Presidente Piñera recibe a autoridades argentinas y chilenas que participan en Gabinete Binacional

22 AGO. 2018
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En el marco de la IX Reunión Binacional de Ministros Chile – Argentina y de la VII Reunión de Intendentes Chilenos y Gobernadores Argentinos de la Frontera Común, el Jefe de Estado recibió en el Palacio de La Moneda a los Ministros y Gobernadores trasandinos que participan del encuentro. A la delegación argentina, encabezada por el Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, se sumaron los pares nacionales.

Muy buenas tardes:
 
En primer lugar, quiero dar una sentida, cariñosa y muy esperanzada bienvenida a esta importante y destacada delegación de Argentina que nos visita, y pedirles a nuestros representantes que se esfuercen mucho para que esta reunión sea muy fecunda, muy fructífera.
 
Estoy seguro que así va a ser, porque así ha sido la naturaleza y el carácter de lo que estamos construyendo juntos argentinos y chilenos.
 
Quiero partir por decir que pocos países en el mundo tienen tanto en común, tanto que los une, como son Chile y Argentina.
 
Por de pronto, la historia. Nosotros nunca olvidaremos la ayuda que nos prestó Argentina, bajo el liderazgo del General José de San Martín, para consolidar nuestra Independencia en la Batalla de Maipú -hace un tiempo tuvimos la oportunidad de celebrar los 200 años de esa gran batalla-, que después no solamente consolidó la Independencia de Chile, porque juntos seguimos hacia el norte y colaboramos a consolidar la Independencia de América Latina, en las Batallas de Ayacucho, de Boyacá. 
 
Igual como nunca vamos a olvidar ese gesto amistoso, tampoco nunca vamos a olvidar que, muchas veces, nos han dejado fuera de los mundiales…(risas)
 
Pero además de eso, tenemos 5 mil kilómetros de frontera, y solamente tres pares de países en el mundo tienen tanta frontera en común, como la que tenemos nosotros. Y tiene una característica muy importante, que nunca hemos tenido una guerra entre Chile y Argentina. Y, por lo tanto, hemos demostrado, a lo largo de los siglos, una relación que hoy día está conociendo sus mejores momentos y que tenemos que proyectar hacia el futuro.
 
Yo estoy seguro de que, además de estos hechos históricos, hay otras cosas que nos unen y que pueden ser más fuertes aún que la historia, que es el presente y el futuro, los valores que compartimos, el valor de la democracia, del Estado de Derecho, de las libertades, del respeto a los derechos humanos, de la integración, y también las visiones de futuro. Compartimos una visión de futuro de cómo enfrentar este mundo nuevo, este mundo lleno de oportunidades, pero también lleno de riesgos, y que ha demostrado -y me estoy refiriendo a la Sociedad del Conocimiento y la Información, a la Revolución Tecnológica-, que es un mundo generoso, abierto con los países que quieren tomar esas oportunidades, pero ha demostrado ser indiferente y cruel con los países que le dan la espalda y simplemente lo dejan pasar.
 
Y, en cierta forma, ésta es una lección que los latinoamericanos tenemos que aprender, porque después de 200 años de vida independiente, o más, todavía no estamos en el mundo que queremos estar, que es el Primer Mundo.
 
Por esa razón, hoy día estamos avanzando en muchos frentes. Yo quisiera plantear que además de esta Reunión Binacional de Ministros de Chile y Argentina, y de Intendentes y Gobernadores, que tenemos frontera común, son importantes, porque ésta es la arquitectura donde podemos construir esas relaciones cada día más fructíferas, más fecundas, más visionarias, que se anticipen a los tiempos y que nos permitan ir en la delantera y no simplemente en los vagones de cola.
 
Por eso, me llena de esperanza y de felicidad verlos a todos ustedes, creo que los conozco a casi todos, en muchas oportunidades -a ustedes sí los conozco a todos, y en más oportunidades-, pero el hecho que tengamos aquí a representantes, como el jefe de Gabinete, don Marcos Peña, el Canciller; y 19 ministros y Secretarios de Estado de Argentina, y por nuestra parte, 23 ministros o subsecretarios de nuestro país; 15 gobernadores argentinos y 14 intendentes chilenos; muestra que ésta es una relación viva, vital, que tiene fuerza para seguir profundizándose y proyectándose hacia el futuro.
 
¿Cuáles son los ejes en los cuales queremos centrar el esfuerzo en los tiempos que vienen?
 
