Presidente Piñera reafirma potencial agroalimentario de Chile en el Encuentro Nacional del Agro

22 OCT. 2018
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El Presidente Sebastián Piñera destacó este lunes el aporte de la agricultura al desarrollo de Chile y enfatizó en su capacidad de crecimiento para convertirse en potencia agroalimentaria global.

Muy buenas tardes:
 
Quiero compartir con ustedes dos reflexiones. La primera, sobre nuestro país y la segunda sobre la agricultura, el mundo rural y el campo.
 
En primer lugar, ¿cuáles han sido nuestras principales preocupaciones durante estos 7 primeros meses? Esencialmente hacernos cargo de ciertas urgencias que no podían seguir siendo postergadas y que habían sido desatendidas como, por ejemplo, modernizar nuestras fuerzas de Orden, como Carabineros y la Policía de Investigaciones, para tener una mayor capacidad y eficacia en la lucha contra la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo;
 
Segundo, poner a los niños primeros en la fila, porque ése era un compromiso que no solamente tiene un elemento de justicia, ético, moral, sino que, además, es probablemente la mejor inversión que podemos hacer para un desarrollo integral a futuro;
 
Tercero, hacernos cargo de ordenar la casa en materia de migración, no para cerrar nuestras puertas, para abrir nuestras puertas a aquellos que vienen a cumplir nuestras leyes, a trabajar en forma honesta, a integrarse a la sociedad, a aportar al desarrollo, y cerrar nuestras puertas a aquellos que vienen a causarnos daño: la delincuencia, el narcotráfico, el contrabando, las bandas organizadas, la trata de personas.
 
Pero además de eso, teníamos dos misiones adicionales: tratar de recuperar un sentido de unidad en nuestro país, porque la historia nos ha enseñado que unidos siempre hemos llegado más lejos y hemos avanzado más seguros, que cuando estamos divididos. 
 
Y por eso pusimos en marcha 5 grandes Acuerdos Nacionales en cinco materias de primera importancia para la calidad de vida de nuestros compatriotas.
 
Y también, porque habíamos heredado una economía que estaba creciendo en forma muy débil, con grandes desequilibrios en materia fiscal y en materia de deuda pública, era necesario poner en marcha nuevamente los motores del crecimiento, la inversión, la innovación, el emprendimiento, la tecnología.
 
Ésas han sido las preocupaciones fundamentales, y naturalmente preparar reformas estructurales que están hoy día conociendo la luz del Sol.
 
Los resultados hasta ahora son que nuestra economía pasó de los últimos lugares a encabezar la lista de los países de mayor crecimiento en América Latina, por encima del mundo, por encima del promedio de la OCDE, por encima, muy por encima del promedio de América Latina.  Estimamos para este año una tasa de crecimiento que va a superar el 4%; un crecimiento de la inversión en torno al 6%; un crecimiento del empleo cercano a los 180 mil nuevos empleos; una recuperación de la productividad, que era negativa, y se había transformado en un lastre, ahora va a ser positiva y va a ser un motor.
 
Pero la verdad es que esto se enmarca en algo mucho más grande. Nuestra gran misión es transformar a Chile en un país desarrollado, sin pobreza, con mayor igualdad de oportunidades, con mayor movilidad social, con mayor justicia y con mayor solidaridad. Y para eso es fundamental desatar las fuerzas de la libertad, de la creatividad, de la imaginación, de la inteligencia, de la innovación y del emprendimiento de todos los chilenos.
 
Un sólo ejercicio: si logramos crecer, durante los próximos 12 años, al 4% o al 5%, metas que hemos logrado en el pasado, vamos a alcanzar un ingreso per cápita de 35 mil o de 40 mil dólares PPA.  Eso significa que vamos a estar por encima de lo que hoy día han alcanzado países como España, Nueva Zelanda, Italia, Israel, Corea del Sur, y superando largamente a otros países desarrollados, como Portugal, Polonia, Grecia o Rusia.
 
Pero sabemos que desarrollo es mucho más que crecimiento. Por eso, nunca nos olvidamos de hablar que el desarrollo tiene que ser integral, inclusivo, sustentable: integral, es mucho más que desarrollo material, también tiene que ver con la calidad de la democracia, las instituciones, la convivencia, la seguridad; inclusivo, que llegue a todos los hogares de Chile; sustentable, que sea amistoso y respetuoso con el medio ambiente y con la naturaleza.
 
