S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza el inicio de las obras de nuevos sistemas de Agua Potable Rural para Lonquimay

22 AGO. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, junto a la ministra Obras Públicas, Jessica López; la ministra (s) de Agricultura, Ignacia Fernández; el delegado presidencial regional, José Montalva; y el alcalde de la comuna de Lonquimay, Nibaldo Alegría, encabezan el inicio de las obras de nuevos sistemas de Agua Potable Rural para la comuna.

Me estaba comiendo una sopaipilla que recomiendo. ¿Cómo se llamaba la pyme que estaba haciendo la comida? Para hacerle promoción, pues. “Sabor del Sur” de Catherine Sáez. Está exquisito. Muchas gracias.
 
Muy buenos días a todas y a todos los presentes.
 
No se imaginan la alegría que me da escucharlos porque ustedes están valorando algo que es esencial en la política y que, muchas veces, falla, que es cumplir. Hay una vieja canción que terminaba con una frase muy simple, pero que tiene tanto sentido, una canción política que terminaba “A cumplir, a cumplir, a cumplir”, “Venceremos” decía. Para vencer hay que cumplir y hoy estamos cumpliéndoles.
 
Y estamos cumpliendo gracias al trabajo conjunto de mucha gente y, sobre todo, estamos cumpliendo gracias a su organización. Cuando llegamos en noviembre del 2022 a Lonquimay partimos mal porque llegamos atrasados, cuando digo que llegamos atrasados no digo el estado de año, sino que nuestra comitiva llegó atrasada al gimnasio donde íbamos a tener la reunión y, más encima, les habían dicho que nos teníamos que ir en media hora.
 
Ahí aprendí rápidamente que, como me dijeron ustedes mismos, los tiempos del winka no corren acá en La Araucanía, sino que hay que ir un poquito más lento y como el pueblo mapuche es un pueblo de diálogo, el pueblo pehuenche es un pueblo de diálogo hay que saber escuchar. Y cuando uno escucha entiende las décadas de abandono, de soledad, de ninguneo, de pisoteo que ha habido hacia el pueblo mapuche. Eso debe ser reparado no con una visión paternalista, sino, como me decían ayer las comunidades en Makewe, desde una perspectiva de autodeterminación y autogestión.
 
El APR es justamente eso, en el APR ustedes están a cargo, el Estado hace lo que le corresponde, poner la infraestructura, pero los que se organizan, los que reparten el agua son las mismas comunidades.
 
Muchas gracias, lonco Adán Romero, no solamente por recibirnos acá, sino por la tremenda tarea que está llevando a cabo, también en recuerdo de su padre, y este camino de diálogo, de conversación, de crítica cuando es necesario, de apriete cuando es necesario, pero de encuentro, de entendimiento.
 
Muchas gracias, Nibaldo Alegría, el alcalde, por la pega que hace. Me ha tocado recorrer muchísimas comunas en Chile, lo que más me gusta es salir de La Moneda y estar en el territorio y cuando uno se encuentra con alcaldes jugados por su pueblo como usted, la verdad es que uno queda más motivado y no se le olvida. De hecho, nos comentábamos recién que la vez pasada que me fui, lo llamé por teléfono después para saber cómo andaban ciertas cosas, porque uno se olvida de la pega cuando sus representantes están a este nivel.
 
Tomo, alcalde, lo que me decía respecto a los caminos. Cada región tiene su particularidad. Por ejemplo, si en la Región de Coquimbo la angustia principal es la sequía, si en la Región del Maule la preocupación principal es la agricultura, acá siempre hay muchas preocupaciones, pero a cada lugar donde voy me hablan de la conectividad y del estado de los caminos. Y ahí el Estado tiene que estar más presente.
 
