En el encuentro, que reúne anualmente a empresarios, microempresarios y emprendedores de la región del Biobío, el Mandatario recalcó la importancia de continuar por la senda del crecimiento económico y la generación de empleos, ya que ambas generan una mejora en la calidad de vida de todos los chilenos.
Muy buenas tardes:
Agradezco muy especialmente a César, que hizo que el tiempo pasara volando, nunca había tenido un telonero tan agraciado y tan talentoso.
La verdad es que lamento el atraso, vengo llegando de Quintero y Puchuncaví, dos comunas que están viviendo tiempos muy difíciles, y fuimos a plantear en directo a la comunidad el Plan del Gobierno para que esas dos comunas dejen de ser eternamente comunas saturadas, que significa contaminación, enfermedad, muerte, dolor, angustia, y vuelvan a ser comunas normales.
Saludo con mucho cariño al presidente de IRADE, al señor intendente, a los diputados y senadores de la República, a los gobernadores, y muy especialmente a los empresarios y emprendedores que hoy día han sido convocados para esta reunión de análisis, de reflexión, de proyección hacia el futuro.
En primer lugar, nuestro Gobierno fue elegido por una amplia mayoría, y no fue sólo un triunfo electoral, fue un mandato, un mandato a cumplir con una misión, así lo hemos entendido desde el primer día. Y esa misión es ambiciosa, es exigente, pero al mismo tiempo es motivante y hermosa: transformar a Chile, antes que termine la próxima década -que ya está golpeando nuestras puertas- en un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades para que todos desarrollen sus talentos y con seguridades, para que todos puedan vivir una vida con dignidad.
En síntesis, crear las condiciones para que los chilenos tengan -todos los chilenos- una vida más plena y más feliz.
Durante estos primeros 5 meses nos hemos abocado a muchas cosas, y créanme, hemos trabajado en forma muy intensa, pero básicamente, porque teníamos que hacernos cargo de temas urgentes, que en nuestra opinión estaban muy desatendidos y que requerían soluciones drásticas.
Primero, reestructurar Carabineros de Chile, que estaba en una grave crisis, para que pudiera cumplir el importante rol en la lucha contra la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo.
Segundo, poner orden en nuestra casa, en materia de migraciones.
Tercero, avanzar con decisión hacia una plena igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
Cuarto, poner a los niños primeros en la fila y terminar con el triste y fallido SENAME.
Quinto, avanzar hacia un mayor desarrollo y paz en la Región de La Araucanía.
Por supuesto que además de eso, teníamos que sentar las bases para que nuestro país recuperara, porque la habíamos perdido, la capacidad de crecer, de invertir, de crear buenos empleos, de mejorar los salarios, de promover la innovación y el emprendimiento.
Y es por esa razón que nuestro Gobierno partió por querer cambiar la perversa lógica de la retroexcavadora, que significa que hay que destruir lo que otros construyeron, para volver a empezar, y reemplazarla por la sana cultura del diálogo, la colaboración y los acuerdos.
Es por esa razón que buscamos 5 grandes Acuerdos Nacionales en temas tan urgentes y tan importantes para nuestros compatriotas, como la seguridad ciudadana, la salud, la infancia, la paz y el desarrollo en La Araucanía, y el progreso y el desarrollo.
Por eso, también tenemos que ser muy transparentes y muy sinceros. Recibimos un país que tenía muchos problemas, y eso lo sabemos todos, un país que llevaba cuatro años de una profunda desaceleración y prácticamente, en términos per cápita, habíamos dejado de crecer; un país en que la inversión llevaba cuatro años consecutivos cayendo, en que la productividad, en lugar de ser un aporte al progreso, era un lastre que frenaba, porque era negativa y restaba capacidad de crecimiento.
Podríamos seguir y seguir, pero no vale la pena.
Por otra parte, la inversión, que es un factor esencial del crecimiento, había caído sistemática y consecutivamente durante los cuatro años anteriores a este Gobierno, acumulando una caída muy significativa durante el período, lo que contrastaba, por ejemplo, con el crecimiento de casi 50% que había tenido en nuestro primer Gobierno.
Pero lo importante aquí no es quedarse atrapados en el pasado, pero hay que conocer y entender el punto de partida para poder tener claridad en la ruta que tenemos que seguir para llegar a un nuevo puerto de destino.