Ésa es la gran misión de nuestra generación.
 
Y a pocas generaciones en la historia de nuestro país -y tal vez del mundo- les ha tocado enfrentar dos desafíos tan grandes, como fue el recuperar nuestra democracia, nuestras libertades y el respeto a los derechos humanos, transición que hicimos en forma ejemplar, y ahora conquistar el desarrollo y derrotar la pobreza.
 
Y para que esto sea realmente una causa que logre llegar a buen puerto, es fundamental comprometer, motivar, convocar a todos, para que todos sepan que tienen un lugar para aportar, pero también tienen un lugar para recibir los beneficios de estos logros. 
 
Y ése es el norte del cual nada ni nadie debiera desviarnos.
 
Respecto a la agricultura, yo quiero partir por afirmar que es impresionante -lo recordó el presidente de la SNA- cómo la historia de la agricultura y la SNA -que creo que es la segunda institución gremial agrícola más antigua del mundo, y que prácticamente nace junto con la República, un par de décadas después- y que desde siempre ha sido un sector fundamental para nuestro país, no solamente por lo económico. Ricardo Ariztía recordaba las cifras de exportaciones, muy temprano en la historia de nuestro país independiente
 
Pero también ha sido un sector que ha aportado, además de productos y empleo, algo muy fundamental en los países, que es una identidad, raíces, principios, valores, que son un eje y una columna vertebral que han guiado el desarrollo de nuestro país.
 
Por eso quiero agradecer a todos los que, a lo largo de la historia de nuestro país, levantándose muy temprano en la mañana, acostándose muy tarde en la noche, han sabido sacar los frutos que han permitido alimentar a nuestro país y a muchos otros países en el mundo.
 
Pero lo cierto es que hoy día el desafío que enfrentamos en la agricultura, y las oportunidades que tenemos en la agricultura, son formidables.
 
Lo decía el presidente de la SNA, la agricultura aporta cerca del 10% del empleo, aporta un porcentaje al Producto Nacional Bruto que se expande en forma muy significativa cuando lo vemos en forma integrada y expandida a otras actividades que dependen de la agricultura.
 
Por eso que la meta que nos hemos fijado es transformar a Chile en una potencia agroalimentaria, que los productos del campo chileno puedan llegar con valor agregado a las mesas de los hogares más exigentes del mundo: nuestra fruta, nuestros vinos, nuestros salmones, todos los productos que surgen y nacen de esta tierra fértil que tenemos en nuestro país.
 
Y yo digo que esto no es un sueño, en primer lugar, porque ya hemos avanzado una enormidad. Lo decía el presidente de la SNA, las exportaciones del mundo agrícola alcanzan a una cifra cercana a los 16 mil millones de dólares; es decir, ya somos un país muy importante y somos número uno en muchos productos de exportación de nuestro país.
 
Pero tenemos que hacer algo mucho más grande que ello, porque tenemos 4 pilares sólidos, fuertes, que nos permiten construir sobre roca y no sobre arena, el futuro de nuestra agricultura.
 
En primer lugar, tenemos una institucionalidad, una democracia estable, una economía social de mercado, una economía abierta al mundo, con reglas claras; tenemos Acuerdos de Libre Comercio con 64 mercados, que representan más del 86% del PIB mundial, y un porcentaje muy significativo, casi dos tercios de la población del mundo; y, además, de acuerdo a todos los pronósticos de los organismos especializados, la demanda por productos agrícolas va a crecer mucho más rápido que el producto mundial, y se estima que va a tener un incremento de cerca del 50% en los próximos 30 años, productos que se están incorporado al mundo del consumo de productos de calidad, sectores que antes se limitaban a consumir un puñado de arroz, como es lo que está pasando en todo el Este y Asia, que está creciendo y demandando cada vez productos de mejor calidad y de mayor valor agregado.
 
Segundo, porque estamos en contra-temporada. Cuando en el Hemisferio Norte, donde se concentra los ¾ del poder adquisitivo está en invierno y no puede producir, acá estamos en verano y sí podemos producir, y eso nos abre ventanas de oportunidad muy significativas, porque nos permite aprovechar esa contra-estación como una ventaja comparativa de nuestro país.
 
