Presidente Piñera lanza Ruta Energética con sello social y pide avanzar en 11 mega compromisos

25 MAY. 2018
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El Mandatario llamó a trabajar por una matriz de energía más competitiva, limpia y sustentable, que a la vez contribuirá para alcanzar un desarrollo más integral del país, tal como lo establece uno de los cinco Acuerdos Nacionales.

Muy buenos días:
 
Los países tienen que, de vez en cuando, detener el mundanal ruido y preguntarse -levantando la mirada- en qué país queremos vivir, en qué país queremos que vivan nuestros hijos, nuestros nietos y los que vendrán. Y eso es particularmente cierto y relevante en el mundo de la energía.
 
Por eso, ministra, a usted le va tocar liderar un gran desafío y con dos dificultades adicionales respecto al período anterior. Una es una muy buena noticia y la otra no tanto. La noticia que no es tan buena es que el precio del petróleo está subiendo y con mucha fuerza y eso nos pone mayores desafíos. La buena noticia, que también significa mayores desafíos, es que la economía chilena está recuperando su capacidad de crecer y cuando el país crece, hay más necesidad, más demanda por energía. Y, por tanto, su trabajo, ministra, y su desafío, va a tener esas dos dificultades o desafíos adicionales.
 
Porque digamos las cosas como son: Chile fue un país pobre en las energías del siglo pasado, era un país que tenía muy poco petróleo, gas, carbón y, por tanto, dependía básicamente de importaciones de esas fuentes de energía. Pero gracias a Dios, Chile es un país inmensamente rico en las energías del siglo XXI, un país privilegiado en lo que se refiere a energía solar, energía del viento, energía de los volcanes, energía del mar.
 
Y, por lo tanto, tenemos la tremenda oportunidad de transformarnos en un líder, no solamente en la generación de esas fuentes de energía, sino que también en la tecnología para poder desarrollar y ser pioneros en esos campos.
 
La energía, como lo dijo -con mucha sabiduría- una niñita, es parte de nuestras vidas en todas las distintas facetas de nuestro diario vivir. Es parte del desafío de un desarrollo verdadero, integral, inclusivo, sostenible, está en nuestros hogares, en nuestras oficinas, en nuestras ciudades. Sin la energía, la vida sería como fue en los tiempos de las cavernas.
 
Y por eso es tan importante anticiparse a nuestros tiempos. Como decía Newton, en muchos campos, pero especialmente en el mundo de la energía, hay que subirse arriba de los hombros de gigantes para ver qué hay más allá del horizonte. Nadie habría imaginado el cuadro que tenemos hoy en materia energética hace sólo algunas décadas. Y, por lo tanto, tenemos que suponer que va a seguir cambiando.
 
Y, en esta materia, Chile no puede dejar de tener un liderazgo, porque por nuestras condiciones naturales tenemos las ventajas comparativas para ser un país líder en generación de las nuevas energías y también en la generación de las nuevas tecnologías para producir esas nuevas energías.
 
Y el sector energético, hoy día, enfrenta una realidad muy distinta a la que conocíamos en las décadas anteriores. Antes el tema se centraba esencialmente en los costos de la energía y las dificultades para desarrollar las centrales generadoras de base. Hoy día los desafíos son mucho más amplios, y tiene que ver con la incorporación masiva de las energías limpias y renovables, en que tenemos enormes ventajas comparativas, y también en el despliegue y desarrollo de las nuevas tecnologías, y especialmente de la nueva innovación en materia energética.
 
El gran desafío es desarrollar e incorporar soluciones no convencionales, muchas de las cuales ya son económicamente rentables y eficientes. Y, por tanto, tenemos que abordar todo lo que tiene relación con las nuevas energías, su relación con el medio ambiente, su relación con las comunidades y, también, con los nuevos mecanismos y tecnologías de transmisión y de distribución, que van a significar un cambio tan profundo, como el que se está desarrollando en el mundo de la generación.
 