Reconociendo que la desaceleración y las caídas en variables claves, como productividad, confianza, inversión, eran grandes frenos al crecimiento potencial futuro de nuestra economía, entendíamos que ahí había una gran tarea a cumplir, que era volver a construir los verdaderos cimientos de un desarrollo sólido, sostenido, que nos permita alcanzar esa meta de ser un país desarrollado.
Desde ese punto de vista, sin duda que se ha producido una recuperación de la confianza y del optimismo, lo reflejan todos los indicadores que miden estos niveles de confianza y optimismo a nivel de ciudadanos, a nivel de trabajadores, a nivel de consumidores, a nivel de empresarios.
Y, por supuesto, que sin que esto signifique dormirse en los laureles ni bajar los brazos, ni simplemente caer en una autocomplacencia, estamos contentos con algunos resultados que con el esfuerzo de todos los chilenos hemos logrado en los últimos meses.
Cómo no estar contentos, que a pesar de que hay nubes en el horizonte, por ejemplo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China nos está afectando, y fuertemente, basta ver la caída en el precio del cobre o el alza en el precio del petróleo, para ver el impacto que está teniendo, que suma más de 3.600 millones de dólares solamente por esos dos efectos, pero cuando vemos que la economía ha vuelto a crecer y con fuerza, segundo trimestre de este año, 5,3%, nos pone a la cabeza de los principales países de América Latina, situación que era desconocida en los años anteriores; nos pone a la cabeza de los países de la OCDE; el aumento que se ha producido en la inversión, 7,1% en el segundo trimestre del año; la mejoría en la capacidad de crear empleos, estamos creando empleos a un ritmo de 180 mil empleos al año, que es mucho más que el promedio que veníamos de los años anteriores, pero con una mejor calidad del empleo, que es muy importante, porque antes, casi cuatro de cada cinco empleos no eran del sector privado, con estabilidad, con contratos. Hoy día, casi la mitad son empleos del sector privado, con estabilidad, contrato, previsión y seguridad social.
Y podríamos seguir.
Por supuesto que esto no significa -quiero dejarlo muy en claro- para nada que no vamos a seguir trabajando para que estos resultados no sean flor de un día, porque “una golondrina no hace verano”. Queremos que se proyecten.
Y hay una tarea muy difícil, porque tenemos mochilas del pasado, entre las cuales también hay que destacar el enorme déficit fiscal que heredamos y la deuda pública, que se duplicó en cuatro años. Y esas fueron las dos razones que invocaron las agencias de clasificación para haber bajado la calificación de riesgo de nuestro país, que nos cuesta 700 a 800 millones de dólares al año en mayores intereses, para cuantificar el impacto de lo que significa una pérdida en la calificación de riesgo.
Pero quiero decirlo con toda claridad: estamos trabajando para lograr que Chile recupere el liderazgo, el dinamismo, las ganas y la sana ambición de ponerse metas grandes, como alcanzar el desarrollo y derrotar la pobreza.
Y desde ese punto de vista, sin duda que nos queda un largo camino por recorrer.
Yo quiero plantear que nada de esto es casualidad. Si el desarrollo es una tarea muy difícil. La mejor prueba de ello es que la inmensa mayoría de los países del mundo siguen siendo subdesarrollados. ¿Cuántos países han logrado hacer esa travesía del subdesarrollo al desarrollo en los últimos 60 años? Se cuentan con los dedos de una mano, Corea, Singapur, Taiwán y unos pocos más.
Ninguno de ellos está en América Latina, en circunstancias que éste es un continente que siempre lo ha tenido todo, un continente que no conoció las guerras brutales del siglo pasado que asolaron Europa, ni las crisis o conflictos religiosos que afectan al Medio Oriente, o incluso a países europeos, hasta hace poco, como Irlanda. Ni tampoco los conflictos étnicos que todavía dividen en forma tan brutal ciertas zonas del mundo. Un territorio vasto, generoso, recursos naturales abundantes y, sin embargo, ningún país, ningún país ha logrado cruzar esa barrera.
Algunos han estado cerca, Argentina a comienzos del siglo pasado estaba entre los 5 países más grandes del mundo; hoy día está en recesión. Venezuela, hace 14 años era el país más rico de América Latina; hoy día se está muriendo de hambre.