Y, además, porque en nuestro país tenemos uno de los pocos climas mediterráneos que existen en el Hemisferio Sur. En el Hemisferio Sur hay muy pocos países con clima mediterráneo: Chile, algo en Sudáfrica y muy poco más. Y, por lo tanto, nos da la oportunidad de producir aquellos productos que son los más demandados, los más valiosos, que exigen y requieren clima mediterráneo.
 
Yo les decía que la FAO estima un crecimiento de 70% en la demanda de alimentos a nivel mundial, dentro de los próximos 50 años. Ése es un informe que conocimos hace algunas semanas.
 
Tercera ventaja comparativa, muy sólida, el patrimonio fitozoosanitario que hemos cultivado, cuidado y protegido, a lo largo de muchas décadas, y que tenemos que seguir cuidándolo, porque Chile es un país que ofrece garantías de alimentos inocuos, sin pestes, sin enfermedades, que son aceptados en los principales mercados del mundo, salvo algunas excepciones, y ésa es una enorme ventaja, especialmente si nos comparamos con países de nuestro propio Continente.
 
Pero en cuarto lugar tenemos un mundo de personas, trabajadores agrícolas, empresarios agrícolas, que han demostrado, a lo largo de la historia, que saben trabajar la tierra, saben sembrar, abonar, regar, cosechar y sacar rendimientos muy espectaculares.
 
Pero, además, cuando uno se pregunta ¿hacia dónde va la agricultura chilena?, y lo hemos hablado mucho con el ministro de Agricultura, hay dos palabras que asoman de inmediato: reconversión y asociatividad.
 
Reconversión, porque tenemos que aprovechar las ventajas comparativas de nuestro país e ir a productos cada día más intensivos en tecnología, en mano de obra, en sofisticación para buscar mercados y poder llegar con nuestros productos lo más cerca posible de la mesa de los consumidores finales, y cortar un poco esa enorme cadena de intermediarios que tenemos entre el productor y el consumidor final.
 
Pero además de eso, asociatividad, porque muchos de nuestros pequeños y medianos agricultores requieren asociatividad para la tecnología de producción, para la comercialización y especialmente para el acceso a los mercados internacionales.
 
En los últimos días me ha tocado negociar personalmente, o apurar la negociación del Acuerdo de Libre Comercio de Segunda Generación que queremos lograr con Europa, y yo creo que lo vamos a tener antes de mayo del próximo año, hemos conseguido el apoyo de países tan importantes como España, Francia y Alemania, y además, un compromiso muy explícito del presidente de la Comisión Europea; hace unos días terminamos las negociaciones con Brasil, que nos van a permitir un Tratado de Libre Comercio con ese país, antes que termine este año, y tendrá que ser enviado al Congreso; ya está en el Congreso el Tratado de Libre Comercio con Argentina; hemos ampliado el acceso a los mercados de países como China, India.
 
Y ésta es una tarea, un compromiso y una misión permanente, abrir mercados para nuestras exportaciones.
 
Y por eso, durante nuestra campaña asumimos 7 grandes compromisos con el mundo agrícola, rural y del campo, para poder facilitar, porque en esto el Estado puede crear las condiciones, facilitar, levantar obstáculos, pero nunca nada ni nadie va a reemplazar lo que los propios agricultores puedan hacer por transformar a nuestro país en una potencia agroalimentaria.
 
El primero es una Política Nacional de Desarrollo Rural y Agrícola, para cerrar las brechas que hoy día dividen al mundo rural del mundo urbano. Por ejemplo, en el tema de internet estamos con una Agenda extraordinariamente ambiciosa para conectar Chile, no solamente grandes proyectos como la fibra óptica que va a unir a nuestro país con las regiones de Aysén y Magallanes, la fibra óptica hacia el mundo del Asia Pacífico, sino que también proyectos muy concretos para conectar con banda ancha a más mil 500 localidades rurales, que hemos identificado que hoy día no tienen la conexión de calidad que requieren.
 
