Presidente Piñera presenta nuevo sistema de financiamiento solidario para la educación superior

7 JUN. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto al Ministro de Educación, Gerardo Varela, presenta el nuevo sistema de financiamiento estatal para la educación superior.

Quiero partir por decir lo esencial: todos sabemos que la educación es “la madre de todas las batallas”. Si uno tuviera que predecir cómo va a ser Chile en 10 o 15 años más, tendremos que preguntarnos cuánto habremos avanzado en calidad y cobertura de la educación, para saber si vamos o no vamos a ser un país desarrollado.
 
Y por eso, esta “madre de todas las batallas” no la podemos perder y la tenemos que ganar en la sala de clases. Porque una educación de calidad es el instrumento más poderoso para el desarrollo de las personas, para el desarrollo del país, para derrotar la pobreza, para lograr mayor igualdad de oportunidades y para construir esa sociedad con desarrollo integral, inclusivo y sustentable.
 
Por eso, sabemos que una educación de calidad abre las puertas a un mundo de oportunidades, pero también sabemos que la falta de educación o la mala calidad de la educación, conduce muchas veces a un mundo de frustraciones.
 
Por esa razón, yo quiero plantear con mucha claridad cuáles son las prioridades de nuestro Gobierno, en un tema tan importante como es la educación.
 
En el pasado se han hecho muchas reformas, pero la más importante de todas está todavía pendiente. Y por eso, nuestras prioridades en materia educacional son cuatro:
 
Primero, mejorar la calidad de la educación en todos los distintos segmentos y etapas de nuestro sistema educacional que, a diferencia del pasado -que tenía un período determinado- hoy día se extiende por toda la vida de las personas;
 
Segundo, mejorar la cobertura de la educación temprana, de la educación preescolar. Ustedes saben que hoy día la cobertura de la educación temprana en nuestro país, que es donde podemos hacer la diferencia, nivelar la cancha, crear verdadera igualdad de oportunidades, corregir las carencias que -muchas veces- vienen desde los propios hogares, tiene una cobertura inferior a la cobertura de la educación superior en Chile. Y eso, sin duda, no es poner a los niños “primeros en la fila”;
 
Tercero, mejorar la calidad de la educación técnico-profesional. En primer lugar, porque ahí estudian casi la mitad de los estudiantes de educación superior; en segundo lugar, porque normalmente son los estudiantes más vulnerables; y, en tercer lugar, porque Chile y el mundo del futuro los necesita;
 
Y la cuarta prioridad es hacer un cambio drástico en nuestro sistema de capacitación. Nuestro sistema de capacitación hoy día gasta muchos recursos, más de 300 millones de dólares, pero no genera ningún bien, ningún efecto positivo, ni en la empleabilidad, ni en los salarios, ni en la productividad de los trabajadores.
 
Ahí están los cuatro desafíos. 
 
Y para esto necesitamos no solamente el compromiso del Gobierno: así que, ministro Varela, señor subsecretario, van a tener una tarea muy grande, muy noble y muy difícil. Pero se requiere mucho más que el compromiso del Gobierno, se requiere el compromiso de toda la sociedad. Nosotros no creemos en el Estado docente; creemos que el Estado tiene muchas obligaciones con respecto a la educación, y que no siempre las cumple bien, pero no tiene derecho a monopolizar la educación, ni mucho menos a excluir a la sociedad civil de esta noble y hermosa tarea.
 
Nosotros creemos en una sociedad docente, y eso significa partir por respetar el principio de la libertad en la educación.
 
Por eso, creemos que es fundamental comprometer a toda la sociedad civil y a toda la comunidad educacional, desde los sostenedores, los directores, los profesores, los padres y apoderados y -muy especialmente- a los estudiantes, en este gran desafío y esta noble misión de dar un gran salto adelante en materia de calidad.
 
Es verdad, si nos comparamos con los países de América Latina, podemos estar satisfechos, pero eso no es suficiente. Tenemos que compararnos con las necesidades de la sociedad del futuro y con las potencialidades de nuestro país. Y en todos estos frentes que yo he mencionado, las cuatro prioridades, tenemos todavía un largo camino por recorrer.
 
