Presidente Piñera presenta Consejo del Mar

1 AGO. 2018
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S.E el Presidente de la República, Sebastián Piñera, presenta el Consejo del Mar, que administrará el Área Marina y Costera Protegida de Múltiples Usos de Rapa Nui. 

Estamos con sentimientos encontrados: felices de haber podido compartir con ustedes estos maravillosos días, un día y medio, y tristes porque pronto va a llegar la hora de partir. Pero nos vamos tranquilos y nos vamos contentos.
 
Ustedes saben que Chile es un país de desiertos, de bosques, de cordillera, de Antártica, de volcanes pero, sobre todo, es un país de mar. Einstein decía que el día en que se acaben las abejas, se va a acabar la raza humana sobre este mundo, y yo creo que el día en que no cuidemos nuestro mar, nos va a ocurrir lo mismo.
 
Porque por, sobre todo, Chile es un país marítimo, con una vocación marítima. Tenemos más de 4.500 kilómetros de costa y eso significa una enorme responsabilidad.
 
Por eso, estamos muy contentos que este 8 de julio -y lo pude conversar personalmente con la gobernadora- publicamos en el Diario Oficial un decreto que creaba el Área Marina y Costera Protegida de Múltiples Usos de Rapa Nui, que se suma al Parque Marino Motu Motiro Hiva, que había creado en nuestro primer Gobierno. Esto significa 72 millones de hectáreas de mares protegidos, lo cual, sin duda, es el parque marítimo más grande de América Latina y uno de los más grandes del mundo.
 
La creación de esta Área Marítima Protegida nos permite proteger algo que es único, irreproducible, un regalo de Dios, que es el ecosistema que existe en torno a estas islas, que tiene características muy propias, son características tropicales, con aguas cálidas y también bajas en nutrientes, que significa algo que, sin duda, por ser único, por ser irreproducible, tenemos que cuidar y proteger.
 
Dado el aislamiento y la distancia de estas islas que están en el Ombligo del Mundo, lo cual también significa lejos de todo, a miles de kilómetros hacia el este del Chile Continental, a miles de kilómetros hacia el oeste, hacia las Islas Polinésicas, pero son -sin duda- islas que por eso mismo, por su aislamiento tienen un ecosistema y especies que son absolutamente únicas, que son endémicas de Rapa Nui y que, sin duda, no solamente son únicas, sino que son parte esencial de la vida, de la cultura y de la sobrevivencia de estas islas.
 
Mamíferos marinos como, por ejemplo, las ballenas azules, el minke, la ballena jorobada, el delfín de nariz de botella; las aves marinas que encuentran en este clima tropical un espacio y un hábitat para sobrevivir, como el ave del trópico de cola roja, los petreles, las gaviotas, los piqueros y tantas más.
 
Y también especies muy únicas, como el caracol Pure, el atún de aleta amarilla, el mahi-mahi, la albacora, el jurel negro, la langosta de la Isla de Pascua. Ya nos está dando hambre de nuevo, hemos comido como los reyes, pero da la impresión de que el pecado de la gula existe, porque uno escucha estas palabras y nuevamente se le despierta el apetito. Para que ustedes vean las maravillas que tienen en gastronomía en estas islas.
 
Esta Área Marina y Costera Protegida de Múltiples Usos de Rapa Nui, va a permitir -y ése es su principal objetivo- no solamente que coexistan en forma armoniosa, diversas especies y actividades, como la pesca artesanal, el turismo, la investigación científica, la educación, actividades culturales, actividades de educación ambiental, sino que lo más importante, que puedan sobrevivir ustedes, el pueblo Rapa Nui, viviendo de los recursos que Dios y la naturaleza nos entrega.
 
El mérito de este parque es, en gran medida, mérito de ustedes. Lo decía la ministra de Medio Ambiente, porque fueron los propios isleños los que, a partir del año 2015, organizaron la Comunidad y el Cabildo del Mar y, en forma muy entusiasta, con mucha energía y también con mucha perseverancia, plantearon la idea de conservar y hacer sustentable el mar de Rapa Nui. Y de ahí surgió la idea de este proyecto de una zona protegida.
 