Para que vean ustedes lo importante que son las buenas instituciones, las buenas políticas y que no todo depende de lo que pase más allá de nuestras fronteras, que es una tendencia a no hacernos cargo de nuestras propias responsabilidades.
Y por eso, todo el que ha sido navegante sabe que no basta con esperar tranquilamente el buen viento, hay que, en primer lugar, poner las velas para que el viento las infle y, en segundo lugar, cuando no hay viento, hay que saber remar, y siempre hay que estar usando las fuerzas del viento y también las fuerzas internas de la imaginación y la creatividad.
Desde ese punto de vista, hemos hecho una serie de políticas macroeconómicas para ir creando estas bases que nos permitan alcanzar el desarrollo.
Entre ellas, mejorar la política fiscal, para que las metas fiscales no sean simplemente aspiraciones, sin plazos, sin fechas, sino que se cumplen al final de los períodos y, por tanto, el último día se dice “lo siento, no lo cumplí”, sino que sean metas año a año, medibles, creamos un Consejo Fiscal Autónomo, para que vaya fiscalizando. Además de eso, un plan de austeridad fiscal, que nos va a permitir ahorrar cerca de 4.600 millones de dólares, que todavía es menos que los 5.500 millones de dólares de gastos comprometidos que no estaban considerados en el déficit fiscal que heredamos.
Una ambiciosa agenda de inserción internacional y de buscar mecanismos que nos faciliten la integración con el mundo, no solamente con los Tratados de Libre Comercio -estamos avanzando mucho en la nueva etapa del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, ayer tuvimos una reunión con el Presidente Pedro Sánchez, también en la nueva etapa del Tratado de Libre Comercio con China-, sino que también en medidas internas, para hacer que el comercio exterior sea más simple, con sistemas como SICEX, Slide Export, Direct Mart, Aduanas y muchas más.
Y la semana pasada enviamos un proyecto de modernización tributaria, que yo sé que el ministro de Hacienda se refirió in extenso a ese proyecto.
Yo quiero decir, ¿cuáles son los objetivos del proyecto? Uno puede hacer una larga lista o concentrarlo en cuatro grandes pilares:
Primero, fomentar el crecimiento, la inversión, el ahorro, la productividad, la innovación, el emprendimiento, la creación de empleos.
Segundo, dar un alivio tributario a las Pymes, con una serie de ventajas, como una tasa menor, depreciación instantánea, simplificar los sistemas, y también a la clase media, extendiendo el beneficio de la franquicia tributaria de vivienda de 2 mil a 4 mil viviendas, como valor máximo de aquellas que pueden optar a este beneficio.
Pero, por supuesto que hay un elemento muy importante, que es simplificar el sistema, que no sea una cosa kafkiana, que requiere ejércitos de contadores y abogados para entender, y muchas veces ni siquiera entre ellos se ponen de acuerdo. ¿Qué queda, entonces, para la inmensa mayoría de los contribuyentes que no tienen ese grado de sofisticación? Si incluso las grandes empresas tienen tremendas discusiones respecto a cómo cumplir la ley, y la ley se supone conocida, pero para que sea conocida tiene que ser una ley que pueda entendida y no una cosa kafkiana, contradictoria, engorrosa, difícil, discrecional, como es la actual legislación tributaria en nuestro país.
Por eso estamos creando una simplificación muy profunda, sistema único tributario, simplificar las normas, establecer claridad en las normas de evasión y elusión, y también crear el Defensor del Contribuyente, para que la relación sea más equitativa y no exista este verdadero temor reverencial del contribuyente cuando tiene que discutir o discrepar con el Servicio de Impuestos Internos.
Y, por supuesto, la reforma tributaria no reduce los ingresos tributarios. De acuerdo a nuestras estimaciones, los incrementa ligeramente. El objetivo de esto no era aumentar, ni mucho menos disminuir la carga tributaria, era los otros objetivos que acabo de mencionar.
Y a propósito de esto, quiero ser muy franco con ustedes y con mis compatriotas: lamento profundamente que la oposición haya rechazado el reajuste del salario mínimo hoy día en la Cámara de Diputados. Era un reajuste que aumentaba de 276 a 301 mil pesos el salario mínimo, a marzo del año 2020. Es decir, 25 mil pesos adicionales, que equivale a un 9% de reajuste, muy por encima de todos los reajustes que se dieron en el Gobierno anterior y que fueron votados favorablemente por los mismos que hoy día lo rechazaron.
