Presidente Piñera anuncia Plan de Infraestructura en desayuno de la CChC

10 MAY 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, llamó a los empresarios a trabajar con unidad por el crecimiento y el desarrollo del país.

Muy buenos días:
 
La verdad es que la Cámara sigue siendo joven. Yo recuerdo que mi padre definía la juventud como todos aquellos que tenían su edad o menos, y desde ese punto de vista, la Cámara es y va a seguir siendo joven. 
 
Porque la verdad es que en sus 67 años de vida ha dejado una huella muy profunda y muy fecunda en nuestro país.
 
Es algo que no solamente ustedes conocen, la verdad es que los chilenos reconocemos. El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Sergio Torretti, nos ha mostrado parcialmente lo que ha sido el aporte de la Cámara Chilena de la Construcción a nuestro país, bajo el lema “Nuestro país, nuestro compromiso”. 
 
Quiero, en la persona del presidente de la Cámara, Sergio Torretti, también recordar que “quién lo hereda, no lo hurta”, porque parte de esta labor la efectuó su padre, que también fue presidente de la Cámara Chilena de la Construcción.
 
Sergio hablaba de “Nuestro país, nuestro compromiso”. A nuestra generación le ha tocado -y le va a tocar- enfrentar dos grandes transiciones en un plazo de 40 años: la primera fue la transición que nos permitió recuperar nuestra libertad y nuestra democracia, y la hicimos bien, pero esa transición ya es historia.  La segunda transición, que es la que tendremos que hacer antes que termine la próxima década, es aquella que nos va a permitir conquistar el desarrollo, derrotar la pobreza y crear un país que les asegure oportunidades de desarrollar sus talentos y seguridades de una vida con dignidad a todos sus hijos. 
 
Y ésa es la gran misión que nosotros nos hemos establecido como Gobierno: hacer un aporte significativo para que Chile dé ese gran salto adelante, que nos permita conquistar el desarrollo.
 
Sergio decía que estamos más cerca que nunca del desarrollo, y es verdad, pero también es cierto que hay muchos países que estando aún más cerca que nosotros, tropezaron, se descarrilaron y se alejaron de esa meta de conquistar el desarrollo.  Es lo que en la literatura se conoce como “la trampa de los países de ingreso medio”.
 
Si ustedes ven, en las últimas seis décadas, después de la Segunda Guerra Mundial, ¿cuántos países han logrado cruzar ese desierto y llegar al oasis del desarrollo? Se cuentan con los dedos de una mano. Ninguno de ellos está en América Latina.
 
Por eso, la misión de hacer de Chile un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades y seguridades, es lo que orienta toda la acción de nuestro Gobierno y que está muy relacionada y muy dependiente de lo que para ustedes es un tema muy central, como es mejorar nuestra infraestructura.
 
Pero no solamente se trata de tener misiones. También uno en la vida tiene que orientar, tener luces, faros que permitan iluminar y guiar el camino, que son los principios.
 
Nosotros queremos hacer esta transición promoviendo y fortaleciendo valores y principios, como la libertad, la justicia, la solidaridad, el progreso y la sustentabilidad.
 
Y, por tanto, todas las acciones que tomamos como Gobierno tienen una misión, pero se enmarcan dentro de este conjunto de principios. Porque cuando hablamos de desarrollo, estamos hablando de un desarrollo integral, inclusivo, sustentable:  integral no es solamente más ingreso per cápita, es mucho más que eso, tiene que ver con la calidad de la democracia, de las instituciones; tiene que ver con la forma en que nos relacionamos entre nosotros mismos; tiene que ver con el clima, la amistad cívica, el espíritu de colaboración; inclusivo, tiene que ser para todos y no solamente para algunos; y sustentable, tiene que ser amistoso con nuestra naturaleza.
 
Teniendo clara cuál es nuestra misión, hemos emprendido la tarea de gobernar a nuestro país, porque fue el mandato democrático que nos dieron los chilenos en las urnas, en el mes de diciembre del año pasado.
 
Nuestras primeras prioridades han estado consistentes con lo que son las prioridades de los chilenos.  Por eso, las prioridades de nuestro Gobierno son las prioridades de nuestros compatriotas: seguridad ciudadana, salud, educación, empleo y también un nuevo trato con nuestra infancia, con nuestra clase media, con nuestros adultos mayores, y también con nuestras regiones y el mundo rural.
 
