Presidente Piñera inaugura seminario Día de la Competencia

7 NOV. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, asiste al seminario Día de la Competencia, organizado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

Muy buenos días, amigas y amigos:
 
Antes de hablar sobre este tema tan importante, como es la libre competencia, quiero contarles una anécdota.
 
A comienzos de los 90, cuando yo recién estaba electo senador, el rector de una muy importante universidad me invitó, en la mañana, para participar, en la tarde, de un gran seminario sobre reformas constitucionales. Yo le dije “¿por qué me invita a mí? No es mi expertise, no es mi especialidad, hay gente tanto o más capacitada”. “Mire, para hacerla corta -me dijo- estaba invitada una persona que se bajó esta mañana, buscamos un reemplazante que tampoco pudo, así que al final recurrí a lo que podía”.  Y me dijo “y acostúmbrese, senador, porque de aquí en adelante le va a tocar hablar muchas veces sobre temas, a una audiencia, que los conoce mucho mejor que usted”.
 
Ésa es una presentación para hablar de un tema que yo sé que es la dedicación de muchos de ustedes.
 
Pero yo quiero decirles, desde el fondo del alma, toda la ética y eficacia de la economía social de mercado, descansa sobre la libre competencia. Si no hay libre competencia, se pierde el sentido ético de la economía social de mercado. Eso que Adam Smith decía que “el panadero, el carnicero, no se esmera por cariño a sus consumidores de atenderlos bien, sino que porque quiere progresar”.  Y la única forma de progresar, cuando hay libre competencia, es prestando mejores servicios, a mejores precios y, por tanto, captar la voluntad y la adhesión de sus consumidores.
 
Pero también, Adam Smith decía que “cada vez que se juntan dos o tres empresarios, incluso en reuniones sociales, a los pocos minutos están hablando de cómo lograr ponerse de acuerdo para subir los precios”.
 
Y, por tanto, dadas estas dos realidades, el que exista libre competencia es un pilar fundamental, no solamente para la eficiencia de un sistema de economía social de mercado, sino que también para la ética y la moral de un sistema de economía social de mercado.
 
Y, por tanto, en esta materia tenemos que estar siempre vigilantes, nunca bajar los brazos, siempre mirando qué hay más allá del horizonte, porque es mucho mejor anticiparse y desbaratar una eventual conducta monopólica, que tener que llegar cuando ya el daño y el perjuicio está causado.
 
Por eso, desde hace 15 años que la Fiscalía Nacional Económica realiza este Seminario del “Día de la Competencia”, y es una muy buena oportunidad para no solamente poder analizar cuánto hemos avanzado en esta materia -y, sin duda, en Chile hemos avanzado mucho-, sino que, sobre todo, cuánto nos queda por avanzar, porque recordemos que el ingenio humano es infinito y, en consecuencia, las autoridades públicas, que deben regular y fijar las normas para el buen funcionamiento de los sistemas, tienen que ir aún más rápido que el ingenio de la sociedad civil.
 
Por esa razón, la labor que ha cumplido la Fiscalía Nacional Económica en sus 45 años de vida, fue creada en diciembre de 1973, ha sido, sin duda, fundamental para poder legitimar y darle eficacia a un modelo de asignación de recursos y desarrollo, como es la economía social de mercado.
 
Sabemos todas las virtudes de la competencia. La competencia mejora la eficiencia del sistema, en la medida en que las personas compitan en la forma correcta y adecuada, es decir, esmerándose para incorporar nuevas tecnologías, identificar nuevas necesidades y, por tanto, satisfacer a los consumidores a través de mejor calidad o de menor precio. Ambas favorecen al consumidor.
 
Cuando el objetivo se desvía de esas dos directrices, la no competencia perjudica al consumidor y, en consecuencia, perjudica a la sociedad.
 
Y por esa razón es muy importante entender cómo podemos estar atentos para velar por que exista la mejor y mayor competencia en los mercados.
 
Chile tomó una decisión hace mucho tiempo, que a mi juicio no solamente es buena del punto de vista de las ventajas comparativas, la eficiencia, la integración, que fue abrir nuestra economía, sino que también fue un tremendo instrumento para poder buscar que la competencia no solamente se dé entre los productores que están localizados en nuestro país, sino que la competencia se dé entre todos los productores interesados en satisfacer necesidades a través de bienes o servicios de habitantes de nuestro país.
 
