S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza la ceremonia de conmemoración de los 30 años del programa Centro de Lectura y Biblioteca Escolar (CRA) del Ministerio de Educación

22 OCT. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, junto al ministro de Educación, Nicolás Cataldo, encabeza la ceremonia de conmemoración de los 30 años del programa Centro de Lectura y Biblioteca Escolar (CRA) del Ministerio de Educación.

Qué alegría estar aquí con todos ustedes. Saludo a todas las profes, los profes, a las asistentes de educación, a los auxiliares, a los conductores del transporte escolar que también saludamos y estaban por allá, a las manipuladoras de alimentos que nos acompañan para allá atrás y, sobre todo, a ustedes, a los estudiantes, que son el motivo por el cual todo esto se mueve.
 
Me honra mucho poder conmemorar aquí en la Escuela Presidente Eduardo Frei Montalva, y junto a ustedes, los 30 años de una buena política pública que ha tenido continuidad: el Centro de Lectura y Biblioteca Escolar (CRA), que es un programa del Ministerio de Educación. Desde 1994 son más de 11 mil las bibliotecas que se han levantado en escuelas y liceos de todo Chile.
 
Les contaba en otras instancias que me ha tocado visitar muchas escuelas y liceos a lo largo de Chile. El otro día me sorprendió mucho ir a un pueblito rural que se llama Michilla, en la comuna de Mejillones, allá en el norte, en medio del desierto. 200 personas viven en ese pueblito y tiene una escuela donde van 17 estudiantes. Piensen que ustedes, chicos y chicas, son aquí 797. En esa escuelita que les digo, que se llama Lucila Godoy Alcayaga hay 17 estudiantes y tienen también su biblioteca.
 
Los libros nos inspiran y nos permiten también unirnos y viajar. ¿Y por qué quisimos celebrar este hito hoy? Porque la lectura es una habilidad fundamental para poder desarrollar el pensamiento, para desarrollar el lenguaje, para desarrollar la imaginación, la comunicación y es, por cierto, una herramienta fundamental para la educación. Y desde ahí, desde la educación, construir un país más justo, un país más igualitario, un país más democrático.
 
Cada libro, chicos y chicas, es un tesoro, los invito a descubrirlo. Quiero aprovechar también esta instancia para hacer un pequeño homenaje a una persona que le dedicó mucho a los libros, quizás algunos de ustedes no lo conozcan, pero ojalá lo puedan conocer pronto, que se llama Antonio Skármeta.
 
Antonio Skármeta fue, porque falleció la semana pasada, un escritor chileno que, además de escribir novelas muy bonitas y obras de teatro, se dedicó a difundir el libro en Chile. Y cuando recuperamos la democracia tenía un programa en la tele, que ojalá podamos recuperar ese tipo de programas, que se llamaba “El Show de los Libros”, donde les contaba a todos los chilenos y chilenas el valor que había en cada uno de esos tesoros que son los libros. Además, chicos y chicas, quiero que sepan que en el mundo entero, a mí me toca viajar por todas partes, a Chile se le conoce por sus grandes poetas, escritores y escritoras.
 
Cuando yo era chico en Punta Arenas había muy pocas librerías, me acuerdo de la Librería Vickery, pero había poquitos libros. Y a mi papá le tocaba viajar a Santiago a veces por trabajo y siempre que viajaba me traía un libro. Me acuerdo de haber leído “Los Tigres de la Malasia”, de “Sandokán”, los libros de Monteiro Lobato, “Los Karas y la droga de la obediencia”, los primeros libros de “Las Crónicas de Narnia” con “El León, la Bruja y el Ropero” y tantos otros que, desde Punta Arenas, allá lejos, en el sur de Chile, donde comienza el mundo, me ayudaron a conocer el mundo entero.
 
