Presidente Piñera celebra día internacional del reciclaje premiando al “niño planeta”

17 MAY. 2018
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En una actividad realizada en el Palacio de la Moneda en el marco del día Internacional del Reciclaje, el Presidente Sebastián Piñera, acompañado de la Ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillos, instauró el reconocimiento anual al “Niño Planeta” para premiar y relevar la importancia que tiene dentro del programa de Gobierno la educación ambiental.

Muy buenos días:
 
Señora ministra, señor senador, Adib, la mamá de Adib, porque los hijos heredan los principios, los valores, la formación de la madre. Así que tener a Adib como un verdadero protector de nuestro planeta y haber recibido el premio “Niño Planeta”, refleja algo que es muy, muy importante. 
 
Quiero aprovechar de saludar también a Gunter Pauli, que es lo más parecido a “Giro Sin Tornillos” que yo he conocido en mi vida, porque ve un problema y le inventa una solución ingeniosa, inteligente, nueva. Y eso es lo que necesitamos.
 
Hoy estamos celebrando el Día del Reciclaje, y por eso es tan importante este premio que le entregamos a Adib como el “Niño Planeta”, porque hemos vivido demasiado tiempo en la cultura de lo desechable. Todo lo que usamos, lo botamos, pensando que los recursos son infinitos y que nunca se van a agotar, y que la basura va a encontrar siempre un lugar donde poder depositarse.
 
Ese mundo se acabó y tenemos que entrar a un mundo nuevo, que es el mundo del reciclaje, de reutilizar nuestras materias primas, de tratar con más cariño nuestra naturaleza, de cuidar más nuestro planeta.
 
Para que Chile pueda ser un país desarrollado no basta cualquier desarrollo, tiene que ser integral, no es sólo desarrollo económico, es también desarrollo de nuestra democracia, de nuestra convivencia, del respeto a los derechos humanos, de la igualdad de oportunidades; pero además tiene que ser inclusivo, tiene que ser para todos, para todos y cada uno de los chilenos; y tiene que ser sustentable, amistoso con nuestra naturaleza y cuidadoso de nuestro planeta.
 
Por esa razón, estamos absolutamente convencidos que ése es el camino que nos está mostrando Adib. 
 
Cuando hay un problema, hay dos tipos de actitudes: los que lo denuncian con indignación, pero no hacen nada; y los que lo enfrentan con decisión y contribuyen, como dice Adib, “con un grano de arena”, a hacer de nuestro planeta, el único planeta que tenemos -los científicos están buscando dónde podemos llegar algún día, pero les quiero dar una noticia, lo están buscando a 4 millones de años luz, o sea, no es para nosotros, tal vez para las generaciones que vendrán- y, por tanto, el único planeta que tenemos en este Universo, se llama el planeta Tierra, y tenemos que cuidarlo.
 
Por eso es tan importante crear una nueva cultura, abandonar la cultura de lo desechable y abrazar la cultura de lo reciclable.
 
Por ejemplo, estas bolsas que les hemos entregado en el día de hoy, se han producido con plásticos que, en lugar de estar contaminando nuestro paisaje, nuestras ciudades, nuestros campos, nuestras playas y nuestro mar, se transformaron en algo útil, una bolsa, que se la acabamos de entregar al senador Allamand, para que cuando lo manden a la feria -como me mandan a mí- vaya con su bolsa reciclable y pueda contribuir también a un mejor planeta.
 
Pero lo que yo querría plantearles hoy día es que éste es un desafío muy grande. Nos decía Adib que su gusto por el reciclaje partió cuando le pusieron una pequeña semilla, una oportunidad para poder comprometerse con esta nueva cultura, y a partir de ahí, al principio, como una recreación y hoy día como una obligación o un compromiso, Adib se ha dedicado a hacer más limpia su comuna. Lo mismo pueden hacer todos los niños y niñas del Colegio Jorge Huneeus, que están aquí con nos nosotros.
 
Porque la verdad es que la Tierra que tenemos es maravillosa, pero hace mucho tiempo la Tierra está dando gritos angustiosos pidiendo que la cuidemos, para que ella pueda cuidarnos a nosotros. Si nosotros no cuidamos a nuestro planeta Tierra, el planeta Tierra no nos va a poder cuidar a nosotros.
 
Y créanme, está mucho más vulnerable nuestra sobrevivencia en el planeta Tierra, que la sobrevivencia del planeta Tierra en el Universo.  Y, por tanto, nos está pidiendo a gritos que lo cuidemos, que lo ayudemos, que lo tratemos mejor.
 
