MERCOSUR - Presidente Piñera asiste a diálogo en Fundación Libertad

17 JUL. 2019
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, participa del diálogo de la Fundación Libertad "Oportunidades y desafíos para América Latina" , junto al Presidente Mauricio Macri y moderada por Gerardo Bongiovanni (14:30 hora Chile). 

Giovanni Bongiovanni: Y para entrar directamente en los temas que nos convoca yo empezaría haciéndole a ambos Presidentes una pregunta sobre esta reunión que acaba de tener lugar, aquí en la ciudad de Santa Fe, del MERCOSUR Ampliado. Es un MERCOSUR distinto, podríamos hace 5 o 6 años ese MERCOSUR estaba dominado por visiones de lo que se hacía llamar el socialismo del siglo XXI, incluso Chávez era una personalidad muy dominante en este MERCOSUR. Hoy ya no es así políticamente, pero Aparentemente tampoco es así económicamente porque habiendo sido el MERCOSUR un bloque muy cerrado, he escuchado, entre otros Mike Braun, muchas veces decir que Argentina y Brasil estaban entre los países más cerrados del mundo y así es.
 
Ahora, aparentemente hay una intención, un desafío de abrirse y esto se expresa a través del Acuerdo con Europa.
 
¿Qué nos pueden decir, queridos Presidentes, de este nuevo MERCOSUR, de este nuevo bloque, de esta nueva Sudamérica?
 
Presidente Macri: En esta voy a arrancar yo porque él es invitado, así que si lo dejo me va a bajar línea de entrada, pero primero quiero decir a los santafesinos que los felicito por este museo. La verdad es una belleza, creativo, atractivo, que dicho sea de paso lo diseñó un santafesino que fue el que diseñó el museo de Boca, en mi gestión en Boca, que después tuvo un desliz, camino para acá porque diseñó el de River, ahí no sé, pero se lo vamos a perdonar.
 
Bueno, decir que estamos viviendo el origen del brindis recién. Para mí es un momento único en la historia del MERCOSUR. MERCOSUR arrancó con mucho impulso, después se perdió y la verdad es que ahora la relación y la afinidad que existe entre los países, los Presidentes que nos toca hoy llevar a cabo esta responsabilidad tan importante, ha hecho y ha generado un espacio de diálogo, de trabajo, de entendimiento y alineado en Argentina que también quiere volver al mundo, ellos entendieron que tenemos que volver al mundo.
 
Chile es una referencia, Chile tiene tratados de Libre Comercio con el 80 o 90% del planeta, y nosotros apenas con el 10%. Y eso nos colocaba hasta este momento solamente más aislado que, menos aislados que Nigeria y Sudán. Eso marca un problema.
 
Y creo que hoy estamos todos en la misma sintonía, trabajando. Esto de la Unión Europea-MERCOSUR se va a seguir con EFTA antes de septiembre, Canadá antes de fin de año, Corea del Sur. Y también ver cómo empezamos a interrelacionarnos mucho más intensamente con la Alianza del Pacífico. Creo que en eso para nosotros Chile, la presencia de Chile y la vocación de Chile de acompañarnos en esta transición es muy importante. Así que muy contento. Siento de verdad que hay un espacio y un clima y una excitación de las cosas que podemos alcanzar juntos, no existió antes y aparte de integración. Recién estábamos hablando a Sebastián la gran oportunidad que es Vaca Muerta para integrar definitivamente la matriz energética de Chile con Argentina, como una verdadera hermandad a largo plazo: Uruguay, por supuesto, sur de Brasil, Paraguay. O sea, hay muchos proyectos en marcha que marcan integración, trabajo en conjunto y la verdad es que lo vivo como algo muy positivo, muy positivo.
 
Presidente Piñera: Bueno, sin duda que el MERCOSUR está viviendo una profunda renovación, porque los países miembros del MERCOSUR se han renovado en los últimos años.
 
Hay muchas discusiones teóricas, pero hay algunas cosas que yo creo que a esta altura no deberíamos discutirlas porque la evidencia y la teoría nos indica la misma dirección.
 
Lo primero es que es mejor para la inmensa mayoría de los países -y dejó una excepción para no equivocarme- una economía abierta, integrada al mundo, que aproveche las ventajas comparativas, que sea capaz de integrarse, de intercambiar no solamente en comercio de bienes, también en servicios, movimientos de capitales, movimientos de personas.
 
Y desde ese punto de vista el nuevo MERCOSUR ha comprendido esto a cabalidad y está buscando la integración con el mundo y recuperar el tiempo perdido.
 
MERCOSUR fue una instancia de integración pero que, en cierta forma, se desvirtuó porque en lugar de ser un instrumento de integración no lo fue, ni siquiera al interior de sí mismo, porque hubo muchas barreras y políticas erráticas, y mucho menos hacia el resto del mundo, ante lo cual construyó una verdadera muralla a través del arancel externo común.
 
Hoy día MERCOSUR está entrando a la modernidad y se ha dado cuenta que lo mejor para los países que lo integran es integrarse al mundo e integrarse entre ellos.
 
