S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa en el aniversario 37° de la Central Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras (CUT)

21 AGO. 2025
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa en el aniversario 37° de la Central Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras (CUT), junto al ministro del Trabajo y Previsión Social, Giorgio Boccardo; la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana; y el presidente nacional de la CUT, José Manuel Díaz.

Muy buenas tardes, trabajadores y trabajadoras de Chile:
 
Es un honor, un orgullo estar aquí en la Central Única de Chile, maciza como el acero, que lucha por las conquistas del trabajador chileno.
 
Antes de iniciar y entrar en materia, quisiera referirme muy brevemente a los graves hechos ocurridos ayer en Argentina, en Avellaneda, durante el partido entre Independiente y la Universidad de Chile.
 
Como saben, ayer hasta tarde estuvimos en contacto con nuestro embajador José Antonio Viera-Gallo y ayer en la noche instruí al ministro del Interior, Álvaro Elizalde, porque quiero ser muy claro en esto: nada justifica un linchamiento como el que vimos ayer, nada.
 
Queremos erradicar la violencia del fútbol, queremos erradicar la violencia, ojalá, de todas las dimensiones de la sociedad. Pero el fútbol es una fiesta y tiene que volver a ser una fiesta. No queremos que esté tomado por un grupo pequeño de personas que arruina esa fiesta que tiene que ser familiar.
 
Pero independiente de las responsabilidades que tendrá que establecer la justicia, como Presidente de la República, mi deber es velar por la integridad y el respeto de los derechos de todos los chilenos y chilenas. Por eso he enviado a nuestro ministro del Interior, para que se cerciore de aquello, tanto en hospital y comisaría.
 
Dicho esto, es un tremendo orgullo para mí estar con ustedes acá. Es un tremendo orgullo, de hecho, cuando los miraba a los ojos y entregábamos los premios, el que me permitan desde la CUT entregar con ustedes estos reconocimientos a trabajadores y trabajadoras con tanta trayectoria de lucha sindical.
 
Yo no sé si a cualquier Presidente le permitirían ese honor y por eso me tomo muy en serio este gesto, que como conversábamos en la reunión que tuvimos en La Moneda hace poco, es también, en algún sentido, de complicidad. Entendiendo que, por supuesto, tenemos roles diferentes, que podremos tener diferencias, pero que al final del día como proyecto político estamos siempre del lado de las y los trabajadores.
 
Es muy importante la memoria histórica, la memoria contingente y la memoria de hace años. Por eso, también mis respetos a las familias, los seres queridos y los compañeros de trabajo de los seis trabajadores que fallecieron, también a quienes sufrieron parte de las consecuencias del accidente. Qué importante que se los honre. Tuve la oportunidad de estar en uno de los funerales, de conversar con todas las familias y es muy, muy doloroso lo que pasó.
 
Quiero que sepan que estamos trabajando al máximo para garantizar la seguridad de los trabajadores en todas las áreas en que se desempeñen. Parte de eso les voy a contar después.
 
Le agradezco a Jorge Yáñez también, ¿dónde está Jorge, que cantó recién? Ahí está Don Jorge. Él estuvo recitando en La Moneda también hace poco, tuvimos el honor. Y he leído sus poemas con mi compañera cuando Violeta estaba en la guatita y ahora también para que se vaya acostumbrando a la poesía.
 
A propósito de niños y niñas, les quería recomendar un libro antes de partir. A propósito de la memoria histórica también. Me llegó hace un par de días este libro. Yo no sé si lo conocen, pero se llama “Los Pequeños Cristaleros” y habla de algo que sucedió hace 100 años. Hace 100 años hubo una huelga en la fábrica de vidrios de Chile y en esa época todavía trabajaban niños en nuestro país, en 1925. En esa época los patrones hicieron un lockout como se conoce y terminaron desarmando la huelga, sin otorgar ningún beneficio. Sin embargo, los niños –que en ese entonces trabajaban– la sostuvieron y lograron cambios importantes en el jornal de los adultos y, por cierto, de ahí en adelante limitar significativamente el trabajo de los niños, que es algo que, por cierto, tenemos que erradicar completamente.  
 