Primero, sin duda, en afianzar una verdadera integración global, una integración para tener un mayor diálogo y colaboración en lo político, una mejor integración económica, una mejor integración física, una integración cultural, una integración en todos los ámbitos del quehacer humano.
 
Y por supuesto que estamos avanzando firmes en fortalecer nuestra integración económica y física. Tenemos un Acuerdo de Tratado de Libre Comercio, que creo que llegó el momento de empujarlo con toda la fuerza del mundo, tanto en el Congreso argentino como en el Congreso chileno.
 
Siempre los Acuerdos de Libre Comercio generan oposición, pero la suma de los beneficios es mucho más que la suma de los costos. Y, por tanto, no tenemos que dejarnos detener por esas oposiciones. Tal vez, cada país internamente puede fijar políticas de compensación.
 
Por otra parte, también nos interesa colaborar en proteger y resguardar nuestra maravillosa naturaleza y medioambiente. Estamos viviendo una época, en el mundo, de cambio climático, de calentamiento global, conocemos los estragos que provocó la enorme, profunda y extensa sequía en Argentina; nosotros también hemos enfrentado sequías en nuestro país, incluso la temporada pasada tuvimos una temporada muy dolorosa en materia de incendios forestales. Y, por tanto, tenemos que aprender a colaborar mejor para proteger nuestra naturaleza, nuestro medioambiente, que hace mucho tiempo nos está dando gritos desesperados, que nos pide que la cuidemos, para que ella nos pueda cuidar a nosotros.
 
También tenemos que avanzar en colaborar mejor en nuestra seguridad, la seguridad externa, que -por lo demás- ya no es como era antes en materia de cuáles son los riesgos fundamentales. Estamos colaborando mucho en uno de los frentes en que estamos muy vulnerables, y que tenemos que recuperar, y rápidamente, el tiempo perdido, como es todo lo que tiene que ver con la ciberseguridad, y ésa es un área donde, sin duda, tenemos mucho que aprender unos de otros y colaborar en conjunto.
 
La integración también queremos que llegue a todos los quehaceres humanos, al deporte, a la cultura, a la recreación, a las tradiciones y, sin duda, fortalecer, definitivamente, nuestro compromiso con, juntos, enfrentar el gran desafío y la gran misión de nuestra generación.
 
Argentina y Chile tenemos más de 200 años de vida independiente, hemos logrado grandes cosas, pero nos queda, tal vez, lograr lo más importante. Tanto en Argentina como en Chile tuvimos que enfrentar una transición, que fue la transición desde gobiernos militares a gobiernos democráticos. Esa transición ya es historia, y podemos observarla, analizarla, estudiarla. La transición en la cual nosotros vamos a ser protagonistas, es la transición del futuro: transformar a Argentina y a Chile en países desarrollados, sin pobreza, con igualdad de oportunidades, antes que termine la próxima década.
 
Y los dos podemos lograrlo. Éste no es un sueño utópico, porque lo cierto es que, si hacemos las cosas bien, vamos a alcanzar esos niveles de países desarrollados, y no solamente el desarrollo económico, el desarrollo integral es mucho más que desarrollo económico: tiene que ver con la calidad de la democracia, de las instituciones, la sana convivencia, la seguridad ciudadana, el desarrollo cultura. Y, por tanto, ésa es una meta de la cual nada ni nadie debiera desviarnos.
 
Tomando algunos ejemplos de lo que hemos avanzado en estos últimos meses, por de pronto, la presentación a nuestros Congresos de los Tratados de Libre Comercio, que van a fortalecer el Acuerdo Comercial que tenemos hoy día;
 
El avance en nuestro compromiso de unificar nuestras Aduanas y hacerlas mucho más eficientes. Yo siempre recuerdo una conversación con una ex Presidenta de Argentina, que planteaba la construcción de un túnel, que costaba decenas de miles de millones, para ahorrarse 20 minutos, cuando en las Aduanas estamos perdiendo dos horas.
 
Entonces, partamos por lo que es más fácil de hacer y que nos permite resultados inmediatos.
 
Hemos hecho un gran avance en la Aduana del Cristo Redentor, aún nos queda por avanzar, sabemos -y le digo a los dos Cancilleres y a los ministros- de que aquí intervienen tantas agencias en ambos países, cada una con su historia, su cultura y sus preocupaciones, que tenemos que ser capaces de romper esa inercia que, muchas veces, nos impide avanzar.
 
