El Presidente de la República, Sebastián Piñera, recibe las propuestas de la mesa de trabajo por la seguridad.
Muy buenos días:
La verdad es que estoy contento y agradecido, porque creo que hoy día hemos logrado algo importante, urgente para todos y cada uno de nuestros compatriotas, y muy especialmente de los sectores que se han visto más afectados por la delincuencia y el narcotráfico en nuestro país.
Nuestros compatriotas nos dicen todos los días -y con mucha elocuencia- que el principal problema de sus vidas es el exceso de delincuencia y de narcotráfico que tenemos hoy día en Chile. Y nos piden, con vehemencia, que unamos nuestras fuerzas para combatir con mayor eficacia este flagelo.
Y la razón es muy simple, porque la delincuencia y el narcotráfico les angustian la vida, literalmente, a millones y millones de familias chilenas y han destruido las vidas de cientos de miles de familias chilenas.
Y es por eso que la primera preocupación, y el encargo más importante que los compatriotas nos hacen a quienes tenemos representación o cargos de autoridad, es unir nuestras fuerzas para combatir la delincuencia y el narcotráfico, con mayor eficacia.
Por esa razón, ésta ha sido la primera prioridad de nuestro Gobierno desde el primer día en que asumimos nuestro mandato, con medidas concretas, como la reestructuración del Alto Mando de Carabineros, como el envío del proyecto de ley del Sistema Táctico de Operación Policial (STOP), como el fortalecimiento del Banco Único de Datos (BUD), también las medidas y rondas preventivas de seguridad, que literalmente han movilizado a decenas de miles de carabineros, en forma sorpresiva, en todas las regiones de nuestro país, con resultados muy importantes y muy útiles en la lucha contra la delincuencia.
Como el proyecto de Ley Antiportonazos, que enviamos hace unos días al Congreso; como el proyecto de ley que combate las conductas antisociales, que también son la antesala a conductas delictuales de mayor gravedad; y como el proyecto para combatir con mayor eficacia la delincuencia juvenil, que enviaremos al Congreso en los próximos días.
Hace poco más de tres meses -un día 6 de abril- en esta misma Casa de La Moneda, la casa de todos, tuvimos la primera reunión de la Mesa de Trabajo, cuyo objetivo era alcanzar un Acuerdo Nacional para poder combatir con mayor eficacia la delincuencia y el narcotráfico. En esa ocasión recuerdo haber agradecido muy sinceramente a todos los miembros de esa mesa, porque hubo discusiones y hubo polémicas respecto del valor de integrar estas mesas de trabajo en búsqueda de acuerdos nacionales. Y porque significaba claramente un acto de generosidad, de compromiso, el colaborar para alcanzar un objetivo que no es del Gobierno, es un objetivo que anhelan, piden, requieren y merecen todas las familias chilenas.
Hoy, con gran alegría, con gran satisfacción y con mucha gratitud, puedo constatar que el trabajo de esta Mesa de Trabajo -durante estos 90 días- ha sido un trabajo útil, puesto que durante estos 90 días se trabajó con patriotismo, con unidad, con visión de país. Y se logró, a través de distintas comisiones y múltiples reuniones, elaborar un documento que me ha sido entregado por el ministro del Interior en el día de hoy, pero que hemos leído y releído a lo largo de estos 90 días en muchas ocasiones, que contiene 150 propuestas muy claras y muy específicas para mejorar la capacidad del Estado y de la sociedad chilena para combatir la delincuencia y el narcotráfico.
Este esfuerzo se tradujo en una propuesta que no solamente es amplia, porque toca múltiples campos en la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, sino que también es muy profunda, porque propone medidas muy concretas, que van a significar -en algunos casos- cambios radicales respecto a la forma en que hacíamos las cosas en nuestro país, con anterioridad a esta propuesta.