Es una historia hermosa, pero lo que quiero transmitirles es que tal como decía Recabarren, la ignorancia es la noche, pero la noche sin luna ni estrellas. Y eso tenemos que inculcarlo desde chiquititos y por eso para que, a sus hijos, a sus nietos, a sus nietas, también les cuenten la historia del sindicalismo chileno, que como bien decía el presidente de la CUT, tiene mucho más que 37 años de historia. Por eso, para mí es bonito poder recomendarles esto que le estoy leyendo a mi hija, para que conozca parte de la historia de las luchas por el trabajo en Chile.
 
José Manuel Díaz, qué tremendo honor escucharte. Qué gusto estar aquí con Raúl de La Puente, con quien compartimos marchas, lienzos durante tanto tiempo en las movilizaciones estudiantiles, donde la ANEF y la CUT siempre estuvieron del lado de los estudiantes y los estudiantes tienen que estar siempre del lado de los trabajadores.
 
Me acuerdo –y se los comentaba a algunos de ustedes hace un tiempo– cuando el 2011 trabajadores del cobre llegaron marchando para entregarle un aporte a la Federación de Estudiantes, a la CONFECH en esa época, para poder sostener las movilizaciones, porque efectivamente costaba. Una de las cosas que es un ejemplo de organización es cuando los trabajadores sostienen las huelgas, las huelgas no son gratis. Por eso es importante también a todos, y se los digo a los militantes de partido, pagar las cuotas. Están todos al día, me imagino, acá con la CUT.
 
Acá se comentaba un poquito de historia y lo que estamos conmemorando es medio engañoso, porque son 37 años desde ese 21 de agosto de 1988 cuando en Punta de Tralca la Coordinación Nacional Sindical (CNS) y el Comando Nacional de Trabajadores (CNT) se unieron para la recuperación de la democracia y formaron la CUT.
 
Ustedes saben que la Central Unitaria de Trabajadores lleva la misma sigla que la Central Única de Trabajadores, pero tuvo que ponerse “unitaria” en vez de “única” porque la Constitución de la dictadura lo había prohibido. Uno de los muchos cambios que se hizo en materia laboral fue prohibir la agrupación en una sola en una central sindical y eso lo disfrazaron de libertad, como la derecha muchas veces disfraza con la palabra libertad el que puedan elegir solamente unos pocos.
 
Fue parte de lo que pasó con la historia de la CUT también. Por eso, es importante recordar que la CUT tiene mucha más historia y me remito a las palabras que usted, presidente, dijo. Hay tanta gente a la que rendirle homenaje, algunos de ellos hemos tenido oportunidad de conocerlos, de otros nos hemos nutrido por sus historias, recuperando en los libros, en los discursos, también en las experiencias de sus compañeros de trabajo.
 
Pienso, por cierto, en algunos que se mencionaron: María Rozas, Teresa Flores, Mireya Baltra, Lucho Figueroa, Tucapel Jiménez, Clotilde Urrutia, Marta Vergara, Rodolfo Seguel, Moisés Labraña, Aida Moreno del Sintracap, Hernán del Canto, José Ruiz De Giorgio, en tantos trabajadores y trabajadoras que dirigieron en momentos difíciles.
 
De hecho, la CUT antigua, esa que se formó en los años 50, en 1953, empezó a madurar en una movilización porque –como bien decía el presidente de la CUT– a los trabajadores y trabajadoras, a quienes son dueños de su trabajo y solamente de su trabajo, no del capital, no se les ha regalado nada en la vida. En 1949 –y es bueno tener memoria histórica– hubo una gran movilización en Chile durante la época del gobierno que terminó absolutamente en tradiciones, varias, de González Videla, la “Revolución de la Chaucha”.
 
Y en la “Revolución de la Chaucha” en 1949, uno de los protagonistas fue don Clotario Blest. En ese entonces no tenía barba don Clotario. Todos lo conocemos a don Clotario con esa barba que dijo que se iba a cortar cuando llegara la democracia. Finalmente, don Clotario fue parte de los que dirigieron esa huelga contra el aumento del alza del transporte. Miren ustedes las similitudes. De ahí empezó a cuajar la necesidad de la unidad de los trabajadores chilenos. Porque también esto venía de una historia mucho más antigua.
 