Y por eso, un muy buen aliado de una economía sana y competitiva, son los 64 mercados con los cuales tenemos Acuerdo de Libre Comercio, que representan más del 86% del PIB mundial y que representan 2 tercios de los consumidores.  Ése es un gran instrumento, una gran herramienta, pero no es suficiente.
 
Por eso, la labor que cumple la Fiscalía y el Tribunal, de estar permanentemente, una, anticipándose, previendo, buscando mecanismos para evitar siquiera la tentación de las colusiones, y el otro, juzgando cuando las conductas se apartan de lo que establece la ley, y que lo establece con argumentos muy poderosos, tanto éticos como de eficacia, es una labor absolutamente fundamental.
 
Hoy día estamos avanzando en materia de Acuerdos de Libre Comercio, no sólo porque son mecanismos eficaces para aprovechar mejor las ventajas comparativas, la especialización del trabajo y, por tanto, incrementar la capacidad de nuestro país de mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes, sino que también, por su efecto sobre la libre competencia en nuestro país. 
 
Estamos avanzando en un nuevo Acuerdo con la Unión Europea; estamos perfeccionando nuestro Acuerdo con Estados Unidos; acabamos de enviar al Congreso el nuevo Tratado de Libre Comercio con Argentina; en los próximos días, vamos a firmar un Tratado de Libre Comercio con Brasil. Ésta es una tarea permanente, de abrir nuestra economía.
 
Pero también es cierto que es fundamental seguir avanzando en lo que se refiere a perfeccionar la competencia dentro de nuestro país. Y en esa materia, no solamente la Fiscalía y el Tribunal, sino que todos los ciudadanos y todos los observadores podemos jugar un rol muy importante.
 
Hay muchas veces que la evidencia de conductas anticompetitivas es tan fuerte y tan clara y, sin embargo, logran subsistir durante mucho tiempo.
 
Velar por la defensa y la promoción de la libre competencia es un compromiso fundamental de nuestro Gobierno, porque estamos plenamente conscientes que con eso estamos cumpliendo un doble rol: mejorar la eficacia de nuestro sistema, pero también hacer que el sistema sea más ético, más justo y no se produzcan abusos de posiciones dominantes o de posiciones monopólicas.
 
Un ejemplo de esta tarea fue lo que hicimos en nuestro primer Gobierno. Por ejemplo, la portabilidad numérica: todos sabemos que hay competencia en el mercado de las telecomunicaciones, pero todos sabemos que nadie quiere perder su número y, por lo tanto, perder el número significa tener que comunicarse con todo su grupo de referencia, informarle el nuevo número. Y, por tanto, cuando el número pertenecía a la empresa, estábamos deteriorando la libre competencia, le estábamos poniendo barreras a la libre movilidad de las personas. Cuando el número pasa a ser propiedad de la persona, obviamente que mejora la competencia en la industria, como se refleja en la baja de precios y también en la mayor movilidad que hemos visto.
 
Lo mismo ocurre en industrias como, por ejemplo, las Isapres. Sin duda que las preexistencias y las carencias limitan la movilidad, y cuando uno no tiene movilidad, tiene un solo proveedor, la posibilidad de que esa relación no sea ecuánime o se preste para abusos, se incrementa notablemente.
 
Por eso, una de las reformas que vamos a introducir es eliminar las carencias, eliminar las preexistencias, para que exista movilidad, incluso para aquellos que tienen una enfermedad o aquellos que tienen una carencia, es decir, están en una Isapre. Por ejemplo, una mujer no tiene protección hasta varios meses después de contratar el plan, si queda embarazada.
 
Y naturalmente que hay que buscar un mecanismo de compensación de riesgo, para que esto no signifique destruir la industria.
 
Pero siempre darle más poder al consumidor, va en beneficio de la competencia, porque los consumidores somos todos y, en consecuencia, esa relación de distribuir equitativamente el poder, obviamente tampoco se le puede entregar un desequilibrio o poder ni en un sentido ni en otro, porque puede ocurrir lo contrario, que el exceso de protección al consumidor inhiba la libre producción y distribución de bienes y servicios.
 
Hay muchos otros ejemplos, y por eso yo recuerdo que durante nuestro primer Gobierno le encargamos a un gran economista, que hoy día no está con nosotros, Francisco Rosende, que presidiera una comisión para buscar áreas donde podemos mejorar la competencia. Lo mismo hemos hecho en esta oportunidad. Y por eso aprovecho de pedirle al ministro de Economía -a quien se lo he pedido muchas veces- a la Fiscalía, al propio Tribunal, que toda sugerencia para mejorar nuestra institucional, que permita incrementar y facilitar la libre competencia, va a ser muy bienvenida y muy bien considerada.
 