Son 150 medidas en áreas tan importantes como la modernización y el fortalecimiento de nuestras policías, el fortalecimiento de nuestro sistema de inteligencia del Estado de Chile, una mayor y mejor fiscalización en el control de las armas de fuego, una mayor participación de los municipios y de la sociedad civil en la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, y una mejor coordinación de todo el sistema de persecución penal, que involucra a las policías, a los fiscales, a los jueces, a Gendarmería, a los municipios y a toda la sociedad civil.
Las propuestas de esta Mesa de Trabajo comprenden reformas que, yo estimo, son no solamente necesarias, muchas de ellas son indispensables, y todas ellas son urgentes, con la finalidad de que el Estado de Chile responda mejor a lo que es su primera responsabilidad, y además, la primera necesidad de nuestros ciudadanos, que es -como decíamos el día 6 de abril, cuando inauguramos esta Mesa de Trabajo- devolverles a las familias chilenas el derecho que los delincuentes nos han arrebatado, de una vida con mayor paz, con mayor tranquilidad y con mayor seguridad.
Por esa razón, estas propuestas buscan hacer cambios muy innovadores -y algunos muy profundos- en temas como la eficiencia y la especialización de las labores de nuestras policías, buscando que Carabineros se concentre preferentemente en las labores de prevención y que la Policía de Investigaciones se concentre preferentemente en las labores de investigación.
Además, propone que la autoridad civil tenga un mayor control sobre Carabineros y sobre la Policía de Investigaciones, y un sistema de auditoría permanente, además de un sistema de evaluación en base a resultados, de forma tal que los ciudadanos puedan saber cómo está avanzando esta lucha contra la delincuencia, que tanto afecta la calidad de sus vidas.
Además, y para contar con una mayor profesionalización de la labor de nuestras policías, se establece un sistema en que el mérito va a ser el criterio más importante de selección, de calificación y de ascenso de los funcionarios policiales. Y, además, se va a valorar, en forma muy especial, el trabajo en terreno, el trabajo de prevención, el trabajo cercano a la gente. Y, por otra parte, se va a buscar avanzar en forma muy decidida hacia una mayor igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en los cargos superiores de nuestras policías.
El informe también contiene importantes propuestas para avanzar hacia un sistema moderno, integrado y funcional de inteligencia. El combate a la delincuencia y el narcotráfico no se hace solamente con la fuerza, se hace también con inteligencia, y es la combinación de ambas la que permite realmente eficacia y resultados en este combate.
Y estamos absolutamente convencidos que tenemos que fortalecer ambas partes de este combate, dotar a nuestras policías de mejores instrumentos, tecnología, herramientas, pero al mismo tiempo mejorar nuestra capacidad de anticiparnos, de prevenir, de llegar antes que las bombas exploten.
Y ésa es la labor de inteligencia que, sin duda, nadie duda que estamos en una situación que no es la que el país y los chilenos necesitamos para un combate más eficaz contra enemigos formidables y poderosos, como son, por ejemplo, el crimen organizado, el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de migrantes, la trata de personas, los ciberataques y la necesaria protección de la infraestructura crítica del Estado.
Por eso, esta propuesta contiene la creación de un Consejo Nacional de Inteligencia, que deberá ser presidido por el Presidente de la República, integrado por el ministro del Interior y Seguridad Pública, y por los directores de las distintas agencias, particularmente la Agencia Nacional de Inteligencia, y los jefes de organismos que conforman el Sistema de Inteligencia Nacional.
Se ha intensificado mucho el uso de armas de fuego en la comisión de delitos violentos. Ya no son, como era antes, armas artesanales o hechizas; son armas modernas, de alto poder de fuego. De hecho, de las 753 mil armas que alguna vez se inscribieron en los registros que tiene el Ejército de Chile, 230 mil están extraviadas y no se conoce su destino final. Y estamos absolutamente seguros que muchas de ellas están en manos de delincuentes y son las que vemos todos los días ser utilizadas en la comisión de delitos violentos.
