El Mandatario y la Primera Dama recibieron este miércoles a los reyes Harald V y Sonja en visita de Estado para celebrar los 100 años de relaciones diplomáticas entre Chile y Noruega.
Muy buenos días:
Quiero dar una cariñosa y cordial bienvenida a Su Majestad, el Rey Harald V y a la Reina Sonja, y a través de ustedes al gran pueblo de Noruega.
Chile y Noruega estamos en hemisferios distintos: Noruega está en el extremo norte del Hemisferio Norte, y nosotros en el extremo sur del Hemisferio Sur, sin embargo, somos vecinos: compartimos fronteras, aunque ustedes no lo crean, en la zona de la Antártica, donde Chile y Noruega tenemos fronteras comunes.
Pero además compartir fronteras, compartimos muchas cosas. Por de pronto, la naturaleza maravillosa de Noruega es muy similar a la naturaleza de Chile que usted, Su Majestad y usted, Reina, han podido apreciar y van a poder apreciar nuevamente en su visita a Puerto Williams.
Porque Noruega ha sido siempre un país de grandes navegantes, desde los tiempos de los vikingos. De hecho, mucho antes que Colón llegara a América, los vikingos habían llegado a América.
Pero además de ello, tenemos tantas cosas en común, porque tenemos un cariño, una preocupación y un compromiso muy especial que compartimos, por el medio ambiente y por la salud de nuestros océanos. Y por eso quiero agradecer a Noruega porque estamos colaborando, y nos están colaborando, en la organización de la Cumbre del Cambio Climático COP25, que va a tener lugar en Chile, en el mes de diciembre de este año.
Pero además de eso, tenemos muchas otras cosas en común. Chile y Noruega son los principales países del mundo en la producción de salmón, que es un alimento que es sano, que provee proteínas y que, sin duda, está aumentando su consumo en el mundo entero.
Y, además, tenemos muchos intereses y colaboración en el mundo de las energías limpias renovables no convencionales. Yo sé que Noruega es una potencia en materia de petróleo y gas, pero Chile también es una potencia en materia de energía solar, energía del viento, geotermia, energía del mar.
Pero tal vez lo más importante es que compartimos los valores y el compromiso por la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos.
Hemos tenido la oportunidad de conversar con Su Majestad y, también con la Reina, y con la Ministra de Relaciones Exteriores, la situación que afecta a algunos países en nuestro continente, en materia de falta de libertad, falta de democracia y atropellos a los derechos humanos. Y, por supuesto, estamos unidos en hacer todo lo que esté a nuestro alcance, en forma pacífica, y dentro del mundo del derecho, para que esos países como Venezuela, Cuba y Nicaragua puedan recuperar esa libertad, esa democracia y ese respeto a los derechos humanos que han perdido.
Pero, además de eso, es, sin duda, importante que ayer Noruega firmó la Declaración de “Nuestro Océano”, y eso nos va a permitir seguir trabajando en la línea de la Agenda 2030 y en los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que es otro objetivo y otra misión que nos une y que nos promueve a seguir colaborando.
Noruega siempre ha tenido una participación muy importante en el mundo de las relaciones internacionales: el primer Secretario General de Naciones Unidas fue un noruego. Han tenido un rol muy importante, por ejemplo, en las Conversaciones de Oslo para buscar la paz entre Palestina e Israel y, también, participan en los diálogos de paz que se están llevando a cabo, con dificultades, para buscar terminar con la guerrilla y el terrorismo en Colombia.
Todo eso demuestra una preocupación genuina y muy fecunda de Noruega por los temas de la paz, los derechos humanos en el mundo entero. Y, por eso, tenemos mucho que aprender el uno del otro.
Y quiero terminar estas palabras diciendo que apreciamos y valoramos la visita de usted, Su Majestad, de usted, Reina y, también, de la delegación, y, a través de ustedes, del pueblo de Noruega, porque siento que a pesar de la distancia, Chile y Noruega compartimos tantas cosas que, no solamente nos han unido en el pasado, sino que nos van a seguir uniendo hacer futuro.