Y por eso es tan importante esta nueva iniciativa de una cultura más amistosa, más respetuosa, con nuestro planeta.
 
Por ejemplo, hace unos días, con la ministra de Medio Ambiente, planteamos un proyecto de ley que prohíbe el uso de bolsas plásticas en todos los comercios de nuestro país.
 
¿Saben por qué? Porque estábamos produciendo 3 mil 400 millones de bolsas plásticas cada año en nuestro país. Esas bolsas plásticas se demoran un minuto en producirse, su vida útil es de 30 minutos -desde el supermercado a la casa y ahí a la basura- y después se demoran 400 años en biodegradarse. O sea, eso que se usó durante 30 minutos, genera un daño ambiental durante 400 años.
 
Y, a ese ritmo, porque no solamente nosotros producimos bolsas plásticas, se producen en el mundo entero, muy pronto vamos a tener más bolsas plásticas en el océano que peces en el océano. Y los peces comen estas bolsas plásticas y ya está demostrado que eso contamina no solamente a los peces y a las aves, sino que finalmente termina contaminándonos a nosotros mismos.
 
Por eso es tan importante este Día del Reciclaje, fomentar, crear, promover, impulsar -y qué mejor que con el ejemplo de Adib- una nueva cultura en nuestro país. 
 
Y yo pienso que en esto los niños son nuestros grandes profesores. Nosotros decimos “los niños primero en la fila”, tratando de recuperar lo que los niños merecen y les han quitado, que es el derecho a una infancia y una niñez feliz, a la inocencia, a los juegos, y no al maltrato y al abuso. Pero tiene otra acepción “los niños primero”: los niños van primero en esta nueva cultura de cuidado del medio ambiente y de la naturaleza, porque tienen mucho mayor conciencia y mucho mayor preocupación -como lo ha demostrado Adib- que los adultos. 
 
Así que en eso son ustedes nuestros maestros y nosotros, Adib, somos sus alumnos.
 
Por eso, el concepto que plantea Gunter Pauli, que está aquí con nosotros, de la Economía Azul: es una revolución cultural, pero créanme es una revolución absolutamente necesaria, urgente, indispensable. Si no hacemos esta revolución de la Economía Azul, que es una economía más sustentable, más amigable, que recicla más, que usa en forma más inteligente nuestras materias primas, el planeta va definitivamente en marcha hacia el colapso. Y eso es precisamente lo que queremos evitar.
 
Por todo ello, yo quiero hacer un llamado a mis compatriotas. Esto no es un problema de los demás, esto es un problema de cada uno de nosotros. Todos nosotros podemos actuar, comportarnos y tener una mayor conciencia de respeto a nuestra naturaleza. Cada uno sabe donde puede evitar contaminación, donde puede evitar generar más basura de la necesaria, donde puede contribuir a reciclar, porque cuando uno recicla, esa misma materia prima, en lugar de transformarse en basura, se transforma en un insumo para seguir generando bienes y servicios y, por tanto, seguir contribuyendo a una mejor calidad de vida de todos nuestros ciudadanos.
 
Yo pienso que el mundo se pasó de la línea y está muy cerca de cruzar la línea roja, hay muchos que piensan que, si cruzamos esa línea roja, el problema se va a transformar inmanejable. Estamos a tiempo de crear una nueva cultura, de entender que este planeta Tierra nos está pidiendo en forma desesperada que lo cuidemos, que lo tratemos mejor y que eso se pueda hacer en todas las esferas de la vida, eliminando las bolsas plásticas, teniendo energías más limpias, renovables y sustentables, reduciendo la cantidad de basura que generamos en nuestros hogares, reciclando y separando los distintos tipos de basura para que puedan ser reutilizados y no terminen en nuestros basurales o en nuestros vertederos y cuidando lo que Dios nos regaló en este maravilloso país que se llama Chile, nuestras montañas, nuestros lagos, nuestros bosques, nuestros ríos, nuestros campos, nuestras playas y nuestro mar.
 
Por eso, Adib, creo que se merece cien por ciento el premio Niño Planeta, porque Adib es una muestra, un símbolo, un pionero, que nos enseña que frente a los problemas no basta con denunciar y acusar a los demás, lo primero que tiene que hacer es qué puedo hacer yo para contribuir a tener un Chile más limpio, más sustentable, más humano y más amistoso con todos nuestros compatriotas.
 
Muchas gracias.