Quiero reconocer la pega que hace vialidad y a los funcionarios de vialidad los he visto jugados en todas partes, pero es cierto que no dan abasto. Ministra, le quiero pedir que uno de los legados que tengamos como Gobierno que fortalezcamos esa división, fortalezcamos viabilidad, porque al final la conectividad no significa solamente reparar un camino, significa encuentro, significa poder llegar a la casa del amigo, a la casa o de la familia, significa poder llegar al servicio básico que se necesita, significa integración. Y no hay que pensar solamente en las grandes carreteras o en todos los grandes caminos en las ciudades urbanas, tenemos que otorgar las condiciones para que en el campo la gente se pueda quedar en el campo.
 
Porque, al final, cuando veo a los niños que se están formando de primero a sexto básico y pienso que muchos de ellos, si las condiciones siguen tal cual, van a tener que emigrar a un exilio forzado a la ciudad y, por lo tanto, desarraigarse de su tierra y de su cultura, uno es consciente que está cometiendo una injusticia.
 
Por eso es importante lo que hemos hecho desde el Plan Buen Vivir, me voy a referir a ello más adelante. Pero, déjenme contarles en qué consisten las obras de la APR. Aquí estamos poniendo la primera tubería para instalar el sistema sanitario rural en Pehuenco y, al mismo tiempo, estamos iniciando otras tres obras, la construcción de los sistemas sanitarios rurales en Huallipulli, Marimenuco y el mejoramiento del sistema en El Naranjo.  
 
Estamos invirtiendo, como decía el alcalde y el lonco, más de $7.000 millones para beneficiar a más de 3.000 personas y más de 480 familias. Estas inversiones, que son mucha plata, son inversiones que valen la pena porque le cambian la vida para mejorar a las familias, va a mejorar su calidad de vida, su salud, su bienestar.
 
Además, acá en Lonquimay, las obras del servicio sanitario rural de Icalma están próximas a ser terminadas también y tenemos otros tres proyectos con su fase de estudio avanzado, en Laguna Jara, en Liucura y en Piedra Blanca.
 
También tenemos más proyectos en estudio y en desarrollo. Así, paso a paso, vamos respondiendo a estas demandas tan sentidas e históricas de llevar servicios básicos donde está nuestro pueblo.
 
Tomo, además, lo que me planteaban los profesores y los niños de la escuela que volvieron a clase, la necesidad de una nueva escuela. Vamos a trabajar firmes, y se lo voy a decir inmediatamente al ministro Cataldo, para que acá en Pehuenco y en Lonquimay puedan tener una nueva escuela rural que esté a la altura de lo que necesitan.
 
Cuando llegamos dijimos que acá había un problema, siempre en Santiago o a nivel nacional cuando se menciona La Araucanía se menciona por hechos negativos, pero la verdad es que veo, después de haber estado en Gorbea, en Lautaro, en Makewe, en Padre Las Casas, en Pitrufquén, en Nueva Imperial, en Temuco y ahora en Lonquimay, solamente en esta visita, un potencial, una capacidad humana, un cariño, una fuerza de los habitantes de La Araucanía que es tremenda. Lo veo en ustedes cuando me miran a los ojos, en las manos trabajadoras que me saludan, en el cariño de los niños y las niñas. Recién en Curacautín tuvimos una escena preciosa con los niños de un liceo público.
 
La verdad es que estoy convencido de que La Araucanía puede mucho más, pero para eso se necesitaba cambiar el discurso respecto a La Araucanía, no se trata de enfrentar los problemas históricos que tenemos solamente desde la perspectiva de la fuerza. Es cierto que quienes cometen delitos tienen que enfrentar la ley y el Estado, de eso no cabe ninguna duda, pero lo que faltaba era más diálogo, más conversación, más inversión en servicios básicos para que la gente pueda vivir con dignidad.
 
Por eso, hemos realizado más de 800 encuentros en el marco del Plan Buen Vivir en las regiones de Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, hemos dialogado con los alcaldes y alcaldesas para ordenar las prioridades de inversión, hemos logrado que la mayoría de los municipios de La Araucanía tengan hoy muchísimos proyectos elegibles. Y hoy tenemos un problema que es una buena noticia, cuando llegamos los municipios no tenían proyectos porque no había capacidad de elaboración de proyectos y hoy tienen más proyectos de los que podemos financiar. Entonces, estamos aumentando el financiamiento para mejorar, justamente, la calidad de vida cotidiana de los habitantes de las diferentes comunas de La Araucanía.
 