Y lo lamento, porque yo creo que la intención puede haber sido causarle un daño al Gobierno, pero lo que han provocado, en el fondo, es un tremendo daño a cientos de miles de trabajadores, que ven cómo el reajuste del salario mínimo se posterga por estas absurdas discusiones y conflictos que no están mirando al país ni al bien común, sino que pequeñas cobradas de cuenta que no conducen a ninguna parte.
También lamento las amenazas de algunos sectores de la oposición, de rechazar sin discusión el proyecto de reforma tributaria. ¿Qué significa eso? Significa una intención de rechazar sin ni siquiera analizar, sin ni siquiera discutir.
¿Por qué este proyecto de reforma tributaria es urgente y necesario para nuestro país?
Ya dije sus objetivos centrales, crecimiento, empleo, inversión, progreso, alivio a las Pymes y alivio a la clase media, simplificar el sistema, para que todo el mundo lo comprenda y lo pueda aplicar de buena fe y, naturalmente, mantener, o incluso incrementar ligeramente, la recaudación tributaria.
Yo me pregunto ¿qué pretende la oposición? Y lo digo con mucha franqueza y con mucho respeto: pretende rechazar otros proyectos de ley que el Gobierno va a enviar en las próximas semanas, como la reforma que va a permitir aumentar las pensiones de todos los chilenos, pero especialmente mujeres, clase media y los sectores más pobres; como la reforma para mejorar la calidad de la educación, que es la reforma pendiente y más urgente que tenemos que abordar; o la reforma para modernizar Carabineros.
Yo pienso que esto, lejos de perjudicar al Gobierno, perjudica a todos los chilenos, y nosotros sentimos que, habiendo ganado una elección presidencial por una amplia mayoría, con un claro mandato, no nos parece razonable esta actitud obstruccionista que están siguiendo algunos sectores de la oposición.
Pero yo tengo plena confianza en que va a haber una recapacitación y una reflexión.
Y por eso, como Presidente de todos los chilenos, yo hago un sentido llamado a los líderes, los más razonables, los más patrióticos, a no seguir por este camino de la obstrucción y de la negación de la sal y el agua, y recuperar el camino del diálogo, de la colaboración y de los acuerdos. Eso es lo que nos están pidiendo todos nuestros compatriotas, y eso es lo que el país necesita para poder transitar con rapidez y con seguridad los caminos que nos conducen al desarrollo.
Por otra parte, también quisiera referirme a que algunos a veces tratan de desinformar a la ciudadanía.
Por ejemplo, el sistema simplificado no solamente busca propósitos como mantener la equidad vertical y recuperar la equidad horizontal, que se había perdido, porque dependiendo del origen de la renta, aunque el monto fuera el mismo, las tributaciones eran totalmente distintas, sino que, dentro de las 160 mil empresas beneficiadas, 150 mil son Pymes. Y, por tanto, esto está pensado, definitivamente, en buscar un mecanismo que simplifique, que permita que los impuestos pagados por las empresas sean créditos al impuesto pagado por las personas, y al mismo tiempo, fomentar el ahorro y la inversión, creando un incentivo a aquellas rentas que se reinvierten, en relación a aquellas que se distribuyen y se consumen.
Hace unos días, conocimos los resultados de la Encuesta Casen.
¿Qué dice la Encuesta Casen? Básicamente, tres cosas:
La pobreza monetaria disminuyó, pero a menos de la mitad del ritmo en que estaba disminuyendo antes. O sea, estamos perdiendo capacidad de reducir la pobreza medida por ingresos;
Pero la pobreza multidimensional, que se mide en base a un conjunto de variables, se estancó;
Y la desigualdad del ingreso aumentó.
No son buenos resultados y, en consecuencia, creo que es muy importante tomar esto en consideración, porque yo recuerdo que el objetivo central del anterior Gobierno era avanzar hacia una sociedad más igualitaria. Y cuando uno ve, hay solamente dos periodos, dos encuestas Casen, que han mostrado que aumenta la desigualdad en nuestro país, la del 2009 y la del 2017.