Hemos trabajado intensamente -aún no cumplimos dos meses- en avanzar en estas materias, buscando, en la medida de lo posible, acuerdos nacionales. 
 
Por eso planteamos desde el primer día que queríamos avanzar, aunando, sumando fuerzas, no confrontando ni dividiendo a los chilenos.  Y ahí planteamos cinco grandes Acuerdos Nacionales, que tienen que ver con las grandes prioridades de los chilenos: seguridad, infancia, salud, Araucanía y, por supuesto, recuperar la capacidad de crecer, de invertir, de crear oportunidades, de generar empleos, porque si bien eso no es suficiente, es absolutamente necesario.
 
Si no recuperamos nuestra capacidad de crecer, si seguimos creciendo a menos de la mitad de lo que crece el mundo o de lo que crece América Latina -la meta de ser un país desarrollado antes que termine la próxima década- se va a transformar en una quimera, como se nos ha transformado tantas veces, en un sueño no cumplido en el pasado.
 
Por eso, el crecimiento, que tiene que ver con la inversión, con la innovación, con el emprendimiento, con la productividad, está también en el corazón y eje de nuestras prioridades.
 
En estos días hemos tenido que enfrentar problemas que se arrastraban hace mucho tiempo y que no estaban siendo enfrentados en forma adecuada, como es el problema del terrorismo, como es el problema de la migración, como es el problema de seguir modernizando nuestro Estado, para que el Estado sea no lo que llamaba Octavio Paz, ese “ogro filantrópico”: “filantrópico”, porque se supone que ayuda a la gente, y “ogro”, porque para la inmensa mayoría de los ciudadanos, el Estado muchas veces, más que ser filántropo, es un ogro que le pone dificultades, le complica la vida y no lo ayuda en ese proceso de desarrollo integral de las personas y del país.
 
Hemos avanzado también en otros campos, como es el tema de la niñez, de la infancia, de la educación. Hoy día vamos a dar a conocer la cuarta mesa de trabajo de unidad, que es la mesa para lograr un gran acuerdo por la salud. 
 
La salud en Chile está en una crisis muy grave, y requiere cirugía mayor. Y la única forma de hacer esa cirugía mayor en buena forma, es si nos sentamos a una mesa e intentamos ponernos de acuerdo.
 
Por eso, el espíritu de unidad, de buscar el diálogo y no la retroexcavadora, de buscar la colaboración y no el enfrentamiento, ha sido y va a seguir siendo un sello de nuestro Gobierno, porque sin ello yo creo que vamos a estar sembrando en el mar o construyendo sobre arena, y no sobre roca.
 
Sobre todo, cuando hoy día notamos que hay una especie de nuevo crispamiento de las relaciones cívicas.  En lugar de ver al país como un proyecto compartido, una misión a cumplir, como decía el padre Hurtado, muchas veces estamos cayendo en las viejas trampas del conflicto, de la lucha sin sentido.
 
Por eso, el llamado a la unidad de los chilenos, para estar a la altura de este tremendo desafío y misión que tenemos por delante, y por el cual vamos a ser juzgados por nuestros hijos y por nuestros nietos. Algún día van a recordar las palabras de Sergio Torretti, “que nunca habíamos estado tan cerca del desarrollo” y nos van a preguntar “qué hicieron para dar ese último y gran paso, para lograr conquistar eso que tan pocos países han conquistado, que es el desarrollo, la justicia, la paz, y hacerlo en democracia y en una sana convivencia”.
 
Pero dado que estamos frente a constructores, yo quisiera terminar estas palabras mencionando la importancia que tiene la infraestructura en nuestro país.
 
Estamos elaborando el Plan de Infraestructura para el año 2019, no solamente hasta el 2022, porque los gobiernos tienen que fijarse horizontes más grandes, más amplios, e incluso más lejanos que su propio período de gobierno, porque como lo decía el video que vimos, tiene que haber en esto continuidad, tiene que haber una posta.
 
Nuestro objetivo es aumentar la infraestructura de nuestro país, o la inversión en infraestructura en nuestro país, en torno al 10% promedio.  Ustedes saben, la inversión en Chile en los últimos cuatro años cayó sistemática y consecutivamente.  Y, por lo tanto, tenemos que revertir esa tendencia y recuperar la capacidad de invertir, porque es fundamental para poder crecer, y el crecimiento es fundamental para generar empleo, mejorar los salarios, crear oportunidades y financiar en forma sana el gasto público.
 
