S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, recibe Informe de Desarrollo Humanos en Chile 2024

14 AGO. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, recibe Informe de Desarrollo Humanos en Chile 2024

Paula Escobar: Vamos a partir, Presidente, con su primera reflexión cuando leyó este informe, cuando ya entró más en detalle y qué es lo que usted más le resuena de toda esta cantidad de información que trae y que es tan interesantes.
 
Presidente Boric: Hay algo que decía la directora del PNUD, imposible dejar de lado, que es cuando uno va avanzando en el informe al principio inunda el pesimismo, porque no sólo por la constatación de lo mucho que nos ha costado cambiar como sociedad chilena y cómo en la medida en que nos cuesta cambiar se profundiza el problema, porque a veces cuando uno tiene un problema puede tender a encontrar una solución. Pero lo que hemos visto es que, respecto a diferentes temas, el no tener una solución genera mayor polarización y genera más incentivos para liderazgos estridentes, más que para liderazgos que busquen llegar a los acuerdos necesarios, aunque eso implique ceder en las posiciones originales.
 
Entonces, como eso se ha ido profundizando se vuelve cada vez más difícil resolver el problema. Además, me parece súper interesante la tríada que hacen y la relación disfuncional que existe entre élites -y ahí también se pueden dividir las élites, entre élites dirigentes en términos políticos y en términos empresariales que creo que juegan roles que son muy importantes a la hora de llegar a consensos o más bien a la hora de no llegar- con ciudadanía y movimientos sociales. Ahí resulta tremendamente complejo la idea de que la gente quiere cambios profundos, pero que no está dispuesta a asumir los costos de esos cambios profundos.
 
Sin embargo, después uno llega a esta luz de esperanza de la que hablaba también la directora, que es una particularidad de Chile. Cuando la élite dice que la gente cree que las soluciones siempre son fáciles o que hay soluciones fáciles a temas complejos, discrepo profundamente de esa aseveración, porque he visto recorriendo Chile que hay una conciencia de la complejidad de los problemas y que cuando hay problemas complejos no hay soluciones fáciles. Y que, por lo tanto, toma tiempo resolverles.
 
Permítanme ponerles un ejemplo que es muy concreto, el caso del déficit habitacional en Chile. Tenemos un déficit habitacional que estaba catastrado, cuando llegamos al Gobierno, del orden de las 600 mil viviendas. Hoy, seguramente, es mayor a eso y, además, hay una cifra en negro que es difícil de estimar. Nosotros nos pusimos la meta de construir durante nuestro Gobierno 260 mil viviendas, por lo tanto, no alcanzar el déficit. Había algunos que al principio nos criticaban porque decían “no se hacen cargo del problema” y otros que decían “esto es muy ambicioso, no lo van a lograr”. Pero lo que me sorprendió es que cuando uno iba a conversar con los comités de vivienda, en conjunto con el ministro Carlos Montes, la gente valoraba que existiera ese gap porque decía “usted se está comprometiendo a algo que es creíble, porque identificó el problema e identificó que había dificultades para alcanzar una solución plena durante su periodo de Gobierno”.
 
Ese ejemplo creo que se puede traslapar a muchos otros temas y, por lo tanto, esa sabiduría que creo que se expresó también en los plebiscitos de salida de los dos procesos constitucionales, esa sabiduría del pueblo respecto a la gradualidad y a las trincheras, o más bien a su rechazo a las trincheras y necesidad de gradualidad, creo que es algo que desde la política tenemos que incorporar muy profundamente. Gradualidad no significa dilatar y veo muchas veces en política un ánimo de dilación. Todo problema que se patea para adelante, termina siendo más difícil de abordar y sus costos son mucho mayores.
 
Paula Escobar: En ese sentido, Presidente, lo hemos comentado, lo comenta usted, esto que el 67% de los entrevistados quiere que las cosas se hagan de otro modo, quiere cambiar, pero casi un 60% dice que quiere que sean cambios graduales. Esta es una noticia muy importante. ¿Ha sido parte, también, de su propio aprendizaje como Presidente? Digo porque, también, la idea que había antes o la idea de su sector o su programa original era, más bien, de cambios mucho más rápidos y más radicales y de transformaciones con una velocidad mayor por las circunstancias de que no tiene mayoría en el Congreso, por las circunstancias del país.
 