Todos estos Acuerdos de Libre Comercio o de Colaboración son para integrarnos entre nosotros, pero también para juntos integrarnos al resto del mundo. Y eso es lo que nunca se dio en América Latina. América Latina es el continente que tiene más Acuerdos de Libre Comercio y el continente menos integrado. Tenemos no cumbres, sino que tenemos una verdadera cordillera de cumbres, pero no hemos logrado integración como lo demuestran las cifras de la Unión Europea. Casi dos tercios del comercio es al interior de la Unión Europea; en América Latina esa cifra es la sexta parte.
 
Luego, en la integración, la apertura, el no temerle al mundo externo, sino que verlo más que como un enemigo como una oportunidad, es un primer cambio que yo veo con mucha fuerza dentro de este MERCOSUR 2.0.
 
Y por eso se logró el Acuerdo, que no es solamente de Libre Comercio, es mucho más que eso, con la Unión Europea y está trabajando MERCOSUR para ampliar esto hacia Canadá, Corea, EFTA y otros países.
 
Lo segundo es que yo también creo que la evidencia es fundamental cuando comparamos realidades, porque cuando comparamos una realidad contra un idealismo, la comparación no es válida.
 
Cuando uno habla de los socialismos, yo conozco dos tipos de socialismo: el socialismo real, que fracasó en el siglo pasado y que se simboliza con el derrumbe de la Unión Soviética y la Caída del Muro. Sin duda que eso fue un fracaso y terminó no porque los ejércitos de Patton llegaron hasta Moscú, como algunos pretendieron al término de la Segunda Guerra Mundial, terminó porque la gente que lo conoció se hastió de un sistema que le quitaba la libertad, le quitaba la prosperidad y no hacía justicia.
 
Y el otro socialismo que yo conozco es el socialismo del siglo XXI, cuyo fracaso es manifiesto cuando uno ve lo que pasa en Venezuela, en Cuba, en Nicaragua y podría nombrar otros países.
 
Por eso yo veo que este nuevo MERCOSUR está en la dirección correcta, con el liderazgo correcto, con la fuerza correcta.
 
Por eso, una de las cosas que querríamos hacer con el Presidente Macri -y lo conversamos con el Presidente Bolsonaro, el Presidente Vázquez y el presidente Abdo- es lograr una convergencia entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR.  Y hemos diseñado una ruta de navegación que la acordamos en Puerto Vallarta y que ahora nos toca pasar de las ideas y las intenciones a los hechos y las realidades.
 
Y eso es lo que esperamos hacer. A Chile le toca presidir la Alianza del Pacífico y, por tanto, vamos a tener una muy buena oportunidad de avanzar a pie firme y recuperar el tiempo perdido en esta materia.
 
Gerardo Bongiovanni: Se mencionó el tema de Venezuela, es un tema recurrente, doloroso volver a Venezuela, pero hablar de Venezuela, pero hace un rato estuvimos en un bar aquí mientras esperábamos nos atendieron 2 chicos venezolanos, que son de esos miles, cientos de miles…
 
Presidente Piñera: ¿Un Bar o un VAR?
 
Gerardo Bongiovanni: No, un bar, un VAR es para otros temas más delicados. Y nos decían, bueno, nos contaban esas penurias que todos conocemos, algunos dicen que ya hay casi 4 millones de emigrados de Venezuela.
 
Hay un candidato a Presidente en Argentina que no está sentado en este estrado, que dice que Venezuela tiene problemas institucionales, mientras que Felipe González dice que es una dictadura tiránica. Pero más allá de Venezuela, que es un problema real, que ahí está,
 
Presidente Macri: ¿Y ese candidato a Presidente no está ahí sentado o no?
 
Gerardo Bongiovanni: No, él es mi amigo Daniel Gentile que tiene un parecido preocupante. Bueno, él es muy amigo mío y yo, como nunca se sabe, trato de mostrarme con él, también a veces, ¿no? Viste Daniel, que tenés que hacer un cambio de look (risas)
 
Presidente Piñera: ¿Y a usted quién lo eligió candidato a Presidente? (risas)
 
Gerardo Bongiovanni: Bueno, ese candidato a Presidente dice “sí, Venezuela tiene problemas institucionales”, en un país donde un informe que lideró la ex Presidenta Bachelet -socialista si las hay- dijo que hubo casi 6 mil o 6 mil 500 ejecuciones sumarias, etcétera, etcétera.
 
Pero atrás de eso parece que hay un problema de populismo autoritario, que muchas veces es de izquierda pero que también es de derecha en algunos casos, y que parece es el gran desafío. Incluso un país tan estable como Chile en la última elección, Presidente Piñera, en la que usted fue elegido, hubo un partido parecido al Chavismo, que sacó casi el 20% de los votos.
 
¿Cómo enfrentamos esto, Presidente Macri, Presidente Piñera?
 
Presidente Piñera: Bueno, Venezuela no es sólo una dictadura, es una dictadura corrupta e incompetente y, por lo tanto, no solamente es una dictadura equivocada, sino que es una dictadura que no respeta ninguno de los principios básicos que debe cumplir cualquier gobierno de izquierda o derecha.
 
