Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa de la ceremonia de entrega y comisionamiento del buque rompehielos Almirante Viel

3 JUL. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa de la ceremonia de entrega y comisionamiento del buque rompehielos Almirante Viel.
 
 

Muy buenas tardes, a todas y todos los presentes.
 
Es una tremenda satisfacción para mí como Presidente de la República y Jefe de Estado participar en esta ceremonia de incorporación al servicio del Almirante Viel.
 
El año pasado lamenté mucho no haber podido asistir al lanzamiento al agua y, en ese momento, me comprometí con el almirante de la Maza y con la ministra Maya Fernández a estar presente en este momento que es tremendamente significativo no solamente para la tripulación, sino para todo el país.
 
Por eso, el estar aquí con parte importante de la plana mayor del Estado de Chile creo que es relevante y es un acto concreto de valoración al trabajo que se ha realizado para que este rompehielos que tengo a mis espaldas pueda estar donde está. Y es que desde La Armada y Asmar se ha llevado adelante una hazaña al construir el primer rompehielos íntegramente producido no solo en Chile, sino en Sudamérica.
 
Muchas gracias al almirante Chávez por sus claras palabras respecto a las capacidades del Viel, a su historia y a su importancia.
 
El hecho de tener un buque capaz de operar en aguas antárticas, prácticamente sin restricciones y llegar mucho más al sur que el antiguo rompehielos, es tremendamente significativo para la soberanía de Chile. Este proyecto, como son los grandes proyectos, comenzó a discutirse hace más de 10 años. El primer anuncio lo hizo la presidenta Bachelet en el año 2014 y la construcción, y habilitación fueron iniciadas en 2017, y han culminado en nuestro período. Así son los grandes desafíos del Estado, trascienden a los gobiernos y ponen la mirada en el futuro de la patria.
 
Aquí creo que es importante destacar la visión de la presidenta Bachelet porque, muchas veces, desde la vorágine de la contingencia, del día a día, de las urgencias que hay que abordar desde la Presidencia de la República, no resulta fácil empeñarse en estos proyectos de largo plazo. Los incentivos de periodos tan cortos están puestos principalmente en obras que se terminen dentro del mismo periodo. Por eso, es importante que los mandatarios, y la presidenta Bachelet la tuvo, tengan una visión que vayan más allá del período presidencial pensando en la patria. Y el hecho de que hoy tengamos este rompehielos a mis espaldas es prueba patente de aquello.
 
Es nuestra obligación como Estado contar con planes de largo aliento porque los desafíos del Siglo XXI nos obligan a ser previsores; la crisis climática, los cambiantes escenarios económicos y la geopolítica global nos exigen una vigilancia y un sentido de responsabilidad que no es solo nacional porque, en este caso particular, proteger la Antártica es también proteger el futuro de la vida en nuestro planeta.
 
El nuevo Almirante Viel va a poder operar, prácticamente, sin restricciones de noviembre a abril entre las Islas Shetland del Sur y la Isla Adelaida, hasta la lentitud 70 sur, expandiendo significativamente el área de operaciones que teníamos anteriormente, y lo va a hacer hasta la Isla Alejandro I entre noviembre y marzo, ampliando, de esta manera, nuestra capacidad de exploración, patrullaje y custodia del continente blanco. Quienes conocemos la Antártica sabemos de las inclemencias del tiempo del territorio y en algunos casos se podrá depender de estas condiciones, pero, de todas formas, las capacidades que tiene el Viel hoy amplían muchísimo las que teníamos con el antiguo rompehielos que cumplió dignamente su tarea.
 
El continente Antártico es uno de los principales reguladores del clima mundial y Chile es de sus principales custodios a nivel mundial. Chile es un país esencialmente antártico, que tiene vocación antártica, que es la puerta de entrada para el mundo a la Antártica. No fue casualidad que el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, eligiera nuestro país para ir, en conjunto, hace un par de meses a la Antártica a través del territorio nacional. Esa es una señal clara de la importancia que tiene Chile para la investigación y la presencia antártica.
 
No vamos a abandonar nuestro compromiso de trabajar por comprender los cambios que afectan a nuestro planeta desde la Antártica, los riesgos que esto entraña y la manera en que la crisis climática afecta a los ecosistemas dependientes y asociados.
 
El Almirante Viel es, como decía el almirante Chávez, un embajador flotante. Qué buena idea, almirante de la Maza, el poner la bandera de Chile; me contaba que eso, tradicionalmente, nos hacía en nuestros buques, pero me parece bien destacable porque, efectivamente, es un embajador de la nación en aguas internacionales. Pero, además de ser un embajador flotante, es un laboratorio flotante porque está capacitado para llevar a más de 30 científicos a bordo y va a ser vanguardia en esa investigación y un mensajero de nuestra soberanía y compromiso con el continente blanco.
 
Quiero reiterar aquí mis palabras del 1° de junio ante el Congreso pleno en la cuenta anual de la República, Chile se opone y se opondrá a cualquier explotación comercial de minerales e hidrocarburos en la Antártica y trabajaremos con todos los países reclamantes y firmantes del Tratado Antártico por el respeto y restricto de esta norma. La Antártica es un continente de ciencia, de paz y de futuro, es un espacio de cooperación que debe ser consagrado a la investigación y a la comprensión del clima y la vida en nuestro planeta.
 