Por la misma opinión pública eso ha ido cambiando y usted ha hecho ahí un cambio y ha sido en eso muy pragmático. ¿Pero hay, también, un cambio no sólo porque las condiciones no se están dando, sino profundo de decir en verdad las personas confían en un cambio de este tipo y no en un cambio tan rápido?
 
Presidente Boric: El Informe del PNUD creo que contribuye a otorgarle una base de realidad a una convicción que era intuitivamente cada vez más compartida a propósito de. Concuerdo con Germán en que no se debe hablar de fracaso de los procesos constitucionales, sino del aprendizaje de los procesos constitucionales, independiente que hayan sido rechazados ambos textos. Por lo tanto, hoy hay más argumentos para sostener esa tesis de la gradualidad.
 
Creo que, a nosotros como generación, y acá no generalizo, quienes por lo menos adscribimos a ideas de izquierda, nos resultó complejo el salto de la política movimental en que veníamos de los movimientos sociales, con las virtudes y dificultades que tiene para el consenso la política movimental, como bien identifica el Informe del PNUD, que tiene que ver con el maximalismo, identitarismo y, algunas veces, corporativismo, pero que es necesaria para empujar a su vez.
 
La mayoría de los cambios importantes en la historia, y por eso no se trata de desprestigiar a los movimientos sociales, sino más bien de apoyarlos, no parten desde la lucidez de una política que generalmente no vive las condiciones de la mayoría, sino que de organizaciones y movilizaciones que evidencian problemas en la sociedad de los cuales la élite no es consciente. Y eso no es solamente ahora en el último tiempo, es una enseñanza de la historia.
 
Pero cuando uno deja de ser representante de un movimiento social o parte o militante de base de un movimiento social y pasa a tener responsabilidades políticas, uno tiene el deber de pensar en un bien común que obliga a subóptimos respecto de lo que pensaba antes. Lo que no significa transar en las convicciones y en principios. Muchas veces, después del Acuerdo de Noviembre o incluso antes en otras ocasiones, por ejemplo, el haber participado del Acuerdo Nacional por la Infancia en el gobierno del presidente Piñera, me decían en la calle “amarillo”, una palabra bien extraña, pero bueno.
 
Y yo estaba convencido de que no había traicionado ningún principio las acciones que había realizado y sostenido públicamente, pero como todavía teníamos ese vuelo del de dónde veníamos, se nos exigía un comportamiento acorde a ese lugar. Y creo, como Presidente de la República ahora es muy evidente, que es muy importante el tener una perspectiva de bien común y no solamente respecto al tema en particular. Y para eso se requiere llegar a consenso, sí la política al final es el arte de ponerse de acuerdo entre quienes piensan distinto y cuando no hay acuerdo, bueno, se definirá en los votos. Pero lo que no se puede hacer es seguir dilatando eternamente los problemas.
 
Paula Escobar: Sí, tal como decía la directora del PNUD, hay una ventana de oportunidad, se identifica una ventana de oportunidad, ¿usted la percibe así, una ventana de oportunidad a pesar de que tenemos elecciones ahora, elecciones el próximo año? ¿hay todavía un momento en que las élites chilenas o los tomadores de decisiones pueden ponerse de acuerdo todavía en materias fundamentales, que este estudio refleja que las personas anhelan muy profundamente?
 
Presidente Boric: Percibo esa ventana de oportunidad y creo que pese al desprestigio que tiene la política en general, hay otra cosa que está en el informe, que la ciudadanía justamente, y hay una justificación para aquello, tiene este resentimiento que hay frente a las élites, tampoco se reconocen las cosas buenas que se han hecho. Pero yo veo algunas de las cosas buenas que se han hecho, más allá de nuestro Gobierno.
 
Mencionaba Germán el caso de la Ley de Equidad Territorial y el Royalty, cuya parte importante va directamente a los municipios. En el Royalty, en particular, teníamos un desacuerdo profundo con la derecha, en principio la derecha no quería Royalty y, de hecho, tuvimos que esperar al resultado, si mal no recuerdo, del primer plebiscito de salida para poder llegar a un acuerdo, pero llegamos a un acuerdo. Esa ley se implementó, hoy es un éxito y, de hecho, el próximo se doblan los recursos para los más de 303 municipios que lo reciben.
 