Y, por supuesto, no podemos renunciar al tremendo potencial hidroeléctrico que tenemos en Chile. El hecho de tener la cordillera y el mar tan cercanos, y ser un país largo y angosto, es una ventaja, porque tenemos la posibilidad de utilizar la fuerza de la gravedad con que el agua se traslada, viaja desde la cordillera hacia el mar, para generar energía limpia y también renovable.  Ésa es una reserva estratégica de la cual el país no puede prescindir.
 
Pero el suministro eficiente de otro tipo de energías, por ejemplo, los combustibles sólidos, líquidos, gaseosos, unido a este imperativo de que -va a ser una demanda, no es una opción, va a ser una obligación- muy pronto nos van a medir la huella de carbono en todos nuestros productos de exportación, y dentro de esa huella de carbono, la energía juega un lugar muy importante.
 
Pero lo que está pasando en materia de nuevas técnicas de distribución, nuevas fuentes de energía, nuevas formas de almacenar la energía, sin duda constituyen para Chile una tremenda oportunidad y un gran desafío, al cual apunta, precisamente, esta Ruta Energética que nos ha presentado hoy día la ministra de Energía.
 
Chile tiene excelentes condiciones para sumarse a esta nueva etapa en el mundo de la energía. Basta recordar que tenemos los desiertos con mayor radiación del mundo, que tenemos esta diferencia de altura entre la cordillera y el mar, que tenemos miles de kilómetros de costa, que tenemos el 25% de los volcanes activos -y, por tanto, la geotermia- para darnos cuenta que en materia de la energía del presente y del futuro, Chile está en una posición absolutamente privilegiada.
 
Pero vamos a tener que aumentar la capacidad de generación de energía en nuestro país. De hecho, en los últimos 25 años, hemos cuadruplicado la capacidad de generación de energía en nuestro país. Y ese desafío no termina, porque yo estoy seguro que Chile va a recuperar, de hecho, ya estamos viendo las primeras señales, las primeras luces que muestran cómo nuestro país -después de un período de mucho estancamiento económico- está volviendo a crecer con fuerza.
 
Y ésa es una de las prioridades de nuestro Gobierno, porque el crecimiento no está asegurado ni garantizado; hay que conquistarlo todos los días. Y hay que conquistarlo no solamente para el presente, que es el crecimiento efectivo; hay que conquistarlo para el futuro, que es el crecimiento potencial, donde Chile tiene mucho por hacer para volver a sentar las bases de un país con liderazgo y dinamismo en este frente. Que lo tuvimos, Chile era el país que más crecía en América Latina, en la OCDE, entre los países de mayor crecimiento del mundo, y perdimos esa condición, porque nos dejamos estar, porque pensábamos que el crecimiento caía como el Maná del Cielo. Y no es así. Y esa lección tenemos que aprenderla y grabarla en nuestras mentes y en nuestros corazones.
 
El compromiso que hicimos frente a todos los chilenos fue que el país no solamente avanzara hacia un desarrollo integral, inclusivo y sustentable, sino también hacia una matriz de energía más competitiva, más limpia y más sustentable. Y a eso apunta, precisamente, la Ruta Energética que -como dijo la ministra- fue el producto de un trabajo que se desarrolló en todas las regiones, con más de 2 mil 200 participantes y que, sin duda, va a marcar la hoja de ruta del trabajo de nuestro Gobierno en este importante campo.
 
La Ruta Energética apunta a construir, a través de un proceso amplio y participativo, un camino al cual debemos aferrarnos y seguirlo con perseverancia y con voluntad. 
 
Y tiene metas y objetivos muy concretos.
 
Durante el mes de abril -como lo dijo la ministra- se recorrió el país entero, la ministra recorrió el país entero junto con su equipo de asesores. Participaron gente del mundo de la sociedad civil, del mundo académico, del sector público, en mesas de trabajo, en que hubo la posibilidad de discutir, de participar y de recoger buenas ideas, que están contenidas en este proyecto o en esta ruta de la energía en Chile.
 
