Presidente Piñera lanza plan "Todos al Aula"

12 JUN. 2018
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El Presidente de la República, Sebastián Piñera, presentó el plan "Todos al Aula", que tiene como objetivo principal reducir la burocracia en las escuelas para garantizar que el foco de los equipos directivos vuelva a estar al interior de la sala de clases y asegurar un aprendizaje de calidad. 

Muy buenos días:
 
Primero que nada, muchas gracias por venir. Quiero agradecer la presencia del ministro de Educación, de este grupo de expertos, encabezados por Mariana Aylwin, porque lo que hoy día queremos plantear es algo muy importante para nuestro país.
 
Yo estoy convencido que en Chile se han hecho muchas reformas por la educación, pero quizás la más importante de todas, la que apunta al corazón, que es mejorar la calidad de la educación, está todavía pendiente. Y eso se traduce en que la calidad de la educación en Chile lleva mucho tiempo estancada, o creciendo mucho menos de lo que debiera, de lo que necesitamos y de lo que podemos.
 
Y todos sabemos que una educación de calidad abre las puertas a un mundo de oportunidades; y una educación de mala calidad, muchas veces, conduce a un mundo de frustraciones.
 
Lo decían los profesores, lo decía Nelson Munizaga, director de la Escuela Membrillar, de Quinta Normal: “la calidad es la gran batalla que tenemos pendiente”.
 
Lo hemos dicho muchas veces, pero si Chile quiere ser un país desarrollado de verdad, va a tener que hacer un cambio radical y un salto copernicano en la calidad de la educación que entrega a sus niños, a sus jóvenes, en todos los niveles.
 
Por eso hemos planteado que las cuatro grandes prioridades en materia educacional de nuestro Gobierno, son: mejorar la calidad en todos los niveles; asegurar la cobertura, es decir, el acceso de todos nuestros niños a la educación preescolar, especialmente los más vulnerables; mejorar la calidad de la educación técnico-profesional e integrarla mejor con el mundo del trabajo; y, finalmente, mejorar la calidad de nuestra capacitación. 
 
Porque la educación dejó de ser un tema que se abordaba en los primeros años de la vida: hoy día la educación es permanente. Antes se estudiaba el 20% de la vida y después se aplicaba lo que uno había aprendido. Hoy día, hay que estudiar el 20% de todos los días de nuestras vidas. Y por eso nuestro sistema de capacitación, que es la educación de nuestros trabajadores, también requiere un cambio radical.
 
Por eso es que creemos que recuperar, para nuestros directores y profesores, la prioridad de la calidad de la educación es, sin duda, un elemento central.
 
Para eso, todos sabemos que se requiere ese tiempo valioso, insustituible y -al mismo tiempo- paciente del director y del profesor, dedicado a sus alumnos, dedicado a cada uno de los niños que están aprendiendo en las primeras etapas de su vida, para que de esa forma pueda florecer en cada uno de ellos, toda la capacidad y todos los talentos que, sin duda, tienen.
 
Los profesores, los equipos de apoyo, se quejan -y con mucha razón- que tienen que dedicar demasiado tiempo a las labores burocráticas, papeleos, gestiones y trámites, y con eso no solamente pierden tiempo para lo más importante, que es enseñar, motivar, consultar, responder dudas y entusiasmar a sus alumnos, sino que además esa burocracia excesiva y ese papeleo excesivo -muchas veces- les quita la fuerza, el entusiasmo que necesitan para cumplir bien sus tareas docentes.
 
La educación, lo sabemos todos, es un fin en sí misma: ayuda a engrandecer el espíritu y el alma. Ayuda a comprender mejor el mundo en que vivimos, pero también es un medio para potenciar nuestras capacidades.
 
Y yo estoy convencido que uno de los requisitos fundamentales para tener éxito en esta tarea es que toda la comunidad educacional - directores, profesores, sostenedores, alumnos, padres y apoderados- tengan ese compromiso, esa vocación, ese entusiasmo, por la educación.  Como decía San Ignacio “fuego en el corazón y llamas en los ojos”.
 
Yo creo que una de las razones por las cuales los Liceos Bicentenario de Excelencia han sido un éxito, es porque se buscó, desde el primer día, ese compromiso, esa vocación, ese entusiasmo, en los directores -a mí me tocó entrevistar, personalmente, a muchos de ellos-, en los profesores, en los padres y también en los alumnos, para decirles que la educación es un mundo maravilloso cuando se está estudiando, y es un mundo fundamental cuando uno después quiere ejercer sus talentos.
 