En materia de 40 horas, por ejemplo, de reducción de jornada, más allá de las discusiones específicas sobre cómo se implementa hoy en la rebaja gradual, se generó un acuerdo tripartito donde la OIT también nos ayudó entre Gobierno, empresarios y trabajadores. Lo mismo respecto a salario mínimo. Y todas esas cosas hoy son éxitos compartidos o la PGU a fines del gobierno pasado, donde entiendo los incentivos políticos, que finalmente en todos los acuerdos hay quienes lo identifican como logros para el gobierno, pero la verdad es que son logros de la política.
 
La política y, en particular, la democracia como forma de hacer política tienen el deber de responder. Los gringos dicen “Democracy has to deliver” y creo que ese concepto de que la democracia responda a las necesidades concretas de la gente es lo único que va a permitir sostenerla frente a los atajos autoritaristas que, por lado y lado, aparecen en el horizonte y en países del mundo occidental, porque después hay otra cultura que cuesta dimensionar.
 
Yo sí veo una ventana de oportunidad y creo que las elecciones generan incentivos contrarios a que se aproveche esa ventana de oportunidad. Por eso insistimos tanto en el Acuerdo Previsional. Ustedes se acordarán, y disculpa que me extienda un segundo en esto, que había varios “analistos” que en el último tiempo aseguraban que el Gobierno había abandonado su voluntad de reformas, que ya no se iba a poder hacer reformar estructurales.
 
Bueno, con mucho trabajo y mucha paciencia de los ministros y también llegando a acuerdos con diferentes personas que facilitaron el acuerdo, porque en esto la política no está determinada y hay personas que juegan roles que logran girar lo que parece evidentemente, y se llegó a un acuerdo en materia de cumplimiento tributario donde hoy está avanzando a propósito, y que es muy importante, lo relativo a evasión y elusión y un acuerdo al menos procedimental de cómo continuar la tramitación de la Reforma de Pensiones, cosa que era incierta y parecía improbable en un momento.
 
Entonces, yo sí veo esa ventana de oportunidad, pero va a depender de la seriedad, responsabilidad y conciencia del valor que tiene este tipo de acuerdos que son estructurales para sostener la democracia en un momento de mucha incertidumbre.
 
Paula Escobar: Presidente, también lo comentábamos con los alcaldes, un tema que aparece muy nítido en esta encuesta y en otras, el tema de la seguridad, del miedo, del problema que se percibe en la ciudadanía, tan alto, de la inseguridad y esta adhesión como a una mano dura en lenguaje informal o punitivismo criminal, como una transversalidad, como algo que ya no está en un eje ideológico.
 
¿Cómo lee usted esto? ¿qué le parece que tiene que enfatizar, cambiar, modificar dentro de su política de combate al crimen?
 
Presidente Boric: Sobre esto, en primer lugar, es cierto que cuando llegamos al Gobierno la inseguridad siempre, desde el 90 en adelante por lo menos, ha sido una de las prioridades de la ciudadanía. Dentro del programa de Gobierno, por cierto, estaba principalmente enfocado en la prevención, pero no era el tema que más habíamos hablado. Evidentemente por las condiciones que se dieron en Chile y, también, por las condiciones de la región, éste se volvió un tema absolutamente prioritario. Las prioridades de la gente tienen que ser las prioridades del Gobierno también, pero uno no puede dejarse llevar por la marea así nomás.
 
Ahí hay algo que me dijo, justamente, la ministra Orellana, en algún momento lo dijo en un comité político que me parece muy importante, porque a veces se peleaba y los gobiernos en general tienen la tendencia de estar a la defensiva frente a las críticas y cuesta escuchar las críticas y asumir la parte constructiva de ellas, porque muchas veces además se dicen con muchos calificativos que cierran los oídos. Pero cuando se habla de percepción de inseguridad, el Gobierno puede decir: “Yo he hecho tal cosa y, en verdad, han bajado los delitos en un X por ciento respecto a este tema”. Cosa que es muy importante, los hechos, pero la percepción de seguridad es tremendamente importante porque cuando hay una percepción alta de inseguridad, esa percepción limita el ejercicio de otros derechos, independiente de si esto se sustenta en hechos o no.
 
Entonces, nosotros tenemos que enfrentar la inseguridad desde dos frentes. Uno, gestión. Nosotros nos pusimos como meta, con la ministra Tohá, disminuir la curva al alza de homicidios que venía, si mal no recuerdo, desde el 2015, quebrar esa tendencia al alza en todo Chile y eso se ha cumplido, salvo en algunas comunas de la Región Metropolitana, pero a nivel general se ha cumplido, y, además, la percepción de seguridad.
 