Después vino el grupo de trabajo, se avanzó en la idea, la consulta al pueblo Rapa Nui bajo el alero del Convenio 169 de la OIT, y en septiembre pasado se realizó una masiva votación en la Isla. Es decir, con la participación de todos ustedes que aprobó, en forma muy mayoritaria, la creación de esta Área Marina Protegida.
 
Tal como dijo la ministra, esta Área va a ser administrada por un Consejo Directivo que va a tener representantes del Estado, pero por sobre todo representantes de la comunidad y del pueblo Rapa Nui, porque nadie más que ustedes quieren tanto este mar y lo quiere proteger como ustedes mismos.
 
Por eso, en un plazo de 12 meses, desde la creación del Área Marina y Costera Protegida de Múltiples Usos de Rapa Nui, este Consejo tiene la obligación, por eso, señores consejeros esperamos que trabajen muy duro y con mucha imaginación y creatividad, para que presenten un plan de protección y cómo van a administrar esta área que, sin duda, todos queremos proteger.
 
Este plan va a tener que contener muchas medidas concretas de protección y conservación para que sea eficaz.
 
El decreto supremo que crea esta área dice -y es bueno recordarlo- “queda prohibida cualquier actividad que se contraponga con las tradiciones y costumbres del pueblo Rapa Nui, o que puedan causar efectos negativos o adversos sobre los objetos de protección, también sobre la cultura, el patrimonio científico, ecológico, histórico, arqueológico y turístico de la Isla”.
 
Proteger el mar es proteger la Isla, es protegerse a ustedes mismos, es proteger a sus hijos, es proteger a sus nietos y a los que vendrán.
 
Ahora, es muy importante mencionar que las labores de pesca que se permiten dentro de este plan, sólo podrán realizarse con los sistemas artesanales que han sido ancestrales en esta Isla y que van a ser vigilados por la Subsecretaría de Pesca.
 
Yo, sin duda, deseo desde el fondo del alma que el Consejo haga una labor fecunda y fructífera y que podamos proteger nuestro mar. Sabemos muy bien que hay muchos que no lo quieren proteger. Hoy día, a la hora de almuerzo, conversábamos de que hay flotas gigantes de barcos piratas que no respetan a nada ni a nadie, que pescan sin respetar ninguna de las técnicas de pesca, que arrasan con el mar y que muchas veces, incluso, usos puertos del continente para abastecerse, cosa que Chile ha sido pionero en llegar a acuerdos con Perú, Ecuador y Colombia para no facilitar el abastecimiento y, por tanto, la permanencia de estas flotas piratas, que realmente asolan nuestro mar.
 
Pero también ustedes pueden hacer mucho. Hoy día conversábamos que, a veces, estos barcos simulan enfermos imaginarios -como el enfermo imaginario de Molière- para traerlos a ser atendidos aquí, en Rapa Nui, con el solo objeto de venir pescando a la ida y a la vuelta con técnicas que no respetan lo esencial de lo que es un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Y eso tenemos que denunciarlo y también tenemos que combatirlo con mayor eficacia.
 
Ustedes saben que tenemos millones y millones de hectáreas de mar que queremos proteger, y ésa es una función muy difícil que cumple la Armada de Chile. Pero la Armada de Chile no puede actuar si no cuenta con la colaboración permanente de ustedes, que viven en las islas, que viven en esta Isla y ojalá pudiéramos llegar a acuerdos también con los amigos y hermanos de Tahití, para que ellos comprendan que tienen que también hacer su aporte a esta conservación.  
 
Yo estoy seguro que cuidar y respetar el medio ambiente no es solamente una moda del presente, porque las modas pasan; es una vocación y las vocaciones quedan.
 
La Tierra, este planeta es el único que tenemos. Yo me reuní hace unas semanas con Jeff Bezos, que es el creador y número uno de Amazon, y él tiene una empresa que se llama “Blue Origin”, que está entusiasmada y comprometida con descubrir si acaso una de las lunas de Saturno, que nunca nadie ha podido ver, tiene o no tiene las características para permitir la vida humana. Y todavía ni siquiera nunca hemos podido verla, y está analizando un viaje para prepararnos para el día en que la Tierra deje de ser un lugar habitable para los seres humanos. Ojalá ese día no llegue nunca, y depende de nosotros cuidar nuestra Tierra, cuidar nuestro hogar, el único que tenemos.
 