La eliminación de barreras a la entrada, es otra forma de velar porque exista mayor competencia. Lo importante no es tanto cuántos actores hay en una industria, lo realmente importante es si la industria puede ser desafiable, porque si hay pocos actores en una industria y se comportan en forma competitiva, no van a haber muchos incentivos para que entren otros, porque el precio va a reflejar el costo y la rentabilidad normal.  Si empiezan a portarse en forma no competitiva y hay barreras a la entrada, estamos en problemas. Si no hay barreras a la entrada, esas mismas señales van a permitir que el propio sistema, a través de nuevos jugadores en esa industria, corrija esa eventual situación de competencia.
 
Y, por tanto, estar muy atentos dónde hay barreras a la entrada de las industrias y cómo podemos ir eliminándolas, de forma tal que tengamos un mecanismo de prevención.
 
Yo, muchas veces, he dicho que la transparencia es el mejor antídoto contra la corrupción, porque no hay mejor policía que el alumbrado público, ni hay mejor desinfectante que la luz solar. Cuando la gente sabe que lo que está haciendo se conoce o se va a conocer, se comporta distinto si piensa que eso nunca se va a conocer. Eso es parte de la naturaleza humana.
 
Y por eso, mejorar la transparencia del sector público, porque los ciudadanos tienen derecho a saber qué hacen las autoridades que ellos eligen con sus votos, y también en qué se gastan los recursos que ellos financian con sus impuestos.
 
La transparencia es un gran antídoto contra la corrupción y contra muchos otros males.
 
Antes era muy difícil la transparencia, porque era muy caro que todo fuera transparente, era muy engorroso, era muy complejo; ahora tenemos un formidable aliado, que es la tecnología de la información, que nos permite poner a disposición de todo el que se interese, a un costo prácticamente cero, marginalmente, y eso hace que todo el mundo está observado o sabe que puede estar observado. Y eso cambia mucho la actitud.
 
Lo mismo ocurre con levantar las barreras de entrada a las distintas industrias. Y créanme, los que tienen barreras de entrada, están muy contentos y muy cómodos con ello. Conversábamos con el ministro de Economía, que muchas personas, cuando vienen a conversar con uno, vienen a decirle “el mercado tiene que funcionar, pero en forma ordenada”. Eso significa, con los que estamos adentro, no con cualquiera.
 
Ésa es una muestra de la naturaleza humana de buscar que su área de mercado esté protegida, y el de todos los demás que sea muy de libre competencia.
 
O cuando vienen permanentemente a pedir que les saquemos recursos de un sector para transferírselo a otro sector, y generalmente coincide en que el que está al frente es el que lo recibe, no el que los entrega.
 
Por esa razón, nos queda todavía mucho por trabajar, y ahí el proyecto Gestión de Proyecto Sustentable (GPS), levantar esa enorme barrera burocrática que frena, obstaculiza y entraba proyectos de inversión, por razones que se no se justifican. Si hay algunos proyectos de inversión que no se deben hacer, cuando hay buenas razones, pero no se debe detener por años un proyecto de inversión, por una razón absolutamente insuficiente; va a permitir más inversión, más inversión significa que van a poder ser más desafiados los mercados, más jugadores van a poder entrar a las distintas industrias, y ésa es una tarea muy importante que está realizando el Ministerio de Economía.
 
Y la segunda tarea es la Oficina de Productividad y Emprendimiento Nacional (OPEN), que lo que busca es estar permanentemente revisando la legislación, las leyes, los reglamentos, las normas, porque muchas veces se van acumulando las normas y desafían la ley de la mortalidad. Cuando la norma es necesaria, aparece; cuando deja de ser necesaria, subsiste y, en consecuencia, nos vamos llenando de un aparato de regulaciones, de leyes, que hace muy difícil poder abrir el espacio para que puedan entrar nuevos jugadores, pueda generarse mayor competencia, y también estamos frenando, con ese tipo de reglamento la innovación y el emprendimiento, que son absolutamente fundamentales en esta sociedad que estamos enfrentando hoy día.  
 
