Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa en la primera reunión COP del Acuerdo de Escazú

20 ABR. 2022
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El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, asiste a la ceremonia inaugural de la Conferencia de las Partes (COP 1) del primer acuerdo ambiental de América Latina y el Caribe, en dependencias de la Cepal. 

Muchísimas gracias, estimado.
 
Para mí es realmente un honor estar acá y si bien puede ser legítimo lamento la demora, como Estado chileno, que nos ha tomado llegar hasta este momento. Pero ya estamos y lo hacemos con mucha convicción.
 
Quiero partir saludando afectuosamente al Secretario Ejecutivo interino de la Cepal, que esperemos que deje de ser interino, señor Mario Cimoli que hospeda esta I Cumbre, a la Vicepresidenta de Costa Rica, la señora Epsy Campbell, a las señoras Ministras y a los señores Ministros y, por, sobre todo, a las y los defensores medioambientales, quienes tanto han trabajado por todos nosotros y que muchas veces no se les reconoce, a los Parlamentarios y Parlamentarias, a las señoras Viceministras y a los señores Viceministros, a todos los representantes de Naciones Unidas y a los invitados e invitadas especiales.
 
Como les decía, estoy tremendamente honrado de estar hoy día aquí presente en la I Conferencia de las Partes del Acuerdo de Escazú, porque tanto para mí personalmente como para nuestro Gobierno es fundamental retomar el liderazgo regional que tuvo Chile en el pasado en esta materia y enfocarnos en impulsar la consolidación de este acuerdo a lo largo y ancho de América Latina y El Caribe.
 
Durante nuestra campaña Escazú se nos aparecía en todas partes. A cada lugar, a cada región que vamos a lo largo y ancho del territorio chileno hay conflictos medioambientales que durante demasiado tiempo no hemos sabido procesar de manera adecuada y en donde, muchas veces, además, quienes lideran estas discusiones se ven gravemente amenazados.
 
Este acuerdo nace como una respuesta ante las necesidades urgentes que vive nuestra región, lo que se ha transformado lamentablemente en la región más peligrosa del mundo para las y los defensores ambientales. Y encarna profundos anhelos de los pueblos de este rincón del Sur Global, son anhelos de paz, son anhelos de justicia, son anhelos de acción decidida ante la crisis climática y la degradación del medio ambiente en la que nos encontramos.
 
Y en esto quiero ser muy claro, cuando se quema una parte del Amazonas o cuando se acelera el derretimiento de un glaciar en la Patagonia chilena o argentina, no es el Estado chileno, no es el Estado brasileño, no es el presidente de turno el que sufre, es toda la humanidad. Y, por lo tanto, tenemos una responsabilidad de la que tenemos que hacernos cargo y una responsabilidad que no es posible abordar solamente dentro de los marcos de los Estados Nación.
 
Y eso creo que es muy importante y es muy importante que volvamos, a propósito de la pandemia, que volvamos a entender un principio muy básico en el cual nos debemos mover en el mundo hoy día. O nos salvamos juntos o nos hundimos por separado.
 
Y yo creo que el Acuerdo de Escazú apunta justamente a la idea de salvarnos juntos, de trabajar juntos. A mí me interesa, y lo reafirmo en este lugar, que Chile primero se sitúa en América Latina, que Chile es un país profundamente latinoamericano y estamos orgullosos de aquello y que, por lo tanto, con nuestros hermanos y hermanas latinoamericanos vamos a trabajar en conjunto por enfrentar la crisis climática provocada por la acción del hombre, con criterios también -y esto es importante- de justicia climática.
 
Y eso yo creo que es importante que, desde América Latina, desde los países de Sur Global podamos tener una voz también frente a los países desarrollados, porque la justicia climática y la transición justa son elementos esenciales justamente de cómo enfrentar la crisis que hoy día estamos viviendo.
 
Es imperativo que sean los propios pueblos los que determinen sus horizontes y prioridades y que la distribución de las cargas y beneficios ambientales no sólo sea equitativa, sino que provenga de una decisión colectiva forjada en el seno de estos. Por eso, el acceso oportuno a la información sobre los procesos que afectan la vida de las personas y la participación respecto de las decisiones que amenazan la subsistencia de personas y comunidades es tremendamente importante y Escazú cumple justamente ese rol.
 
Hoy día sabemos que no hay justicia ambiental ni un proceso que nos lleve hacia ella sin que se proteja a las y los defensores ambientales que viven en carne propia como la devastación de los ecosistemas afecta negativamente los sistemas de vida de comunidades enteras.
 
Porque son precisamente estas comunidades indígenas, las comunidades locales, muchas veces silenciadas por los grandes medios, quienes tempranamente a través de sus líderes y defensores ambientales nos alertaron acerca de la interdependencia entre los ecosistemas, la biodiversidad, la forma en la que habitamos la tierra y el clima.
 
Quienes desde sus territorios han levantado sus voces cuando son testigos de cómo una decisión tomada por otro muchas veces a cientos o miles de kilómetros del lugar donde habitan termina irremediablemente afectando la vida de sus comunidades, hay que decir este no es el camino. Y creo que esta Conferencia de las Partes de Escazú apunta justamente en esa dirección.
 
