Presidente Piñera sostiene reunión con líderes de la Alianza del Pacífico para avanzar en integración regional

25 SEPT. 2019
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La hoja de ruta propuesta por Chile pretende desarrollar planes concretos que permitan profundizar el comercio de bienes y servicios, las inversiones y el tránsito de personas entre Chile, Colombia, México y Perú.

Marcelo Claure: Vamos a dejar la palabra al Presidente Piñera y le vamos a preguntar qué nos gustaría entender cómo podemos asegurarnos de que nuestros negocios, trabajadores y comunidades puedan aprovechar con mayor éxito las oportunidades que ofrece la Cuarta Revolución Industrial.
 
Presidente Piñera: Bueno, sin duda que esta revolución está y solamente se va a incrementar y va a llegar a más campos del quehacer humano y a más preguntas, y mejor es prepararnos. Esto es una ola que uno la ve en el horizonte, puede quedarse parado hasta que llegue y lo revuelque en el suelo, o puede hacer como los surfistas que se suben arriba de ellas y aprovechan la fuerza de la ola para su propio beneficio.
 
Y yo creo que América Latina en general y Chile en particular no estamos suficientemente preparados, y por eso tenemos una tarea que debemos cumplir en un plazo muy corto. Esta revolución, como muchas revoluciones tecnológicas, han demostrado ser generosas con los países que quieren abrazarlas y crueles con los países que simplemente la dejan pasar.
 
¿Qué estamos haciendo en Chile para prepararnos para esta revolución?
 
En primer lugar, creando la infraestructura, Chile va a licitar la tecnología 5G a finales de este año y comienzo del próximo, vamos a terminar la carretera digital que va a unir a todo Chile, estamos trabajando en un cable que nos va a unir a varios países directamente con el Asia. Ése es un componente.
 
El segundo componente es educar, esto requiere una educación especializada -ingenieros, técnicos, informáticos- pero también generalizada, la ciudadanía entera, para que como usuarios puedan aprovechar también esta revolución.
 
Y lo tercero es crear la institucionalidad, las reglas de juego que, en lugar de ahogar y frenar toda iniciativa, todo emprendimiento haga justamente lo contrario.
 
Esos son tres temas fundamentales en que estamos comprometidos en Chile, pero cierto es que -y yendo al tema del trabajo- esta revolución va a crear y va a destruir trabajos, pero no va a ser lo mismo en todas partes; en algunas partes los va a crear en forma mayoritaria, en otras partes lo va a destruir en forma mayoritaria.
 
Los países que se preparen van a estar del primer grupo, los países que esperen van a quedar en el segundo grupo y, por tanto, yo creo que lo que tenemos que hacer -y con esto termino- es hacer grandes cambios para construir los pilares sobre los cuales basarnos para enfrentar esta revolución: un cambio radical en la calidad y contenido de nuestra educación; un aumento sustancial en la inversión que estamos haciendo en ciencia y tecnología; un cambio fundamental también en la forma en que enfrentamos la innovación y el emprendimiento; que el Estado en lugar de ser el que ahoga sea el que promueva y fomente; y además crear instituciones que funcionan en forma legítima y transparente para poder hacernos cargo de los desafíos de carácter tecnológico, económico y éticos que esta revolución va a plantear.
 
Por todo eso yo creo que se nos está -igual como el cambio climático y el calentamiento global- acabando el tiempo, tenemos que hacer un esfuerzo muy grande para recuperar el tiempo perdido.
 
Termino diciendo que América Latina llegó tarde la revolución industrial y por eso quizás seguimos siendo un continente subdesarrollado. No podemos llegar tarde a esta nueva revolución que está golpeando nuestras puertas y ese es, tal vez, uno de los desafíos más grande: cómo hacer para incorporar la inteligencia artificial, el internet de las cosas, cómo hacer para aprovechar todo lo que es la tecnología del blockchain.
 
Esos son parte de los desafíos que estamos enfrentando y yo estoy seguro que mis colegas Presidentes están trabajando en lo mismo.
 
Marcelo Claure: Chile es un país digno de admiración en todo el tema de conexiones a internet, Chile creo que ha liderado en América Latina y es una materia en que ustedes llegan la delantera.
 
En ese contexto, me gustaría que comparta con nosotros ¿qué es necesario hacer, además de mejorar la cantidad de conexiones para que la región puede ser un actor relevante?
 
Para poner en contexto hoy día en el mundo existen cerca 6 mil millones de conexiones de celulares y en los próximos diez años esperamos llegar a un trillón de conexiones, bueno básicamente vamos a conectar todo en el internet de las cosas. Entonces, al ser Chile el líder hoy día en América Latina en términos de porcentaje de la ciudadanía que está conectada, ¿qué podemos aprender? ¿qué podemos compartir con la región para esto que se viene, que es básicamente conectar todo?
 