Por eso, no basta recordar lo que hemos contaminado el mar. Por ejemplo, la contaminación con plástico en el mar, tenemos millones y millones y millones de bolsas plásticas en el mar y muy pronto vamos a tener más bolsas plásticas que peces en el mar, lo cual refleja la gravedad del problema. E incluso se están contaminando nuestras aves, muchas de ellas ya tienen plástico en sus estómagos.
 
Por eso, me alegro mucho que, junto a la ministra de Medio Ambiente, hayamos tomado un papel pionero y realmente anticipándonos a los tiempos de prohibir el uso de bolsas plásticas en los supermercados. Ahora vamos también a las farmacias.
 
Y volver a una cultura más sana, desechar la cultura de lo desechable, todo se usa y se bota, y recuperar la cultura de los reciclable: se usa, se repara y se vuelve a usar, es más sabio, y sin duda es lo único que nos va a permitir seguir viviendo en este planeta.
 
Porque lo que hemos contaminado en los últimos años, nuestros mares, nuestro aire, nuestros ríos, nuestros lagos, es algo que no tiene perdón de Dios, y algún día nuestros hijos nos van a preguntar qué hicimos cuando todavía estábamos a tiempo para poder ponerle término a esta conducta verdaderamente suicida.
 
Para nuestro Gobierno, fomentar y crear esta cultura de amor por nuestra naturaleza y por nuestro mar es una prioridad fundamental, y yo sé que para poder hacer esta cultura algo que realmente se haga cargo en el alma, en el espíritu, contamos con grandes aliados que son los niños.
 
Los niños han nacido con una cultura de protección de la naturaleza más sensible que la que teníamos nosotros, porque tal vez nosotros pensábamos que el mar, el aire eran infinitos, podíamos hacer lo que quisiéramos con ellos. No es así. Ya hace mucho tiempo la Tierra está dando gritos de alerta porque no la estamos cuidando y nos dice “si no me cuidan, yo no los voy a poder cuidar a ustedes”.
 
Y por eso es importante esta reacción que está teniendo la humanidad y dentro de ello yo sé que los Rapa Nui tienen una preocupación y un amor muy especial por su Isla, por su tierra y, por tanto, una vocación muy especial para cuidar lo que nos Dios nos regaló y que tenemos que considerar que no es una herencia que recibimos de nuestros padres, de la cual podemos disponer como queramos, sino que más bien debemos pensar que es un préstamo que hemos recibido de nuestros hijos y tenemos que devolvérselo no solamente conservado, sino que ojalá mejorado.
 
Por todo eso, al Consejo que va a tener la gran labor de administrar, junto a los distintos organismos del Estado, le deseo lo mejor de las suertes. Y les digo, aquí, no tenemos ninguna opción de fallar, aquí o protegemos nuestro mar o simplemente vamos a dejar de protegernos a nosotros mismos.
 
Por eso termino estas palabras, diciendo que quiero agradecer muy sinceramente, porque uno siente en el alma -y lo hemos sentido desde el minuto que nos bajamos del avión- el cariño, la alegría, el entusiasmo, la energía. Usted me contaba que eso no era un instrumento de poder, sino que era un arma de guerra. Y yo lo primero que le propuse fue hacer la paz para no tener que volver a esos tiempos de confrontación.
 
Por todo esto, desde el fondo del alma, les agradezco inmensamente el cariño que nos han dado. Les quiero contar que mi mujer, la Primera Dama, va a venir a la Isla en un par de semanas más y, por lo tanto, muchas de las cosas que hemos conversado con tantos de ustedes, espero a través de ella, poder entregarles las respuestas que necesitan y que ustedes merecen.
 
¡Viva Rapa Nui! ¡Viva Chile! ¡Viva nuestro país!
 
Muchas gracias.