S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, presenta el Proyecto de Ley de Reorganización y Condonación de Deudas Educativas y nuevo Financiamiento para la Educación Superior

8 OCT. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, presenta el Proyecto de Ley de Reorganización y Condonación de Deudas Educativas y nuevo Financiamiento para la Educación Superior junto a las y los ministros de Educación, Nicolás Cataldo; de Hacienda, Mario Marcel; Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde; Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo; de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara; de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana; y el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana.

Muy buenos días a todas y todos los presentes, a las autoridades, a Caterine, sobre todo a la comunidad educativa, a los estudiantes. ¡Qué alegría poder estar haciendo este acto tan simbólico e importante que refleja tanto de nuestras propias trayectorias justamente en la Usach!
 
Hay algunos que podrán decir: “Qué día más feo les tocó para hacer esto de octubre”. A mí la verdad me recuerda la Marcha de los Paraguas del 2011 y esa fue una de las tantas marchas durante tanto tiempo que también nos permitió llegar hasta acá, porque hay que recordar y me parece importante —Caterine lo decía en sus palabras— cómo se conjugan, cómo se entremezclan los deseos, la voluntad, la organización no solamente de estudiantes, sino de la sociedad con las buenas políticas públicas.
 
Cuando empezamos y cuando teníamos discusiones en su momento con el ministro Bitar, y que me alegra mucho, Sergio, “Nana”, senadora Provoste que hoy estemos aquí todos juntos. Creo que eso también es un acto tremendamente importante porque tuvimos diferencias y hoy nos unimos en la solución. Aquí, insisto, se conjuga algo que para el lugar de donde provenimos políticamente es tremendamente importante, que es organización social, movilización y políticas públicas.
 
Miren el caso de Caterine, cuando cuenta su experiencia como madre, como trabajadora, estudiando vespertino con el CAE y donde, además, su hijo estudia con gratuidad implementada durante el gobierno de la presidenta Bachelet. Creo que hay un simbolismo muy potente en tu experiencia, pero no solamente un simbolismo, acá no estamos hablando sólo de palabras, sino que la política cuando se hace pensando en la gente, cuando se hace pensando en su pueblo soluciona problemas.
 
Estamos aquí para ver firmado el proyecto que pone fin al Crédito con Aval del Estado, que saca los bancos del financiamiento de la educación superior y que crea un nuevo instrumento de financiamiento público para la educación superior, el FES. Hoy día me desperté en la mañana y un amigo que está lejos, me decía: “¡Te tengo FES!”
 
Qué alegría, además, presentarlo —como decía— este proyecto aquí, en el ágora de la Usach que, desde sus antecesoras, la Escuela de Artes y Oficios y luego la Universidad Técnica del Estado, ha representado la ampliación de la educación pública, de la educación técnica, de la educación profesional, además con un sentido de inclusión, pionera la Usach en la inclusión mediante, primero, los propedéuticos, después el PACE. Y qué bueno hacerlo con estudiantes, muchas gracias chicos, muchas gracias chicas por estar acá también. Es tremendamente importante.
 
Como señalé anoche en Cadena Nacional, que agradezco a los medios haber difundido, este proyecto ingresa al Congreso en un contexto del cual no podemos desatendernos. Un contexto de creciente desprestigio de las instituciones y de la política. Yo tengo claro que nuestra tarea es enfrentar las dificultades para avanzar y mejorar de manera concreta la vida de las personas y sus familias. Hay quienes pueden pretender, en medio de las polémicas de los casos inaceptables que hemos visto de corrupción y tráfico de influencia, de llevar a todos al barro para que no sea posible distinguir, de estar permanentemente en la pelea chica, de disputar quién grita más fuerte.
 
Y yo les digo muy claramente que no estamos para eso. El Gobierno y la buena política no tiene que estar para eso, porque la mejor manera de defender las instituciones, de reivindicar el valor de la política en la sociedad es mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo a través de buenas políticas públicas, escuchando, mejorando, incorporando la visión de otros con los que quizás tuvimos diferencias en un comienzo, pero que cuando nos escuchamos de buena fe, cuando atendemos a los argumentos podemos llegar a consensos y a buenos proyectos como, tengo la convicción, es éste.
 
Con el ministro Cataldo, con el subsecretario Orellana, con el ministro Marcel, con la ministra Vallejo al interior del Gobierno, lo discutimos, lo conversamos largamente siempre en pos de buscar una solución. Sé que hubo mucho diálogo también con el exministro Eyzaguirre —como lo contaba— con el exministro Bitar, con la exministra Delpiano, con la senadora Provoste, con los parlamentarios aquí presentes, veo a exdirigentes estudiantiles y a quienes han tenido una preocupación siempre prioritaria por la educación, al senador Quintana, a la diputada Daniela Serrano, a la diputada Camila Rojas, a la diputada Emilia Schneider, al senador Pedro Velázquez, veo a Helia Molina, veo a Juan Santana, a Gael Yeomans, a Claudia Mix, a Dani Tello, a Gonzalo Winter, a los presidentes de partidos, a diferentes autoridades que hoy nos acompañan y, sobre todo, a la comunidad educativa actual. Seguramente acá mismo muchos endeudados.
 