Y, a su vez, mi padre me contaba que cuando él era chico sus papás le apagaban las luces en las noches para que se fueran a dormir y él, peligrosamente, encendía una vela y se quedaba leyendo hasta tarde y así me fueron transmitiendo el amor por la lectura. Me acuerdo también –perdonen que me remita a estas experiencias– que me leía “El Libro de las Preguntas”, que es un poema precioso de nuestro Premio Nobel Pablo Neruda. lo mismo mi mamá que me contaba cuentos.
 
Por eso qué rico que tengan ustedes a alguien como Sandra Rojas, a quien acabo de escuchar, con los chicos de segundo básico, en una experiencia que realmente fue maravillosa, porque con Cheese, el ratón reportero, les contó a todos los chicos cómo los valores no se roban, los valores se comparten, los valores se enseñan en la casa y en la escuela. Lo hizo con dibujos, participando con niños y niñas, con invención, con creatividad y veo, Sandra, tu pasión, tu vocación por tu trabajo y, en verdad, se vuelve contagioso. Por eso, mi admiración a los profesores y profesoras de Chile que hacen esta pega, que es tan hermosa. Un aplauso para ellos, por favor, también.
 
Ahora, hay una cosa que es importante. Me acuerdo cuando iba en el colegio y, a veces, nos pasaban los libros que había que leer para dar la prueba, desde uno de un niño que se perdía, que se quedaba dormido en un supermercado y disfrutaba mucho comiéndose las mermeladas y esas cosas; bueno, todos los “Papeluchos”, “Papaíto Piernas Largas”, “Perico trepa por Chile”, “Mi amigo el Negro” y tantos otros; y, después, libros cada vez más difíciles, me acuerdo que nos hicieron leer “Siddhartha” o “Subterra”, entre tantos otros.
 
A veces, daba lata leerse los libros que te obligaban en el colegio, a veces uno veía o uno sentía que leer por obligación generaba una suerte de rechazo. Por eso, es tan lindo lo que hace Sandra, porque vuelve la lectura no una obligación, sino un placer. Y como decía nuestra Premio Nobel Gabriela Mistral, “hacer leer, como se come, todos los días, hasta que la lectura sea como el mirar, un ejercicio natural, pero gozoso siempre”. Ojalá, chicos y chicas, cuando abran un libro, cuando descubran cualquier cosa que les guste puedan hacerlo desde el disfrute, no solamente desde la obligación.
 
Y tal como decía el director de esta escuela, Óscar, de lo que se trata es de despertar en los estudiantes el amor por la lectura. A mí me fue bien en su momento en la Prueba de Selección Universitaria, relativamente bien, tuve la suerte de entrar una buena universidad porque me fue bien en la prueba de Castellano en esa época y en la Historia y Geografía. Y me preguntaron: “¿Cómo estudiaste?” y yo les dije: “Leyendo”. La mejor manera de estudiar es leyendo no solamente las materias o lo del preuniversitario o de las cosas preparándose para las pruebas, sino leyendo, abriendo la mente, abriendo la cabeza, conociendo más vocabulario.
 
Me sorprendió, por ejemplo, que en la actividad que tuvimos, la profe Sandra les preguntaba a los niños: “¿Qué cara tiene Cheese”? o “¿Qué está haciendo Cheese?”. “Está escondido”, decía uno, el otro decía: “Está espiando”. Después, preguntaba otra palabra y alguien levantaba la mano y decía: “Oculto”. Ahí se nota que se va ampliando el lenguaje y ampliar el lenguaje es la primera herramienta para imaginar, para crear. Al final del día, en tiempos de inteligencia artificial, quizás algunos de ustedes ya conocen o han escuchado hablar de ChatGPT y MetaAI, todo eso está hecho por humanos que imaginaron y para poder imaginar en algún momento leyeron.
 
El Programa de Bibliotecas Escolares ha sido fundamental para extender el libro en nuestro país hasta sus sectores más remotos. Pienso, por ejemplo, en la bibliolancha allá en Chiloé que recorre las Islas más recónditas para poder llegar con libros a los lugares donde muchas veces cuesta que lleguen otros servicios.
 