No solamente la percepción de seguridad, lo que dice la alcaldesa Delfino es fundamental, nosotros hemos centrado el debate en mano dura y se ha centrado el debate en torno a la creación de ciertas leyes, el aumento de ciertas penas, la expulsión de migrantes que cometen delitos, la discusión sobre cárceles, etcétera. Eso, sin lugar a dudas, es importante, pero es una pata que está absolutamente coja si no convive de manera colaborativa con la pata de la prevención.
 
¿Qué significa la prevención? Prevención significa, uno, recuperar los espacios públicos y utilizarlos, no solamente construir la cancha, sino darle programación a esa cancha. Significa invertir en cultura. Nosotros este año —y les pido colaboración a los alcaldes para que convenzan a los distintos sectores— vamos a proponer en el Presupuesto un aumento de 60% en el presupuesto del Ministerio de Cultura, lo que tiene que ver, justamente, con la convicción que la cultura, el deporte y, por cierto, la educación, que es otra dimensión mucho más compleja, pero esos tres elementos son fundamentales para el combate de la delincuencia.
 
Y me atrevo a agregar uno más, el tema de la reinserción en el caso de los adolescentes que cometen delitos. La gran mayoría de las personas que están hoy en la cárcel tuvieron un pariente, generalmente de línea directa, que había cometido un delito antes. Si nosotros logramos cortar ese circuito, ofreciendo oportunidades… en una cárcel de menores de Coquimbo había un cabro que decía: “Yo salgo de acá con los antecedentes que tengo, sin una profesión, sin un oficio y ¿qué alternativa voy a tener para sobrevivir con mi familia —estaba su pareja embarazada— que no sea delinquir?”, me lo decía de una manera muy lúcida.
 
Entonces, por supuesto, hay que quebrar esa suerte de tragedia griega donde todos saben qué va a pasar; pero como invertir en la cárcel, más allá de la infraestructura, invertir en rehabilitación, en reinserción, es muy poco popular se pierde de vista y las políticas, cuando son sólo punitivistas, no tienen sustento en política comparada, pero tienen muy buen rendimiento electoral, pero muy bajo rendimiento respecto a los resultados que se pretenden obtener.
 
Y lo último sobre este tema, no es cierto que en Chile haya mano blanda. Hoy, cerca de un 40% de quienes están presos están en prisión preventiva y la tasa de encarcelamiento en Chile es de las más altas de América Latina. De hecho, parte del problema del hacinamiento de las cárceles tiene que ver con eso.
 
Entonces, es muy fácil agarrar algún caso concreto o, con la idea de empatizar, decir lo que está a voz en cuello, pero la clase dirigente o los dirigentes políticos tienen el deber de ir un poquito más allá y no solamente sumarse a las olas, comprenderlas, ser empáticos, pero no reproducirlas tal cual. Sí el rol de la política también es conducir y uno no debiera renunciar a eso, uno puede estar, sencillamente, siguiendo el momento de la opinión pública que, además, varía de manera muy frecuente.
 
Paula Escobar: Presidente, pensaba yo, dentro de lo que usted ha reflexionado o dentro de lo que su sector ha reflexionado, así como veíamos con alcalde Codina lo que pasaba en su sector y él hablaba de las voces que habían al interior, cómo este estudio, cree usted, debiera ayudar o iluminar al sector progresista o al sector que hoy se ha unido, por ejemplo, a la elección municipal, desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista o como sea que se defina la centroizquierda a la izquierda, a entender los dolores de las personas, las miradas de las personas y cosas que a veces son contraintuitivas como, por ejemplo, que alguien puede estar muy a favor de la igualdad de género y también del punitivismo criminal, que no son excluyentes, que no hay esa división tan clara en que las personas quieren una cosa u otra.
 
Presidente Boric: El alcalde Codina mencionó tres temas, mencionó las facultades del Sernac, el secreto bancario y la falta de acuerdo en pensiones… Se equivocó de partido pues alcalde o, mejor, quédese en ese y convénzalos.
 
Paula Escobar: Quizás es un recado para su sector, también.
 
