Presidente de la República Gabriel Boric Font participa de la Conferencia anual del Foro Global de Productividad de la OCDE

27 SEPT. 2023
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa de la Conferencia anual del Foro Global de Productividad de la OCDE
 
 

Muy buenos días a todas y todos los presentes.
 
Muchas gracias canciller, Alberto van Klaveren, por inaugurar este acto. Muchas gracias, Francisco, por tu trabajo en la OCDE que nos tocó ver en directo en nuestra visita a Francia, el importante trabajo que estás realizando ahí.
 
Quiero partir destacando que para nosotros es un honor albergar este Foro Global de la Productividad de la OCDE y es un orgullo ser parte de la OCDE. He tenido la oportunidad de conversar con otros líderes de países latinoamericanos y, en general, se ve como una aspiración esto que Chile alcanzó, después de mucho trabajo, de ser parte de la OCDE, y el trabajo en conjunto con los países miembros ha sido realmente relevante y orientador para Chile.
 
Por cierto, todos los países tienen diferencias, tienen diferentes culturas, diferentes realidades, diferentes sistemas políticos, pero las buenas prácticas tenemos que ser capaces de imitarlas y adaptarlas. Y la OCDE ha sido un gran reservorio de aquello en el último tiempo y, por lo tanto, sus recomendaciones y sus reflexiones son muy valoradas por nosotros.
 
Para nosotros ser, por primera vez, el país anfitrión de esta conferencia global sobre productividad es importante particularmente en el contexto del estancamiento de la productividad a nivel global en muchos países desarrollados, pero particularmente en Chile. Y esto es un diagnóstico transversal en donde hace ya más de 10 años la productividad está relativamente estancada. Después de haber tenido un crecimiento, si no me equivoco, del orden del 2% anual durante los años 90, poco a poco se fue estancando y encontramos, y en esto los informes de la Comisión Nacional de productividad han sido muy claros, que aquí está una de las principales fallas que limitan la posibilidad de crecimiento económico de Chile.
 
Y para poder superar este estancamiento tenemos muy claro que no lo vamos a hacer solamente mirándonos a nosotros mismos, tenemos que revisar la experiencia internacional y reforzar la cooperación internacional. Y, por eso, estos foros son importantes porque los desafíos que tenemos hoy como humanidad, lo conversamos con el canciller van Klaveren en nuestra reciente participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, no reconocen fronteras. La crisis climática, las consecuencias económicas de la pandemia y de la guerra, los fenómenos migratorios o la necesidad de crecer de un modo que sea sustentable y mejor es algo común a los diferentes países, independientes de las diferencias que tengamos y eso nos obliga a trabajar de manera más colaborativa y estos foros que, a veces, hay quienes los cuestionan, son tremendamente útiles en esa dirección.
 
El otro día alguien me preguntaba, a propósito de la crisis climática, por qué Chile que, en términos relativos, emite pocos gases de carbono al medio ambiente, está tan preocupado por la crisis climática. Y, bueno, la respuesta es muy simple porque los efectos de la crisis climática golpean a Chile, somos uno de los países que más afectación tiene por ello, pero, además, porque somos conscientes de que esto no se soluciona solo apuntando con el dedo a otro, sino que todos tenemos que poner de nuestra parte. Y, en eso, la cooperación internacional es fundamental y, por eso, estas instancias me parece que, en estos tiempos de incertidumbre, adquieren más valor.
 
Nosotros como Gobierno nos pusimos una meta en materia de productividad, que es una meta central que consiste en aumentar la productividad del país al 1,5% medio anual porque nos preocupa mucho el estancamiento que ha tenido en las últimas décadas y estamos comprometidos con revertir esta tendencia que, sabemos, trasciende nuestra frontera porque, al final, cuando hablamos de productividad esto afecta la vida cotidiana y las oportunidades de las personas y de las comunidades.
 
Y, en este sentido, sabemos que aumentar la productividad y hacerlo bien, con respeto a los derechos laborales de las personas, apuntando hacia la formalización del trabajo, la incorporación de la mujer cada vez más en el mercado laboral que tuvo un retroceso importante durante la pandemia, en donde quedó en evidencia, además, el carácter o las desigualdades de género que siguen imperando en la sociedad chilena, afecta, como decía antes, la vida cotidiana de las personas. Estas no son solamente discusiones teóricas y estamos conscientes de que este es el camino más efectivo para que la economía chilena crezca de manera sostenible y para que Chile se desarrolle con justicia.
 