Y, desde esta universidad, quiero decirle al país que este compromiso con los deudores del CAE, con las familias que han cargado esta pesada mochila durante tanto tiempo es, a la vez, el reflejo del compromiso de nuestro Gobierno con la educación. Y cómo podría ser de otro modo, con nuestras propias trayectorias.
 
Estamos cumpliendo un compromiso que adquirimos con el país, pero sobre todo estamos haciendo justicia a una lucha de años, que tiene caras, que tienen nombres, que tiene mucho esfuerzo detrás como bien representa la experiencia y el testimonio de Caterine. Esta es una de las banderas más sentidas del movimiento estudiantil del que formamos parte en su momento y que, tantas veces, nos convocó aquí en la Usach.
 
Estamos cumpliendo con la palabra empeñada y haciéndolo con responsabilidad y de forma justa y progresiva, y lo hacemos conscientes que el proyecto, tal como lo imaginábamos, ha ido sufriendo modificaciones y nos alegramos que así sea. Hay algunos quienes dicen: “Esto no es lo que ustedes dijeron en un comienzo”. Bueno, pero sí las cosas cambian justamente porque uno es capaz de incorporar argumentos de otras personas, argumentos con fundamento. Si uno no cambiara nunca su posición inicial, la política no tendría sentido. Si la política es el espacio de encuentro entre quienes piensan distinto y en donde buscamos, a través de un diálogo racional, de buena fe, encontrar el mejor punto de encuentro posible para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo. Y este proyecto lo expresa de manera, creo, muy prístina.
 
El CAE permitió, en su momento, que las puertas de la educación superior se abrieran a un universo mucho mayor de estudiantes. Eso es importante decirlo, sin embargo, el crecimiento de la matrícula también reveló las limitaciones del diseño de esta política pública. Recuerdo el 2012 cuando era presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, vocero de la Confech, en conjunto con otros compañeros y compañeras acá y otros que hoy no están, que una de las peleas era bajar el interés. En un comienzo el interés del CAE, si mal no recuerdo, estaba en el 6%. Logramos, en esa época, como un primer paso, que disminuyera al 2%.
 
Fueron pequeños avances progresivos y cuando partimos a movilizarnos, que me corrija la ministra Vallejo, pero me acuerdo de esa marcha, dos días después de tu cumpleaños, el 28 de abril del 2011, nos decían: “¿Qué están haciendo? Esto es imposible”.
 
Y la política, efectivamente, como decía el rector Vidal, es de una u otra manera el arte de lo posible, pero lo posible no es algo estático, lo posible no es algo que determina un sector de la sociedad. Siempre me acuerdo de la canción de Silvio que dice “yo he preferido hablar de lo imposible porque de lo posible se sabe demasiado”. Y nuestro rol en la política y el rol de las organizaciones sociales es también ir justamente corriendo los límites de lo que, en un momento determinado, se entendía como posible. Si nos quedáramos solamente con quienes nos dijeron que no, que esto no se puede, la verdad es que además de ser profundamente aburrida la sociedad, creo que no seríamos capaces de dar soluciones a problemas que son profundamente sentidos.
 
Hay quienes dirán que esto no es necesario o que no soluciona un problema prioritario o por qué no se preocupan de y ponga el problema que quiera. Yo quiero decirles una cosa, varias cosas a esa gente: uno, que los gobiernos pueden “caminar y mascar chicle”, que acá tenemos un equipo que está trabajando seriamente para abordar los diferentes desafíos que tenemos en educación; en educación inicial que es tremendamente importante, recogiendo la tremenda expansión que se dio en educación inicial con la presidenta Bachelet y ahí nuestra subsecretaria, Claudia Lagos, está cumpliendo una pega tremendamente importante; fortaleciendo la educación en su base, en las escuelas.
 
Les he contado públicamente cómo tuve la suerte de visitar hace un par de días una escuela rural en Michilla, en la comuna de Mejillones, en un sector rural, en un pueblito donde viven 200 personas donde vi tanto en los ojos de esos 17 estudiantes, dos de ellos con TEA, donde estaba implementada la Ley TEA en el colegio con una sala de contención emocional, como en los ojos de la profesora Rosa, la esencia y lo más bonito de Chile, su educación en una escuela, Lucila Godoy Alcayaga, Gabriela antes de Gabriela, como profesora rural, donde se expresaba lo mejor de nosotros y estamos trabajando para mejorar esas escuelas.
 
Cada vez que voy a terreno, a alguna región o acá mismo dentro de Santiago, trato de visitar una escuela, un liceo o un centro TP. Hemos estado, en conjunto con algunos de ustedes, en el Instituto Nacional, en el Liceo 1, en el Liceo Pedro Prado en Lo Prado, en el Benjamín Franklin en Quinta Normal, en una escuelita rural a la que mejoramos su infraestructura en Marchigüe o en las nuevas instalaciones del principal Liceo de San Javier, en el Centro de Formación Técnica de Porvenir que le devolvió la vida a la ciudad o en San Antonio, nuestro querido San Antonio, Cami; recorriendo en la Universidad Arturo Prat o en la Universidad de Magallanes, viendo la magia que hacen las educadoras de párvulo con la tremenda tarea en los jardines infantiles.
 