Y gracias a este trabajo, se ha podido plasmar -en una forma muy concreta- un plan que establece metas, objetivos y plazos, que van a constituir la ruta que seguiremos para que Chile tenga esa matriz de energía más limpia, más sustentable, más económica.  
 
Por eso, desde nuestra perspectiva, lo que estamos planteando son básicamente 10 grandes compromisos, y uno más que le voy a agregar hoy día, ministra:
 
El primero, levantar un mapa de la vulnerabilidad energética del país, identificando a aquellas familias chilenas que todavía no cuentan con electricidad, ni con otros servicios muy importantes para la calidad de vida, que es parte del mapa de la vulnerabilidad que estamos desarrollando en el Ministerio de Desarrollo Social.    
 
Segundo, modernizar nuestra institucionalidad energética y aumentar la eficacia de esta institucionalidad, a través de un mejor servicio a la ciudadanía, lo cual implica cambios muy importantes y profundos a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles y también a la Comisión Chilena de Energía Nuclear.
 
Tercero, reducir significativamente -aquí se plantea al menos en un 25%; es el piso, ministra, no es el techo- el tiempo de tramitación ambiental de los proyectos que se acojan a este Plan Más Energía, respecto a los plazos que hemos tenido en los últimos tiempos.
 
Hoy día, sacar adelante un proyecto de energía es una verdadera odisea y muchos de esos proyectos, buenos proyectos, mueren en el camino no porque no tengan la capacidad de aportar al desarrollo de nuestro país, sino porque no son capaces de sobrevivir en una burocracia kafkiana y, a veces, realmente absurda.
 
Cuarto, alcanzar cuatro veces la capacidad actual de generación distribuida renovable de pequeña escala.
 
Quinto, aumentar en al menos 10 veces el número de vehículos eléctricos que circulan en nuestro país.
 
Una de las razones, una de las muchas razones, por las cuales decidimos postergar la licitación del Transantiago -además de que habían órdenes de no innovar que hacían imposible continuar con ella, emanadas de Tribunales, y además de que habían juicios pendientes que podrían haber echado abajo todo lo que administrativamente se decidiera- fue porque nos dimos cuenta que ésta era la gran oportunidad de hacer un gran salto adelante tecnológico en la calidad de nuestro sistema de transporte público.
 
Y uno de los componentes de ese gran salto tecnológico adelante era incorporar con mucha más fuerte y decisión la electromovilidad, es decir, los buses eléctricos, que ya con la tecnología actual, si uno considera el costo de capital, pero también el costo de operación, son tecnologías competitivas que están probadas en muchos países del mundo, particularmente en China. Y eso va a significar un cambio cualitativo en nuestro sistema de transporte público.
 
Sexto, modernizar la regulación de la distribución eléctrica mediante un proceso mucho más participativo, que permita recoger muchas de las experiencias que se plantearon durante el trabajo de esta Ruta Energética.
 
Séptimo, regular los biocombustibles sólidos como la leña y sus derivados. Hemos estado viviendo un periodo de sequía y es probable que este año siga siendo un año seco, y ya estamos viendo las consecuencias de ello, por ejemplo, en la contaminación ambiental en ciudades como Temuco y Coihaique.
 
Y, por tanto, mejorar el uso y las tecnologías de los combustibles sólidos, particularmente la leña, en la calidad de la leña y en la calidad de los calefactores y las cocinas, es un elemento frente al cual ya hemos perdido demasiado tiempo y tenemos que poner un impulso muy grande, porque hay muchos chilenos que respiran casi permanentemente -durante el invierno- aire absolutamente contaminado y que va mucho más de las normas que establece los organismos de salud.
 