Presidente Piñera: Bueno, primero Martín, estamos en una competencia desleal porque el Presidente de Colombia es un “Duque” por el padre y un “Márquez” por la madre. Nosotros somos plebeyos.
 
Bueno, la verdad es que en Chile hemos hechos un enorme esfuerzo, es cierto que Chile hoy día lidera en América Latina todos los indicadores que tienen que ver con conexiones, hogares, empresas, alta velocidad, pero todavía estamos a mitad de camino.
 
Por esa razón, yo creo que lo que hemos hecho en Chile en primer lugar crear las carreteras digitales, que ya tenemos una carretera que nos une en una extensión de más de 4 mil kilómetros, que va desde el extremo Norte hasta el extremo Sur con ramificaciones para poder llegar a más del 95% de la población.
 
Ahora con Brasil y con Argentina hemos hecho una alianza para construir un cable submarino que nos va a unir en tiempo real con el mundo del Asia, porque día pasamos o por Estados Unidos o por Europa y queremos hacerlo en forma directa.
 
Pero además de tener la carretera que tiene la tecnología y la tecnología que se requiere y con urgencia para entrar de verdad al mundo de la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el blockchain, es la tecnología 5G. Por eso Chile va a incorporarse al mundo de la tecnología 5G muy pronto, esperamos que el próximo año ya esté operativa en nuestro país.
 
Falta, después de tener las carreteras y tener la tecnología falta naturalmente el buscar y crear o importar el capital humano necesario para que estén los ingenieros, los técnicos y los informáticos para que esto funcione bien.
 
Y, además de eso, como yo decía anteriormente, hay que educar a la población no para que sea un experto tecnológico, pero que sea un experto usuario, que sepa el potencial que significa esta realidad.
 
Y, por supuesto, esto va a permitir hacer muchas cosas que antes parecían prohibitivas. Antes el concepto del trabajo era que todo el mundo tenía que desplazarse a la misma hora, desde su hogar a un lugar de trabajo, ir a la fábrica donde todos tienen que estar juntos porque era una cadena, una línea de producción. Eso se acabó, hoy la tecnología permite que cada uno trabaje con mucha más libertad en lugares que uno coge, en los tiempos que uno recoge, y por eso en Chile aprobamos una Ley de Teletrabajo o Trabajo a Distancia que hace posible que los contratos laborales no estén sujetos a las restricciones que tenía la legislación laboral anterior.
 
Pero en todo esto la verdad es que también falta que podamos incorporar las aplicaciones que hacen que todo esto sea útil para la gente. Y, por ejemplo, el Estado está haciendo en esto un esfuerzo gigante: nosotros hoy día estamos en un 50% de los trámites que un ciudadano tenía que hacer con el Estado, lo puedo hacer desde la comodidad de un teléfono celular inteligente. Estamos avanzando a un mundo en que el Estado nunca le pida un papel a una persona que ya se lo pidió o que el propio Estado emite, cosa que es una tradición en nuestra burocracia estatal de torturar a los ciudadanos pidiéndoles documento una y otra vez el mismo documento. Que lo pueda el Estado entregar, y por eso estamos unificando el back office y todo el aparato del Estado en una sola plataforma que sea inteligente y que sea amable con los ciudadanos.
 
Todas esas son parte de los esfuerzos que estamos haciendo para no quedarnos fuera de esta Cuarta Revolución Industrial, porque sabemos que los que se queden fuera lo van a pasar muy mal y los que logramos o logremos incorporarnos, vamos a poder cerrar esa brecha.
 
La meta que tiene Chile -y yo sé que la tienen todos nuestros países- es que quiere ser un país desarrollado dentro los próximos 10 años. Eso significa pasar de US$25.000 a U$36.000 de ingreso per cápita. Recordemos que Chile fue la colonia más pobre de España en América Latina y con mucho esfuerzo se ha transformado en el país con el mayor ingreso per cápita y mayor nivel de desarrollo humano.
 
Pero ésta es una carrera en que no se puede respirar, ni parpadear, porque el principal riesgo del éxito del futuro es el éxito del pasado y el principal riesgo de la sociedad del conocimiento y la información es la obsolescencia.
 
Y, por tanto, aquí uno no puede descansar un minuto y ésta es una buena lección -y con esto termino- para la Alianza del Pacífico, que en 8 años logró cosas notables, pero todo lo que logró en los últimos ocho años es muy distinto y no tiene la dimensión de lo que tenemos que lograr en los próximos cuatro años, porque el tiempo se va acelerando.
 
Por eso la Alianza del Pacífico tiene un plan de acción que nosotros lo hemos discutido por los Presidentes para no quedarse dormidos en los laureles del pasado, sino que enfrentar -entre otras cosas- todos los desafíos que hemos estado hablando aquí. Yo leí su carta, Presidente, con una serie de planteamientos que usted hace, los comparto absolutamente y, por tanto, esta lección de que no podemos perder un segundo, que el que parpadea pierde, es una lección válida para cada país, pero también para nuestra Alianza del Pacífico.
 