Yo concluyo que cada vez que descuidamos la importancia del crecimiento, de la creación de empleos, de fomentar la innovación y el emprendimiento, de desatar las fuerzas de la libertad, de la creatividad, de la imaginación que viven en el alma de los chilenos, más allá de las buenas intenciones -que yo no pongo en duda- los resultados muestran que retrocedemos en crecimiento y en justicia social, aumenta la pobreza, aumenta la desigualdad. Así, tenemos que aprender las lecciones del pasado.
Por esa razón, es muy importante comprender que la superación de la pobreza y la reducción de la desigualdad requiere crecimiento, requiere creación de empleos, requiere crear incentivos para que los emprendedores e innovadores puedan desarrollar los talentos, y no una burocracia estatal que so pretexto de proteger a los más pobres, termina asfixiando la capacidad, la libertad, la iniciativa y la capacidad de emprender de todos.
Por otra parte, también es importante destacar que estamos aplicando políticas macroeconómicas importantes para motivar y fomentar el crecimiento, no solamente la Reforma Tributaria.
Quiero destacar el Proyecto GPS, que son Gestión de Proyectos Sustentables, que hemos identificado más de USD 60 mil millones de inversión privada, que está trabada en alguna parte del aparato estatal, y que si logramos destrabarlas -y hemos avanzado mucho en eso- vamos a poder crear cerca de 245 mil empleos adicionales.
El Proyecto Pro-Inversión, que acabamos de mandar al Congreso, con 20 medidas concretas y específicas para fomentar e incentivar la inversión.
La Oficina de Productividad y Emprendimiento Nacional (OPEN), que busca aumentar la competencia en nuestros mercados, eliminar barreras de entrada y fomentar esa sana competencia que le da legitimidad a las economías de mercado, porque la competencia apunta a mejorar la calidad de los productos o a bajarles el precio a los productos, lo cual redunda en beneficio de todos los ciudadanos.
También quiero destacar la modernización -ya enviamos el proyecto de ley- del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, porque el actual sistema no solamente no está protegiendo adecuadamente nuestro medioambiente y naturaleza, sino que está frenando muchos proyectos de inversión en forma absolutamente innecesaria, sin fundamento. Desde ese punto de vista, la modernización del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental es una iniciativa importante para fomentar esa recuperación de nuestra capacidad de crecer.
El Pago a 30 días a las Empresas Pymes, que ya lo enviamos como un proyecto de ley.
Por otra parte, también estamos poniendo en marcha una serie de iniciativas para fomentar la creación de empleos de nuestra economía, porque estamos viendo que la relación entre creación de empleo y crecimiento se ha deteriorado. Teníamos una relación que era más o menos medio a uno, y hoy día vemos que el crecimiento del producto es tres veces más que el crecimiento del empleo. Algo está frenando la creación de empleos en nuestra economía. Yo creo que la Reforma Laboral tiene mucho que ver con ello.
Por eso, hemos enviado una serie de agendas en materia de aumentar la capacidad de crear empleos. Por ejemplo, la Sala Cuna Universal, que va a significar, igual como significó el Postnatal de 6 meses, una tremenda motivación para que más mujeres se incorporen al mundo del trabajo.
En nuestro Gobierno anterior, se crearon más de un millón de nuevos empleos, de los cuales la mayoría era con contrato, con estabilidad, con previsión social, pero más de 600 mil fueron a favorecer a las mujeres de nuestro país.
El Proyecto de Teletrabajo, Trabajo a Distancia o Trabajo desde el Hogar, para terminar con este absurdo, que es una herencia de la Revolución Industrial, que cuando se inventó la línea de producción todos tenían que concurrir al mismo lugar, porque cada uno cumplía una etapa en una línea de producción. Hoy día el mundo es muy distinto, las líneas de producción se están acabando, cada vez la oferta se adecúa más a las necesidades y preferencias de los consumidores, y para eso están las impresas 3D, 4D y todo lo que trae la Revolución Industrial y la Revolución Tecnológica que estamos viviendo.
Hace unas tres o cuatros semanas, tuve el privilegio de asistir invitado a una reunión en un pequeño pueblito que se llama Sun Valley, en el Estado de Idaho, pero la verdad es que asistí después de haber participado de una Cumbre de CARICOM, los países centroamericanos y de El Caribe, y de haber visitado a los Presidentes de Costa Rica y Panamá, porque tuve la oportunidad de reunirme -y por largo tiempo y con agendas de trabajo muy bien preparadas- con personas como Jeff Bezos, creador y líder de Amazon; con personas como Tim Cook, que es el actual líder de Apple; con personas como Zuckerberg, de Facebook, y con muchos más, y logramos hacer muchos acuerdos.