Y además de eso, en pocas semanas más, vamos a licitar la banda 5G, que es la banda que nos va a permitir incorporarnos en plenitud al mundo de la Sociedad del Conocimiento y la Información. La banda 5G es cien veces más rápida y poderosa que la banda 4G, y nos va a permitir entrar en forma simultánea con los países más desarrollados del mundo, pioneros en nuestro Continente, al mundo del internet de las cosas, al mundo de la inteligencia artificial, al mundo del Blockchain, a todo eso que la tecnología está poniendo al alcance de nuestras manos.
 
Por eso, dentro de los compromisos que asumimos fue esta Política Nacional de Desarrollo Rural y Agrícola, para igualar oportunidades y para cerrar brechas.
 
Segundo, un compromiso para asegurar la disponibilidad de agua al sector agrícola y a todas las actividades humanas, porque el agua es un elemento absolutamente vital. Sabemos la importancia que tiene el agua para la vida humana y para el mundo agrícola, y ustedes lo conocen mejor que nadie.
 
Por eso, entre otras cosas, vamos a dar mayor certeza jurídica, modificando en muchos campos, y en forma muy profunda, el proyecto de Código de Agua, que envió el Gobierno anterior, para asegurar la certeza, la estabilidad en la disposición de un elemento tan vital para la agricultura como es el agua, de forma tal que los agricultores puedan sembrar, invertir con la tranquilidad y confianza de que ese elemento no va a estar sujeto a arbitrariedades ni a incertidumbres.
 
Pero no basta con eso.
 
Por eso que el proyecto de asegurar mayor disponibilidad de agua contempla incrementar sustancialmente la superficie de riego tecnificado.
 
En Chile, tenemos más o menos un millón de hectáreas bajo riego, y el potencial de Chile son 5 millones de hectáreas. De eso estamos hablando y, por lo tanto, avanzar en incorporar más hectáreas al riego y mejorar la tecnología del riego en aquellas que ya están incorporadas, es parte esencial; el revestimiento de canales, para evitar las filtraciones; la infiltración de los acuíferos naturales que existen en muchas regiones de nuestro país, para que cuando el agua abunde, no se pierda por nuestros ríos hacia el mar. Y recuerdo que el 84% del agua dulce que corre por nuestros ríos, se pierde en el mar, sino que podamos almacenarlo en acuíferos naturales; además naturalmente de todo lo que es un manejo más científico, con telemetría en las compuertas y en los pozos.
 
Y por supuesto un esfuerzo muy grande en materia de construcción de embalses, algunos ya están en marcha, como es el caso de Chironta y Valle Hermoso, y también ya están en construcción Punilla, Las Palmas y muchos otros más, para que el agua sea un elemento que nos dé tranquilidad. Porque el cambio climático está cambiando la disponibilidad y los regímenes pluviométricos en nuestro país, pero al mismo tiempo está generando oportunidades, porque hoy día regiones del sur, que jamás pensaron que iban a ser aptas para cultivos de alto valor agregado y alta tecnología, y muy intensivo en mano de obra, lo están siendo. Y esos son los cultivos que tienen mayor valor, mayor precio, mayor aprecio en los mercados internacionales.
 
Un tercer objetivo es apoyar a las empresas familiares, y especialmente a las más vulnerables, que son las usuarias de INDAP y de otros servicios públicos. Y por eso estamos haciendo un esfuerzo muy grande, yo sé que el ministro les ha hablado mucho de esto, en materia de fortalecer la asociatividad. El cooperativismo es una de las formas de asociatividad, pero la asociatividad permite unir fuerzas para enfrentar desafíos que sólo podemos enfrentar juntos, especialmente cuando la producción es de pequeña escala. Y con esto vamos a poder acercar la tecnología, acercar los mercados a la pequeña y mediana agricultura en nuestro país.
 
El foco de esta política es fortalecer la cadena productiva, desde el productor hasta el consumidor final, buscando una mayor integración y asociatividad en todas las etapas intermedias.
 
Un cuarto compromiso fue mejorar la competitividad de las Pymes agrícolas, y por eso modernizar los mecanismos de financiamiento, crear seguros agrícolas, permitir acceso a crédito que se adecúe a las circunstancias y exigencias del mundo agrícola, enfatizar también el uso de nuevas tecnologías, entregar mayor asesoría en comercialización, son materias muy importantes. Y en un próximo viaje que vamos a hacer a Nueva Zelandia, en noviembre de este año, vamos a tener la oportunidad de recibir y conocer in situ uno de los países que ha tenido un liderazgo y que ha sido pionero en todas estas materias.
 