A mí, de donde vengo, de la Región de Magallanes, a quienes somos de izquierda, al menos nos juntábamos todos los 27 de julio a conmemorar lo que fue la Masacre de la Federación Obrera de Magallanes, donde los patrones de esa época, en particular los dueños de estancia, le tuvieron miedo a la organización sindical y desde Argentina y desde Chile, al mismo tiempo se organizaron cruzadas, no para solamente desarticular el movimiento sindical, derechamente para matarlos. Quemaron la sede de la Federación Obrera de Magallanes y a algunos incluso los tiraron al mar. Tengo un tío abuelo que fue sobreviviente de esa época y siempre se contaba esa historia en la familia, cómo logró salir a Argentina en un barco.
 
Entonces, la historia del movimiento sindical chileno tiene tanta, pero tanta riqueza. Y tiene también una contraparte porque es bueno recordar que acá no ha habido regalos. Siempre en el último tiempo, cuando se conmemora la Masacre de la Escuela Santa María de Iquique, a la que Luis Advis con Quilapayún le hicieron esa cantata preciosa, aparece también por ahí dando vuelta ahora en las redes el editorial de un diario que sigue hasta hoy, El Mercurio, justificando la matanza.
 
En Chile ha habido muchas matanzas de trabajadores. Algunas intencionales, otras accidentales. Normalmente las matanzas como la de Pampa Irigoin, la matanza como la de El Salvador, la matanza de La Coruña bajo el gobierno de Alessandri Palma, fueron masacres que, de una u otra manera, se buscaron tener una justificación. Queremos decir que la violencia no tiene justificación, menos aun cuando el gobierno la ocupa contra su propio pueblo.
 
Por eso, para nosotros es importante esta complicidad. Insisto, no se trata de que en todo vayamos a tener las mismas posiciones, pero se trata de diálogo. Porque con diálogo podemos lograr avances en función de la realidad del país.
 
Y vaya que lo hemos logrado durante este periodo. Hemos logrado avances, por ejemplo, en la reducción progresiva de la Jornada Laboral a las 40 horas, que costó mucho sacarla adelante. Hoy día, que ya se concretó, todos nos alegramos, pero se acordarán cuando la hoy ministra Camila Vallejo presentó el proyecto cómo se burlaban algunos. Nos dijeron que cuando el médico estaba operando iba a tener que dejar de operar en la mitad, que Alexis Sánchez no iba a poder tirar el penal en la final de la Copa América, un montón de cuestiones de esas características.
 
Hubo que vencer la resistencia y logramos sacar una ley que es profundamente familiar, porque los trabajadores y las trabajadoras tienen derecho al descanso, al ocio, a estar con sus familias. Al final, el rebajar la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales de manera progresiva, en acuerdo con los trabajadores y, también, con muchos de los empresarios que han adoptado de manera voluntaria las 40 horas inmediatamente, tiene que ver con generar mayores espacios de comunidad, que un padre o una madre pueda llegar a la casa a tiempo para leer este libro a su niña.
 
Ahí uno ve a estas alturas de Gobierno cómo las diferentes políticas públicas se van concatenando. El Metro, que vamos a empezar a construir, que va a pasar por La Pintana y va a llegar por San Miguel, va a llegar hasta Bajos de Mena en Puente Alto, también tiene que ver con eso, con el derecho de los trabajadores a tener más tiempo.  
 
A propósito del tiempo, otro de los principios que hemos querido instalar como gobierno progresista, porque no da lo mismo quién gobierne, es que cuidar es trabajar. En Chile, la gran mayoría de las personas que cuidan son mujeres, a niños, pero sobre todo a personas con algún tipo de discapacidad, con algún tipo de dependencia y, también, a adultos mayores.
 
Esas mujeres que cuando se dice generalmente: “No, no trabaja, está en la casa”, está trabajando, se está sacando la cresta y no tiene tiempo, no tiene tiempo ni para ella. Y ahí hay dos cosas: tenemos que avanzar en corresponsabilidad porque los hombres también tienen que cuidar, pero tenemos que reconocer también el valor de ese trabajo.
 
Porque, insisto, cuidar es trabajar y lo queremos establecer como un nuevo pilar de la protección social, en conjunto con las pensiones, con la salud y la educación.
 