En Venezuela no solamente no hay libertad, no hay democracia, no hay separación de Poderes, no se respetan los derechos humanos, hay cientos de presos políticos, sino que además la dictadura se ha transformado en una asociación ilícita de corrupción, de narcotráfico. Y, por lo tanto, cuando tratamos con el Gobierno venezolano no es igual que tratar con otras dictaduras que hemos conocido en América Latina.
 
Y yo pienso que Maduro es parte del problema y nunca va a ser parte de la solución. Y por eso el plan que se ha diseñado en Venezuela y que de repente ha habido ambigüedades y dudas que siembran mucho desconcierto es simple:
 
Primero, terminar con la usurpación de esta dictadura corrupta e incompetente;
 
Establecer un gobierno de transición, con el propósito de llamar lo antes posible a elecciones libres y democráticas;
 
Y a partir de ese instante, Venezuela va a tener una oportunidad de recuperar el tiempo perdido.
 
Recordemos que Venezuela en la década de los 90s era el país más rico de América Latina por lejos. Recordemos que Argentina a comienzos del siglo pasado y hasta la Segunda Guerra Mundial estaba entre los cinco países más ricos del mundo: era más rico que Alemania, era más rico que Francia.
 
Vean ustedes el daño que se le puede causar a un país: Venezuela, de ser el país más rico a ser un país que literalmente se está muriendo de hambre. Responsabilidad de malas ideas e ideas y concepciones que no están de acuerdo a la naturaleza del ser humano, pero además de un gobierno perverso, corrupto e incompetente.
 
Y yo siento que, en cierta medida, Argentina también en algún momento perdió el rumbo y perdió el norte. Y un país con la riqueza, con el potencial que tiene Argentina debiera estar sentado no solamente en el G20, sino debiera estar sentado en el G7, como lo estuvo alguna vez.
 
Y eso es parte de lo que los países tienen que darse cuenta: cuáles son los caminos correctos que conducen no solamente a garantizar la libertad, la democracia, los derechos humanos, la sana convivencia, sino que también conducen al progreso, a crear oportunidades, a derrotar la pobreza.
 
Y yo creo que en el caso de Argentina -y hablaremos un poco más después de eso- la dicotomía es evidente. Yo estoy convencido que hay dos caminos que conducen a dos puertos totalmente distintos, y confío mucho en la sabiduría del pueblo argentino en saber escoger el camino que lleva al buen puerto.
 
Gerardo Bongiovanni: Gracias, Presidente.
 
Presidente Macri: No hay mucho más para agregar. Es así, lamentablemente cada día está peor, cada día la crisis humanitaria es más grave, cada día más gente muere en Venezuela frente a la violación sistemática de los derechos humanos y el abandono de un Gobierno, de un Estado, un funcionamiento del sistema de salud. Estamos en una situación muy grave, muy grave que ya se está transformando en una crisis para toda la región, especialmente para los países limítrofes.
 
Esperemos seguir con esta presión del Grupo de Lima, seguir todos hasta lograr que realmente retorne un proceso de elecciones democráticas en Venezuela y comience el camino de la reconstrucción que va a ser también muy duro, muy duro, porque el nivel de destrucción que se ha hecho del sistema es inédito, inédito, en la historia de la región.
 
Y la verdad es que, bueno, como decía Sebastián, agradezco a Dios que nos haya inspirado a los argentinos a poner un freno porque íbamos en la misma dirección. Heredamos una carga muy pesada, pero había todavía muchísimos más escalones hacia el infierno que se podían recorrer y que en el 2015 dijimos “basta, hasta acá llegamos” y pudimos revertir.
 
Pero la verdad es que el pueblo venezolano la está pasando mal y todavía no se ve a ciencia cierta la salida clara de esta situación.
 
Gerardo Bongiovanni: Pero los venezolanos, la mayoría de los venezolanos le votaron 7 u 8 veces a Chávez. Entonces, uno dice “hay como un problema…”
 
Presidente Macri: No sé, yo no daría fe de que las votaciones fueron legítimas, yo no daría fe.
 
Presidente Piñera: Pero hay un dicho que dice que “uno puede engañar a unos pocos muchas veces, a algunos muchas veces, pero no a todos todas las veces”.
 
Porque esas votaciones fueron ¿en qué circunstancias? En un boom total, las primeras votaciones con Chávez. Yo creo que todo cambia cuando el barril estaba a 140 dólares en un país que tiene las reservas de petróleo más grande del mundo, uno puede hacer muchas cosas. Y lo que se hizo ahí fue, en lugar de haber aprovechado para dar el gran salto adelante, se usó ese dinero para conquistar, ganar el apoyo popular con una enorme cantidad de subsidios. Que, si el barril hubiera seguido a 140 dólares para siempre, a lo mejor pudo haber sido una buena solución. Pero apenas tuvieron que enfrentar la realidad, se dieron cuenta que eso lo único que hacía era destruir la economía y adormecer al pueblo venezolano.
 
Sí cuando los pueblos piensan que el Estado es responsable de todo, que tiene que asegurarle todos sus derechos y que las personas no tienen ninguna obligación, ese sistema no funciona. De hecho, ese sistema podría funcionar en el infierno donde no lo necesitan, o en el cielo donde no lo necesitan o en el infierno donde ya lo tienen. Entonces, ese mecanismo o ese sistema realmente permitió un adormecimiento, un populismo, una demagogia que puede engañar por algún tiempo a los países.
 