Es por esa razón que ingresamos en agosto el proyecto de ley que evalúa los proyectos de ley desde el punto de vista de la productividad, de forma tal de regular, revisar y cuestionarse la enorme regulación. Nosotros estamos próximos a mandar un proyecto de ley que nunca se ha enviado en Chile, que no es una ley que crea nuevas obligaciones o nuevos requerimientos, sino que, todo lo contrario, una ley de deroga leyes. La ley se presume conocida, y hoy día en Chile tenemos más de 20 mil leyes, yo creo que nadie, ni siquiera, salvo Watson es capaz de conocer y entender esas 20 mil leyes.
 
Pero, además, y siguiendo recomendaciones que recibimos de la Fiscalía Nacional Económica, hemos ingresado un proyecto de ley para quitar barreras de entrada en algunos sectores, por ejemplo, el de los notarios. Vimos con mucha atención el estudio que se hizo sobre el tema de notarios y conservadores y, sin duda, que ahí hay muchas barreras a la entrada; y los que están dentro de esas barreras, no las quieren eliminar. Esto es un poco lo que pasaba con las ciudades medievales cuando estaban sitiadas por los ejércitos enemigos: los que estaban afuera querían entrar, y los que estaban adentro querían salir. Solamente que acá, los que están afuera quieren entrar, y los que están adentro no quieren que nadie entre.
 
Y por eso, levantar barreras de entrada es una tarea permanente, nunca se va a terminar el trabajo de ir levantando barreras de entrada, porque las barreras de entrada además son dinámicas, antes eran barreras legales, hoy día pueden ser tecnológicas o reglamentarias, o absurdas. Como, por ejemplo, lo que ocurre con la industria de alimentos para niños, que toda la normativa está hecha para un Chile que eran niños destruidos y, por tanto, lo importante era que los alimentos para niños tuvieran muchas calorías. Eso pasó, hoy día el problema es de obesidad, y sin embargo seguimos con la misma norma y, en consecuencia, la competencia internacional no entra a Chile porque no va a preparar un producto específicamente para una norma, que solamente beneficia a aquel que tiene la tecnología y los procedimientos. Si levantamos esa norma, cosa que es parte del programa, vamos a mejorar la alimentación de nuestros niños y vamos a aumentar la competencia en una industria muy importante.
 
Pero además de ello, hace un tiempo, un par de días, recibimos de parte de la mesa de trabajo, una de las 5 mesas de Unidad Nacional para Grandes Acuerdos Nacionales, que se refería a cómo potenciar, fortalecer e incrementar nuestro crecimiento potencial. Y dentro de esas propuestas, que son 100 propuestas, hay un capítulo que está destinado precisamente a mejorar la competencia en nuestra industria.
 
Y por eso hemos analizado con mucha detención, yo les estaba diciendo que queremos conversar estos temas con personas como ustedes, que han dedicado o se interesan en forma muy especial por mejorar la competencia, para poder avanzar recibiendo la sabiduría, la experiencia, los conocimientos, de todas las partes involucradas, y no como muchas veces ocurre que el remedio es peor que la enfermedad.
 
Y quisiera también anunciar algunas medidas que estamos en pleno proceso de tomar. En primer lugar, repetir la buena experiencia de la portabilidad numérica, que los últimos 5 años permitió que 10 millones de personas se cambiaran de compañía.
 
¿Qué significa eso? Cuando una persona se cambia voluntariamente de compañía, y otra compañía acepta voluntariamente a esa persona, hay una ganancia de bienestar para la sociedad entera. Antes no ocurría, porque estaban cautivos y cuando uno está cautivo la posibilidad de que se empiecen a cometer abusos, incluso en forma progresiva, es muy alta.
 
Queremos hacer lo mismo con los créditos y especialmente los créditos hipotecarios, que las personas tengan un mecanismo simple y rápido de poder -si tiene mejores condiciones otro banco- irse con el crédito y con la hipoteca al otro banco. Hoy día es muy difícil, porque el banco que tiene la hipoteca no levanta la hipoteca mientras no le pagan, y el banco que tiene que prestar, no presta mientras no levanta la hipoteca, y ése es un problema que deja atrapado al deudor. Si logramos un sistema que permita que el traspaso sea del crédito y de la hipoteca y, por tanto, el banco que prestó va a ser pagado, y el banco que quiere prestar lo va a hacer voluntariamente, vamos a estar generando una mucho mayor movilidad en ese importante mercado.
 
También, en materia de farmacias digitales, sabemos que hay un grave problema en el mercado de los medicamentos. Es cuestión de comparar por qué en Chile muchos medicamentos, no todos, porque en el caso de los genéricos en Chile ocurre una realidad distinta, pero ¿por qué son dos veces más caros que en otros países que tienen aranceles más altos que los nuestros?
 