Presidente Boric: Pero el presidente de su partido ha sido muy colaborador en estos temas, hay que decirlo. Muy colaborador no en el sentido de ceder porque le hago un flaco favor si uno le da un abrazo al oso en estos temas, sino de plantear sus puntos de vista y buscar llegar a un acuerdo. Creo que hay una comprensión de eso y creo que eso es bien valioso.
 
Mira, me parece que después del proceso constitucional, en particular, del Plebiscito del 4 de septiembre del 2022, ha habido en un cierto sector de la izquierda una reflexión que me parece importante, pero que no termina de cuajar y es que Chile fue un país muy pobre hasta hace relativamente poco. Recordemos que en los 90 teníamos índices de más del 40% de pobreza.
 
Eso significa que en la mayoría de las familias hay un recuerdo material respecto de las condiciones de existencia que tuvieron ellos mismos o sus antepasados inmediatos. Por lo tanto, cuando, desde sectores políticos como el nuestro se negaba todo ese avance y se decía que todo de aquí para atrás estuvo mal con la referencia a la idea de los 30 años, lo que no quita que uno pueda tener una visión crítica respecto de ciertas líneas de la transición —ése es otro debate—, pero cuando sociológicamente se dice que todo estuvo mal, uno, evidentemente, le está diciendo a la gente que su experiencia no es cierta y uno no puede competir con la realidad.
 
Entonces, ese desconocimiento respecto de la realidad de la mayoría de los chilenos, de la trayectoria de la mayoría de los chilenos y chilenas por parte de la élite que, además, no vive como vive la mayoría de la gente…Me sorprende todo el tiempo que le dedicamos a las Isapre, por ejemplo. Me parece un absurdo, me irrita porque…
 
Paula Escobar: El tema, dice usted, el debate sobre…
 
Presidente Boric: Al debate, si en las Isapres está el 16% de la gente, el 84% está en Fonasa. Debiéramos estar preocupados de cómo fortalecer la salud pública y no cometer el error, hay que ser cuidadoso con las palabras, pero algo que puede generar más cuñas en el diario, más peleas, no sé, dar más atención, dejar de preocuparnos de lo importante.
 
Entonces, ahí hay un aprendizaje que creo que es muy importante y que hay que terminar de asentarlo en las fuerzas de izquierda, que es que no se puede pretender negar al propio pueblo que uno aspira representar. Y, en ese sentido, también lo mencionaba la directora del PNUD, la participación ciudadana y la permeabilidad de los partidos debiera ser mucho mayor.
 
Una de mis principales preocupaciones respecto al partido en el que yo milito, el Frente Amplio, es evitar la estatalización del partido. O sea, el partido no puede estar solamente en función de los cargos del Estado o los cargos de representación, tiene que tener contacto con otras esferas de la sociedad que, finalmente, también termina representando, pero, muchas veces, no entendiendo. Eso es un fenómeno muy transversal en los partidos. Me preocupo del partido en el que yo estoy militando, pero, ojalá, todos los partidos tuvieran esa preocupación.
 
Hay un informe del PNUD que trata sobre el sector rural, por ejemplo, “Seis millones por nuevos caminos” creo que se llama, que prácticamente no tiene representación en el debate político nacional. Entonces, para mí el principal aprendizaje creo que es el que señalaba, lo que no quita la responsabilidad de conducir y decidir. La política tiene que tomar decisiones, tiene que escuchar, tiene que ser capaz de dudar respecto de sí misma para poder mejorar y no entender en toda crítica un ataque, pero ser capaz de decidir. Y ahí concuerdo con lo que señalaba Germán respecto a que, muchas veces, es mejor tomar una decisión que pueda ser un subóptimo respecto de lo que uno esperaba, pero no sencillamente seguir pateando el problema para adelante y eso en materia de pensiones me parece que es muy evidente.
 
Paula Escobar: Me dicen que nos queda tiempo para una pregunta más, Presidente. Yo le preguntaría muchas más cosas, pero bueno.
 
La reflexión suya con este estudio sobre la mesa sobre los 5 años del Estallido que se van a cumplir luego, sobre todo porque, como decíamos antes, este informe es bien simbólico porque se dejó de hacer porque estábamos graduados con un nivel de desarrollo humano muy alto, lo cual es cierto, pero, claramente, después nos pasaron cosas que nos sorprendieron a todos y que mostraron que había mucho todavía pendiente.
 
