también a través de la tecnología, de las telecomunicaciones o simplemente la vida moderna desde otro lugar, incluyendo el hogar.
 
Y finalmente el tema de la educación para el futuro, la educación para esta sociedad nueva que emerge, el Centro de Innovación, que hemos creado en el Ministerio de Educación; el compromiso con el aprendizaje de las lenguas digitales, que son las lenguas del futuro; el Fondo de Investigación Pedagógico; el observatorio de las mejores prácticas en el mundo para traerlas rápidamente e implementarlas en Chile; la Biblioteca Nacional Digital; el Plan de Aulas Conectadas, en fin, las mil becas que estamos creando en el Sistema SENCE para capacitar a las personas que van a tener que operar y entender esta nueva tecnología y estas nuevas oportunidades.
 
Yo sé que Chile llegó tarde a las tres revoluciones anteriores, no vamos a llegar tarde a esta cuarta revolución industrial, porque sin duda eso hace la diferencia entre los países que van a poder ser desarrollados en plenitud y los que se van a quedar rezagados a la vera del camino y van a quedar fuera de las corrientes de la historia.
 
Por esa razón, cuando uno ve que en los próximos 15 o 30 años, un tercio de los trabajos que hoy existen no van a existir, pero se van a crear trabajos nuevos, lo que tiene que decir un país como Chile no es si vamos a aceptar o no aceptar esta revolución, porque va a venir con o sin nuestro consentimiento; lo que tenemos que decidir es ¿de qué lado vamos a estar? ¿dónde se crean los nuevos trabajos del futuro o dónde se destruyen los viejos trabajos del pasado?
 
Por esa razón, yo quisiera terminar estas palabras recordando que la pregunta que Chile tiene que hacerse -muy de fondo, y estamos tarde- es: ¿Estamos preparados para esta revolución? O más humildemente, ¿nos estamos preparando para esta revolución que viene? Yo sé que en el fondo la respuesta a ambas es que no hemos hecho lo suficiente y que tenemos que acelerar el tranco y el ritmo, de forma tal de poder no dejar pasar, porque ya hemos dejado pasar tres oportunidades, el dicho dice que “la tercera es la vencida”, en nuestro caso es “la cuarta es la vencida”, porque Chile va a ser parte, va a ser protagonista y va a ser pionero en esta maravillosa revolución de la tecnología, que nos va a permitir instrumentos y herramientas para ser más libres, para tener más oportunidades, para realizarnos más en plenitud, y al final buscar que la tecnología esté al servicio del hombre, de su felicidad, de su realización. Y ésa es la única forma inteligente de utilizar la tecnología.
 
Yo quisiera tomarme un segundo para poder compartir con mis compatriotas una reflexión, porque hoy día conocimos que la Corte Internacional de Justicia de La Haya fijó el día lunes 1° de octubre como la fecha en que va a dar a conocer la sentencia del fallo respecto a la demanda que presentó Bolivia frente a esa Corte el año 2013.
 
Y yo quisiera reafirmar tres aspectos centrales, que estoy seguro interpretan a todos mis compatriotas:
 
Primero, todos los temas fronterizos con Bolivia fueron resueltos en forma clara y categórica en un Tratado de Paz y Amistad que ambos países firmamos en forma libre y voluntaria, y que se encuentra plenamente vigente: el Tratado de Paz y Amistad del año 1904;
 
Segundo, Chile siempre ha sido un respetuoso del derecho y de los tratados internacionales y, en consecuencia, Chile va a cumplir y va hacer cumplir el Tratado de 1904, pero además, como Presidente de todos los chilenos, quiero dar la más plena garantía que, como siempre ha sido en nuestro país, porque esto es una política de Estado, hemos y vamos a seguir defendiendo con todos los instrumentos de la historia, y del derecho internacional, nuestra integridad territorial, eso significa nuestro territorio, nuestro mar, nuestra soberanía;
 
Y, finalmente, Chile siempre ha estado dispuesto a conversar, a dialogar con todos los países del mundo, y especialmente con los países vecinos, para avanzar en la solución de los problemas, obviamente que dentro del marco del cumplimiento de los tratados internacionales válidamente celebrados y plenamente vigentes, como el Tratado de 1904, y dentro de un marco de buena voluntad y de respeto entre las partes.
 
Y, por lo tanto, como Gobierno de Chile, esperamos con mucha tranquilidad esta sentencia que la Corte Internacional va a dar a conocer en una Audiencia Pública el próximo 1° de octubre.
 
Muchas gracias.