Avanzamos con la aprobación de la Ley Karin, con el Convenio 190 de la OIT, con la Reforma de Pensiones y el aumento de la PGU, que pucha que costó sacarlo adelante y algunos nos llamaban a abandonarlo, a decir: “¿Sabe qué? El Gobierno ya no tiene fuerza para sacarlo”. Lo sacamos adelante y agradezco, también, al Parlamento y a quienes estuvieron dispuestos a ceder en parte de sus aspiraciones para poder llegar a un acuerdo que vaya en beneficio del pueblo de Chile, que además el próximo mes comienza a pagarse ya a los jubilados y jubiladas mayores de 82 años.
 
Quiero destacar algo que estaba en las palabras del presidente de la CUT. De lo que yo me enorgullezco profundamente, porque también fui diputado y me tocó estar en otra vereda. Durante nuestro Gobierno hemos ingresado al Parlamento, siempre con acuerdo de la CUT, de la ANEF, de las organizaciones sindicales, el proyecto de Salario Mínimo y de Reajuste del Sector Público. Siempre lo hemos hecho con acuerdo, porque trabajamos y dialogamos, y cuando hay discrepancias, como la hemos tenido a propósito de la Ley SIL, a propósito de las licencias.
 
Como hemos tenido discrepancias dijimos: “¿Sabe qué? Acá hay que sentarse a conversar” y por eso el ministro Marcel con el ministro Boccardo se sentaron acá con la ministra Aguilera y, después de que conversamos en La Moneda, logramos encontrar un camino. Porque al final del día –como usted bien decía, presidente– no tienen que pagar justos por pecadores y de lo que se trata es de garantizar el derecho y que nadie abuse de ese derecho porque lo perjudica. Eso es lo que justamente vamos a buscar en esta conversación para poder retomar la tramitación de un proyecto que, ojalá, sea con acuerdo entre Gobierno y trabajadores.
 
Además, vamos a seguir empujando, con mucha fuerza y convicción, el proyecto de Sala Cuna para Chile, porque hoy día hay una discriminación que es inaceptable para las mujeres. Logramos sacar adelante, en primer lugar y esto la ministra Antonia Orellana lo recordaba permanentemente y el ministro Cataldo– la Ley de Modernización Parvularia. Hace 10 años que no se hacía una modificación legal en materia de educación parvularia, que es demasiado importante, porque las salas cuna y los jardines infantiles no son guarderías para ir a botar a los niños o ir a dejar a los niños y que pasen el tiempo. No son guarderías, son espacios de educación tremendamente importantes.
 
Por eso la pega que hacen las educadoras de párvulos, las asistentes en la Junji, en la Apro, en Integra es tremenda, tremendamente valiosa. Eso debe resguardarse en el proyecto de Salas Cuna. Y las salas cuna, las empresas las tienen que implementar independiente de si hay mujeres u hombres. Tiene que ser para los dos, para que no haya discriminación a la hora de entrar al trabajo. Tenemos que generar todas las condiciones para que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres, tanto en materia de ingreso al trabajo como también en materia de salario.
 
Sabemos que tenemos un tremendo desafío en materia de empleo. En materia de empleo vamos a dar lo mejor de nosotros y estamos sacando adelante el proyecto de ley que unifica los subsidios al empleo en uno solo para hacerlo más simple, pero además vamos a tomar más medidas y más diálogo social para poder mejorar las cifras de empleo en nuestro país.
 
Porque sabemos lo duro que puede ser el desempleo para una familia en términos de ingresos, pero también en términos de autoestima, de salud mental. Es una cuestión muy difícil de llevar y no tenemos que mirarlo en menos. Por eso, como Gobierno, estamos comprometidos con aumentar el empleo y yo estoy seguro que las cifras del empleo van a mejorar durante lo que queda de este Gobierno.
 
Hemos avanzado, pero sin lugar a dudas, quedan temas pendientes. Una de las cosas que conversábamos también y que planteé en la Cuenta Pública es la necesidad de tener un diálogo respecto de la negociación ramal. ¿Por qué alguien se va a negar a conversar?
 