Un quinto compromiso es que si no flexibilizamos y adecuamos la legislación laboral a las verdaderas condiciones que por naturaleza tiene la agricultura y sus exigencias, va a ser difícil poder compatibilizar este desarrollo con la necesaria creación de buenos empleos en el sector agrícola.
 
Por esa razón, en esta materia estamos empujando con mucha fuerza el Estatuto del Temporero Agrícola.
 
Y respecto a lo que dijo el presidente de la SNA, estoy muy consciente de la indemnización por obras y faenas. Ésa es una moción parlamentaria. El Gobierno -y espero que estemos bien informados- ha enviado indicaciones que permiten, en primer lugar, hacer que esta aplicación sea gradual; segundo, que lo que se pague por eventual indemnización, se pueda imputar o descontar del aporte del empleador al seguro de cesantía; y tercero que, a cambio de esta indemnización, se termine con el exceso de judicializaciones que hay en despidos por este tipo de contrato. Ése es un proyecto de ley que está en el Congreso, lo estamos mejorando y estamos muy abiertos a recibir todas las sugerencias y observaciones que se puedan hacer.
 
El sexto compromiso es fortalecer la presencia y la apertura de los mercados del mundo para nuestra agricultura. Y por eso, tenemos que seguir siempre muy vigilantes, muy activos y proactivos en seguir abriendo mercados, especialmente en el mundo asiático, que es el mundo donde más crece la demanda por productos agrícolas.
 
Y ahí se enmarca el Acuerdo de Alcance Parcial que hemos logrado con India; la nueva etapa que estamos negociando en el Acuerdo con China; la ampliación en el TLC o el Acuerdo de Colaboración con la Unión Europea, para abrir ese 10% de productos que quedaron excluidos del Acuerdo original, muchos de ellos del sector agrícola; los Acuerdos de Libre Comercio con países vecinos como Argentina y Brasil, y muchas otras iniciativas más, donde sin duda la fruta va a ser el gran protagonista, porque es ahí donde realmente Chile tiene las principales, no únicas, ventajas comparativas.
 
De hecho, en materia de exportación agropecuaria, ya el año pasado produjimos más de 5 millones de toneladas, lo cual significó una exportación de fruta que ya representa y se acerca casi al 50% del total de las exportaciones agropecuarias de nuestro país.
 
Pero por supuesto esto requiere modernizar nuestra institucionalidad, y estamos muy conscientes de lo que se requiere y necesita, por ejemplo, en modernización del SAG, para proteger nuestro patrimonio fitozoosanitario, y muchas otras instituciones que son parte del Ministerio de Agricultura y que están -o deben estar- al servicio de este importante sector de nuestro país.    
 
Por eso, estamos sacando adelante el proyecto que moderniza el Servicio Agrícola Ganadero, y mejora y hace más rápido y eficientes sus capacidades para proteger el patrimonio fitozoosanitario, del cual hablábamos hace un momento.
 
Pero además de eso, es muy importante aumentar la competencia dentro del sector agrícola, y también proteger a nuestro sector agrícola de la competencia desleal que viene desde fuera. Ésas son dos preocupaciones centrales, y por eso estamos trabajando con la Comisión de Distorsiones y con la Fiscalía Nacional Económica, para avanzar en los dos terrenos, más competencia en los mercados internos y mayor protección frente a competencia desleal de los mercados externos.
 
Finalmente, en materia de institucionalidad, vamos a avanzar hacia un Ministerio de Agricultura, Alimentos y Recursos Naturales, de forma tal que se agrupe en un ministerio, con mejor coordinación, todas las políticas publicas que tienen que ver con el desarrollo de este importante sector.
 
Y, naturalmente, fortalecer el sector forestal, que sin duda es otro sector donde Chile tiene inmensas ventajas comparativas, fortalecer la seguridad rural, y estamos avanzando en tipificar, perseguir y condenar mejor el delito de abigeato, el perfeccionar el funcionamiento de los mercados a través de las bolsas agrícolas. En fin, son muchos los proyectos que apuntan a tener una institucionalidad moderna para una agricultura que pueda ser una agricultura de exportación, dinámica, flexible, que se vaya adecuando a los requerimientos y al crecimiento que está teniendo la demanda por alimentos de calidad, seguros y confiables.
 