Marcelo Claure: Nos sentamos con los emprendedores y les preguntamos cómo Softbank los puede ayudar y lo que, básicamente, todos repiten es talento, talento, talento. La falta de talento de ingenieros, de Inteligencia Artificial, cores, machine learning, científicos de datos; y es un poco doloroso ver que la gran mayoría de nuestras empresas están abriendo centros en Valencia, en Lisboa, en Berlín que son empresas latinoamericanas hechas en América Latina que tienen que ir a buscar talento afuera.
 
Entonces lo que yo diría, la mayor inversión que podemos hacer, aparte de las redes 5G, etcétera, el básicamente invertir en la educación para crear este nuevo tipo de empleos porque todo el mundo se pregunta ¿qué es lo que tenemos que hacer para poder promover esto? y el consejo que les puedo dar es invertir en el talento, invertir en ingenieros.
 
China hoy día se ha vuelto una gran potencia ya que hoy día China produce cerca de 4 millones de ingenieros al año y Estados Unidos produce entre 800 a 900 mil ingenieros al año. La gasolina del futuro es la Inteligencia Artificial y el talento es lo que nos va a permitir tener emprendedores competitivos que puedan luchar por esta nueva revolución.
 
Nos quedan pocos minutos así que le pedimos al Presidente una respuesta corta, vamos a hacer una pregunta bastante corta. Y al Presidente Piñera es ¿cuál es el desafío que tiene Chile y la región para hacer plataformas para el comercio electrónico y la economía digital? La penetración del comercio electrónico en América Latina es la segunda más baja del mundo y lógicamente el comercio electrónico es una fuente, puede ser una gran fuente de generación en el ámbito económico.
 
 
Entonces, me gustaría saber qué consejo nos puede dar para poder crecer en todo lo que son las plataformas para el comercio electrónico. El orgullo de América Latina se llama MercadoLibre que es la plataforma de comercio electrónico latinoamericana, pero las tasas de penetración, comparadas con Estados Unidos, la China y otros países, estamos muy por debajo todavía.
 
Presidente Piñera: Bueno, es verdad que estamos muy por debajo, pero las cifras de comercio electrónico están creciendo muy aceleradamente, al menos en Chile. Todos los años crece más que el año anterior.
 
Pero para poder desarrollar el comercio electrónico, que es una manera de facilitar, no solamente el encuentro entre el productor y el consumidor; antes las empresas producían y los consumidores tenían que adecuarse a lo que las empresas habían producido. Ese paradigma que lo ejemplifica una frase de Henry Ford cuando dijo: “Usted puede escoger el color que quiera de sus autos, siempre que sea negro”.
 
Ese paradigma cambió. Ahora las empresas están con la capacidad, la tecnología de producir cada vez más lo que los consumidores quieren. Por lo tanto, esto es una diversidad en satisfacer mejor los requerimientos de cada consumidor.
 
¿Qué requiere para que eso progrese? Por de pronto, requiere tener la infraestructura, las redes, la tecnología, las conexiones de alta velocidad porque también el mundo es cada día más impaciente y las personas son cada día más impacientes y quieren las soluciones más rápidas, más instantáneas.
 
Pero lo segundo, por supuesto, es tener las plataformas. Las plataformas que tengan que ver con que los productos se puedan ofrecer. Y, para eso, tenemos que hacernos cargo de muchos desafíos –algunos de los cuales ya los hemos hablado–, pero hay un tema que es muy importante que es cómo adecuar la legislación para acomodar este nuevo comercio electrónico.
 
Uno de los grandes desafíos que tenemos en la Alianza del Pacífico es precisamente usar nuestro ecosistema para que sea una gran plataforma de comercio electrónico al interior de los países de la Alianza Pacífico. Pero sí es cierto que la forma en que se van a conectar los productores con los consumidores va a ser muy distinta a la que hemos conocido hasta ahora y, dentro de ello, el comercio electrónico es un primer paso.
 
Porque si uno ve la literatura lo que viene por delante es, por ejemplo, las impresoras 3D y 4D van a hacer que cada persona pueda producir algunos de sus propios bien en su propia casa o va a haber un almacén de la esquina donde uno va a poder ir y pedir y diseñar el color, la forma, etcétera.
 
Y, por lo tanto, cada vez el soberano va a ser el consumidor y, por tanto, los productores tienen que adecuarse a las necesidades del consumidor y a los canales de distribución que el consumidor prefiere.
 
Y los consumidores en América Latina, si bien van detrás del resto del mundo, están aprendiendo las ventajas del comercio electrónico que está creciendo y va a acelerarse esa tasa de crecimiento en los años que vienen.