Y por eso, nosotros hemos designado una persona que va a estar a cargo de avanzar lo más rápido que podemos, al ritmo de lo que podemos hacer, no dejando para mañana lo que podemos hacer hoy día, ni mucho menos postergar para siempre lo que podemos hacer mañana. Ese espíritu y esa actitud nos va a permitir ganar tiempo y ese tiempo significa calidad de vida para los habitantes de ambos países.
 
Lo mismo con los pasos fronterizos, el Corredor Bioceánico, que sin duda tenemos que ponernos de acuerdo cuáles vamos a priorizar, porque cuando ponemos todo arriba de la mesa sin prioridad, no estamos ejerciendo nuestro deber y derecho de priorizar, elegir, establecer qué es lo más importante.
 
Hemos avanzado también muy fuerte en la implementación del Corredor Bioceánico, que viene desde Brasil, pasando por Paraguay, norte de Argentina y que llega a los puertos chilenos del norte. 
 
Por otra parte, la colaboración que ya tenemos en materia de proteger nuestros recursos naturales, nuestra naturaleza, los parques binacionales, es otra área en que hemos dado grandes pasos adelante.
 
Pero todo esto no es para dormirnos en los laureles ni bajar los brazos: es bueno reconocer las cosas buenas que se han hecho, no para bajar los brazos -como decía anteriormente- sino que para mirar y darse cuenta de lo mucho que podemos lograr cuando trabajamos unidos con decisión y con voluntad.
 
Estamos cooperando también en materias antárticas; buscamos promover circuitos de turismo conjuntos: tenemos un potencial ahí inmenso y que lo vamos a explotar y aprovechar mejor si lo hacemos en conjunto, que si cada país lo hace solamente por su cuenta.
 
Estamos avanzando en la integración energética y ya tenemos un acuerdo que nos permite poder intercambiar fuentes de energía como el gas natural, pero estamos pensando en mucho más que eso: una integración de verdad entre el sistema energético argentino y chileno, que tiene grandes ventajas.
 
Por de pronto, corren paralelos, tenemos una diferencia horaria de aproximadamente dos horas y, por tanto, la máxima carga de demanda de energía no coincide en horario en cada día entre Chile y Argentina; tenemos además diferencias en las demandas estacionales y, por lo tanto, el integrarnos nos significa no solamente más seguridad, porque el sistema de un país puede servir de respaldo al sistema del otro porque son independientes y no obedecen a las mismas coyunturas de capacidad de generación; pero además de eso, nos va a permitir una matriz más limpia, más económica, más segura. Ahí hay un gran campo para avanzar.
 
Conversaba hace unos días con el Presidente de Paraguay la integración que podemos hacer desde Paraguay, que se va a transformar en un gran exportador de energía, pasando por Argentina e integrando a Chile. También estamos trabajando en integración desde Chile hacia el norte, Perú, Colombia y Ecuador.
 
La colaboración en la prevención de los desastres naturales. Los desastres naturales requieren concentrar mucho esfuerzo, mucho talento, mucha gente, muchas capacidades en muy poco tiempo y tienen que ser oportunos. Y, por tanto, establecer un sistema de colaboración para juntar las fuerzas e ir en ayuda de aquel país que está sufriendo la adversidad de los desastres naturales, nos va a permitir -sin duda- responder mejor a los requerimientos de nuestra población.
 
La integración en materia de encadenamientos productivos y facilitar la exportación por parte de las pequeñas y medianas empresas.
 
Además, la priorización que hemos hecho de los pasos fronterizos.
 
La realización del primer Crucero Científico Conjunto en el Canal del Beagle, ahora que estamos cerca de conmemorar 40 años de lo que pudo haber sido una catástrofe y terminó siendo resuelto en paz, que es lo que siempre debemos buscar países hermanos y amigos como son Argentina y Chile.  
 
Y en esta materia, lo que podemos hacer en materia científica, en el sur de ambos países y en la Antártica, es inconmensurable y estamos en una ubicación privilegiada para poder hacer de la Antártica un verdadero laboratorio natural, que seamos capaces de liderar y de ser pioneros en el mundo.
 
Pero, además, es muy importante la coincidencia de voluntades, que hoy día se refleja en forma clara: cuando hablamos, hablamos de verdad; cuando decimos que queremos hacer algo es porque de verdad lo queremos hacer, y ésa es una gran fuerza que nos va a permitir avanzar con mayor rapidez, llegar más lejos y lograr más triunfos en este frente de la colaboración.
 
