S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, asiste a la ceremonia inaugural de Urban 20

17 NOV. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, junto al Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, asiste a la ceremonia inaugural de Urban 20, un espacio de diálogo entre los alcaldes de las capitales de los países que son parte del G20.

 

Muchísimas gracias a todas y todos los presentes.
 
Querido compañero Lula, es un honor estar de nuevo contigo hoy en Río de Janeiro. Prefecto de Río, Eduardo Paes, felicitaciones por tu reelección y por el tremendo trabajo que estás haciendo. Janja, querida es un gusto verte también. Yvonne Aki-Sawyerr, qué bueno poder conocerte desde Sierra Leona, un gusto. Mi querida Anne Hidalgo, compañera, también estuvimos en París. Y Mauro, por cierto, es un tremendo gusto estar contigo acá. Les presento a nuestro canciller, Alberto van Klaveren que también nos acompaña.
 
Estimados amigos y amigas de las ciudades del G20, Chile ha sido invitado, no somos parte de las 20 primeras economías mundiales, pero estamos honrados de que nuestro compañero Lula, nos haya invitado a participar de este foro, esta organización que surge entre ciudades tan distintas de todo el mundo para poder traer la perspectiva local a las discusiones que damos los líderes de países es fundamental.
 
Ayer, solo ayer, participé con otros líderes mundiales en la reunión de la APEC con el Presidente de China, el Primer Ministro de Australia, de Nueva Zelanda, de Estados Unidos, de Emiratos Árabes Unidos, entre otros, sin embargo, cuando hablamos a nivel macro es muy fácil desentenderse u olvidar que las decisiones que tomamos afectan concretamente a los habitantes de nuestros pueblos. Por eso, es tremendamente importante que los alcaldes y alcaldesas aquí presentes estén para recordarles a todos los líderes mundiales a quienes nos debemos, a los pueblos que representamos.
 
En ese sentido, los gobiernos locales son claves en la implementación de las políticas públicas de cualquier Estado por la llegada a las familias, por la participación activa de las ciudades, considerando que hoy más de la mitad del mundo vive en ciudades, no tienen sentido las políticas públicas si no las hacemos con ustedes. Así lo hemos aprendido, por cierto, en Chile y desde Chile impulsaremos, también, lo que en esta asamblea se discuta.
 
Hemos hablado aquí de combatir la emergencia climática, de mitigar sus efectos, de adaptarnos a esta nueva realidad que es, quizás, el desafío más importante que tenemos como generación y nadie está exento de esto. En Chile lo hemos vivido desgarradoramente con incendios que, incluso, han afectado nuestras ciudades; lo hemos vivido con las sequías que están desertificando nuestro norte y avanzando el desierto hacia el sur; lo hemos vivido, también, con inundaciones que han afectado ciudades importantes de nuestro país.
 
De esto no se escapa nadie porque ciudades con bajos ingresos o ciudades con altos ingresos pueden ser igual de vulnerables a la crisis climática. Lo veíamos recién en España, en la comunidad valenciana, donde la crisis climática no perdona tampoco a los negacionistas o a quienes minimizan la importancia de la crisis climática. Esto es tremendamente importante en tiempos donde liderazgos mundiales niegan o minimizan lo que significa la crisis climática. Y cuando necesitamos la colaboración de todos y todas para poder enfrentar sus efectos, es tremendamente importante que confiemos en la ciencia, que no le demos la espalda a la ciencia y que todos compartamos nuestras experiencias para poder adaptarnos a esta nueva realidad que hoy nos toca enfrentar.
 
En Chile lo estamos haciendo con nuestra nueva Ley Marco de Cambio Climático que establece la meta de alcanzar la carbono neutralidad en nuestro país al 2050, también con una hoja de ruta de electromovilidad, porque la crisis climática también es una oportunidad para países como el nuestro que tenemos cobre, que tenemos litio, que estamos impulsando el hidrógeno verde, pero que también estamos modernizando nuestras ciudades. La ciudad de Santiago de Chile, capital de nuestro país, es, fuera de China, la ciudad con más buses eléctricos en el mundo y hoy estamos expandiendo estos buses eléctricos a otras ciudades como Rancagua, Antofagasta, Coquimbo y La Serena.
 