Quiero recordar hoy desde este lugar privilegiado a quienes no están, a Macarena Valdés de Chile, a Breiner David Cucuñame de Colombia que tenía sólo 14 años, a Estela Casanto de Perú, a Berta Cáceres de Honduras quien decía lucidamente “Vos tenés la bala… Yo la palabra… La bala muere al detonarse… La palabra vive al replicarse”. Y eso estamos haciendo hoy día.
 
Son cientos los que hoy día no están con nosotros, los que ya no pueden luchar. Es por ellos y por ellas y por quienes siguen alzando la voz, que lo siguen haciendo a pesar de vivir bajo amenazas, que hoy tenemos el imperativo de movilizarnos para protegerlos a ellos y protegernos a nosotros mismos, si esto es un acto de supervivencia, el acto de supervivencia más básico.
 
Confío en que nuestro Congreso, y así me lo han manifestado el presidente del Senado y el presidente de la Cámara de Diputados de Chile, que van a atender esta urgencia, pues hemos dejado pasar demasiado tiempo.
 
A mí me toca hablar hoy en esta situación, pero este esfuerzo, quiero destacar por parte de Chile, por lo menos, lo ha liderado un equipo negociador desde el Ministerio de Relaciones Exteriores que ha sido tremendo. Así que les agradezco mucho a ellos y también, por cierto, a nuestra Canciller, Antonia Urrejola, y a nuestra Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.
 
Quiero ser muy claro en esto y comprometerme, además, públicamente en un espacio internacional, tienen todo nuestro respaldo político, del Gobierno, para que, no solamente la lucha, el desafío medioambiental sea una prioridad del Gobierno que hoy día encabezamos.
 
Hoy día Chile participa de esta conferencia como observador y anfitrión y espero que pronto nos convirtamos en un Estado parte.
 
Hoy la región tiene la oportunidad de diseñar desde su propio y especial contexto las soluciones que nos permitirán navegar la crisis climática que, paradójicamente, golpea más fuerte a aquellos que menos han contribuido a su avance.
 
Por esto esta COP1 será tremendamente importante en reunir y convocar nuevamente las voluntades de la región para retomar este rumbo, para trabajar conjuntamente en superar las brechas de adhesión que aún persisten y abordar el proceso de implementación, condición y fuerza.
 
Sé que la posición de Chile en el pasado reciente generó muchos resquemores, también, en otros países y, por lo tanto, me interesa ser muy enfático en la voluntad y convicción con la que Chile hoy día impulsa nuevamente este proceso.
 
Hemos llegado al punto de partida y eso es un motivo para estar felices, pero no podemos perder de vista que la implementación de este acuerdo va a confrontarnos con serias dificultades y desigualdades propias de la realidad de cada uno de los Estados que finalmente sean parte.
 
Quiero hacer presente que en este camino reconocer nuestras fortalezas para mejorar las estructuras de información, de participación y acceso a la justicia que ya existen y también mirar las fortalezas de los demás países de la región va a ser muy importante. El dialogar, conversar, colaborar, colaborar en vez de competir, es algo que tiene que guiar nuestra acción.
 
De eso se trata esta Conferencia de las Partes, de intercambiar ideas para construir sobre la base de nuestras propias experiencias locales una implementación a nivel regional para el cumplimiento de la promesa de una región entera para sus habitantes, las fronteras se quedan chicas.
 
Hoy día, ante los desafíos que vive el mundo, las fronteras de los Estados Nación creados en el Siglo XIX se quedan chicas, la crisis climática, los fenómenos migratorios, la pandemia; no podemos enfrentarlos por separado, no podemos vanagloriarnos cuando a un solo país le va bien si al de al lado le está yendo mal, tenemos que colaborar entre nosotros.
 
Así como nuestra poeta Gabriela Mistral escribiera en su momento en el artículo El Patriotismo de Nuestra Hora en 1919 que nunca ha sido tan necesario como hoy meditar y actuar sucesivamente y con todas las fuerzas del alma y nunca, tampoco, ha sido más imperiosa la necesidad de una colaboración colectiva.  Les recomiendo que releamos a Gabriela Mistral porque tiene unos textos de un grito político latinoamericano que es muy profundo.
 
En esta jornada que viene y en los próximos días la mesa directiva que se elegirá tendrá una importante labor para articular el trabajo conjunto, tarea en la que le deseo todo el éxito y le manifiesto que contará con todo nuestro apoyo.
 
Hoy con este acuerdo la región avanza en su tarea de asegurar un crecimiento y desarrollo en condiciones de estabilidad sustentables. Avanzar en la protección del lugar donde vivimos, donde quiera que sea en esta vasta y rica región y la protección de los derechos de quienes la defienden no es para solamente el presente, sino para el futuro de todas las generaciones que vienen.
 
Muchísimo éxito a todos quienes hoy día forman parte de esta I Conferencia del Acuerdo de Escazú. Muchísimas gracias, en serio, por su importante labor, no lo digo solo diplomáticamente, sino de corazón porque estos momentos en estas salas se hace vivo el multilateralismo, la confianza, la colaboración que tanta le hace a nuestro mundo.
 
Un abrazo fraterno. Muchas gracias.