Por esa razón, yo quisiera plantear con mucha fuerza que este nuevo Sistema de Financiamiento Solidario para la Educación Técnico-Profesional y para la Educación Superior, es un paso, sólo un paso; no agota nuestro desafío ni nuestra misión, ni mucho menos nuestro compromiso.  El nuevo Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS) va a reemplazar al antiguo CAE y también al Fondo Solidario del Crédito Universitario.
 
El Sistema de Financiamiento Solidario, que estamos proponiendo, pone fin a muchas y discriminatorias diferencias que existen hoy en día.
 
Por de pronto, trata a los estudiantes de igual forma cuando tienen el mismo grado de vulnerabilidad y el mismo grado de mérito, no discriminando, como ocurre con el sistema actual.
 
Pero además de eso, el Sistema va a beneficiar a más de 300 mil estudiantes que, sin duda, saben que la educación les va a abrir las puertas a ese mundo de oportunidades.
 
El Sistema -lo quiero decir muy claro- se basa en que en Chile ya zanjamos dos discusiones: uno, la gratuidad, que llegó para quedarse; y dos, que no hay lucro en la educación superior. Esos dos temas ya los discutimos, ya los zanjamos y, por tanto, sobre esas bases estamos construyendo y avanzando hacia el futuro.
 
Y este nuevo Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS) se basa en tres principios fundamentales:
 
Primero, algo que hemos dicho y hemos comprometido durante nuestra primera campaña, el año 2009, y nuevamente en la campaña del año pasado: queremos que ningún estudiante con mérito, con voluntad, con ganas, se quede fuera de la educación superior, por falta de recursos;
 
Segundo, queremos que ninguna familia vea transformado el sueño de un hijo profesional, en una verdadera pesadilla, por la falta de tranquilidad, por el exceso de deuda o las mochilas de deuda que muchas veces significa el sistema de financiamiento que tenemos hoy día;
 
Y, en tercer lugar, y esto es parte de nuestro programa y de nuestro compromiso, queremos que la sustentabilidad, autonomía y libertad de las instituciones de educación sea protegida y resguardada, porque una educación sin libertad, deja de ser educación y corre el grave riesgo de terminar siendo adoctrinamiento.
 
Por todas estas razones, estamos convencidos que este sistema -que  estamos proponiendo al país- es un sistema más justo, más equitativo, más igualitario, porque tiene importantes diferencias con el sistema actual.
 
La primera diferencia, el sistema bancario no va a participar de este nuevo sistema de financiamiento. Va a ser un sistema que lo va a administrar el Estado y, de esa forma, vamos a evitar muchos de los problemas que generó la participación del sistema financiero en el actual CAE. 
 
Segundo, el sistema va a financiar el arancel regulado, pero también va a permitir -dependiendo de las condiciones de vulnerabilidad y las condiciones de acreditación y calidad de la institución- poder expandir ese financiamiento otorgado por el Estado hasta 1,5 veces el arancel regulado.
 
Tercera diferencia, los estudiantes que pertenezcan al 60% de las familias más vulnerables no pagarán absolutamente nada mientras están estudiando y, en consecuencia, son las instituciones de educación superior que acceden a este nuevo sistema, las que deberán cubrir cualquier diferencia.
 
Cuarta diferencia, que el pago máximo que va a hacer cada estudiante - que va a ser cuando haya egresado y cuando tenga ingresos- va a ser 10% de su ingreso. Bajo ninguna circunstancia va a tener que pagar más del 10% de su ingreso y si no tiene ingresos, no paga. Si su ingreso es inferior al ingreso mínimo, tampoco paga.
 
Y adicionalmente a eso, una quinta diferencia, es que, al cabo de 15 años de pago, cualquier deuda que se mantenga se va a extinguir cualquiera sea su monto.
 
Y, en consecuencia, es un sistema que ofrece garantías verdaderas de que ningún estudiante se quede afuera por falta de recursos y que ninguna familia vea transformado el sueño de un hijo profesional en una pesadilla por la mochila de deudas.
 
Éstas son diferencias muy importantes que nos van a permitir, sin duda, avanzar en estos tres grandes objetivos que mencionamos al comienzo.
 