También, hemos aprobado la Ley de Eficiencia Energética para nuevas construcciones, y todo esto, conscientes de que Chile es un país que contribuye mínimamente a los gases de efecto invernadero, pero estamos convencidos que todos tenemos que aportar, pero también debemos ser claros en que hay algunos que tienen más responsabilidad que otros. Y esos países que tienen más responsabilidad, que otros debemos exigirles que cumplan con su parte porque, generalmente, son países pequeños, de ingresos medios o bajos, los más afectados por la crisis climática. Lo hemos conversado, por ejemplo, ayer con el Primer Ministro de Papúa Nueva Guinea o la Presidenta de Barbados, islas que sufren los efectos de esta crisis.
 
Quiero destacar los esfuerzos de Brasil dentro del G20 para reformar el financiamiento climático. El liderazgo de Lula da Silva mejorando la accesibilidad de los fondos, movilizando el apoyo del sector privado y ampliando el financiamiento global es clave. En esto no podemos retroceder y necesitamos avanzar en equidad.
 
Pero las ciudades se tratan también de integración. Yo vengo de una ciudad chiquitita en el sur de Chile y del mundo que se llama Punta Arenas, en la Patagonia austral, más cerca de la Antártica que de las grandes capitales. Y en esa ciudad, que es una ciudad de 120 mil habitantes, donde estamos integrados, donde, sin importar cuánto dinero tienes, vamos al mismo cine y jugamos en las mismas canchas de fútbol, donde paseamos por los mismos parques. Y eso es algo de lo cual tenemos que preocuparnos, porque ciudades que están segregadas según clase social son ciudades que terminan desencontrándose y necesitamos, en conjunto con ustedes, generar ciudades más integradas donde todos las sintamos parte, donde todos las cuidemos.
 
Para eso, es necesario recuperar nuestros espacios públicos, como bien lo ha estado haciendo Eduardo Paes aquí en Río de Janeiro. Y la recuperación de espacios públicos se logra con algunas políticas públicas, que muchas veces son miradas en menos por los gobiernos nacionales y que desde Chile hoy estamos impulsando con mucha fuerza en los presupuestos nacionales. Se logra con cultura, recuperando la cultura en los barrios; se logra con deporte, invirtiendo más en deporte, no solamente en el de alto rendimiento, en el que sale en la tele, sino en el que es para todas las personas; mejorando, por cierto, la educación pública.
 
Y algo en lo que estamos innovando en Chile es en el Sistema Nacional de Cuidados. En Chile, como seguramente en gran parte del mundo, hay una parte importante de las mujeres que habitan nuestras ciudades que le dedican su vida a cuidar a niños, a personas enfermas o a personas mayores, y hemos invisibilizado los cuidados. Los cuidados deben reconocerse como un trabajo porque eso es, un trabajo. ¿Quién se atrevería a decir que una mujer que cuida no trabaja? Tenemos que valorizarlo, visibilizarlo y también socializarlo, y generar una ciudad que sea accesible, que genere puntos de encuentro entre quienes hoy están recluidos en sus casas, las personas que requieren de cuidados y las personas cuidadoras.
 
Esto, en conjunto con las adaptaciones que tenemos que hacer a propósito de la crisis climática, va a generar ciudades más seguras, más integradas, donde todos tengamos derecho a ser felices. No nos olvidemos, por favor, que nos debemos a nuestros pueblos y que las grandes discusiones que tenemos no pueden estar ajenas de la persona que sufre en el barrio.
 
Por eso, para mí es un honor poder estar hoy con ustedes acá, alcaldes y alcaldesas de diferentes lugares del mundo, y en particular, con el liderazgo que el Presidente Lula, como Presidente de Brasil y uno de los principales líderes mundiales, tiene para impulsar alianzas tan importantes como la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, a la cual, por cierto, hemos adherido.
 
Para terminar, les cuento que en nuestro país, con políticas públicas serias y responsables, en democracia, hemos logrado bajar la pobreza desde un 40%, cuando terminó nuestra brutal dictadura, a un 6,5% el día de hoy. Por lo tanto, creemos que estos ejemplos son posibles de replicar, pero tenemos que, a la vez que disminuimos la pobreza, disminuir también la desigualdad, para crear sociedades más cohesionadas que así puedan surgir con todos y todas, no con la política del chorreo, donde solamente ganan los ricos, sino donde todos y todas tengan acceso a una ciudad justa, integrada y feliz.
 
Presidente Lula, prefecto Paes, alcaldes y alcaldesas de todo el mundo, es un honor estar con ustedes acá construyendo ciudades más justas y un mundo más justo e integrado para todos y todas.
 
Muchísimas gracias.