Una de las cosas que queremos hacer, además del Hospital Digital, que es una revolución tecnológica, porque siempre estamos pensando que los problemas del futuro se solucionan con las mismas herramientas del pasado.
 
En materia de salud, la revolución que viene es de un grado y de una magnitud y profundidad que nosotros estamos innovando. Muchos países están viniendo a Chile a estudiar esta experiencia del Hospital Digital, que nos permite tener básicamente un gran banco de datos, con las fichas médicas de los chilenos, progresivamente vamos a llegar a todos los chilenos, otro banco de datos en que está todo el conocimiento médico, los diagnósticos. Y, por tanto, al juntar esas dos bases de datos con inteligencia artificial, podemos hacer un diagnóstico mucho más rápido, mucho más preciso y prácticamente sin costo, que va a ayudar a todos los médicos especialistas o médicos generales a poder tener un diagnóstico más preciso y poder, en consecuencia, aprovechar la tecnología para hacer un salto gigantesco en salud, sin más hospitales y sin necesidad de incrementar todos los recursos, sino que aplicando nuevas tecnologías, que nos ayuden a hacer las cosas mejor.
 
Lo mismo con la farmacia digital. Cuando los médicos puedan entregar su receta digital y ponerla en la nube y, en consecuencia, está a disposición de todas las farmacias, van a haber muchas empresas  como Cornershop, que van a prestar el servicio, decirle “mire, yo le puedo llevar el medicamento a su casa, y voy a comparar todas las farmacias del país, para ver dónde está la más barata”, y eso es fundamental, y una vez que yo uso la receta, no se puede usar por segunda, si es con receta retenida, lo cual además va a mejorar la seguridad.
 
Todo este mecanismo de usar la información, y aquí la información tiene una doble naturaleza, porque la información mejora la competencia. Por eso estamos trabajando muy activamente en que las personas, los consumidores, estén mejor informados y, por tanto, en lugar de tener que ir a comparar precios farmacia por farmacia, o tienda por tienda, que lo puedan hacer desde la comodidad de su teléfono celular, en forma simple, amistosa. Como, por ejemplo, tufarmacia.cl: usted pone dónde está, qué remedio requiere, si está dispuesto a aceptar un genérico o un bioequivalente y cuál es el área que quiere que le informen y le van a informar si quiere su comuna, su provincia, su región, le van a informar todos los precios. Y, por tanto, va a hacer la comparación en forma instantánea, con inteligencia artificial.
 
Y eso va a significar que las farmacias que estén más caras van a empezar a perder clientes, y eso va a significar que van a tener que bajar sus precios, y eso es lo que genera la dinámica virtuosa de la competencia.
 
Y, por tanto, la información es un elemento muy poderoso, pero también la información puede tener la otra cara de la medalla. Cuando toda la información se concentra en pocas manos, como está ocurriendo hoy en día, que nosotros le entregamos sin saberlo, muchas veces, toda nuestra información a ciertos algoritmos o ciertos sistemas, y finalmente después nos venden la información que nosotros mismos entregamos. Si se concentra esa industria, y ésta es una preocupación central en este instante de Estados Unidos y de Europa, que están lidiando con las grandes empresas de información, como son los gigantes que todos conocemos. En ese punto de vista, hay un doble efecto de la información, es muy beneficiosa, pero si se concentra en exceso puede terminar siendo el principal mecanismo que va a atentar contra la libertad de las personas en el futuro.
 
También queremos abrir la competencia de muchas industrias que están cerradas. Por ejemplo, la industria del cabotaje en Chile está cerrada, no se puede hacer cabotaje en Chile con barcos que vienen del extranjero o que son extranjeros, porque está reservado para la industria nacional y, en consecuencia, eso encarece enormemente el flete al interior de nuestro país.
 
Un país de 4 mil 200 kilómetros de extensión, que tiene el mar como su principal mecanismo de comunicación, no está usando en plenitud la capacidad de transporte marítimo para abaratar costos y además descongestionar y todas las otras ventajas. ¿Por qué? Porque es una industria que está cerrada y que se defiende muy bien.
 