Yo también creo que apenas ese apoyo inicial se deterioró, se recurrió a la intervención electoral brutal, y eso es lo que explica por qué se dieron los resultados que se dieron en la última elección. Y la única vez que se dio un espacio de libertad verdadera fue cuando el pueblo venezolano se expresó en plenitud y le dio una contundente mayoría a la Oposición cuando se eligió la asamblea nacional.
 
Y el tema de los migrantes, que ya hay más de 4 millones de migrantes, yo creo que muy pronto si las cosas no cambian vamos a tener otros 4 millones. De hecho, ya sabemos en Colombia, hay 1,6 millones, en Perú hay 800 mil, en Chile tenemos 400 mil.
 
Presidente Macri: Porque el tema acelera, el tema no es una corriente pareja, esto va creciendo en forma casi geométrica. Lamentablemente, el problema va agravándose cada vez a mayor velocidad.
 
Presidente Piñera: Claro, porque primero uno usa…mira, Venezuela tuvo más de 100 mil millones de dólares anuales en retorno del petróleo durante casi una década. Hoy día ese mismo no es ni el 10%. El Producto Interno Bruto de Venezuela hoy día está muy cerca de un tercio de lo que fue en su momento de peak. Después se echa mano a todas las reservas, se asalta al Banco Central, se asalta al Sistema de Pensiones, se asalta las Reservas, y eso es lo que hacen los gobiernos cuando no abren los ojos a la realidad, hasta que simplemente la situación es insostenible. Y ahí se producen los cambios y los gobiernos que entran tienen que enfrentar esa pesada herencia y no tienen ninguna otra opción más que enfrentarla, recuperar el tiempo perdido, reencontrarse con el camino.
 
Y yo creo que ésa es una gran lección que ojalá los pueblos de nuestra América Latina la aprendieran con profundidad.
 
Gerardo Bongiovanni:  Pero yo me imagino que Presidentes como ustedes, con sus Ministros, algunos de los cuales están acá, que tienen que dar toda esa batalla cotidiana de convencer diputados, convencer empresarios, convencer a dirigentes sindicales, también como que hay una batalla cultural enorme que hay que dar en nuestros países, porque uno ve cosas obvias, cosas obvias que hay que hacer, que cuestan mucho hacerlas y en Argentina, desde luego, es un país muy complejo, pero incluso en Chile, hubo un diputado que decía que venía con la retroexcavadora, o querían que “la educación se parezca a la Argentina”, me acuerdo que decían.
 
Ahí hay como una cosa cultural también en nuestro país, en Argentina, muy marcadamente. 
 
Presidente Macri: Argentina recorrió muchos años el camino del populismo, que está ahora empezando a lidiar con la realidad. Cuesta, es doloroso, porque durante muchos años nos hicieron creer, como decía Sebastián, que uno podía tener infinitos derechos y ninguna obligación. Y que la verdad es que el Estado podía generar riquezas para distribuir. El Estado no genera riquezas, el Estado bien administrado genera una posibilidad de distribuir la riqueza parcial que pagan en impuestos el sector privado para que haya una mayor equidad, que es lo que todos queremos, un sistema más equitativo, más justo, pero primero tenemos que crecer, desarrollarnos, y eso lo hace la actividad privada, lo hace el pequeño emprendedor, la Pyme, la mediana empresa que van creciendo y si tienen éxito  y crecen se transforman en medianas y grandes empresas, y eso hace crecer todo un país.
 
Este proceso de creación de valor es el que estamos recorriendo, pero recurrentemente siempre aparecen encantadores de serpientes que cuando hay algo para distribuir, los convence a todos que se puede despilfarrar futuro para vivir un buen presente, que es lo que hace el populismo, despilfarrar futuro, destruir el futuro.   
 
Presidente Piñera: Sin duda que hay una lucha cultural que se ha venido dando. Basta ver lo que fueron los planteamientos, los principios, las recomendaciones del Foro de Sao Paulo, que es un gran responsable de los tremendos costos, sufrimientos y dolores que han pagado muchos pueblos en América Latina por seguir una doctrina equivocada.
 
Pero a la larga, efectivamente, los gobiernos no crear riqueza, si pudieran crear riqueza sería maravilloso; podrían llegar a crear riqueza hasta el infinito. La sociedad en la cual nosotros vivimos tiene una dicotomía, hay múltiples necesidades y recursos escasos. Pero la pregunta es ¿cómo uno hace para que los recursos escasos sean más abundantes? ¿cómo incentivar la innovación, la producción, la inversión, el crecimiento? y ¿cómo uno logra priorizar las necesidades más sentidas de la población?
 
Por eso es que un Gobierno tiene como obligaciones: uno, incentivar la creación de riqueza y para eso hay cosas fundamentales. Por ejemplo, la apertura al mundo es una fuente de creación de riqueza; lo ha demostrado la historia de la humanidad y cuando hemos tenido libre comercio y más libertad, el mundo ha progresado. Cuando hemos entrado en el proteccionismo o en las guerras tarifarias que la conocimos después de la Depresión de 1929 y las estamos conociendo nuevamente hoy día, el mundo tiende a estancarse.
 