Y yo creo que fue esa motivación y compromiso, que se notó desde el primer día, de toda la comunidad educacional de los Liceos Bicentenario de Excelencia, lo que explica por qué están hoy día -a pesar que son muy nuevos y recientes-, entre los mejores liceos de nuestro país.  Y tal vez, es la pérdida de esa vocación, de ese entusiasmo y de ese compromiso lo que explica por qué muchos liceos emblemáticos han perdido la calidad de excelencia.
 
Por esa razón, los profesores y los directores se quejan -y con mucha razón- que esta carga administrativa -papeleos, trámites, burocracia- no solamente les está quitando el tiempo, también les está quitando parte de ese entusiasmo y motivación que se requiere, y que muchas veces se hacen trámites que se superponen, se duplican, se triplican o simplemente no tienen ninguna razón de ser.
 
De hecho, la principal tarea de un profesor es motivar, entusiasmar, comprometer a sus alumnos. Porque eso es el caldo de cultivo para que después estén con la mente y el corazón abierto para aprender. Y, por tanto, esa tarea de motivar, entusiasmar y nivelar, choca cuando tienen que estar sumergidos en montañas de burocracia, papeles y trámites.
 
Por eso, todo el tiempo que se gane disminuyendo la burocracia y los trámites, es más tiempo y mejor calidad del tiempo que se va a destinar al trabajo dentro del aula, enseñando; y con esa presencia irreemplazable, imprescindible del profesor, para que podamos tener una educación de calidad y podamos cumplir el sueño de que todos puedan desarrollar sus talentos y que Chile pueda conquistar el desarrollo y derrotar la pobreza.
 
La educación -lo sabemos- “es la madre de todas las batallas”. No hay un solo país que haya logrado superar el subdesarrollo, sin ganar la batalla de la educación. Y, al mismo tiempo, todos los países que han conquistado el desarrollo, lo han hecho porque han logrado ganar la batalla de la educación.
 
En consecuencia, en esto no hay ninguna duda, y tenemos que decirlo con mucha fuerza y claridad: en esta materia, Chile está muy atrasado. Estamos atrasados, en primer lugar, porque no estamos progresando, porque no estamos aprovechando nuestro potencial, y como lo muestran todas las pruebas de comparación internacionales, como la Prueba TIMSS o la Prueba PISA, que demuestran que Chile está por debajo de otros países de igual nivel de desarrollo.
 
Y por eso es tan importante que, en la sala de clases, el director, los profesores, toda la comunidad educacional, destine todo su tiempo, día a día, minuto a minuto, a cada niño y no quede cautivo de estos cerros de burocracia, papeleos y trámites.
 
Y muy importante: sin olvidar a nadie, porque también tenemos que hacernos cargo que no todos tienen las mismas capacidades y habilidades, a veces por razones propias de la naturaleza y otras veces por carencia de sus hogares de origen.
 
Ayer, tuvimos una larga reunión con el ministro, el subsecretario, la subsecretaria y todo el equipo de trabajo, para ver cómo logramos de verdad hacer que este programa o este proyecto o esta iniciativa de mejorar la calidad de la educación no sea solamente una buena intención, sino que se traduzca en una realidad.
 
Y aquí discutimos, leímos, estudiamos previamente muchos informes de expertos -tengo aquí también el informe que me acaban de entregar, “Educación 2020: Menos carga administrativa, más calidad educativa”, es casi como la Biblia- y veíamos no solamente los distintos instrumentos que vamos a ocupar a cada nivel, el Fondo de Innovación Pedagógica, las iniciativas y programas pedagógicos, la Excelencia Curricular, el Plan “Todos al Aula”, el Plan “Todos Aprenden”, particularmente aprendizajes nuevos como el inglés y el idioma digital, el Plan Nacional de Lectura, los Liceos Bicentenarios, los Centros de Innovación, en fin, y muchos programas que han sido exitosos en el mundo entero, como el Programa “Primero LEE”, “Suma y Sigue en Matemática”; el Programa ICEC en materia de ciencias; el Programa Quick, el Programa Class, el Programa “Se Educa”, que es aprender a través de la música; el Programa AMCO y “We Learn” en materia de aprendizaje del inglés; la enseñanza del ajedrez como un método pedagógico, el Bee-BOT, que es enseñar con un juego a los niños, a programar y muchas otras cosas que son programas que han tenido buenos resultados en otras partes del mundo y que queremos naturalmente aprender de los que han logrado hacerlo mejor y alejarnos de aquellos que lo han hecho mal o que siguen estando estancados.
 
