S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, asiste a la presentación del documental "Gabriel Valdés, testimonios de una vida por Chile"

2 SEPT. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, asiste a la presentación del documental "Gabriel Valdés, testimonios de una vida por Chile"

Muchas gracias a todos los presentes, en particular a la familia de Don Gabriel Valdez Subercaseaux, a María Gracia, Maximiliano y Juan Gabriel, que además es nuestro embajador en Estados Unidos, también a todos sus amigos, sus amigas, sus camaradas democratacristianos.
 
No se imaginan el honor que es para mí el tener a embajadores de la talla de Juan Gabriel Valdés y con eso, también, recordar un poco la historia de su padre. Me siento, de verdad, Juan Gabriel, muy honrado de tener esta suerte y sé que eres un tremendo, tremendo orgullo para Chile. Lo veo también un poco en tu generación, está Jaime Gazmuri por ahí. No está, pero no me cabe ninguna duda que José Antonio Viera Gallo también estará acá si estuviera en Chile. José Miguel Insulza, por supuesto, él es el senador, no es embajador, él no depende de mí. Miren la locura.
 
Quiero agradecer. Yo no voy a recorrer la biografía de Gabriel Valdés porque eso ya lo han hecho de manera excelente tanto su hijo como la vicepresidenta del Partido Demócrata Cristiano. Sólo quiero imaginarme ciertos momentos y pensarlo desde la perspectiva de su vigencia. El primer momento que me imagino es 1938, en la elección entre Ross y Pedro Aguirre Cerda y donde el partido en el cual milita te dice “vamos con Gustavo Ross”, el “ministro del hambre”, como le decían algunos, ministros de Hacienda de Alessandri.
 
Y una juventud en ese momento llena de ideales, naciendo a la vida política, decide rebelarse contra su propio partido y para rebelarse entendía que no había que hacerlo individualmente, sino desde un punto de vista colectivo. Para eso deciden algo que siempre es complejo y que, en general, en la historia de Chile está más lleno de fracasos que de éxitos, que es fundar un nuevo partido.
 
Yo no sé si en 1938 cuando fundan la Falange Nacional, Radomiro Tomic, Bernardo Leighton, Eduardo Frei Montalva, Gabriel Valdés, Narciso Irureta me imagino y tantos otros, no sé si Mariano Ruiz-Esquide estaba en ese momento, pero esa generación pensaba todo lo que iba a ser la Democracia Cristiana en Chile, lo importante que iba a ser para Chile. Fueron visionarios, se atrevieron y optaron por lo público en un momento en que no era obvio y esa rebeldía de la juventud creo que es algo a destacar, porque a Gabriel Valdés se le conoce como con esas arrugas, digamos, pero Gabriel Valdés también fue joven y siempre fue rebelde. Nos demostraba algo que me gusta mucho desmentir, que la rebeldía no se pasa solamente con el acaecer de los años, sino que también uno puede ser rebelde manteniendo las convicciones firmes que lo llevaron a tomar esas decisiones en la juventud.
 
También cuando uno piensa en la trayectoria de Gabriel Valdés la palabra “unidad”, como bien decía Alejandra, está permanentemente presente, la unidad no solamente al interior de Chile, sino también hacia afuera. Una de las primeras cosas que me pasó Juan Gabriel Valdés cuando empezamos a discutir y conversar más de política fue la Declaración de Viña del Mar que empujó tu padre y que después tú cuentas cuando se la leen a Nixon, donde desde posturas distintas era importante hablar de la unidad de América Latina, algo que hasta el día de hoy resulta plenamente vigente y tan, pero tan esquivo. Esa unidad que lo llevó a luchar de manera tan firme por la mayor amplitud posible en ese momento, de quienes creían y quienes defendían la democracia frente a quienes querían extender la dictadura.
 
Y fue tremendamente valioso porque había algunos, y lo mencionas o subyace en el texto de Alejandra, que decían una “Concertación Chica” por esa época. Me imagino que varios de ustedes se acordarán. No era fácil ni era obvio que en un momento después de tantas diferencias, diferencias que tenían muertos, diferencias donde había dolores tan brutales, poder juntar esas historias haciendo un proceso no solamente de necesidad, no solamente por el poder, no principalmente por el poder, sino en función de las convicciones y recuperar la democracia para Chile de la cual nosotros como generación también hoy, de alguna manera, profitamos y tenemos que agradecer.
 