Las bibliotecas son un lugar de encuentro, donde todos y todas tengan cabida. Independiente del lugar de origen o de cuánta plata tenga la familia, la lectura es democratizadora. Democratizar la lectura es precisamente la idea que da vida y sentido al CRA y se materializa en cómo ha evolucionado en estos 30 años.
 
Estamos contentos porque además este 2024 logramos incorporar libros con accesibilidad universal para que todas y todos puedan disfrutar de ellos. Hace poco en la Escuela Jorge Teillier en la comuna de Lautaro me regalaron un libro de poemas de Jorge Teillier en braille, porque todos tienen derecho a la lectura. Y sé que este es un colegio inclusivo donde seguramente hay niños con capacidades especiales, niños o niñas con TEA.
 
Lo que hemos tratado de hacer también es la inclusión, donde todos podamos ser parte de una misma comunidad. Ese es el objetivo de la educación pública.
 
Permítanme contarles una infidencia. Veníamos conversando con mis escoltas y me contaba el “Pato” Aguayo y la “Pancha” que también estudiaron acá hace mucho tiempo…o no tanto en el caso de la “Pancha”, en el del “Pato” más. Y es muy bonito saber que hoy servidores públicos, una ministra de Estado tiene su hija acá en el colegio, en una escuela pública. Un abrazo grande, ya sabe quién es, no voy a nombrarla para no hacerla pasar vergüenza.
 
Pero acá, en este colegio, la gracia es que todos son iguales, en que independiente de donde vengan, independiente quien sea el papá o quien sea la mamá, tienen el mismo derecho a una educación de calidad.
 
Ahora, me contaba el ministro que en estos días parte el SIMCE, que hoy parte el SIMCE. A este colegio le ha ido bien y no me cabe ninguna duda, con la alegría, con la infraestructura, con la vocación de los profes que vemos, que esto va a seguir siendo así.
 
Otra cosa que hemos mejorado, y con esto voy terminando, es que desde el 2020 se está implementando un nuevo Plan de Formación para Encargados y Encargados de Bibliotecas Escolares, para que ojalá todos puedan ser como Sandra, porque ustedes tienen un rol fundamental en guiar la lectura de los estudiantes y permitirles que estos espacios y las bibliotecas funcionen como un lugar de cobijo, como un lugar de encuentro, como un lugar de alegría. Me acuerdo en la Escuela Jorge Teillier como además había una infraestructura nueva, con sillones preciosos, donde los chicos podían sentir que era un lugar de acogida, no estos lugares oscuros y laberínticos. La biblioteca es un lugar de felicidad.
 
Asimismo, como anuncié al país cuando enviamos el Proyecto de Ley de Presupuesto 2025, estamos haciendo un aumento importante en los recursos para la cultura, porque estoy convencido que la cultura, las artes, el patrimonio son fundamentales para la cohesión de la sociedad. Para poder vivir en una sociedad más justa y feliz necesitamos más arte y más cultura.
 
Cuando yo me vaya de la Presidencia no voy a tener ni autos ni joyas ni grandes lujos patrimoniales, mi gran riqueza material, además, por cierto, de mi familia, son mis libros y, de verdad, los invito a ustedes a perderse o encontrarse en ellos para poder seguir viajando.
 
Hubo un tiempo en Chile, que seguramente les han contado, en donde se quemaban libros. Nunca más queremos volver a repetir esa experiencia. Hoy en Chile los libros están al acceso de todos y todas gracias a iniciativas como esta, gracias a políticas públicas serias, de Estado, con continuidad y, sobre todo, gracias a profesores y profesoras con una vocación que se nota en estos momentos.
 
Muchísimas gracias a todos. Un gustazo estar con ustedes en la Escuela Pública Eduardo Frei Montalva.