Además de incentivar la producción -y podríamos hablar mucho de ello- pero al fin y al cabo ¿qué es lo que es? es desatar las fuerzas de la libertad, de la creatividad, de la imaginación, de la innovación, del emprendimiento que viven en el alma de todos los ciudadanos y que el Estado tiene que motivar, promover, reconocer y no asfixiar o castigar como ocurre muchas veces en los gobiernos que creen que el Estado es el amo y señor, y los ciudadanos son súbditos.
 
Pero, además de incentivar la producción, el Estado también tiene otra responsabilidad que tiene que ver con luchar contra la pobreza, igualar oportunidades. Ahí tenemos las dos grandes áreas de acción de un Estado y para poder ser eficiente en ambas hay principios básicos que nunca hay que olvidar. Es mejor estar integrado al mundo que aislarse detrás de un muro o una autarquía; es mejor preocuparse de los equilibrios fiscales que creer que el equilibrio fiscal no tiene ninguna importancia, que los déficits fiscales no producen ningún efecto y que a través de ese mecanismo mágico de imprimir billetes podemos crear riqueza.
 
Tiene que preocuparse también de que el sistema funcione con cierta racionalidad y libertad, que los precios reflejen los costos de oportunidad para darles una señal a los productores y para darles una señal a los consumidores. Cuando hay un precio que no refleja su costo de oportunidad estamos deprimiendo la producción y estamos incentivando el consumo, y aquí en Argentina esa situación la hemos conocido durante mucho tiempo.
 
Tiene que preocuparse también de que las instituciones funcionen, que no estén penetradas por los intereses políticos, por la corrupción. La lucha contra la corrupción es otra tarea fundamental del Estado y afortunadamente hoy día las tecnologías modernas nos permiten instrumentos de transparencia, porque los ciudadanos tienen derecho a saber qué hacen sus autoridades que ellos eligen con sus votos y en qué se gastan los recursos que ellos financian con sus impuestos. Esas son tareas del Estado.
 
Y cuando uno ve: los gobiernos apuntan en esa dirección o simplemente en la dirección contraria. ¿Pueden producir un espejismo transitorio? Por supuesto que sí. Si yo en Chile quisiera producir una bonanza que dure 3 o 6 meses, o podríamos hacer, pero un Presidente no puede estar pensando en los próximos 3 o 6 meses, tiene que estar pensando en el largo plazo.
 
Alguien dijo que la diferencia entre un político y un estadista es que el político está pensando en la próxima elección y el estadista está pensando en la próxima generación; hacen más falta estadistas en nuestra América Latina que políticos tradicionales.
 
Gerardo Bongiovanni:  Presidente Macri, la decisión que lleva adelante su Gobierno de integrar a la Argentina al mundo, de firmar un acuerdo con la Unión Europea, eventualmente de ampliar esos acuerdos con otros países que muchos consideramos trascendentes y determinantes tiene, sin embargo, resistencia en Argentina y no sólo de los políticos populistas, muchas veces hasta los propios empresarios no que no ven la enorme oportunidad.
 
Presidente Macri: Bueno, pero el populismo no es solamente un patrimonio de la mala política, es algo que se impregnó en la sociedad y este país se cerró y se atrasó porque hubo una alianza entre un sector de la política y un sector de la producción, creyendo que se podía vivir con lo nuestro, que lo hemos escuchado de alguien que se vanagloriaba de haber publicado es libro.
 
Entonces creo que por suerte todos entendimos, intuimos, aprendimos y por eso hubo un casi consenso muy mayoritario con la firma de Unión Europea-MERCOSUR que a mí me puso muy contento porque la ciudadanía en general, sin haber leído el detalle, ni siquiera poder comprender el alcance del Acuerdo, pero diciendo “esto es bueno, esto nos vuelve a poner en la cancha, nos vuelve a conectar”. En línea con lo que decía Sebastián, conectarnos con nuestra parte creativa.
 
Porque, finalmente, lo importante es que la sociedad genere un capital social, un ambiente creativo, sano de convivencia y eso te lo hace cuando vos te sentís productivo. Cuando vos te sentís anulado aunque estés subsidiado no transmitís una actitud de vida que contagia; transmitís frustración porque de entrada podés agradecer que alguien te subsidie, pero después cuando vos te sentís que si vos te levantas a la mañana y vas a tu trabajo vale, y si de golpe faltás a nadie le cuenta porque lo que hacés no agrega ningún valor a la sociedad, no tenés ninguna solución en el día a día de otras personas, eso te vacía, eso te genera una frustración, un rencor, un resentimiento horrible.
 
Entonces lo que estamos intentando los argentinos es: reconociéndonos como capaces, creativos, potentes, emprendedores, poner eso en valor. Y como dice Sebastián, para eso necesitás reglas, reglas de juego en las cuales se premie, se reconozca ese tipo de esfuerzo y no un sistema tramposo que te aplasta; un Estado que te estafa con impuestos impagables, que no te da ninguna contraprestación, que no te arregla ni siquiera un camino rural para sacar la producción de tu establecimiento. Necesitás un Estado que te acompañe.
 