En esta materia es muy importante lo que propone este grupo de trabajo, que es una profunda reestructuración del registro de armas, aumentando los requisitos para su adquisición e inscripción, y estableciendo mecanismos más eficaces de fiscalización y actualización de los registros de tenencia de armas.
El Informe también aborda el rol de los municipios, que en esta materia de seguridad y prevención es fundamental, y permitiendo que los municipios y los funcionarios municipales puedan apoyar con mayor cercanía, con mayor conocimiento y con mayor eficacia, la labor que realiza Carabineros en sus distintas funciones.
Finalmente, también el Informe propone medidas para robustecer la coordinación entre las distintas instituciones que forman parte de la persecución penal. Siempre lo hemos dicho, esto es un sistema, es como una cadena, y una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones: basta con que falle un componente de este sistema para que el sistema entero pierda su eficacia.
Y, por tanto, fortalecer los eslabones y mejorar la coordinación y conectividad entre los eslabones es, también, un aspecto fundamental de esta propuesta para mejorar la capacidad de la sociedad chilena de combatir la delincuencia y el narcotráfico con mayor eficacia.
Nuestro compromiso es transformar estas propuestas en medidas administrativas o en medidas legislativas. Y en esto no hay un minuto que perder, por eso el sentido de urgencia con que ya trabajó este grupo de trabajo, que en 90 días -yo recuerdo que, al principio, se estimaban plazos muy superiores- ha logrado hacer una propuesta maciza y contundente, es fundamental.
Por eso, la implementación de este programa en lo administrativo y en lo legislativo va a seguir con el mismo sentido de urgencia con que hemos trabajado hasta el día de hoy.
Nuestro compromiso es transformar estas propuestas, que han emanado de esta Mesa de Trabajo, en proyectos de ley y en reformas administrativas. Y por supuesto, parte del trabajo de la Comisión o de este grupo de trabajo es seguir ayudando y asesorando en la implementación de las medidas administrativas, en la elaboración de los proyectos de ley y en facilitar la aprobación de estos proyectos de ley en el Congreso Nacional.
Quisiera terminar haciendo una reflexión sobre el sentido más profundo de la labor que ha realizado este grupo de trabajo, igual como otros grupos de trabajo que han buscado, en otras áreas importantes, Acuerdos Nacionales para enfrentar los problemas que más aquejan, que más preocupan y que más afectan la calidad de vida de nuestros compatriotas.
Como es de público conocimiento, desde el primer día de nuestro mandato, convocamos a 5 grupos de trabajo para buscar 5 Acuerdos Nacionales en temas tan importantes y tan prioritarios para nuestros compatriotas como la seguridad pública, la infancia, la salud, la paz y el desarrollo en La Araucanía, y el recuperar nuestra capacidad de crecimiento, de derrotar la pobreza y de avanzar hacia un país con desarrollo integral, inclusivo y sustentable.
Estamos absolutamente convencidos de que ese camino no solamente era posible, sino que era el único camino que nos permitía lograr resultados fecundos y en plazos exigentes.
Y por esa razón, el buscar reemplazar el enfrentamiento y la descalificación por el diálogo y la colaboración, va a ser un sello permanente que va a guiar todas las acciones de nuestro Gobierno.
Y yo veo que estamos trabajando y sembrando en un campo fecundo, porque hay una actitud y hay una voluntad que se refleja en los miembros que integraron este grupo de trabajo y los demás grupos de trabajo: que piensa de la misma forma, que éste es el mejor camino para que Chile pueda resolver angustiosos problemas y pueda también aprovechar las grandes oportunidades y desafíos que tendremos que enfrentar en el futuro.
Fue con ese espíritu, dialogante y republicano, que convocamos a ésta y a las otras mesas y grupos de trabajo, para escucharnos, para entendernos, para aprender los unos de los otros y para buscar mejores respuestas a los viejos problemas que afectan a nuestros compatriotas.