Estamos ampliando la cobertura de las viviendas rurales con agua potable a más de 13.700 hogares y, durante este periodo, habremos duplicado la inversión en caminos básicos.
 
Ahora, sabemos que eso es insuficiente y que no basta solamente con contar logros ni contentarse con las promesas cumplidas, eso es importante, pero tenemos que seguir apretando la chala, tenemos que seguir firmes trabajando. Y les digo a mis colaboradores, a los funcionarios del Gobierno, a los servidores públicos que nos queda un año y medio de Gobierno y se gobierna hasta el final. Nada de esa cuestión de que el Gobierno, cuando bien las elecciones, deja de preocuparse y empiezan otras cosas. No, se gobierna hasta el final porque a ustedes, comunidades de Pehuenco, al pueblo de Lonquimay, a ustedes, comunidades mapuches, a la gente de La Araucanía, a los habitantes de Chile nos debemos, nosotros somos sus empleados hasta el final de nuestro mandato.
 
Estamos avanzando y concretando nuestros compromisos en beneficio de la región, en particular, con un aumento de presupuesto del MOP, Ministerio de Obras Públicas, donde ya tenemos un porcentaje importante de los proyectos terminados y muchos de los proyectos que no se habían ejecutado en años, como este que llevaba más de 10 años esperando, están hoy en ejecución y debieran estar terminados la mayoría durante nuestro período de Gobierno.
 
Sé que aquí la vida rural, la vida de campo, el frío de las heladas, la necesidad de preservar los alimentos en el invierno requiere paciencia, requiere esfuerzo, requiere disciplina y también, para lograr esto, se requiere reproducir la cultura de sus ancestros.
 
Por eso no se imaginan la emoción y la alegría que sentí cuando nos recibieron con los ritos ancestrales del pueblo mapuche, pero, sobre todo, con niños que diría que algunos tenían cinco, seis o siete años, que nos cantaron en mapudungun, que nos recitaron un poema, que estaban orgullosos de sus tradiciones.
 
Y digo esto porque es importante y no es obvio. Ayer, en Gorbea inauguramos unas casas de acogida tuteladas para personas mayores y una mujer mapuche de 78 años me decía que había pasado frío en los últimos inviernos y ahora estaba feliz por tener una casita y me decía que no hablábamos mapudungun porque cuando era chica se lo prohibieron, porque era señal de vergüenza. Y hoy ver a los niños, generaciones después, hablando mapudungun, conociendo su cultura, estando orgullosos de ella ¡por la cresta que es importante! Es parte de la resistencia, justamente, la lengua.
 
Ayer, en el hostal que me estoy quedando en Temuco, la señora Mireya me regaló un librito, en mapudungun, de cocina tradicional. Esa resistencia, a través de la palabra, tiene un valor incalculable y la palabra va a terminar derrotando todos los miedos.
 
En Lonquimay hay formas de vida que se manifiestan aquí marcadas por saberes ancestrales pehuenches que pasan de generación en generación, que son un patrimonio invaluable que se debe mantener vivo. Por eso, es tan importante la escuela; por eso, es tan importante que la gente se pueda quedar en el campo; por eso, estoy con ustedes hoy; por eso, hemos viajado desde lejos priorizando otras invitaciones porque me importaba llegar donde no estábamos llegando. Tendremos muchas oportunidades para seguir yendo a Temuco, a Lonquimay es más difícil llegar y me interesa poder compartir con ustedes, mirarlos a los ojos, recibir sus cartas, poder hacerse cargo de las demandas que nos plantea el alcalde, de los que nos planteaban los niños de la escuela y poder, así, mejorar en conjunto la calidad de vida de nuestro pueblo.
 
Estamos trabajando para que a nadie le falten las oportunidades y también, sobre todo, para que el diálogo y el entendimiento sean el camino para el encuentro de los pueblos.
 
Muchísimas gracias a todos y a todas. ¡Chaltumay!