Pienso en su desarrollo como uno de los principales directores del PNUD —hoy el PNUD vuelve a estar la palestra con su frase que nos remueve “¿Por qué nos cuesta cambiar?”—. Gabriel Valdés fue de los más importantes impulsores del PNUD.
 
Hace poco, no sé si todos lo saben, pero Chile ingresó al banco de la CAF. La CAF es la Corporación Andina de Fomento, hoy, mucho más que eso. Y se había salido Chile en 1978 y no había vuelto, pero hoy somos parte de nuevo de eso que creó, también, Juan Gabriel Valdés. Lo que quiero decir con esto es que su vigencia fue mucho más allá de su tiempo, la lucidez que tuvo fue mucho más allá de su tiempo. Conoció la cárcel, fue parte de la Alianza Democrática, tiene este icónico discurso en el Parque O’Higgins, pero seguro el documental va a poder contar más que yo.
 
Me gustaría destacar sólo dos cosas. Uno, que entendió y estuvo permanentemente trabajando en algo que es muy complejo en la política que es el equilibrio entre liderazgo y asumir lo que significa ser un dirigente político y, por lo tanto, la opción por conducir y no sencillamente guiarse por el calor del momento —hoy por las encuestas semanales—, sino tener una convicción y empujarla. Y, de manera complementaria, entendió que la política no podía ser sin sociedad y que, por lo tanto, la salida de la dictadura no iba a lograr ser si es que era un acuerdo elitario, tenía que ser con el pueblo.
 
Y esas movilizaciones masivas por las cuales tuvo que estar en la cárcel, fue perseguido, fue criticado, son la prueba fehaciente de aquello.
 
Después, lo segundo que me gustaría recalcar es una dimensión que no ha sido lo suficientemente reconocida que es su aprecio por la cultura. En esto no me cabe ninguna duda que, junto a su compañera de vida, que era compositora, cantante, instrumentista, directora coral, gestora cultural y pedagoga, doña Sylvia Soublette, se formaron una convicción que trasladó al ámbito público con efectos que redundan hasta hoy.
 
Decía Gabriel Valdés, criticando el economicismo reinante en los años de la postdictadura en una entrevista, que, cito: “Siempre me ha preocupado cómo robustecer la cultura que es lo único que puede sostener la unidad social. La cultura y no la economía es la razón de ser de una sociedad”.
 
Vengo recién saliendo de una reunión para zanjar el presupuesto de Cultura, estábamos viendo esos detalles, donde tenemos la convicción que tenemos que hacer un aumento muy significativo este año del orden del 60% en el presupuesto de Cultura, para que tengan una imagen. Los presupuestos sectoriales, en general, dependiendo del año, crecen entre un 3% y un 5%, pero este año Cultura va a crecer del orden del 60%. Y qué bonito encontrarnos, justo, saliendo de esa actividad, con esto. Yo no lo había relacionado, pero siento que estamos siguiendo, de alguna manera, un legado que sigue plenamente vigente.
 
Lo único que me preocupa, y en esto hay que hacer una tarea en la que les propongo que tomemos un compromiso compartido, es, con mucho respeto, no sé bien cómo decirlo, pero el estándar etario de esta reunión y lo digo con mucho respeto porque creo que la figura de Gabriel Valdés tiene que ser conocida por las nuevas generaciones también. Entonces, los invito a un desafío, que, en conjunto, ustedes les digan a sus nietos, a sus nietas que hay un viejo prohombre chileno que luchó por la democracia, que la construyó desde sus años mozos hasta los momentos más duros y que murió como vivió.
 
Tenemos que hacer ese intercambio generacional, tenemos que hacer ese diálogo intergeneracional porque figuras como él no se pueden ir con ustedes, tienen que llegar, incluso, a los más jóvenes que nosotros, a los que hoy día tienen 18, a los que hoy día tienen 20, a los que están en sus 30 comenzando con sus primeros pasos en política y que sepan parte que la historia no parte con ellos ni con nosotros, sino que estamos construyendo gracias al gran legado de grandes hombres como Gabriel Valdés.
 
Muchísimas gracias.