Y ahí también el funcionario público pasa a ser un protagonista positivo para la sociedad porque él resuelve, es un facilitador, no se pone en el lugar del protagonista. El dirigente político, el funcionario del Estado tiene que estar en lugar del facilitador. Y, además, debería rotar sistemáticamente entre el sector público y el sector privado para retroalimentarse en esto de que yo hoy te facilito y te ayudo a vos, el día de mañana vos vas y haces este trabajo y me dejas a mí estar en el lado creativo y no el de la facilitación.
 
Entonces, yo digo la Argentina hoy está entrando en una etapa virtuosa que no pasaba hace mucho tiempo en el cual los buenos ejemplos se van a ir contagiando y lo que vamos viendo en estos tres años y medio es que cada vez hay una historia nueva que contagia una esperanza y un entusiasmo a uno está al lado que no se había imaginado que él podía también.
 
Entonces creo que de eso se trata lo que estamos haciendo, es un desafío duro porque claramente el punto de partida ha sido muy duro, pero es un desafío constructivo y es el único posible. Éste es el camino al desarrollo de nuestro país, éste es el camino de futuro que hemos elegido y asociados con países hermanos como Chile, con el MERCOSUR y con el mundo entero, ese intercambio te nutre.
 
Aparte con este aparato diabólico que ha cambiado la vida de todos, ya todos los jóvenes, todo el mundo está conectado, entonces es algo tampoco se puede parar ¿no? no es tan fácil decirle a una comunidad: vamos a estar aislados, porque por naturaleza ya está estamos conectados.
 
Entonces, creo que los desafíos son inmensos, las dudas son enormes, las incertidumbres son enormes, pero la oportunidad que tiene la Argentina, abrazando este camino que hemos emprendido, es única. Yo creo que nunca estuvimos tan cerca de cruzar el río que estamos por cruzar hacia el desarrollo, hacia la creatividad como lo estamos hoy.
 
Gerardo Bongiovanni:  Mi última pregunta. Los dos mostraron mucho interés el año pasado en el Diálogo con Mario Vargas Llosa en esta secuencia” Revolución Tecnológica”, lo ha mencionado usted Presidente Macri, “Impacto sobre el trabajo” y el “Impacto que eso provocaba sobre el humor político”, la gente virtualmente sobre un cierto auge del facilismo, populismo.
 
Presidente Piñera: Bueno, las palabras a veces engañan porque la palabra “proteger” es una palabra positiva. Pero yo quiero decir, los países, a través de tarifas, no pueden protegerse, lo que pueden hacer es proteger a un sector a costa de desproteger a otros. Y la historia, la evidencia, la teoría muestra que el costo que se le imprime a los que no están protegidos es mucho mayor que el beneficio que se le da a los protegidos.
 
Lo que pasa es que normalmente el que recibe la protección, la siente en forma muy fuerte y muy clara, y, por tanto, vocifera sobre ello y el que se ve desprotegido a veces ni siquiera se da cuenta.
 
Cuando uno protege a la industria; ¡claro! esa industria puede estar mejor, pero todos los consumidores están peor y todo el resto de los productores están peor. Los consumidores están peor porque tienen que pagar precios más altos que los que costaría si tuvieran libre comercio y el resto de los sectores están peor porque debido a la protección se deprime todo y en consecuencia ellos tienen menos oportunidades de exportar sus productos.
 
Además, si el resto del mundo retalía y, por tanto, uno protege a un país y los demás se protegen de ese país, el daño es doble. ¿Qué es lo que está pasando entre China y Estados Unidos? Están pagando un costo gigantesco, los dos países con su guerra tarifaria absurda que ya lleva   más de 14 meses y que en la última reunión del G20 todos los países le hicimos ver la necesidad de poner término a esa absurda guerra comercial.
 
Pero el tema más de fondo aquí es que… mire, hablemos, más que de Argentina, hablemos de América Latina. América Latina lo ha tenido todo, es un continente maravilloso, con abundantes recursos naturales, con un territorio basto y generoso que no ha tenido las guerras mundiales que casi destruyen Europa el siglo pasado, no ha tenido las guerras religiosas que afectaron a países europeos como Irlanda y a muchos países del Medio Oriente, no ha tenido los conflictos étnicos que afectan a ciertos países del mundo. Lo ha tenido todo y, a pesar de ello, sigue siendo un continente subdesarrollado que hace noticia cuando hay un golpe de estado, cuando hay una dictadura como la de Chávez, cuando hay un fenómeno o un desastre natural.
 
Y, por lo tanto, ¿por qué le ha pasado esto a América Latina? no es designio de Dios cómo creen algunos que porque fuimos conquistados por los españoles tenemos un gen depresivo, en cambio los que fueron conquistados por los sajones tenían un gen impulsivo; no es verdad.
 
Tampoco es un designio o una fatalidad, es que no hemos sabido aprovechar nuestras oportunidades. Vean ustedes la historia de América Latina; antes se pensaba que había tres pilares básicos para que los países progresaran.
 
Un sistema político estable y legítimo que diera estabilidad, confianza; un sistema económico que permitiera que las fuerzas de la libertad se desarrollaran y un sistema social inclusivo para que todos nos sintiéramos parte de un mismo proyecto.
 