Dentro de ello tenemos una intención de alcanzar una cifra cercana a los 2 mil millones de dólares al año en materia de concesiones. Tenemos un problema este año, no porque no queramos impulsar las concesiones, sino porque no hay suficientes proyectos maduros, pero estamos trabajando en eso, para poder dar un gran salto en infraestructura.  Yo conozco las cifras, cuánto invertimos en infraestructura, cerca del 3,5% del Producto Interno Bruto, conozco las cifras de déficit, que estima la propia Cámara Chilena de la Construcción, que son varias decenas, sesenta y tantos mil millones de dólares.  A veces, cuando veo los déficits de nuestro país, y el déficit en salud, decenas de miles de millones de dólares, el déficit en infraestructura, otras decenas, el déficit en educación, vemos que en verdad tenemos muchos déficits, pero eso puede ser un arma de dos filos: puede ser algo que nos desmotive y nos haga cejar en el esfuerzo, o puede ser una tremenda motivación para darnos cuenta que, precisamente -porque hay tanto por hacer- no podemos perder un minuto.
 
En materia de infraestructura, yo quiero mencionar que no se trata solamente de más infraestructura, sobre todo hoy día en que la revolución tecnológica, la sociedad del conocimiento y la información está cambiando la forma de hacer las cosas. Tenemos que adecuar nuestra infraestructura a los nuevos conocimientos, las nuevas tecnologías, las nuevas realidades de este siglo XXI, que está golpeando nuestras puertas, las golpeó ya hace muchos años.
 
Pero además de mejor infraestructura, tenemos también que preocuparnos de usar más eficientemente nuestra infraestructura. Yo, una vez, recuerdo una conversación con la Presidenta de Argentina respecto de un túnel, el túnel Libertador, que tenía un costo -en esa época- estimado en 16, 17 mil millones de dólares y que, bueno, la discusión era quién lo financiaba. Entonces, me decía “los dos”. “¿Cómo es eso?”. “Vamos a hacer una fianza, un aval solidario”, y yo le decía “Presidenta, si hay un problema, ¿a quién cree que le van a venir a cobrar?”. Pero después yo le decía “¿vamos a ahorrar cuánto tiempo con el túnel?, “40 minutos” me decía. “Presidenta, vamos a ahorrar 40 minutos invirtiendo 18 mil millones de dólares y vamos a perder tres horas en la aduana, ¿por qué no partimos por integrar nuestras aduanas y hacerlas más eficientes?”.
 
No todo es más ladrillos, cementos y fierros, a veces hay que saber usar mejor. Por eso, no todo es más hardware, también tenemos que hacer un tremendo esfuerzo por mejorar el software y eso se aplica también a nuestra infraestructura.
 
Por ejemplo, en el tema portuario, tenemos -por supuesto- grandes inversiones por hacer y estamos trabajando en ello, pero también podemos mejorar sustancialmente la eficacia de los puertos actuales, mejorando la forma en que se relaciona el trabajo con el capital, el sistema de utilización de los puertos.
 
Lo mismo con los hospitales, la solución no es solamente construir más hospitales: cuando uno ve un informe -que ha habido tres informes que dicen que la productividad de nuestros hospitales está en torno al 40%- uno dice que si uno lograra aumentar de 40% a 50% es como construir un 25% más de hospitales, es como construir 50 hospitales nuevos, mejorando el uso de los pabellones, mejorando la eficacia, estableciendo que los turnos de trabajo se cumplan adecuadamente, en fin. Ustedes, eso -como empresarios- los conocen mejor que nadie.
 
Y por esa razón, yo quería contarles brevemente cuál es nuestro plan en esta materia. Por supuesto que hay una visión de futuro, que está puesta más allá de estos cuatro años, está puesto en las próximas cuatro décadas y tiene que ver con tener un plan de infraestructura que no se tenga que revisar cada vez que un nuevo gobierno asume, sino que sea una continuidad.
 
Y dentro de eso, el plan de infraestructura tiene que hacerse cargo de construir la nueva infraestructura, que hemos aprendido que tiene que ser muy resiliente en un país que ha sido y va a seguir siendo un país maravilloso, pero también un país muy golpeado por los fenómenos de la naturaleza. Estamos reactivando, para estos efectos, no solamente el Comité Interministerial, sino que la relación con la sociedad civil.
 