Estamos muy claros que el cambio climático y la sequía que nos ha afectado ya durante 8 años, es un llamado de alerta, porque no todo esto es transitorio, algo de esto es permanente y basta leer el último Informe del Panel de Expertos de Naciones Unidas, más los informes que se han preparado para la próxima Conferencia de Cambio Climático que va a tener lugar este año en Cracovia, para darse cuenta que éste es un fenómeno que ha ido más rápido, y que está para quedarse, y que los países tienen que realmente prepararse y anticiparse, y no simplemente seguir esperando de ver cómo los va a afectar.
 
Por esa razón, hemos lanzado hace unos días, por ejemplo, la Campaña de Prevención y Control de Incendios, en conjunto con muchos organismos públicos, como la CONAF, Carabineros, la PDI, Bomberos y también del sector privado, como las empresas forestales a través de CORMA, y que nos estamos preparando para una temporada difícil, porque la sequía es un enemigo que fomenta la aparición de incendios y también porque algunas de las lluvias, lejos de mejorar, nos van a perjudicar porque generaron crecimiento de pastizales que son un combustible para la generación y expansión de los incendios forestales.
 
Por eso, en esta oportunidad, porque aquí lo más importante es prevenir y anticiparse: un incendio puede apagarse simplemente con la suela de un zapato en sus primeras etapas, y después simplemente se transforma en algo incontenible que lo arrasa todo y que ni siquiera el Supertanker es capaz de combatir.  
 
Por eso, la labor que se ha hecho en materia de prevención, de educación, de capacitación, de las comunidades y vecinos que viven en los sectores más vulnerables, y el esfuerzo que hemos hecho hoy día en materia de 3 mil brigadistas, 55 aviones o helicópteros, acuerdos y convenios que están stand by para ponerlos en marcha con países como Canadá o Estados Unidos, para poder contener toda la ayuda que requerimos, además de la que ya está disponible, un incremento muy significativo en el presupuesto, vamos a invertir cerca de USD 80 millones en esta Campaña de Prevención y Control de Incendios. Y sin duda, la experiencia del verano del 2017, donde se quemaron 700 mil hectáreas, es una experiencia que no quisiéramos repetir nunca más en nuestro país.
 
Y ahí, Alemania, Estados Unidos y Canadá son tres países que están colaborando en forma muy cercana y muy eficaz, para fortalecer nuestra capacidad.
 
Como yo les decía, vamos a tener 3 mil brigadistas, cosa que nunca antes habíamos tenido; 55 aviones o helicópteros; pero además eso, además de eso, vamos a tener una prevención y una anticipación, y una coordinación de todas estas fuerzas que no existía a fines del 2016 y el verano del 2017.
 
Además de eso, los incendios no solamente destruyen los bosques, destruyen la tierra, contaminan el aire, contaminan el agua, destruyen cultivos y también afectan por largo tiempo la vida de muchas familias que viven en torno a los frutos del bosque.
 
Y, por lo tanto, en esta materia, un país como Chile, que ha tenido un historial de que se le queman cada año en promedio 50 mil hectáreas, y este año es un año calificado como más complejo que el promedio por las razones que yo indicaba de sequía y malezas.
 
Por todo ello, yo estoy muy contento y muy confiado en que con la participación activa, proactiva, innovadora, emprendedora, de ver las oportunidades y no solamente los problemas, juntos vamos a lograr no solamente que Chile sea una potencia agroalimentaria, sino que también que Chile pueda transformarse en el primer país de América Latina, Chile, la colonia más pobre de España en América Latina, sea el primer país que logre conquistar el desarrollo, derrotar la pobreza y crear una sociedad que le dé oportunidades de desarrollar sus talentos, y seguridades de una vida con dignidad a todos sus hijos.
 
Por eso, quiero reconocer, felicitar y agradecer el inmenso aporte que hacen los agricultores a nuestro país, pero anticiparme y agradecer el inmenso y mucho mayor aporte todavía que harán en esta gran misión y gran tarea de hacer de Chile, una verdadera potencia en el mundo agroalimentario.
 
Muchas gracias.