Eso sigue siendo cierto, pero ya no es suficiente en esta sociedad nueva del conocimiento y la información hay otros pilares fundamentales. Y nosotros que hemos logrado recuperar los tres primeros, nos queda todavía por construir o fortalecer más. Con la calidad del sistema educacional que tenemos en América Latina, como lo demuestran todas las pruebas internacionales, no tenemos nada que hacer.
 
Tenemos que invertir muchísima ciencia y tecnología. Tenemos que mejorar la calidad de nuestras instituciones para que no sean tan permeables al populismo o a la corrupción. Tenemos también que hacer una sociedad más inclusiva para que todos sintamos que tenemos un proyecto compartido y no que la lucha se dé por en qué lado de un bote están.
 
Yo veía el otro día una caricatura. Había un bote hundiéndose y había dos que estaban en la parte alta del bote y dos en la parte baja del bote y los de abajo tiraban agua hacia fuera y los de arriba se felicitaban de la buena suerte que el hoyo en el bote estaba la parte baja y no en la parte de ellos.
 
Cuando los países no logran ese sentido de unidad, de misión compartida y creen que todo es una lucha fratricida entre ellos mismos, no tienen destino y eso es lo que nos ha pasado a muchos países de América Latina.
 
Ahora tenemos la oportunidad de recuperar el tiempo perdido. Por eso, es que cuando conversamos estas ideas con el Presidente Macri y vemos la tremenda oportunidad que tiene un país como Argentina o un país como Chile; Chile fue la colonia más pobre de América Latina, por lejos, y hoy día es el país con mayor ingreso per cápita, mayor desarrollo humano. ¿En base a qué? instituciones, buenas políticas, búsqueda de acuerdos nacionales.
 
Ése es el camino y yo creo que en Argentina hace mucho tiempo que la lucha no es cómo juntos hacemos que Argentina sea grande, sino que quien agarra la mejor parte de una torta que cada día se iba achicando más y, eso, por supuesto que es decisivo.
 
Por eso, yo lo que creo es que Argentina tiene hoy día una dicotomía tremenda. No quiero intervenir en la política Argentina, pero hay que tomar en cuenta que las malas políticas conducen a malos resultado.
 
Cuando hay una propuesta que no se hace cargo de la necesidad integrarse con el mundo, de mantener los equilibrios fiscales, de ser responsable, de valorar el trabajo bien hecho, de liberar la fuerza de la libertad; de respetar también que los sistemas tienen que funcionar con racionalidad, que uno no puede hacer ingeniería genética a una sociedad e ir contra la naturaleza humana.
 
Bueno, aquí uno puede ver que ahí están los dos caminos en grandes líneas; aquí no estoy hablando de política contingente, grandes lides. Pero lo que sí sabemos a esta altura, y nadie tiene derecho a ignorarlo, es que la evidencia nos ha enseñado una y mil veces que un camino conduce al desastre y el otro camino conduce al progreso.
 
Presidente Macri: Bueno, claramente nosotros estamos en esta nueva etapa tratando de reafirmar los tres ejes iniciales que marcaba Sebastián, todavía no los hemos logrado consolidar: un sistema democrático sólido, instituciones independientes, fortalecidas respecto de las libertades, empezando por la libertad de prensa, una integración al mundo que empezamos a trabajar y hemos hecho realmente un gran avance estos tres años y medio.
 
Y a la vez que hacemos esto, equilibrar el sistema macroeconómico, porque heredamos un presupuesto totalmente desquiciado y seguimos en ese trabajo de que cada vez tengamos menos gastos y menos impuestos que permitan el desarrollo del empleo privado para que se desarrolle en forma equitativa y en forma federal la Argentina. En la Argentina siempre han presumido dirigentes del federalismo y realmente no han contribuido más que al centralismo porteño. Y estos tres años y medio hemos hecho mucho para que cada gobernador, cada ciudad vaya tomando su cuerpo, intensidad y responsabilidades.
 
Gerardo Bongiovanni:  Nunca las provincias argentinas han tenido tanto dinero como en su Gobierno.
 
Presidente Macri: Nunca han tenido un Gobierno tan respetuoso del federalismo como el nuestro y lo hacemos más allá de que por ahí políticamente la forma de conducir es más fácil cuando tenés cerrada la canilla como hacía el Gobierno anterior.
 
Pero creemos que éste es el camino y la verdad es que a la vez tenemos que hacer lo que ya está haciendo Chile desde el equilibrio, que es tratar de adaptarnos el trabajo del futuro porque el trabajo está cambiando y eso no se puede detener.
 
La inteligencia artificial es una realidad, la es una realidad, los procesos de automatización son una realidad y aquellos que dicen que se van a quedar tantos trabajos como los que se destruyen; bueno hay libros que dicen lo contrario, por lo tanto, es estar en los que se están construyendo.
 
La Argentina paradójicamente, por suerte, ha conservado islas de suma extrema calidad y competitividad, lo que tiene que hacer la Argentina es unir esas islas en un continuo, que tengamos islas rodeadas de bolsones gigantesco de pobreza y atraso.
 
