Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa de la ceremonia inaugural de la Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición

15 JUN. 2023
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Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa de la ceremonia inaugural de la Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición

Muchísimas gracias, Mario. Bienvenidas y bienvenidos todos.
 
Es para nosotros, como Estado chileno, como pueblo, un orgullo y una alegría poder recibirlos desde todos los rincones del planeta para enfrentar un desafío que no reconoce fronteras y que nos debe conmover hasta lo más íntimo. Si hubiese una sola persona pasando hambre ya debiera ser escandaloso, pero son 828 millones de personas.
 
Y, por lo tanto, este tema que ustedes están tratando, que desde la FAO se está apoyando, la coordinación de parlamentarios a nivel mundial, el intercambio de experiencias es tremendamente importante. Y les agradezco mucho a la organización que hayan escogido a nuestro país Chile como sede para poder enfrentar este tremendo flagelo.
 
Ningún esfuerzo es menor ni secundario en la lucha contra el hambre, la búsqueda de la seguridad alimentaria y de una agricultura sostenible, como establece el segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Y, además, hemos visto cómo esta agenda se ve amenazada también por la guerra, por la guerra en cualquier latitud. Hemos visto los efectos que en nuestro país y en el mundo ha tenido la guerra en Ucrania, a propósito de la exportación del trigo. Pero sabemos que en muchos otros países que viven también los dolores de la guerra, sufren inmediatamente el hambre, y el hambre se exporta con mucha facilidad.
 
Y eso deriva también en fenómenos migratorios. Veíamos ayer, con mucho dolor, el naufragio de un barco en las costas de Grecia, en el Mediterráneo, en donde fallecieron 80 personas. Seguramente, muchas de ellas también estaban pasando hambre y escapando de su país producto de una situación crítica. Lo hemos visto en los fenómenos migratorios acá en América Latina, en donde también nos cuentan, muchos de quienes llegan a nuestra patria, que uno de los principales motivos es la dificultad para encontrar alimentos en la suya y por eso emigran para buscar mayor seguridad para su familia.
 
Por lo tanto, este es un fenómeno que está íntimamente conectado con otros grandes desafíos que tenemos como humanidad y que sólo vamos a poder responder y resolver si actuamos colectivamente, con solidaridad, poniendo la cooperación y la colaboración por sobre la competencia. El ánimo de luchar juntos, de salvarnos juntos como humanidad por sobre el beneficio de unos pocos.
 
Y creo que todos los latinoamericanos estamos orgullosos que haya sido América Latina y el Caribe la primera región en establecer un Frente Parlamentario Regional contra el Hambre. Muchas gracias a todos quienes integran estos frentes, no solamente en América Latina y el Caribe, sino también en todo el mundo.
 
Como nos decía Mario, es mucho más lo que las alianzas parlamentarias pueden hacer para poder alcanzar el objetivo del hambre cero, porque cada uno de ustedes puede influir sustantivamente en sus gobiernos. Y el hecho que nos miremos, que conozcamos otras realidades implica crear vínculos también de afecto, de cooperación, de comprensión de qué es lo que está pasando más allá de nuestras fronteras.
 
Por cierto, no necesito explicarles a ustedes que conocen la brutal realidad del hambre y la malnutrición en el mundo, pero sé que sí hay muchas personas que en este momento nos pueden estar escuchando o que verán este foro más adelante mediante redes sociales, y es necesario que seamos capaces de visibilizar y no naturalizar las condiciones y dimensiones que tiene el flagelo del hambre en el mundo.
 
Lo decía Mario, más de 828 millones de personas, seres de carne y hueso, con historias, con recuerdos, con vida, con futuro padecen hambre en el mundo. Y esta situación, además, ha empeorado dramáticamente desde que el Covid hizo su entrada en el escenario global y paralelo a ello o conjunto con ello o consecuencia de ello la crisis económica. Sólo entre 2019 y 2021 el número de personas que sufren hambre en el mundo aumentó en 150 millones de personas.
 
En América Latina y el Caribe el hambre y la inseguridad alimentaria también tuvieron una importante alza. En estos dos años referidos entre el 2019 y el 2021, la cantidad de personas que sufren hambre pasó de 43 millones a 56 millones y la inseguridad alimentaria aumentó en la región en casi 100 millones de personas. Esto al mismo tiempo en que como región somos responsables del 13% de la producción mundial de bienes agrícolas y aportamos el 17% de las exportaciones mundiales en este rubro. Exportamos algo menos de la mitad de nuestra producción agrícola, del orden del 41% aproximadamente y tenemos un súper hábitat agroalimentario anual de casi US$174 mil millones lo que equivale a US$265 por habitante. Y, aun así, más de 56 millones de latinoamericanos sufren de hambre. Esta es la tremenda dimensión del desafío que enfrentamos y seguro cada uno de los representantes de las distintas regiones podrá contar las propias experiencias.
 
En nuestro país Chile tenemos hoy, gracias al trabajo del Estado, pero sobre todo de la colaboración público-privada y de los campesinos y campesinas, de las industrias vinculadas al agro, un sistema alimentario robusto por nuestra tradición agrícola campesina y a nuestro clima diverso que permite contar con una amplia variedad de frutas y hortalizas durante todo el año.
 