Porque lo que viene en materia de Revolución Tecnológica, todavía no hemos tomado conciencia de lo que es; es mucho más de lo que conocimos en los últimos 20 años y que nos cambió la vida. Y ustedes saben muy bien, hace 20 o 25 años, muchas de las cosas que hoy día parecen indispensables no existían, y hoy día son parte de nuestras vidas. Bueno, lo que viene es más profundo y va a cambiar más nuestras vidas que el cambio que ya es historia.
Y Chile no se está preparando ni está preparado para enfrentar esa tremenda revolución, y estamos con legislaciones muchas veces que miran a la década de los 60, que rigidizan, que inmovilizan y no se dan cuenta que la mitad de los trabajos que existen en Chile, no van a existir en 30 años más. Se van a destruir muchos trabajos, se van a crear muchos otros trabajos.
La pregunta es ¿de qué lado queremos estar? ¿dónde se destruyen o dónde se crean?
Y eso tiene mucho que ver con la forma en que enfrentamos los desafíos del país, mirando hacia atrás o mirando hacia adelante.
La verdad es que esta Revolución Tecnológica, esta Sociedad del Conocimiento ha demostrado ser extraordinariamente generosa en oportunidades para los países que quieran tomarlas y aprovecharlas, pero cruel con aquellos que simplemente le dan la espalda y las dejan pasar.
Acabamos de hacer un anuncio ayer, de nuestro Programa de Inversiones en Infraestructura Hospitalaria y de Consultorios y CESFAM: USD 10 mil millones en los próximos 4 años, porque nuestras instalaciones médicas, 2/3 de nuestros hospitales se construyeron antes del año 80. El año 80 no existía Internet, no existía Google, no existían las tecnologías, no existía nada, era otro mundo, y sin embargo esos hospitales se crearon para ese mundo.
Y, por tanto, tenemos que hacer un gran salto adelante, pero no es solamente un salto en infraestructura física, también tiene que ver con los médicos especialistas, con los equipamientos, con la gestión.
Pero de una de las cosas notables -y en esto nos han ayudado mucho algunas de estas empresas que acabo de mencionar- es el usar las tecnologías para resolver problemas.
Por ejemplo, el Hospital Digital, que es un hospital que vive en base al Big Data, porque se acumula una enorme cantidad de información médica, en base a los mecanismos de procesamiento y comunicación de la información y en base a la Inteligencia Artificial, y que es capaz de diagnosticar -en muchas de esas especialidades médicas- mucho mejor que un médico en particular, porque tiene toda la experiencia del mundo. Y, por tanto, diagnostica con mejor precisión en tiempo instantáneo y a un costo infinitamente menor, y permite el diagnóstico a distancia, o sea permite llegar con estas tecnologías a todos los rincones de Chile.
Por otra parte, también hemos puesto en marcha una importante Agenda de Inversión Pública, que a través de inversiones directas o concesiones, planificamos inversión desde la planificación del Estado por cerca de USD 20 mil millones, que nos va a permitir renovar carreteras, puertos, aeropuertos y mucha infraestructura que o se quedó obsoleta o es absolutamente insuficiente.
Yo quiero compartir con ustedes, las cosas no llegan por casualidad. Yo me acuerdo que Tiger Wood siempre decía que el golf era pura suerte, pero que mientras más entrenaba, mejor suerte tenía. Lo mismo pasa en la vida real.
Cuando yo era estudiante de Doctorado en la Universidad de Harvard, una vez invitamos a un señor, que estaba muy, muy viejo, que estaba a punto de morirse -de hecho, se murió poco tiempo después- que era, en esa época, el empresario más grande del mundo, era un empresario petrolero de Texas. Y le preguntamos todos “¿cómo lo hizo para ser el empresario más grande del mundo?”, y él, con una voz entrecortada “Muy fácil -decía- siempre me levanté muy temprano en la mañana, siempre trabajé muy duro durante el día, y descubrí petróleo”. Nosotros nos reímos más que ustedes. “No, no, no -dijo- no son independientes, no son independientes. Levantarse temprano es la actitud frente a la vida, las ganas, el entusiasmo, la imaginación; trabajar duro es el esfuerzo, la perseverancia; y descubrir petróleo es la suerte. Pero el que se levanta temprano tiene mejor suerte, y el que trabaja más duro tiene mejor suerte”.
