S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, realiza recorrido por el “Memorial de Paine, Un lugar para la memoria”

11 SEPT. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, realiza recorrido por el “Memorial de Paine, Un lugar para la memoria”, junto a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de Paine; al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero; la ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval; y la subsecretaria de Derechos Humanos, Daniela Quintanilla.

Tenía un discurso, pero vamos a hablar desde el corazón. No sé por qué la verdad, pero soy malo para emocionarme, por lo menos para expresar las emociones y hoy, viendo y compartiendo con algunas de las familias, la creación de los mosaicos y a través de los mosaicos la historia que ustedes quisieron relatar no solamente de su familiar perdido, sino la historia de la familia, de la escuelita, de los cerros que son los nietos, de los rayos de sol que equivalen a cada hijo, las herramientas de trabajo, el sombrero, la pala, el balde y cada una de esas historias, la verdad es que me emociona y no se imaginan, y esto se los digo, primero, como persona, como ser humano, también como militante de una organización de izquierda y, sobre todo, como Presidente de la República, el honor que significa para mí poder compartir con ustedes y sus trayectorias.
 
Ustedes mismas lo decían y lo decía la canción, esa zamba preciosa y desgarradora que acabamos de escuchar: se llevaron a los 70 de Paine, pero con ellos se llevaron también a las familias. Las familias quedaron en la tierra por la que ellos habían luchado en el marco y el contexto de la Reforma Agraria, pero muchos perdieron a un padre y perdieron también la cotidianidad de una madre que todos los días iba a buscarlo, como bien relataba la zamba.
 
Y durante la dictadura sufrieron, además del odio, de la represión, del ninguneo, de la negación, sufrieron la soledad y, como me dijo una compañera, la pobreza, una pobreza de la que debe haber costado mucho reponerse, de la que debe haber costado muchísimo salir adelante. Sí ya eran pobres antes, imagínense quitando a una persona esencial de la familia.
 
Y es que el ensañamiento con los campesinos, con los trabajadores de Paine fue brutal justamente porque representaban a una clase que estaba haciéndose visible con la Reforma Agraria, que había estado invisibilizada durante demasiados años, siglos en Chile. La Reforma del 67 y lo que continuó también el presidente Frei y el presidente Allende, le dio voz, visibilidad y la propia organización de los campesinos y campesinas con los asentamientos desde una voz que era incómoda.
 
El hecho de pensar que el 90% de la tierra de Paine estaba en sólo 50 familias es violento, eso ya es violento. La Reforma Agraria quiso terminar con esa injusticia y, como decía Víctor, sí la tierra es para el que la trabaja, sí la tierra es de nosotros, no del que tenga más. Y eso representaron en esa lucha, en los asentamientos, los campesinos y las familias de Paine. Sufrieron esa vejación en los primeros años de la dictadura, el peregrinaje después, pero el dolor no se acabó ahí.
 
Me sorprendió mucho el día sábado, que tuve el honor de estar en Paine, en la casa de mi cuñado, y me contaron una historia que es muy desgarradora porque me regalaron este libro y me contaron parte de la historia de Mario Enrique Muñoz Peñaloza. ¿Saben lo que más me sorprendió y me dolió? Fue que en 1995 a la familia le entregaron el cuerpo, lo lloraron y lo enterraron. Y 12 años después se enteraron que estaban exhumando el cuerpo, sin avisarles y les dijeron: “No, ¿sabe qué? no era”. Y hasta el día de hoy no saben qué pasó.
 
Entonces, hoy soy evidentemente una persona emocionada, soy un militante de izquierda, pero soy el Presidente de la República y representante del Estado de Chile y como tal siento el deber de a ustedes, a las familias, pedirles perdón a nombre del Estado de Chile por la violencia de haberse llevado a sus 70 padres, abuelos, hijos, por haberles arrebatado toda una vida, todo un peregrinaje durante tantos años, pero también después en democracia por no haber estado a la altura de que desde el día uno el “dónde están” hubiese sido una tarea del gobierno y no solamente una tarea de los familiares de las víctimas, y que se les haya tratado, de una u otra manera, por el Poder Judicial o por las instituciones que hayan sido, sin la consideración que merecían.
 