Otras características del nuevo Sistema de Financiamiento Solidario:
 
En primer lugar, tendrá una tasa de interés anual del 2%, lo cual significa naturalmente un esfuerzo del Estado y de toda la sociedad por incentivar, por facilitar, el acceso a la educación de todos nuestros estudiantes;
 
Segundo, la cuota máxima que paga -como dije, anteriormente- va a ser 10% del ingreso, con lo cual, definitivamente, aquí no hay una mochila, nadie puede decir que está destinando la mitad de sus ingresos a pagar su deuda, ni mucho menos que quedó con una especie de mochila de por vida, un contrato de esclavitud, porque hay un plazo máximo y un monto máximo a pagar;
 
Tercero, si una persona por razones de no tener ingresos -por ejemplo, por no tener trabajo- o por tener ingresos muy bajos -bajo el ingreso mínimo- declara esa situación y no paga, eso se va a considerar como si la cuota se hubiera cumplido y, por tanto, no extiende el periodo de los 15 años;
 
Y adicionalmente, todos los deudores actuales del CAE o del Fondo Solidario podrán voluntariamente acogerse al nuevo sistema, en los casos que esto les sea conveniente.
 
Pero tal como lo hemos dicho, las personas que están hoy día en situación morosa en el actual sistema de crédito, también se van a poder acoger a los beneficios del nuevo sistema, y la mora que tengan hoy día se va a incorporar al final de las cuotas de pago del nuevo Sistema de Financiamiento Solidario.
 
Por otra parte, creemos que es de plena justicia -y algunos muchas veces muestran mucha solidaridad en las palabras, pero poca en los hechos- en una sociedad como la chilena, que tiene tantas carencias, en que hay tantas necesidades, por ejemplo, los niños, los adultos mayores, la seguridad ciudadana, la salud, que aquellos a los cuales les va bien en la vida, que tienen éxito gracias a la ayuda que el Estado les otorga y gracias a su propio talento y compromiso, tienen éxito en la vida, tienen muchos ingresos, devuelvan parcial o totalmente lo que el Estado les entregó para que otros jóvenes, que vienen detrás de ellos, tengan las mismas oportunidades que ellos tuvieron.
 
Y por eso, esta combinación que tenemos hoy día en Chile, entre gratuidad y el nuevo Sistema de Financiamiento Solidario, es un sistema que busca precisamente no dejar a nadie afuera, no dejar a nadie con mochila, pero también no dejar a los niños, que muchas veces no tienen la oportunidad afuera, porque algunos creen que son los únicos que tienen derecho. Por eso, lo hemos dicho muchas veces, que nuestra prioridad es la educación temprana y preescolar; a pesar que los niños no marchan, no votan, no protestan, están y van seguir estando en el corazón de las prioridades de nuestro Gobierno.
 
Finalmente, ustedes saben que los chilenos tenemos hoy día una misión a cumplir y esa misión a cumplir es transformar a nuestro país -la colonia más pobre de España en América Latina- en un país desarrollado, sin pobreza, antes que termine la próxima década.
 
Y no es cualquier desarrollo, porque entendemos muy bien que el desarrollo, para que sea verdadero, tiene que ser integral, cubrir todos los ámbitos de la vida humana; tiene que ser inclusivo, llegar a todos los hogares y familias de nuestro país; y tiene que ser sustentable, respetuoso y amistoso con la naturaleza.
 
Por eso el desarrollo es mucho más que crecimiento económico, el desarrollo tiene que ver con la calidad de nuestra democracia, de nuestra convivencia, la seguridad ciudadana, la amistad cívica, los valores, pero sin duda que el crecimiento es un componente esencial.
 
Yo decía en la Cuenta Pública que, cada vez que nos hemos olvidado de la importancia del diálogo, los acuerdos, la amistad cívica y la colaboración, o nos hemos olvidado de la importancia del crecimiento, nuestro país ha terminado encallando o chocando contra una muralla. Por eso, para poder lograr este Chile con un desarrollo integral, inclusivo y sustentable, una de las condiciones básicas es ganar esta gran batalla, que es la batalla de la educación, “la madre de todas las batallas”.
 
Y yo creo que este proyecto que hoy día presentamos, es un paso más, que se suma a los que hemos dado en el pasado. Ésta no es la tarea de un Gobierno, ésta es una tarea de toda una sociedad; ésta no es una tarea de hoy día, ésta fue una tarea ayer, lo es hoy día y lo seguirá siendo mañana: estamos dando un paso más para hacer de Chile un país más libre, más justo, más próspero y más solidario.  
 
Muchas gracias.