Y en materia de obras, tiempos y formas adecuadas, vamos a reimpulsar las concesiones -y con mucha fuerza- de infraestructura en materia de autopistas, aeropuertos, puertos, trenes, embalses, hospitales, cárceles y muchas más que se nos van a ocurrir a nosotros o a ustedes durante el transcurso, porque estamos en una nueva generación de concesiones.
 
También, activar las adjudicaciones y licitaciones de proyectos que están en trámite: hay más de 50, 60 mil millones de dólares de proyectos de inversión, que están trabados por cosas muy absurdas. Una de ellas fue, por ejemplo -ya que lo mencionó Sergio Torretti- el edificio más alto de Sudamérica, que estuvo cuatro años paralizado por un problema que se podía resolver en cuatro años o en cuatro minutos, según cuál fuera la voluntad con que se enfrentaba ese problema.
 
Y adicionalmente a eso, el tema de liberar, de agilizar, de facilitar. Hemos hecho un esfuerzo inmenso por esta unidad de facilitación de inversiones, que se llama Servicio Único de Facilitación de Inversión -y le pusimos SUPER- para poder destrabar proyectos de inversión que están trabados por las cosas más nimias, porque a veces la burocracia tiene mucha conciencia de aquello que “el que nada hace, nada teme” y poca conciencia que, a veces, el no hacer es la peor de todas las soluciones. 
 
También estamos trabajando en preparar la licitación de ocho rutas estructurantes, que son más de mil 500 kilómetros, cuyas concesiones vencen en el periodo de nuestro Gobierno, con autopistas de nueva generación como -por ejemplo- la Ruta 5 Norte Los Vilos-La Serena y Caldera-Antofagasta, la Ruta 5 Sur Santiago-Talca y varios otros tramos, la Ruta 68, la Ruta 78, la ruta que va a unir la 68 con la 78 para que no tengan que pasar por la ciudad de Santiago los que vienen del sur y van hacia el norte.
 
Lo mismo con algunos pasos y corredores bioceánicos de integración. Lo conversamos con el Presidente Macri y con el Presidente Temer.
 
Entre paréntesis, esta semana vamos a enviar al Congreso el proyecto de ley que establece un Tratado de Libre Comercio entre Chile y Argentina y estamos trabajando intensamente -y así lo acordamos con el Presidente Temer- para poder enviar, antes de que termine este año, el Tratado de Libre de Comercio entre Brasil y Chile, porque tenemos que seguir abriendo nuestras fronteras y creando nuevos mercados y nuevas oportunidades para nuestras exportaciones.
 
En otro frente -y voy a pasar rápido por razones de tiempo- mejorar la eficiencia y seguridad de las carreteras. Por supuesto que tenemos que ampliar la capacidad de muchas autopistas, pero también trabajar en los peajes inteligentes y por eso el “Chile sin barreras” o el “Free Flow”, en lo cual el ministro de Obras Públicas está trabajando intensamente -y les pedimos la colaboración de las empresas concesionarias- para poder establecer que el uso de la tecnología facilite la vida de las personas y aumente la eficiencia de nuestras carreteras.
 
Lo mismo con modernizar nuestra señalética, que la verdad es que muchas veces es muy poco comprensible. Si vamos a hacer un tremendo esfuerzo en infraestructura, es la oportunidad de ponernos en el Primer Mundo en materia de señalética y, por tanto, estamos con un plan, estamos estudiando muy de cerca la forma en que lo han enfrentado la Unidad Europea y Estados Unidos.
 
Y, por otra parte, las áreas de descanso que se requieren en las carreteras y que -muchas veces- en nuestro país, no son ni de descanso, otras veces ni siquiera son seguras.
 
Definir e implementar el calendario de la licitación de seis aeropuertos: Arica, Punta Arenas, Balmaceda, Calama, La Serena, La Araucanía.
 
Ampliar el Metro vía concesiones. Estamos con dos líneas de Metro en plena marcha, pero son muchas más las que requerimos.
 