Octavo, establecer un marco regulatorio para la eficiencia energética. La mejor energía es la energía que se ahorra, primero, porque cuesta cero y, segundo, porque es la más limpia. Y en Chile todavía tenemos un gran derroche de energía y hay mucha energía que se pierde y, por tanto, la eficiencia energética en el transporte, en los hogares, en la industria, en las propias oficinas, va a ser otro eje de esta Ruta Energética.  
 
Noveno, iniciar el proceso o continuar el proceso de descarbonización de la matriz energética de nuestro país. Hoy día, todos los proyectos - puede que sea una situación excepcional- que están en evaluación ambiental por casi 13 mil millones de dólares y todos los proyectos que están en plena construcción por cerca de 7 mil millones de dólares, son en base a energías renovables, lo cual muestra que estamos avanzando hacia una matriz más limpia y más sustentable.
 
Décimo, capacitar a nuestros técnicos, a nuestros operarios y a nuestros profesionales en este mundo de las nuevas energías. Y, de hecho, en esta materia, estamos avanzando hacia la capacitación de más de 6 mil operarios, técnicos y profesionales, buscando certificar al menos la mitad de esas capacitaciones con el nuevo sistema de capacitación que vamos a impulsar con mucha fuerza en nuestro país.
 
Ustedes saben que Chile gasta cerca de 360 millones de dólares al año en capacitación y que todos los estudios indican que no produce ningún impacto, ni en la empleabilidad, ni en la productividad, ni en los salarios. Y, por lo tanto, se ha transformado en una pérdida de recursos y en un engaño a nuestros trabajadores.
 
En un mundo en que el conocimiento se duplica cada vez con mayor frecuencia, si no capacitamos de verdad a nuestros trabajadores, no van a ser ciudadanos de verdad y de primera línea en la sociedad del conocimiento y la información. Y, por lo tanto, en esta materia, hay un gran desafío.
 
Y el onceavo desafío, ministra, que por lo demás lo conversamos largamente con el Presidente Macri y con el Presidente Vizcarra, en Argentina y en Perú, es la integración energética a nivel regional, partiendo por nuestros países vecinos.
 
Chile y Argentina, por ejemplo, son dos países que tienen sistemas paralelos en materia eléctrica, que no tenemos el mismo horario solar, tenemos un par de horas de diferencia, que no tenemos la misma estacionalidad en el consumo de la energía y, por tanto, son dos sistemas que no tenemos las mismas cuencas hidrográficas, ni regímenes pluviométricos. Y, en consecuencia, son dos países que tienen una enorme ventaja en integrarse, porque uno puede servir de sustento al otro, evitando enormes inversiones para los casos en que haya escasez de energía, y podemos -al utilizar esta integración- producir energía más económica y más limpia.  
 
Ése es un tema que, por fin, se soltaron todas las restricciones y barreras que habían impedido esa integración y estoy seguro que el Presidente Macri -tal como lo conversamos- y este Presidente, vamos a impulsar esa integración con una fuerza que en el pasado no existió.
 
Éstos son, en grandes líneas, los 10 desafíos, más uno que le he agregado, que es un 10% adicional, ministra, yo había pensado agregarle un 19% pensando en el IVA, pero nos quedamos con ese 10% adicional de metas. Y lo importante es que esta Ruta Energética, que hoy hemos presentado, está al servicio de las personas y, por tanto, tiene -ministra, ministerio, sociedad civil, las empresas y las universidades- un gran desafío por delante, que es transformar a Chile no solamente en un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades y seguridades para todos, sino que también transformar a Chile -dadas estas enormes ventajas comparativas- en una potencia energética en la generación, en la transmisión, en la distribución y en la generación de tecnología.  
 
Ése es el desafío que le planteamos hoy a todos los chilenos y yo estoy seguro que es un desafío compartido, como se pudo comprobar durante estas jornadas de trabajo participativo, en esta Ruta Energética, para todos los chilenos.
 
Muchas gracias.