Por esa razón, nada de esto es casualidad, y cuando uno descuida además la importancia del crecimiento y de la creación de empleos, y de la innovación, el emprendimiento y la inversión, cosecha las consecuencias que hemos conocido en nuestro país.
Por esa razón, yo pienso que éste es un camino que está recién empezando. Los países no se desarrollan porque crecen un trimestre al 5,3%; la experiencia muestra que hay que hacerlo por muchos años.
Y cuando uno descuida, vean, por ejemplo, lo que pasa con Argentina. Argentina hoy día, está en recesión, y este año va a tener un crecimiento negativo, hay varios trimestres de crecimiento negativo. Y, por tanto, nada está garantizado. Hace un tiempo, Argentina era el milagro que mostraba el camino. Hay que estar permanentemente al pie del cañón, para que el progreso sea algo sustentable y sostenible.
Con respecto a la Región del Biobío, ésta es una región que se está beneficiando de la reactivación. Por ejemplo, durante el primer semestre de este año, esta región ha crecido al 5,9%. Cifras desconocidas en los años anteriores y, al mismo tiempo, en una región que tiene una vocación exportadora y exporta sus productos a todos los continentes. Y el año 2017 logró exportar USD 4 mil 700 millones. En el primer semestre de este año ya lleva USD 3 mil millones y, por tanto, si simplemente se mantiene la tendencia va a superar ampliamente en materia de exportaciones lo que logró el año anterior.
Existe una larga Agenda de Proyectos de Inversión, tanto público como privado, que están en marcha, pero que enfrentan por supuesto muchos riesgos, porque hay mucha gente o muchas circunstancias que son capaces de paralizar un proyecto, pero son muy pocos los que son capaces de echar a andar un proyecto. Desde ese punto de vista, en Chile tenemos una “Cultura del No”, en el sentido que hay mucha gente en el sector público y en el sector privado que puede parar un proyecto, o una idea, o una iniciativa. Pero los que son capaces de decir “vamos adelante”, son pocos.
Por eso, los proyectos tienen que pasar un sistema de autoselección, que pueden morir en las etapas intermedias, y sólo si logran pasar todas esas etapas, llegan al test final.
Vamos, en materia de proyectos de inversión, en la Región del Biobío, a licitar un nuevo acceso norte en Concepción, a construir el nuevo puente industrial del Biobío, se están ejecutando las obras de la II concesión para el Aeropuerto Carriel Sur, estamos mejorando la vialidad urbana de la región con obras importantes en el puente Bicentenario, la ampliación de la doble calzada en la Ruta Nahuelbuta-Los Ángeles, implementación de muchas otras rutas. Estamos también en la etapa final del Hospital Las Higueras, que va a agregar 100 camas originales para la región.
La inversión privada de acuerdo a lo que hemos detectado en GPS contempla muchos proyectos, entre los cuales hay 19 proyectos de gran envergadura, como el Proyecto MAPA, que es la ampliación de la Planta de Celulosa en Arauco, que va a significar una inversión de USD 2 mil 500 millones, que va a generar decenas de miles de empleos, en la construcción y posteriormente en su operación; la construcción del proyecto del Barrio Brisa del Sol en Talcahuano, más de mil 500 departamentos; el Parque Eólico Coihue y la Central de Pasada Rucalhue, que son uno de los muchos proyectos de energías limpias.
En resumen, proyectos hay muchos, y también hay una gran cartera de proyectos de inversión pública y, por tanto, la inversión que estamos proyectando para los próximos años, tanto pública como privada, supera los USD 5 mil millones en la región, y creemos que puede generar más de 23 mil empleos.
Pero como todo en la vida, no solamente hay oportunidades, también hay grandes riesgos, y hay que tener plena conciencia. Entre ellos, ésta es una región que su industria manufacturera representa el 25% del PIB, mucho más que el 10% promedio a nivel nacional, y sin embargo destaca la industria manufacturera que normalmente destaca por ser una industria generadora de innovación. No está ocurriendo lo mismo en la Región del Biobío, porque en la última Encuesta Nacional de Innovación, la Región del Biobío fue la con la menor tasa de innovación en el país. Y eso es preocupante.