Yo quiero pedirles a ustedes que le expresen a mi amigo, el Presidente Mauricio Macri, no solamente mi simpatía y mi cariño, sino que además desearle toda la fuerza del mundo para enfrentar con éxito los difíciles desafíos que todos enfrentamos, pero que en el caso de Argentina son, tal vez, más intensos y, por tanto, requieren más voluntad, más decisión, más visión. Y yo estoy seguro que el Presidente Mauricio Macri y su equipo tienen todas las capacidades, toda la voluntad para enfrentar y resolver el momento que vive la economía argentina.
 
Y por esa razón, los invito a que juntos, además, construyamos los pilares que nos van a permitir ser ciudadanos de primera clase en esta nueva Sociedad del Conocimiento y la Información, que además nos van a permitir enfrentar y no ser arrollados por la Revolución Tecnológica, que no solamente ya está aquí, sino que se está acelerando.
 
Acabamos de hacer un anuncio muy importante para Chile, que fue la construcción virtual de un Hospital Digital. Un Hospital Digital que va a tener la capacidad -en sus sistemas de inteligencia artificial, softwares- de tener toda la información en materia de conocimiento médico, diagnóstico, etc., y que va a poder permitir a millones de chilenos poder, en línea, utilizar ese Hospital Digital para que le haga el diagnóstico y le plantee el mejor tratamiento.
 
Está demostrado hoy día que esos diagnósticos y tratamientos en base a inteligencia artificial, son más precisos, son más eficaces, son más seguros que lo que puede diagnosticar un médico en particular, porque reúnen la información y los conocimientos de miles y miles de médicos y de científicos a lo largo del mundo, y que nos va a permitir aumentar nuestra capacidad de atender en forma oportuna, digna y con calidad a los chilenos que lo requieren.
 
Ésa es una tecnología que ya está. Yo tuve la oportunidad hace unas semanas de reunirme y conversar largamente con los creadores y máximos ejecutivos de empresas como Google, como Amazon, como Apple, como Airbnb, como Netflix, y es impresionante no solamente lo que ya fue, es lo que ya viene. Y en medicina yo les aseguro que la revolución -igual que en educación- va a dejar obsoleto todo lo que hoy día estamos pensando.  
 
Pero eso es importante, los países tenemos que prepararnos para ese mundo nuevo: no podemos seguir con economías o sociedades rígidas, lentas, inmóviles, que no son capaces de preparar las condiciones, porque esto es cambio, y cambio, y cambio. Y frente al cambio hay que saber adecuarse, y para eso se requiere flexibilidad, y muchas veces en nuestro país, en lugar de hacer esta flexibilización, lo que hacemos es justamente lo contrario: una burocracia que en lugar de promover la innovación, el emprendimiento, asfixia o detiene las fuerzas creativas de nuestros ciudadanos.
 
Por eso, lo que tenemos que hacer en materia de ciencia y tecnología, en materia de innovación y en emprendimiento, en materia de mejorar la calidad de la educación, son tareas que no podemos seguir postergando ni un instante más.
 
Lo mismo -ya hablé sobre ello- en temas de medio ambiente, en colaboración minera: tenemos mucha minería fronteriza, que a veces no se puede explotar si no es en conjunto, y ahí nuevamente tenemos que ponernos de acuerdo para hacer la explotación más eficiente, más sustentable, más amistosa con el medio ambiente.
 
En materia de modernización del Estado, yo sé que Argentina está comprometida con esa tarea en cuerpo y en alma, y hemos conocido muchas experiencias exitosas que nos han servido a nosotros, pero el Estado de nuestros países es un Estado del siglo XIX, que en el siglo XX fue parchado, pero ya no responde a los desafíos y exigencias del siglo XXI.
 
Por eso, yo quisiera terminar estas palabras diciendo que tenemos tantas cosas por hacer, pero una cosa muy importante es comprender la responsabilidad y la misión que tenemos nosotros como Generación del Bicentenario. Y si yo pudiera resumirlo en una palabra, o en una frase, o en una idea: tenemos que liberar, desatar las fuerzas de la libertad, que son los únicos recursos realmente renovables y los más valiosos en este mundo moderno en el cual estamos viviendo; la fuerza de la imaginación, la creatividad, la capacidad de innovar, la capacidad de emprender, las ganas de hacer las cosas mejor.
 
Y yo estoy seguro que, en ese frente, estamos en una plena y total coincidencia. Por eso termino, una vez más, agradeciendo la presencia de ustedes en Chile: para nosotros es un honor, un privilegio y una tremenda oportunidad.
 
Y una vez más, les pido que expresen mis más sentidos y cariñosos saludos al Presidente Mauricio Macri, un gran amigo personal y un gran amigo de Chile.
 
Muchas gracias.