Por eso, cuando nos vimos por primera vez con Flor, me invitó hace años ya a acá, le dije que íbamos a venir. Y cada vez que alguna, generalmente mujer de las agrupaciones me reta por algún motivo, porque falló algo en el plan, porque hay algo en lo que estamos más lentos de lo que debiéramos, le digo: “Pucha, el Gobierno no tiene ningún derecho a ponerse a la defensiva ni a deshacerse en explicaciones, tenemos que escuchar porque durante mucho tiempo las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos fueron incómodas para la política”.
 
Yo no estoy incómodo, estoy agradecido de ustedes, estoy agradecido y las admiro profundamente, admiro profundamente todo lo que han hecho para mantener vida a la memoria y lo que más me da alegría de estar hoy acá y de conocer parte de sus historias retratadas en cada uno de esos mosaicos es ver a jóvenes menores que yo, a una chica de 17 o 18 años, a un bisnieto que andaba por ahí, y saber que la memoria no termina en los que se van, sino, como me dijo una compañera, el dolor se traspasaba de generación en generación.
 
También, me permito decir que tenemos la tarea de transformar ese dolor en esperanza y en acción porque ellos creían en un Chile más justo, en un Chile con dignidad y nosotros, 51 años después, de diferentes maneras, con tropiezos también, estamos peleando por lo mismo.
 
Siempre les digo a los familiares de quienes sufrieron las violaciones a derechos humanos como hoy, por ejemplo, en Irán 3037, en la Venda Sexy, que la entregamos recién el 2024 a las agrupaciones o ayer en el Estadio Nacional donde creamos la Ruta de la Memoria entre el Estadio y Velódromo, que nosotros como generación estamos aquí hoy gracias a la lucha que dieron ustedes. Nosotros no nos entendemos existencialmente sin la trayectoria que ustedes han recorrido por verdad, por justicia, por reparación y porque nunca más en Chile vuelva a ocurrir algo de estas características.
 
Estimadas y estimados paininos, estamos trabajando firme, como ustedes saben, con el Plan Nacional de Búsqueda, que lo que hace es asumir como un deber del Estado el reconstituir la trayectoria de cada uno de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos. Eso tiene un valor que va a trascender a este Gobierno porque tiene que ser una política de Estado —y que no les quepa duda que la vamos a defender estemos donde estemos—, pero también de seguir buscando, de no dejar de buscar; que ese pedacito de camisa que guardas de tu marido se transforme en algo más.
 
Sabemos que estamos contra el tiempo, sabemos que muchos de los victimarios y de las víctimas ya no están con nosotros, y que es difícil, pero no por ser difícil nos vamos a quedar de brazos cruzados o dejar de hacerlo.
 
También estamos creando el Archivo de Memoria oficial y tratando y haciendo el esfuerzo de incrementar los presupuestos para los sitios de memoria. Eso no es fácil, hay quienes se oponen en el Parlamento, que creen que hablar de la memoria es una suerte de provocación, pero la memoria constituye a Chile y la memoria, para qué estás atrocidades no vuelvan a ocurrir nunca más, es absolutamente necesaria. Por eso, les hago una invitación a los parlamentarios de todos los signos y colores políticos a que no cuestionemos la memoria y a que nos apoyen para poder darle dignidad a sitios como este que se levantan a lo largo y ancho de todo Chile, desde el desierto calcinante hasta Tierra del Fuego.
 
De verdad les agradezco emocionado que nos hayan recibido hoy, que hayan compartido parte de sus historias, sepan que cuentan con nosotros como Gobierno y, existencialmente, también como compañeros y compañeras.
 
Muchísimas gracias.