Por eso, quiero hacer una invitación, a los emprendedores y a los empresarios, a usar los talentos que Dios nos dio, la imaginación, la creatividad, la voluntad, el coraje, para innovar, para emprender, para aportar al desarrollo de esta región.
La última Encuesta Casen también mostró un tremendo desafío social para la Región del Biobío, porque tiene una pobreza por ingresos que es superior al promedio del país, 12,3%, y también es superior la pobreza extrema en esta región, todo lo cual muestra que la vida es así, oportunidades/riesgos.
El Presidente Barros Luco, que fue un Presidente lleno de anécdotas, él porque estaba a bordo del “Blanco Encalada”, durante la Guerra Civil, y llegaron dos torpederas del bando de Balmaceda y torpedearon al “Blanco Encalada” y lo hundieron en Caldera -todavía está ahí- y cuenta la leyenda que él no sabía nadar y se hundió el barco, se aferró a la cola de una vaca y como sabía que las vacas tienen un problema hidráulico, con la otra mano corrigió el problema hidráulico y dicen que así se salvó.
Él decía a sus ministros, esto es lo cuenta la crónica, que “en la vida hay dos tipos de problemas: los que se resuelven solos, no hay nada qué hacer; los que no tiene solución, tampoco hay nada qué hacer, no hagamos nada, vámonos para la casa”. Eso no es verdad. Hay dos tipos de personas: los que se resignan frente a las dificultades de la vida, y las que enfrentan los desafíos y los ven como una oportunidad.
Desde ese punto de vista, nosotros por supuesto que estamos contentos en el sentido en que estamos empezando a ver los resultados de una recuperación en crecimiento, en ahorro, en inversión, en productividad, en creación de empleos.
Por supuesto que nos queda mucho, mucho por avanzar, sabemos los desafíos que tenemos en seguridad ciudadana, en salud, en educación, pero nada de esto está garantizado. Y por esa razón, tenemos que saber apreciar las cosas buenas, porque las buenas noticias también son noticias. Y si hay algún miembro de la prensa aquí, espero que recapacite sobre esa frase.
Pero, sin duda, que nos quedan tremendos desafíos por enfrentar. Y por eso, además de los peligros que yo les mencionaba de la Guerra Comercial, de un eventual aumento de las tasas de interés que puede frenar los flujos de capital y aumentar el costo del financiamiento, yo les puedo asegurar que esta Agenda de Reformas que estamos implementando en pos del desarrollo, por supuesto que enfrenta dificultades, muchas de ellas tienen que pasar por el Congreso, pero son -y estoy convencido- absolutamente urgentes y necesarias para salir de este clima de mediocridad, de crispación, de frustración, que respirábamos en el ambiente.
Tenemos que hacer reformas importantes al sistema de capacitación, que gasta cientos de millones y no aporta nada, ni a la empleabilidad, ni a la productividad, ni a los ingresos; reformas al sistema de educación, apuntando a la calidad; reformas al sistema de salud. En fin, la Agenda es larga, exigente y ambiciosa, pero la vale la pena enfrentarla.
Por eso, yo les mencionaba a ustedes que estoy convencido que si actuamos con unidad, con patriotismo, si somos capaces de superar esta lucha fratricida, sin sentido, que muchas veces llena y copa las primeras páginas y las primeras noticias de la televisión, y ponemos el foco en una misión grande, compartida, porque nada motiva más a un país y a un pueblo que cuando hay una misión grande, noble, ambiciosa, y que al mismo tiempo garantiza a todos un lugar para aportar y un espacio para recibir los beneficios. Ésa es la forma en que tenemos que enfrentar.
El Padre Hurtado -y se acaba de celebrar un nuevo natalicio del Padre Hurtado, me tocó participar en una celebración en la tumba del Padre Hurtado- decía “Chile es mucho más que su naturaleza, su cordillera, sus mares; Chile es una misión a cumplir”. Y nosotros, la Generación del Bicentenario tenemos una misión a cumplir, que es dejar atrás 200 años de pobreza, de subdesarrollo y transformarnos en un país desarrollado, sin pobreza, en que todos podamos desarrollar nuestros talentos, todos podamos vivir nuestras vidas con dignidad y todos podamos tener la libertad de escoger la vida que queremos vivir.