Entonces, simultáneamente a que avanzamos en los tres ejes que fortalecen el país a largo plazo, vamos a seguir estimulando el emprendimiento, el desarrollo, la conexión de sí, nuestro aparato de ciencia y tecnología que también es potente con el mundo de la creación concreta, la aplicación, el desarrollo de empleos del futuro en que no quede solamente la investigación per se, o sea estamos haciendo nuestros mejores esfuerzos, hay resultados increíbles, hay resultados muy buenos que alientan ese futuro que por supuesto no alcanzan para resolver todos los problemas que acumulamos, pero sí para alimentar la esperanza de que por este camino vamos a crear valor y cada vez más valor para que cada vez más argentinos se sientan parte.
 
Así que yo soy muy optimista, realmente lo que hemos hecho abruma lo que falta, pero cuando mira para atrás, se sorprende de lo que logramos avanzar. Así que creo que, confirmando este rumbo, estoy convencido que lo vamos a hacer porque volver atrás sería autodestruirnos, la Argentina entrará en un proceso de creación de valor más acelerado de lo que hemos tenido estos tres años y medio, y sobre todo estando mucho más cerca de los países hermanos de la región y del resto del mundo.
 
Gerardo Bongiovanni: Creemos que el Presidente Macri va a ser relegido, lo deseamos además, y que tenga un segundo mandato.
 
¿Usted le daría en 10 segundos un consejo para el segundo mandato? Usted que está en el segundo mandato.   
 
No le va a decir: ¡Renuncie al segundo mandato! ¡Por favor no! (risas)
 
Presidente Piñera: Bueno, antes el ser Jefe de Estado eran puros privilegios, la vida de los reyes. Hoy día son casi puras obligaciones y, por tanto, y yo sé que él lo tiene por eso se lo digo, que, si uno no tiene una profunda fe, convicción, vocación de servicio público, una misión a cumplir, entonces no está preparado para estar en la política. Porque para poder resistir los golpes de la política que son muchos, algunos justos, la mayoría -uno siempre piensa- son injustos, uno tiene que tener esa vocación, esa visión de que está haciendo algo que vale la pena, que está entregando su tiempo, su energía a algo que vale la pena. Y nada puede ser más satisfactorio creo yo para una persona que contribuir a cambiar el rumbo a su país, a mejorar calidad de su pueblo.
 
Y eso yo sé que Mauricio lo tiene y por eso esa parte solamente la ratifico.
 
El consejo que yo daría es perseverar, porque el país que recibió hace tres años y medio atrás estaba en una crisis mucho más profunda, mucho más grave, de lo que los propios argentinos creo yo se daban cuenta, porque había mucho maquillaje, mucho engaño. Y enderezar un país que llevaba, a mi juicio, muchas décadas por el camino equivocado.
 
Ahora, Argentina es tan rica, tan talentosa, tiene tantas virtudes que sobrevivías, cualquier otro país habría desaparecido de la faz de la Tierra, pero estaba desaprovechando la gigantesca oportunidad. Y enderezar un país es muy difícil. Yo conocí lo que le costó a Chile reencontrarse con los principios básicos después.  Y los frutos no son inmediatos. Ese paso por el desierto que uno tiene que hacer para enderezar un país es la parte más difícil, porque la gente ve los sacrificios y no ve los resultados.
 
Pero en este caso particular yo creo que cualquier personaje que analiza con objetividad se da cuenta que los cambios que se han hecho en Argentina eran los cambios que había que hacer sí o sí, no había opción. Y que ya se empieza a ver la luz al final del túnel.
 
Yo estoy seguro que el segundo semestre va a ser mucho mejor para la economía argentina que el primero, y que el próximo año va a ser mucho mejor que este año si los argentinos se comprometen, esto de volver a la responsabilidad, al sentido común, a darse cuenta que el maná no cae del cielo.
 
Dicen que Colón fue el primer economista: nunca supo a donde iba, nunca supo donde llegó y el Estado pagó todos los gastos (risas)
 
Presidente Macri:  Ésa no te la había escuchado nunca, ésa es nueva. Me gustó, la voy a adoptar.  
 
Presidente Piñera: Otros dicen que descubrió América, y es verdad que descubrió América a pesar de que estaba descubierta muchísimo antes. Los españoles creen que cada vez que ponen un pie en alguna parte la descubren. Estaba descubierta hacia tiempos por los pueblos originarios.
 
Pero entonces, el consejo que yo daría es que lo que está haciendo el Gobierno y el Presidente Macri, a mi juicio, es lo que hay que hacer. Al principio hay mucho sacrificio porque hay que enderezar un barco y ponerlo en la ruta correcta. Ahora, yo sí pienso que todo lo que se ha hecho, es lo que se tenía que hacer. Si la velocidad fue la óptima o no fue la óptima, pero eso ya son discusiones que hay que hacer. Pero va en la dirección correcta, y los frutos están a la vuelta de la esquina.
 
Y, por tanto, yo el único consejo que le diría es que no se deje presionar por los cantos de sirena, que si es necesario se ponga tampones en los oídos y amárrese al mástil para resistir este proceso de reconversión y de modernización de la economía argentina para que Argentina y el pueblo argentino pueda aprovechar en plenitud las maravillas que Dios puso en este país.
 
Gerardo Bongiovanni: Muchas gracias a ambos, y espero que podamos repetir este encuentro en enero o en febrero.