Hoy, con mucha alegría, con mucha gratitud, puedo constatar que el trabajo ha sido un trabajo útil, necesario y muy fecundo, y que nos ha permitido avanzar o transitar por los caminos del diálogo, de los acuerdos, en una forma mucho más fluida y mucho más eficaz de lo que algunos pensaron que se iba a lograr.
Las mesas de trabajo han sido un gran ejemplo de cómo este camino es posible en Chile y cómo este camino es fecundo en nuestro país, y que poniendo por delante un espíritu patriótico y un sentimiento de unidad y de colaboración -y no solamente buscando siempre la confrontación o la descalificación- hemos podido dar pasos que muchos pensaron que no eran posibles hace sólo algunos meses.
Por esa razón, esto de colaborar en grupos de trabajo no significa ignorar o minimizar nuestras diferencias: todo lo contrario, significa -desde nuestras diferencias- comprender que hay cosas, objetivos, metas y logros que tienen que estar por encima de las pequeñas diferencias de los representantes y poner por delante la gran demanda y la gran petición que nos hacen todos los días nuestros ciudadanos de resolver problemas que afectan y angustian sus vidas.
Y además que nos permitan mirar hacia adelante y enfrentar los desafíos y las oportunidades del futuro, con mayor optimismo, con mayor fortaleza.
Es por esa razón que éste ha sido un buen ejemplo para nuestro país y quiero anticipar que, dado los buenos resultados de esta Mesa de Trabajo, vamos a buscar otras áreas de interés público, de interés de nuestros ciudadanos para seguir recorriendo los caminos del diálogo, la colaboración y los acuerdos.
Demostrar, como ustedes han podido demostrar, que los caminos del diálogo, la colaboración y la buena voluntad son caminos posibles de recorrer en nuestro país, y eso podemos extenderlo a muchas otras áreas, porque los problemas nunca van a desaparecer, los desafíos y las oportunidades siempre van a estar presentes.
Quizás nunca antes habíamos tenido tantas oportunidades de lograr metas que fueron añoradas por nuestros padres y abuelos, pero nunca logradas, como hacer de Chile un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades y seguridades para todos, antes que termine la próxima década.
Quiero terminar estas palabras expresando mi más profundo agradecimiento y reconocimiento a todos los que participaron en este grupo de trabajo, y muy especialmente al ministro del Interior y Seguridad Ciudadana, Andrés Chadwick; al ministro de Justicia, Hernán Larraín; a los subsecretarios Rodrigo Ubilla y Katherine Martorell y, por supuesto, a todos los que integraron este grupo.
Y quiero decirles: no nos podemos acostumbrar a que la delincuencia y el narcotráfico terminen siendo parte del paisaje de nuestro país. Cuando el miedo, cuando el temor invade las conciencias de nuestros compatriotas, cuando no les permiten vivir en paz ni siquiera en sus propios hogares, estamos sacrificando la libertad de muchas familias chilenas; estamos deteriorando la capacidad de realizarse en plenitud de muchos de nuestros compatriotas; y, también, estamos debilitando el Estado de Derecho y afectando nuestra vida republicana.
Por todas esas razones, quiero expresar en forma muy sincera y muy profunda mi inmensa gratitud a este grupo de trabajo y decirles a todos mis compatriotas que estoy muy consciente, como Presidente de todos los chilenos, que la primera preocupación de todas las chilenas y los chilenos es la delincuencia y el narcotráfico, pero también que el compromiso no solamente del Gobierno, del Gobierno y de todos los que tenemos autoridad o representación popular, es estar a la altura de la demanda y exigencia de nuestros compatriotas, y lograr que la delincuencia y el narcotráfico retrocedan en nuestro país para que la paz, la seguridad y la tranquilidad en la vida de nuestras familias pueda avanzar.
A ese objetivo, a esa tarea nos dedicamos todos los días y yo espero que pronto este esfuerzo mancomunado genere resultados fecundos que les permita a ustedes, nuestros compatriotas, vivir sus vidas con mayor libertad, con mayor paz y con mayor felicidad.