Es muy impresionante recorrer los mercados regionales. Pienso, por ejemplo, en el mercado de Arica de donde viene el presidente de la Cámara de Diputados, en donde uno se sorprende, pese a estar cercano al desierto, con la variedad de colores, con la fiesta de colores que son los mercados regionales. Pienso en el Maule de donde viene el presidente del Senado, en donde también uno recorre los intersticios de la región y encuentra en cada uno especificidades, historias y tradiciones campesinas. Acá en el interior de la Quinta Región, de donde viene nuestra diputada Marzán, en donde la sequía ha golpeado duro a las familias, a los campesinos y, pese a ello, buscan maneras de seguir adelante. O en La Araucanía, de donde proviene nuestra senadora Aravena, en donde las dificultades de un conflicto histórico también han golpeado la producción de alimentos y hoy estamos, conjuntamente, buscando maneras de solucionarlo.
 
Como les decía, Chile cuenta con un sistema alimentario robusto, pero no podemos estar tranquilos porque en nuestro país hay hambre, hay pobreza, menos que antes, pero sigue existiendo y nos tiene que seguir conmoviendo. Y esta afecta principalmente a los niños, niñas y adolescentes, y hoy —esto es tremendamente preocupante— más de la mitad de los niños de nuestro país sufre de algún tipo de malnutrición por exceso o mala alimentación.
 
Y esto tiene su raíz en las profundas desigualdades que tenemos y en la dificultad que enfrentan las familias de menos ingresos para acceder a una alimentación saludable, que es cinco veces más cara que aquella que sólo satisface en calorías.
 
Por eso, como Gobierno hemos dado pasos para avanzar en la universalidad del Programa de Alimentación Escolar porque nos parece que no es tolerable que en establecimientos de alta vulnerabilidad social haya programas de alimentación que no cubran a todos los estudiantes porque eso significa el absurdo de que dos personas, dos niños, que están sentados juntos, en una misma sala, con condiciones muy parecidas, uno tiene acceso a alimentación de calidad y el otro no, y eso no podemos permitirlo. Hemos comenzado con kínder y nuestro objetivo es seguir avanzando hacia que todos los estudiantes que lo necesiten puedan contar y ejercer con su derecho a una alimentación saludable.
 
Además, recientemente hemos lanzado la Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria que fue construida con participación de amplios sectores de nuestra sociedad y que busca generar las condiciones para reducir la malnutrición. Y en esto es fundamental la colaboración público-privada y, en particular, quiero destacar la agricultura familiar campesina.
 
Y cuando hablamos de agricultura familiar campesina tenemos que pensar también en cómo cuidamos nuestra ruralidad, cómo cuidamos y protegemos la vida en el campo, sus tradiciones y su futuro, y, por un momento, detengámonos a pensar en esta obsesión que como civilización pareciéramos tener por las ciudades y la calidad de vida.
 
Y ahí, nuevamente, hay muchos temas adyacentes, fortalecer la educación rural es fundamental para que las y los jóvenes del campo no sientan la obligación de tener que emigrar, un destierro forzado, de donde fueron formadas sus familias porque no existen las condiciones de oportunidad o la construcción de viviendas en los sectores rurales.
 
Muchas veces, desde los gobiernos centrales, en este caso nosotros tenemos la sede del Gobierno en Santiago, y cuando voy a lugares rurales de Chile, recónditos, siempre pienso que esa realidad no se ve desde La Moneda, no se ve desde el gobierno central. Y, por eso, también son tan importantes los parlamentarios y parlamentarios porque ustedes representan ese campo vivo. Y para poder protegerlo, para poder tener soberanía alimentaria, para poder proteger la agricultura familiar campesina tenemos que vincularlo con una serie de políticas públicas en otros temas; el cuidado del agua.
 
Por eso, nuestro país ha tomado la decisión de asumir la tarea de asegurar a su población alimentos saludables e inocuos de manera oportuna y hemos decidido hacerlo de manera unitaria, como un compromiso de todas y todos, como demuestra, también, la diversidad de los parlamentarios que participan en esta cita.
 
Para lograr esto, y ya voy terminando, se requiere de buena política, de una política que busque grandes acuerdos que permitan generar las condiciones para avanzar en modelos de desarrollo más sustentables y equitativos, y, por cierto, contar con recursos que posibiliten que el Estado pueda cumplir con su obligación de garantizar el derecho a la alimentación a todas las personas.
 
Estimadas y estimados parlamentarios presentes:
 
Nuestro país pone a vuestra disposición y de este encuentro nuestra experiencia y trabajo como Poder Ejecutivo, nuestra experiencia legislativa, la historia de nuestros parlamentarios, de nuestros campesinos, la historia agraria de Chile, de nuestros gremios, de nuestros pescadores, de nuestras mujeres de mar, de nuestros elaboradores, procesadores y transformadores de alimentos para encontrar, juntos, soluciones a este flagelo.
 
Chile los recibe con las manos abiertas y llenos de esperanza de que un mundo sin hambre y con la semilla de la paz global es posible.
 
Bienvenidas y bienvenidos, y muchísimas gracias por estar con nosotros aquí.