Por cierto, con las capacidades de navegación, patrullaje y monitoreo el Almirante Viel va a poder cumplir otras tareas a las que se refería el almirante Chávez; llevar adelante operaciones de búsqueda y rescate, atender a nuestras bases antárticas hasta las más lejanas, además, ser un vigilante en tiempos donde el turismo antártico ha aumentado.
 
Sé que nuestra Armada está preparada para resolver este tipo de emergencias, tal como lo hiciera de manera pionera en 1916 Luis Pardo Villalón con la escampavía Yelcho, cuya proa descansa hoy en Puerto Williams. Y cuando uno compara la proa de la escampavía Yelcho con la del Viel es realmente sorprendente y se engrandece la hazaña del piloto Pardo.
 
Quiero saludar, también, a la tripulación de 74 hombres y mujeres al mando de Juan Pablo Enríquez, capitán de navío. Es un orgullo y ha sido un orgullo verlos entrar solemnemente en la que será su casa durante intensas y duras campañas. Además, me dio mucho gusto escuchar la mención a quienes trabajaron en este proyecto. También pensar en Moisés, en Robert Vega, pensar en el orgullo que debe haber en este momento en el Liceo Industrial de Hualpén al ver este tremendo buque en la mar.
 
En mi Cuenta Pública de este año mandaté a la ministra de Defensa, Maya Fernández; al ministro de Economía, Nicolás Grau; y al comandante en jefe de La Armada, del almirante de la Maza, a que trabajen en conjunto una Política Nacional de Construcción Naval.
 
Puedo decir con satisfacción que a principios de esta semana llegó a mi poder una primera versión de esta política cuyo objetivo es llevar adelante un programa industrial sin precedentes que busca el desarrollo y fortalecimiento de la industria nacional, mediante alianzas público-privadas, fomentando la investigación, el desarrollo de tecnologías y el perfeccionamiento de nuestra mano de obra.
 
Que este rompehielos haya sido construido íntegramente en territorio nacional es un tremendo orgullo para nuestra patria. Felicito de corazón a todos quienes trabajaron en este proyecto y a Asmar porque es una muestra de cómo podemos retomar parte de la industria de nuestro país. Lo conversábamos también con los trabajadores de Huachipato, como el Plan Nacional Continuo de Construcción Naval puede ser un demandante de acero chileno y, próximamente, acero verde chileno, cómo el Plan Nacional Continuo de Construcción Naval puede ser un puntal de una nueva industrialización y también una fuente de empleo, y de mayor conocimiento tecnológico.
 
La construcción en Chile del Almirante Viel, como antes la de los patrulleros Marinero Fuentealba, Comandante Toro, Cabo Odger, Piloto Pardo y el Cirujano Videla, confirma que Asmar y la Armada de Chile están enteramente capacitados para enfrentar grandes desafíos y salir airosos en el campo del diseño y la construcción de embarcaciones complejas, generando aquí, en el Biobío, y trayendo externalidades positivas para todo el país.
 
Me imagino la expectación que había en el momento de lanzar al mar al Viel, los temores que puede haber existido y la satisfacción del trabajo bien hecho y de la tarea cumplida.
 
En enero del próximo año, en conjunto con el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, vamos a visitar el Polo Sur. Es primera vez que un Presidente de la República va a ir personalmente al Polo Sur. Espero que en esa fecha podamos encontrarnos también, almirante de la Maza, con usted y, especialmente, con la tripulación de nuestro rompehielos.
 
Permítanme, para finalizar, dedicarle unas palabras al almirante Óscar Viel, un Marino de vocación, hijo de un oficial de la independencia, concuñado de Miguel Grau y gobernador de Magallanes en un momento fundante de la Región de Magallanes.
 
Es bonito recordar, entender y vincularnos con la historia de nuestra patria. Cuando era chico vivía en 21 de Mayo con Viel en Punta Arenas, y hasta hoy mis padres viven ahí. Y desde chico tenía esta inquietud histórica y me preguntaba quiénes eran esta gente. El 21 de mayo, por supuesto, lodos lo conocíamos, nos lo pasaba en el colegio, era un momento fundante de la historia patria, pero cuando uno recorría el Barrio Prat y pasaba por las calles Cirujano Videla o Carlos Condell o me encontraba en Avenida España con la calle Luis pardo, en general, la gente no sabe de quiénes son los nombres que tienen nuestras calles y es importante saberlo porque es gente que construyó la patria. Si estamos aquí hoy es gracias a ellos.
 
Hoy, a propósito de la transmisión que está haciendo TVN, vía Davor Gjuranovic, en esta nueva importante faceta de acercar a las instituciones a la ciudadanía, quiero invitar a los ciudadanos a que se pregunten por el nombre de sus calles porque, de verdad, para mí es un orgullo poder saber y contar quién fue Óscar Viel, quien, además, murió en el exilio en París en 1892 porque fue leal al presidente Balmaceda durante la Guerra Civil de 1891.
 
Termino estas palabras felicitando, una vez más, a La Armada y a Asmar Talcahuano por esta hazaña y también proyectando lo que va a ser, y algo conversábamos con el comandante, la política de puertos que estamos impulsando en la Región de Magallanes, cuya modernización es tremendamente importante para los nuevos tiempos que se vienen.
 
Le deseo al Almirante Viel que tenga buen viento, buena mar, mucha agua y, en este caso, también hielo bajo la quilla.
 
¡Qué viva Chile y que viva el Almirante Viel!