En nuestro país y en las sociedades hoy cuesta mucho encontrar consensos transversales, pero yo creo que en el diagnóstico o, por lo menos, en la identificación del problema todos estamos de acuerdo, es necesario mejorar nuestra productividad y en esto coincidimos todos los sectores políticos del país. Y ese consenso básico nos permite proyectar soluciones conjuntas y esas soluciones conjuntas nos permiten proyectar estabilidad y progreso social y económico.
 
Y es en esa línea en que, como Gobierno, le hemos propuesto al país y a las fuerzas políticas con representación parlamentaria, también a los sectores sociales como trabajadores y empresarios un nuevo Pacto Fiscal. Después del rechazo, por dos votos, de la Reforma Tributaria a comienzos de año, nos dimos cuenta y se hizo evidente que no bastaba solamente con hablar de tributos, sino que teníamos que tener una visión más amplia que incluyera la eficiencia del gasto del Estado, que incluyera una distribución más justa de los tributos, que incluyera una perspectiva de cómo crecer y cómo facilitar y empujar el crecimiento, y, en particular, mejorar la productividad. Y el Pacto Fiscal que le hemos presentado al país se enmarca justamente en esa lógica y en eso ha venido trabajando con mucho ahínco el ministro Marcel y otros Ministerios de nuestro Gobierno.
 
Y para eso sabemos que el viejo modelo basado en la exportación de materias primas para los países en vías de desarrollo tocó techo y no ofrece perspectivas reales de avanzar hacia un país desarrollado. En este sentido nosotros tenemos que aprender de nuestras experiencias del pasado. En función de eso, tenemos razones, y esto lo digo muy convencido, tenemos buenos motivos para estar optimistas en Chile.
 
Hay una suerte de pesimismo de la élite, que es formadora de opinión, que no se condice con las posibilidades que tiene Chile y yo les invito a que salgamos de ese marasmo porque nuestro país hoy no solo tiene recursos naturales, minerales críticos, la posibilidad de crear hidrógeno verde, el litio, el cobre, 3000 km de costa, es el país por excelencia de entrada a la Antártica para el mundo, sino que, además, tenemos conocimiento, tenemos investigadores e investigadoras, tenemos una población que está ávida de aportar.
 
Por lo tanto, tenemos toda la materia prima que no es solamente roca, mineral, sino también cabeza, conocimiento, para poder dar un salto adelante. Eso se marca en que el giro global hacia una economía verde y digital para Chile es una oportunidad más que un costo. Y si somos capaces de aprovecharlo, si somos capaces de aprovechar esa ventana de oportunidad nos va a ir muy bien a todos.
 
Para eso se requieren mayores grados de acuerdo, mayor permeabilidad de la política respecto de la Academia y mayor permeabilidad respecto al mundo social. Los principales desacuerdos hoy los tenemos dentro de la política, lo que nos exige la gente es que seamos capaces de ponernos de acuerdo y que no nos encerremos cada uno de nosotros en nuestras estrechas visiones de mundo, sino que seamos capaces de poner al desarrollo de los chilenos y chilenas por delante.
 
Como Gobierno estamos decididos a no dejar pasar esta oportunidad y garantizar que en el despliegue de industrias como el litio o el hidrógeno verde no repitamos errores del pasado y eso significa dialogar mucho con las comunidades. Permítanme ponerles un pequeño ejemplo, hace poquito, en el marco de la Estrategia Nacional del Litio, fui a conversar con el Consejo de Pueblos Atacameños en San Pedro de Atacama y una de las cosas que inmediatamente sorprende es que las comunidades que son aledañas a donde se encuentra este recurso hoy no tienen agua o no tienen electricidad 24 horas al día.
 
Entonces cuando nos preguntamos por el desarrollo del país y cuando uno va al extranjero y ve el tremendo interés que hay en Chile tenemos que llevarlo a lo concreto respecto de la gente que habita nuestro territorio. No podemos tener solamente un desarrollo de grandes titulares, grandes números y grandes promedios, tiene que ser con la gente que lo habita, también.
 
Y, por eso, estamos convencidos de la necesidad, por ejemplo, de agregar valor en territorio chileno, el generar encadenamientos productivos, el incorporar ciencia y tecnología a los procesos, el capacitar más y mejor a los trabajadores y trabajadoras, y avanzar siempre con respeto al medio ambiente y en sintonía con las comunidades.
 