Volviendo al tema de los medicamentos, vamos a establecer un Fast Track, de forma tal que si un medicamento original, bioequivalente o genérico ya fue aprobado por una agencia internacional que dé tranquilidad y confianza como, por ejemplo, la FBA o la Agencia Europea, establezcamos un sistema de Fast Track para que se incorpore al mercado chileno en forma rápida. No como hoy día que tenemos un “taco” -como también tenemos un “taco” en el Tribunal de la Libre Competencia- que hay que levantar el “taco” para poder agilizar los procesos, eso lo conversamos con el presidente del Tribunal y estoy seguro que él está más preocupado, más comprometido y más ocupado con esto que todos nosotros.
 
Y, por tanto, ahí tenemos otro elemento muy importante para ir mejorando la competencia en todas las industrias.
 
Finalmente, tenemos también un tema de los sistemas de pago. Durante mucho tiempo, en Chile se ha permitido y tolerado que el Gran Sistema de Pagos -que tuvo un gran creador en su origen- negociaba con una sola mano con todos los comerciantes y, por lo tanto, era legal, había sido autorizado por el Tribunal de la Libre Competencia. Eso es algo que queremos cambiar y, por tanto, establecer que la relación de cómo se relacionan los adquirentes con los emisores sea mucho más competitiva y no que legalmente le demos a una institución la capacidad de centralizar la demanda. Porque si eso es permitido en esa industria, por qué no permitimos que todos, por ejemplo, los productores de cualquier producto se organicen y que uno solo comercialice su producto por cuenta de ellos. Eso que estamos creando, es un paso atrás en materia de libre competencia.
 
Y, además, le hemos pedido al ministro de Economía -y aquí necesitamos mucha ayuda y colaboración- revisar una vez más la Ley de Defensa del Consumidor. No siempre el poner todo tipo de trámites, porque la mejor defensa al consumidor es la información oportuna, accesible y veraz, y la libre competencia. Ésa es la mejor defensa al consumidor. Solamente cuando eso no funciona, uno tiene que incorporar, algunos piensan que, llenando de regulaciones, que alguien las pagas, todas esas regulaciones las paga alguien y, por tanto, al final muchas veces el exceso de regulaciones termina perjudicando y no beneficiando al consumidor.
 
Por todas estas razones, yo quería aprovechar de felicitar la iniciativa de celebrar este Día de la Competencia, que ojalá no sea solamente un día al año, sino que estemos todos, particularmente las autoridades que tienen por mandato constitucional la responsabilidad de velar por la competencia todos los días, con las antenas alertas, los ojos abiertos, para anticiparse, para prevenir, y cuando eso no es suficiente, para sancionar en forma rápida y eficaz, porque entre más rápido sea la sanción, mayor es el efecto ejemplificador hacia el resto de las industrias y mayor también satisfacción experimentan aquellas personas que fueron las víctimas de esas conductas monopólicas.
 
Por eso, el compromiso que tenemos como Chile, nuestra misión como país, pocas generaciones en el mundo, y en Chile, les ha tocado enfrentar dos grandes misiones o desafíos tan grandes, tan transcendentes, como nos tocó a nosotros. La primera fue recuperar nuestra democracia, nuestro Estado de Derecho, nuestras libertades; lo hicimos y lo hicimos muy bien.
 
La segunda es transformar a Chile, la colonia más pobre de España en América Latina en el primer país desarrollado íntegramente, es decir, desarrollo integral, inclusivo y sustentable. Y eso lo podemos lograr si crecemos al 5% al año, cosa que lo hemos hecho muchas veces, y por periodos largos, antes de que termine la próxima década, nuestro ingreso per cápita va a hacer superior al que tienen países como España o Italia, hoy en día.
 
Y, por lo tanto, ésa es la gran misión, conquistar el desarrollo, derrotar la pobreza, crear una sociedad con mayor igualdad de oportunidades, una sociedad con mayor equidad social, con mayor movilidad social. Y para eso, el velar y estar atento todos los días, y no caer en “el error de las vírgenes necias”, que se quedaban dormidas, es absolutamente esencial.
 
Por eso yo pongo la mayor importancia para el proyecto de país que estamos impulsando, el que tengamos las instituciones, pero también la cultura, la actitud, la voluntad de no permitir, de no tolerar ningún acto que atente contra la libre competencia, y lo mejor para ello es, además de una economía abierta, además de una economía más transparente, es instituciones que estén velando para evitar y prevenir actitudes no competitivas e instituciones que castiguen como corresponde a quienes atentan contra el bien común, incurriendo en conductas monopólicas.
 
Por eso, los felicito, que tengan un gran Día de la Competencia, y muchas gracias.