El Plan Transmilenio pretende cambiar el sistema de transporte público en nuestro país, no solamente en Santiago, porque el Plan Transmilenio es un plan nacional, pero en Santiago la búsqueda es crear un sistema de transportes en que el Metro sea de verdad el eje estructurante, y la meta nuestra es lograr construir aproximadamente 130 kilómetros más de Metro, de forma tal de que la mitad de la población de Santiago pueda ir de su hogar a su lugar de trabajo solamente utilizando el Metro y sus piernas, sin tener que tener transporte intermodal y eso le va a permitir ganar tiempo para lo más importante de la vida, que es la familia, el descanso, la recreación, la cultura, el deporte. 
 
Por otra parte, estamos también en un plan de modernizar la infraestructura ferroviaria -y esto es en conjunto con el Ministro de Transportes- vía concesiones, concesiones de trenes suburbanos, como son los que estamos haciendo en la ciudad de Santiago, pero también los estamos expandiendo a muchas de las regiones de nuestro país, como es el caso de Valparaíso y como es el caso de Concepción o la Región del Biobío.
 
También la prioridad tiene que ver con algunas necesidades esenciales del hombre, por ejemplo, enfrentar el problema del agua, que va a ser el gran problema del siglo XXI para la humanidad. Y eso se hace no solamente con embalses, se hace también utilizando mejor nuestros acuíferos naturales -que son embalses construidos por Dios-, estableciendo mejores técnicas de riego, evitando la pérdida de aguas por filtraciones en los embalses o en los canales.
 
Y en eso hay un tema central, que es la certeza jurídica que tiene que tener el agua, que a mi juicio está amenazada por un proyecto de ley que tiene cosas muy buenas, pero que quita lo fundamental para poder tener un buen uso del recurso agua, que es la certeza jurídica en la utilización de esa agua.
 
Por eso, yo quisiera simplemente terminar, los proyectos de pavimentación rural, los proyectos de agua potable rural, los proyectos en materia de borde costero y borde lacustre, como caletas, rampas, las conectividades con zonas extremas, las inversiones que vamos a hacer en materia de emergencia. Todo eso constituye un gran plan de infraestructura. 
 
Ahora, ustedes saben, ojalá los recursos fueran infinitos. Nosotros heredamos una difícil situación fiscal, porque no solamente el déficit fiscal, tanto el efectivo como el estructural, es mayor de lo que anticipó el Gobierno anterior, sino que además existe una enorme carga, que lo pueden llamar “gastos comprometidos o presiones de gasto”. Es semántica, son gastos que el Gobierno tiene que enfrentar y que no están considerados en las finanzas públicas, ni de este año, ni en las proyecciones futuras.
 
Por eso, todo este plan lo vamos a hacer con un sólido y firme compromiso con recuperar la responsabilidad macroeconómica, controlar nuestro déficit fiscal, controlar nuestra deuda pública que se duplicó en un periodo de sólo cuatro años.
 
Porque si no lo hacemos, no es que no pasa nada: mucha gente me dice “Presidente, ¿por qué tanto compromiso con los equilibrios? ¿Por qué no somos un poco más liberales o laxos en esta materia?”. Si fuera posible hacerlo, a lo mejor lo pensaríamos, si nosotros no damos una señal muy firme de responsabilidad fiscal, el impacto sobre el crecimiento se manifiesta al día siguiente. Y, por tanto, ustedes vieron que cuando nosotros tuvimos una política de gran responsabilidad fiscal, el país creció sobre el 5%; cuando esa política se relajó, el país perdió dos tercios de su capacidad de crecimiento.  
 
Por eso termino estas palabras, pidiéndoles a todos ustedes que entreguen lo mejor de sí mismos, como empresarios, emprendedores, innovadores, para hacer que nuestro país pueda superar este déficit de infraestructura, porque sabemos que tenemos que recuperar el tiempo perdido y la mejor manera de hacerlo es cultivando un sentido genuino de unidad, de misión compartida y de colaboración entre los chilenos y, por supuesto, construyendo más y mejores alianzas estratégicas entre el sector publico y el sector privado, porque la responsabilidad de Chile es de todos, no solamente del Estado, ni de un sector en particular.
 
Y sólo así, yo creo, vamos a poder cumplir como generación con la gran misión que tenemos en nuestro futuro, que es hacer lo que nuestros padres, abuelos y antepasados siempre quisieron y nunca lograron: transformar a Chile, de la colonia más pobre de España en América Latina, en el primer país -ojalá no el único- de América Latina que pueda decir derrotamos la pobreza, conquistamos el desarrollo y lo hicimos con unidad, en democracia y con paz.
 
Muchas gracias.