Esto se va expresando en la manera en que vamos desarrollando nuestra política pública y en la que vamos desarrollando nuestra política internacional, también. Estuvimos hace poco con Ursula von der Leyen de la Unión Europea con quien, en conjunto con el canciller van Klaveren, firmamos un MOU, un Memorando de Entendimiento, que, pensando en el litio, incluye explícitamente la creación de valor en territorio nacional y no solamente la exportación de materia prima.
 
En este espacio quiero destacar que, junto con las estrategias específicas para cada una de las industrias que consideramos claves para el presente y para el futuro, estamos avanzando en generar institucionalidad, una institucionalidad que sea sólida, que sea un aporte a la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo de Chile. Esto lo hemos conversado, ha sido un debate no fácil, pero lo hemos conversado mucho con la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aysén Echeverry, también con Corfo, con el fin de facilitar el financiamiento a proyectos de inversión privada que sean innovadores, de alto contenido tecnológico y contribuyan a enfrentar los desafíos que impone la emergencia climática.
 
Para aumentar los niveles de productividad hay que trabajar en dos líneas paralelas. Por un lado, en transformar el modelo productivo de Chile y, por otra, optimizar procesos, generar incentivos y eliminar trabas burocráticas que limitan la productividad y dificultan la inversión.
 
De eso se encarga la Agenda de Productividad que presentamos a inicios del 2023 y que es fruto, como hemos tratado que sea la característica de nuestro Gobierno, de un amplio diálogo social. Y a esto nos invitan tanto los trabajadores como los empresarios.
 
El aumento del salario mínimo a $500.000 de manera progresiva o la reducción de la jornada laboral a 40 horas fueron fruto de un acuerdo bastante transversal en donde participaron los gremios de los empresarios, no solamente las grandes empresas, sino también las pymes, y, por cierto, las organizaciones de trabajadores y eso es muy valorable. Y la Agenda de Productividad se ha ido desarrollando en esa misma línea.
 
Tenemos avances concretos. Por ejemplo, para las micro, pequeñas y medianas empresas, que es un sector clave para la productividad, se aprobó la Ley de Compras Públicas, la Ley de “Desnotarización”, creamos una unidad de MiPymes en Sercotec para dar más incentivos a la formación laboral, entre otros, y este año, porque sabemos que es una preocupación muy presente y lo hemos conversado con diferentes inversionistas y también dentro del Estado, vamos a avanzar decididamente con una reforma estructural a la tramitación de los permisos sectoriales para proyectos de inversión porque sabemos que ahí Chile tiene un cuello de botella. Y en esto el ministro Grau está empeñado y con un optimismo porfiado frente a los que le dicen que es muy complicado, que no se puede. Me consta que está empujando firmemente esa agenda y cuenta con todo nuestro apoyo, y lo hemos conversado con el ministro Marcel.
 
De hecho, vamos a tener una reunión con el ministro Marcel y otros ministerios, Bienes Nacionales, Economía, Defensa y Medio Ambiente el día viernes para apuntalar, justamente, esta reforma porque sabemos que la complejidad de estos procesos y su falta de coherencia, y su excesiva duración son temas que terminan afectando la productividad y la inversión. Esto no tiene por qué ser así eternamente, esto no es una roca que no puede ser moldeada, depende de nuestra voluntad y estamos decididos a empujar esta reforma.
 
Los países que han alcanzado el desarrollo lo han hecho articulando una visión estratégica y compartida de futuro, con cohesión social, creciendo y, a la vez, distribuyendo de manera más justa la riqueza.
 
Por eso, esta discusión va más allá solamente de números, tiene que ver, al final, con las posibilidades que le damos a nuestra gente de ser feliz, en la medida en que compartamos, de manera justa y equitativa, lo que producimos no solamente con nosotros, sino entendiéndonos como parte de un ecosistema más grande.
 
En espacios como este en donde vemos esfuerzos mancomunados y transversales por un mismo objetivo, creo que se contagia este ánimo y espero que las conclusiones que tengan de este debate puedan ser transmitidas a los diferentes sectores de nuestra sociedad, en particular al Parlamento para poder ir generando este consenso que necesitamos y poder dar el salto definitivo hacia el desarrollo de nuestra patria.
 
Muchísimas gracias.