Presidente de la República, Gabriel Boric Font, junto al Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, participan del cierre del Foro Empresarial Chile-Brasil

5 AGO. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, junto al Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, participan del cierre del Foro Empresarial Chile-Brasil.

Muy buenas tardes a todas y a todos los presentes.
 
Les agradezco muchísimo que estén hoy acá. Entiendo que para ustedes también ha sido una extenuante jornada, con mucho trabajo concreto. Le agradezco mucho la embajada de Brasil en Chile y, también, a la Sofofa por organizar este foro que nos permite dar cuenta de la estrecha relación que existe entre países amigos y pueblos hermanos y, sobre todo, de proyectar esa relación, fortalecerla y profundizarla.
 
Estimado amigo, compañero, Presidente Lula, muchas gracias por tus palabras, muchas gracias por tu presencia en nuestro país y muchas gracias por la decisión de que, en momentos tan convulsionados, hayas venido con una delegación tan importante. Son 14 ministros de Estado, además de diferentes encargados de sectores públicos, de un país de 210 millones de habitantes. Les pido a nuestros compatriotas chilenos que tratemos de dimensionar lo que significa Brasil.
 
Además, contaba él que venía con una gran delegación de empresarios, entiendo que son cerca de 250 empresarios y empresarias que están aquí para hacer negocios. Y los negocios no son sólo plata, no son solamente intercambio comercial. Esto es algo que me interesa destacar porque el comercio a lo largo de la historia fue el vehículo a través del cual se diseminaron las culturas, a través del cual se encontraron los pueblos, a través del cual aprendimos más los unos de los otros.
 
Por lo tanto, hoy tenemos muchas oportunidades y no me cabe ninguna duda de aumentar la coordinación comercial, las inversiones que existen de Brasil en Chile y de Chile en Brasil. Por cierto, hoy las de Chile en Brasil son mucho más que las de Brasil en Chile y eso tiene que cambiar.
 
Pero no estamos aquí solamente para hablar de plata. Si el Presidente Lula decide venir a Chile, pudiendo haber tenido esta reunión por las vías virtuales, con 14 ministros y 250 empresarios, es porque sigue teniendo un valor mirarnos a los ojos y establecer confianzas recíprocas.
 
¿Qué es lo más importante de Chile? ¿Cuál es uno de nuestros principales valores? Es un intangible, la confianza. En Chile las instituciones se respetan, las decisiones que tomamos los presidentes o presidentas de la República se convierten en políticas de Estado cuando se refieren a la relación con países hermanos y las políticas de desarrollo de largo plazo se mantienen integrando los diferentes puntos de vista que pueda haber, más allá de la disputa cotidiana de la trinchera política.
 
Por eso, para nosotros esta visita es importante porque trasciende a nuestros gobiernos. Me queda aproximadamente un año y medio, pero no me cabe ninguna duda que lo que ustedes hayan conversado y los acuerdos a los que lleguen nuestras diversas autoridades son acuerdos que se sostendrán en el tiempo. Por lo tanto, a través del turismo, de la inversión, de la transferencia tecnológica, de la creación de cadenas de valor, vamos a lograr fortalecer la relación entre nuestros pueblos.
 
Hoy, ustedes saben, Chile es, junto a Ecuador, los únicos países de América del Sur que no tienen fronteras con Brasil. No importa, estamos más cerca que ayer. El Presidente Lula decía, de manera muy clara en la conferencia de prensa que tuvimos en La Moneda hoy en la mañana, que a partir de esta visita comienza una nueva de relaciones entre nuestros dos países.
 
Una nueva era que no parte de la nada, por cierto, estamos construyendo sobre lo que hicieron otros antes. El primer Tratado de Cooperación de Libre Comercio, si no me equivoco, es de la época del presidente Aylwin, en Chile, en 1993.
 
Por lo tanto, acá no estamos inventando la rueda, pero sí estamos avanzando más rápido. Y quiero destacar eso y decirles acá a los inversionistas, a los empresarios y empresarias, a las organizaciones empresariales y, también, a los dirigentes sindicales que hemos hablado acá en nuestra reunión de vínculos en materia de derechos de los trabajadores, de participación de la mujer en la economía, de mayor intercambio comercial en conjunto con un respeto más profundo y más consciente del medio ambiente que no es contrario a la inversión y al crecimiento, sino que pueden ir de la mano. Creo que Brasil y Chile hoy son pioneros y lo están demostrando en ese sentido.
 
Estimados y estimadas, tengo la convicción que tenemos mucho que aprender el uno del otro. Desde nuestra humilde posición de un país mediano en el concierto internacional estamos, como lo decíamos en la mañana, apoyando a Brasil en las diferentes instancias de liderazgo que está jugando a nivel internacional, es un jugador global.
 