Y por eso, después de esa larga reunión, yo quisiera hoy día, con mucha alegría, presentar el Programa “Todos al Aula”. Su objetivo es simple, pero muy importante, que es aliviar, reducir esta sobrecarga burocrática, de papeleos, de gestiones, de trámites y liberar, en consecuencia, a nuestros directores y profesores para que dediquen todo ese tiempo y -sobre todo- toda esa mayor motivación, a estar dentro de la sala de clases, enseñando, motivando, preocupándose de cada niño y, de esta manera, lograr un avance importante en el campo de la calidad.
 
De esta manera, queremos asegurar que los profesores tengan el tiempo necesario para preparar sus clases, que estas clases sean más motivantes, más participativas, más entretenidas, que haya innovación en los contenidos y en las metodologías de enseñanzas, y todo eso requiere no solamente tiempo de los profesores, también requiere ganas, vocación y entusiasmo, y eso es un enemigo del tiempo, pero también de las ganas, la vocación y el entusiasmo.
 
Y todo ello para que en la sala de clases el gran objetivo sea dar educación de calidad y para que los niños puedan abrir sus mentes y sus espíritus y puedan desarrollar en plenitud sus talentos.
 
Para llevar adelante esta gran iniciativa de calidad en la educación, contamos con el apoyo, la experiencia, el talento y el compromiso de un equipo de expertos de primera calidad que están aquí, con nosotros, que preside Mariana Aylwin -que fue no solamente diputada, sino que también ministra de Educación- y junto a ella un grupo al cual le quiero agradecer muy sinceramente. Yo sé que ustedes lo hacen porque ésta es la vocación de sus vidas, pero también agradezco que se incorporen a un esfuerzo, que no es el esfuerzo de un Gobierno, es el esfuerzo de toda una sociedad por mejorar la calidad de la educación que les estamos entregando a nuestros niños y a nuestros jóvenes.
 
Yo sé que ustedes han dedicado gran parte de sus vidas a mejorar la educación y, por tanto, no solamente vienen a plantear teorías, vienen también a compartir una experiencia de vida, una vocación de vida. Y eso se los agradezco sincera y profundamente.
 
Pero además de eso, yo creo que es muy importante que el Plan “Todos al Aula”, para que cumpla exitosamente con sus objetivos, tenga la voz no solamente de los expertos y de las personas que conocen de esta materia, que han dedicado su vida a estudiarla, a practicarla y a enseñarla, sino que también podamos conocer la experiencia y las propuestas de más de 12 mil directores de escuelas a lo largo y ancho de nuestro país, quienes van a participar de este proyecto “Todos al Aula”, a través de una Consulta Nacional que vamos a hacer a través de la web y que se va a inaugurar en los próximos días.
 
Y, además, vamos a tener entre tres y cinco mesas de diálogo en cada una de las regiones de Chile, porque además de recibir el aporte, es muy importante lograr el compromiso de todos los que participan de este bello y noble esfuerzo por educar mejor a nuestros niños.
 
De esta forma, y con la participación de las autoridades del Ministerio de Educación, de la Agencia de Calidad y de la Superintendencia de Educación, vamos a poder recibir el aporte, pero sobre todo motivar el compromiso de toda la comunidad educacional con esta causa, que es tal vez la causa más importante, la misión mas importante que tenemos que cumplir.
 
Todo esto lo vamos a traducir en un documento que va a ser la hoja de ruta, la carta de navegación, que nos va a permitir avanzar en este difícil camino de mejorar la calidad de la educación en nuestro país.
 
Quiero terminar estas palabras recordando a Gabriela Mistral -sé que la he recordado en los últimos días, pero buenos recuerdos, no tienen ningún problema-, ella que dedicó su vida a la enseñanza como profesora normalista dijo “la enseñanza de los niños es, tal vez, la forma más alta de buscar a Dios, pero -también agregaba- es también la más terrible en el sentido de la tremenda responsabilidad que ello significa”.
 
La responsabilidad que tenemos con las generaciones de niños, de darles esa educación de calidad y no cortarles las alas para poder desarrollarse en plenitud, es gigantesca. Pero más que una carga debiera ser una tremenda motivación.
 
Por eso, este Plan “Todos al Aula” está fundado en ese espíritu mistraliano, porque todos sabemos que la batalla por la calidad de la educación es la gran batalla que nos va a abrir las puertas para conquistar otras cumbres, como lograr hacer de Chile un país desarrollado, lograr derrotar la pobreza y lograr que todos nuestros niños y nuestros jóvenes puedan desarrollar en plenitud todos los talentos que sabemos que están en su alma, pero que muchas veces el sistema se preocupa de asfixiarlas, en lugar de oxigenarlas.
 
Ésa es la misión, agradezco a todos ustedes y agradezco el compromiso de los que han trabajado en este proyecto y le pido el apoyo a todos mis compatriotas de buena voluntad.
 
Muchas gracias.