Este estudio revela que el anhelo de cambio persiste, no solo en las personas que durante el Estallido querían cambios que, en un 83%, siguen queriendo cambios, sino que un 67% de todo el país todavía quiere cambios y cambios profundos, pero hechos gradualmente y responsablemente.
 
¿Cómo lee esto de cara a lo que viene a estos cinco años del Estallido y en el ciclo político que va a venir después de que usted termine su Gobierno? O sea, cómo sigue Chile adelante después de todo esto tratando de hacer un aprendizaje colectivo y mirar hacia adelante con mayor optimismo.
 
Presidente Boric: Es súper importante la reflexión respecto de los 5 años del Estallido porque se va a dar una disputa —va a ser el 18 de octubre, un poquito antes de las elecciones— una disputa comunicacional de dónde se instala la como la cuña más polémica para para tratar de caricaturizar lo que fue el Estallido.
 
La derecha lo ha planteado en el último tiempo y utilizó dos conceptos: que era un estallido delictual y golpe de Estado no convencional. Esos fueron los dos conceptos que empezó a utilizar para referirse a todo el Estallido. El mundo empresarial, el de los grandes empresarios, que en un momento habían manifestado disposición a ceder con la famosa frase “vamos a tener que ceder parte de nuestros privilegios”, donde parecía haber una disposición mayor, todo eso pareció quedar a foja cero después.
 
Y hoy cuando se dice “estallido delictual” y se recalcan solamente los aspectos violentos del Estallido, que los hubo, son inaceptables y no quiero relativizarlos bajo ningún punto de vista, se pierde de vista, justamente, ese malestar que llevó, en algún momento, a parte importante de la sociedad chilena, a apoyar las diferentes formas de manifestación que estaban habiendo, incluso las violentas, después de eso cambió, por supuesto. Pero hay una un cortoplacismo que creo que sería un error profundo mantener si es que no identificamos ese malestar y no les vemos la complejidad profunda a los problemas.
 
Cuando el PNUD saca el informe “Desiguales” que es bien interesante porque ya no habla solamente de desigualdad de ingresos, sino de desigualdad de trato, de desigualdad de género, de diferentes categorías de desigualdad en Chile y que fue antes del Estallido, nos hace una interpelación que sigue siendo cierta hoy, más allá de que algunos puedan tratar de leer una suerte de cambio de péndulo.
 
Lo que yo, como Presidente de Chile, de todos los chilenos y chilenas, con convicciones de izquierda, tengo absolutamente claro es que no tengo que tratar de volver el péndulo a el extremo que circunstancialmente me conviene, sino en fijar una dirección hacia donde avanzar que convoque a todos los sectores y en la cual todos se pueda sentir incluidos donde, evidentemente, no todos vamos a estar de acuerdo en todo. Yo quiero solidaridad en el Sistema de Pensiones y ha sido muy difícil llegar a un acuerdo con la derecha respecto a ese tema y, finalmente, se tendrá que votar ese asunto, pero estoy convencido de que no se trata de tratar de obtener el 100, sino de llegar a acuerdos porque, además, creo que el informe lo confirma; se quieren cambios estructurales, con gradualidad y hay desconfianza en la política justamente porque no se llega a esos acuerdos.
 
Entonces, la única manera de terminar con esta bola de nieve es llegando a acuerdos que pueden ser subóptimos respecto a lo que nosotros esperábamos en un primer momento.
 
Cuando utilizan el calificativo de “volteretas” por haber cambiado de una posición inicial a otra es muy una caricatura que me parece muy absurda porque en política se confunde la consecuencia con la obstinación. Creo que es importante ser consecuente respecto a principios y valores, tener un realismo respecto a cuánto es lo máximo que podemos hacer, tratar de avanzar hacia allá, no celebrar y levantar los brazos como si esto fuera lo mejor que se haya logrado, sino decir: “Mira, estos fueron los obstáculos que enfrentamos, por esto llegamos a esto y no a lo que queríamos, pero es mejor un acuerdo que, sencillamente, seguir postergando el problema.
 
Esa es la lógica con la que estamos trabajando desde el Gobierno, además de apuntalar mucho, que es otra dimensión del Poder Ejecutivo, propiamente tal, y mejorar la gestión, que no depende del Parlamento, y donde la responsabilidad es totalmente propia.
 
Paula Escobar: Presidente, Gabriel Boric, muchas gracias por esta conversación y todo el mundo va a leer el estudio del PNUD.