Y quiero que noten algo. Los países que más se desarrollan son los países que tienen más diálogo social y el diálogo social se logra cuando hay partes organizadas con quiénes dialogar. Ese es el sentido de la negociación colectiva. ¿Cómo creen que llegaron a ser desarrollados los países nórdicos? Con sindicatos fuertes pues, con sindicatos fuertes que tenían negociaciones colectivas de alto alcance.
 
Hoy día sabemos que la negociación colectiva en Chile tiene bajo alcance y que las tasas de sindicalización son bajas. Tenemos que, en conjunto, y más allá de los tiempos de este Gobierno, en conjunto en la trayectoria de nuestras vidas, luchar por seguir constituyendo y fortaleciendo la organización de los trabajadores y, en general, la asociatividad en una sociedad, porque aquí nadie se salva solo y somos mejor cuando estamos juntos.
 
De eso al final del día se trata. Sí acá hay algunos que dicen: “Esto es para aumentar la conflictividad”. No, señores, la conflictividad sucede cuando no hay diálogo. La conflictividad sucede cuando hay una sola parte que decide. Por eso, creemos que es tremendamente importante potenciar aún más el diálogo entre trabajadores, empresarios, Gobierno, sociedad civil, ahí también la OIT cumple un rol que es tremendamente importante y nos ha colaborado en esto.
 
Compañeros y compañeras:
 
Para terminar, quiero contarles que el día de ayer tuvimos una muy buena noticia en el Parlamento. Logramos aprobar en general algo que está en la esencia de las peleas que hemos dado hace mucho tiempo, pero que no tiene que ver con nosotros y no es un triunfo del Gobierno, es un triunfo de las familias: se aprobó la idea de legislar el fin al CAE, el nuevo Financiamiento de Educación Superior.
 
Yo les quiero agradecer a los parlamentarios, no necesariamente de nuestro sector, que se atrevieron a dar ese salto, porque lo hicieron pensando en las familias. Hay tantas familias, tantos estudiantes que han tenido que pagar hasta tres veces su carrera y que entraron a la universidad con el sueño de la movilidad social y terminaron acogotados por las deudas.
 
Eso es algo que tenemos el deber de terminar y, por lo tanto, a quienes hoy día están pronosticando desde ya un duro trámite en el Senado, seguro va a ser duro. Pero cómo los senadores no se van a poner la mano en el corazón y van a votar por las familias chilenas que hoy día están endeudadas.
 
Por eso, hacemos un llamado a que esto se discuta, se llegue a acuerdo, se llegue a acuerdo también en el ámbito del financiamiento de la educación superior, pero se vote sobre todo pensando en las familias y logremos terminar con el CAE y tener un nuevo Financiamiento de Educación Superior que sea justo y, además, sostenible para el Estado, como bien ha recordado el ministro Marcel.
 
Qué lindo el homenaje, cuándo se había visto un presidente de la CUT haciéndole un homenaje al ministro de Hacienda. Así que, le escribí inmediatamente a Mario para decirle lo que acaba de pasar acá. Y no me cabe ninguna duda que también está Mario Marcel tremendamente contento y por eso, junto con Giorgio Boccardo y con la ministra Aguilera firmaron este protocolo de acuerdo para poder seguir llevando adelante esta discusión.
 
Estimados y estimadas:
 
Es para mí, reitero, un tremendo honor estar con ustedes desde este escenario, escenario que además es la casa de muchas luchas. Hace poquito estuvimos acá celebrando el primer aniversario del Frente Amplio, como no me cabe ninguna duda que han estado muchos otros partidos políticos, porque también hay que reivindicar acá –tal como ustedes han reivindicado con mucha fuerza– la importancia de la militancia sindical, la importancia de la militancia en los partidos políticos.
 
Tenemos que recuperar los partidos políticos, el prestigio de los partidos políticos. Sí al final ser parte de una organización colectiva –y bien lo decía el presidente de la CUT– significa ir más allá de uno mismo, creer en algo superior y a eso algo superior algunos le podrán llamar “Dios”, otros le podrán llamar “sociedad”, otros le podrán llamar “colectivo”, pero lo importante es que uno no se agota en su propia existencia, sino que está aquí gracias también a otros y por ello tenemos que luchar.
 
Muchísimas gracias a todos y a todas, un honor estar con ustedes acá.