Entonces, quiero adelantarme a quienes van a decir que esto no es prioritario y decirles que acá estamos abordando los diferentes desafíos que tenemos en materia de educación. Hay algunas cosas que hay que hacer mejor, sin lugar a dudas, lo hemos conversado con la senadora Provoste donde hay problema tenemos que estar más presentes y hay que apretar mejor las tuercas, y cuando hay que hacer cambios hay que hacer cambios, bienvenidos sean, pero hay que abordar todos los problemas y dolores de la sociedad.
 
Sabemos absolutamente y lo tengo absolutamente claro cuando recorro cualquier lugar del país que hoy la seguridad es de las principales preocupaciones de nuestro pueblo y estamos trabajando intensamente para desarticular bandas de crimen organizado, para pelear contra la delincuencia y sabemos que es una tarea larga y difícil. Hay algunos quienes dirán: “ustedes debieran dedicarse 100% a eso, pero el Gobierno debe tener sus ojos y sus acciones en todas partes. ¿Se atreverían, quieres hacer esas críticas, a decirle a Caterine, mujer trabajadora, madre esforzada, que su deuda por haber estudiado —hoy cesante, nos contaba— no es algo de lo que debiéramos también hacernos cargo?
 
 
Yo invito a que esto no sea una pelea entre Gobierno y Oposición, sino que pensemos en la gente, que pensemos en las familias que tienen una mochila demasiado pesada por haber ejercido el derecho, que una sociedad debiera proveer, que es el derecho a estudiar.
 
Lo que estamos haciendo con este proyecto, como bien lo ha explicado el ministro Cataldo, es solucionar una deuda pendiente desde hace mucho tiempo. En este proyecto todas y todos los deudores se van a beneficiar de alguna manera con niveles de condonación y planes de pago con foco en quienes tienen menores ingresos y que reconoce el esfuerzo y la responsabilidad de quienes, con mucho esfuerzo, han pagado.
 
Échenle una mirada a los diferentes comentarios que se han dado en los sitios de noticias u hoy en las redes sociales. Yo veía ayer Instagram donde subimos la Cadena Nacional y los comentarios de diferentes experiencias de vida de deudores. Muchos contaban: “yo, durante mucho tiempo, con esfuerzo, pese a las dificultades, estuve pagando” o “yo no pude pagar porque tuve que desertar, tuve que salirme de la carrera porque no tenía condiciones para seguir”. Detrás de cada experiencia, detrás de cada testimonio hay algo que vale la pena escuchar y este proyecto busca dar una solución razonable y progresiva a justamente aquellos problemas.
 
Todos los aquí presentes y quienes nos escuchan por los medios de comunicación saben lo difícil que ha sido para los gobiernos de izquierda y de derecha, de cualquier signo, poder avanzar con cambios concretos que se hagan cargo de las deudas que tenemos como país. La política, más allá de la razonable discusión en toda democracia, está para solucionar problemas, no para agravarlos. Y así lo hemos abordado desde nuestro Gobierno y lo hemos intentado hacer con búsqueda de acuerdos, lo logramos en muchos casos como con el Royalty, con el aumento del sueldo mínimo, con la Ley de 40 Horas, con la reciente aprobación de la Ley de Cumplimiento Tributario y así, también, hemos encontrado el camino para avanzar en la Reforma de Pensiones, y esperamos también encontrar el camino para avanzar en esta ley.
 
Muchos nos invitaron a desahuciar varias de estas reformas, pero somos porfiados y vamos a seguir siéndolo porque la política también tiene que ver con persistencia, la política tiene que ver con convicciones y la política tiene que ver con el arte de llegar a acuerdos con quienes piensan distinto.
 
Hoy, le proponemos al Congreso una fórmula que consideramos justa para que el país aborde esta urgencia.
 
También, hemos tomado en cuenta las preocupaciones de diferentes sectores y especialistas para poder presentar un proyecto sólido que, ojalá, obtenga amplio respaldo y se tramite rápidamente.
 
Hoy, con éste y con otros proyectos como con la tramitación de la Ley de Presupuesto, estamos poniendo a prueba nuestra capacidad de llegar a acuerdos para entregar soluciones a las personas más allá de los eslóganes y la política chica. Los chilenos y las chilenas esperan de nosotros, Gobierno y quienes estamos en política, en el Congreso, en el debate público, que trabajemos para resolver con celeridad los problemas que dificultan su día a día y que la política sea una herramienta para entregarles una mejor calidad de vida y el CAE es uno de estos problemas que debemos resolver.
 
Invito a las y los parlamentarios a que abordemos este debate con altura de miras y siempre pensando en nuestra gente, que es a quienes nos debemos.
 
Muchísimas gracias a todos y todas.