Nosotros aportamos nuestro grano de arena. Nos hemos decidido sumar a la Conferencia de la Lucha contra el Hambre y la Pobreza que lidera el Presidente Lula. Una de las cosas con las que me quedo de las conversaciones que hemos tenido es que la pobreza y, sobre todo, el hambre no es un determinante histórico, no es obvia ni necesaria ni inevitable, es responsabilidad de quienes gobernamos. En conjunto, con un buen trabajo entre el Estado y el sector privado, podemos terminar con la pobreza y el hambre.
 
 
Y ese ejemplo que en los dos primeros mandatos del Presidente Lula tuvo en Brasil, también con la trayectoria histórica de Chile en las últimas décadas desde la recuperación de nuestra democracia, creo que son ejemplos virtuosos de que podemos avanzar en mejorar las condiciones de vida de nuestra población.
 
Acá, en este salón, no está representada la diversidad de nuestros pueblos, sin embargo, lo que en este salón se acuerde, sí y esto es importante no perderlo de vista, debiera afectar para mejor la calidad de vida de nuestros pueblos. Eso, por lo menos, es algo que con nuestros colaboradores, con nuestros ministros y subsecretarios siempre buscamos tener presente: para quién trabajamos, somos empleados del pueblo de Chile.
 
Hoy sabemos que son tiempos de mucha incertidumbre, veíamos lo que pasaba en las bolsas mundiales, a propósito de algunos datos de empleo en la economía estadounidense, cómo esto afectó a la economía en Japón, cómo las grandes empresas tecnológicas depreciaron su valor durante el día y las grandes bolsas mundiales tuvieron caídas importantes. Qué difícil o qué increíble es pensar cómo decisiones tan lejanas hoy nos afectan tan directamente.
 
Al Presidente Lula le tocó vivir, si mal no recuerdo, la crisis del 2008 y lograron salir adelante con políticas contracíclicas, gracias a la fortaleza y a la visión, en su momento, de quienes dirigían el país. Lo mismo en el nuestro, le tocó a la presidenta Bachelet.
 
Entonces, hoy, en este mundo tan integrado, la única manera de hacernos más fuertes frente a las turbulencias internacionales es trabajar más coordinadamente. Eso, pese a que los latinoamericanos somos muy buenos para el adjetivo y la retórica, tiene que concretarse en proyectos que sean tangibles.
 
Por eso, el Corredor Bioceánico Vial es tremendamente importante porque es una muestra concreta que, desde el Estado Mato Grosso do Sul, pasando por Salta, por Jujuy, por el río Paraguay, llegando a los puertos de Antofagasta, de Iquique y de Tocopilla, se integran nuestros pueblos. Eso tiene que ver con algo que es tremendamente importante y relevante es cómo nuestros países están con el comercio del mundo.
 
Con este Corredor Bioceánico Vial, las importaciones de Brasil hacia el Asia Pacífico, si es que lo hacemos bien, si es que construimos puertos de tierra al nivel que se requiere, si es que logramos mejorar las vías, si es que los puertos están a la altura, va a disminuir significativamente y, por lo tanto, también los costos y eso va a significar mayor riqueza, y mayor riqueza en gobiernos progresistas también significa mejor distribución de los ingresos para los pueblos que son parte de estos países.
 
Por eso, estimados y estimadas, el Corredor Bioceánico es un ejemplo concreto, pero no es el único. Eso lo destacamos en este foro empresarial, pero hoy en la mañana hablábamos, por ejemplo, de la reacción conjunta frente a emergencias climáticas, las que son cada vez más frecuentes. Lo vimos en Rio Grande do Sul hace poco o aquí mismo con los grandes ventarrones en Chile —apúrese Enel—. Ahí tenemos la certeza de que entre mayor colaboración haya, más resilientes vamos a ser frente a este tipo de catástrofes.
 
Ahí, estimados y estimadas, el rol que juega la articulación entre el Estado y el sector privado es fundamental. No es fácil, podemos no estar de acuerdo en muchas cosas, pero cuando trabajamos juntos las cosas salen mejor.
 
Hoy, tenemos una oportunidad que es única, algo mencionaba el Presidente Lula a propósito de las materias primas que tenemos, Chile es un jugador de primera categoría en lo que se refiere al combate contra la crisis climática, tanto por nuestra presencia antártica, reforzada hoy con nuestro rompehielos, tanto por nuestros miles de kilómetros de costa y, también, por los recursos naturales que poseemos que son importantes para combatir la crisis climática, el litio, el cobre, las energías renovables no convencionales, el sol, el viento y el agua.
 
Y en Brasil es lo mismo con el Amazonas, lo decía el Presidente Lula, y con cómo han avanzado en innovación y en la producción de combustibles limpios, y el compromiso que tenemos de avanzar hacia terminar con los combustibles fósiles. Me contaba el Presidente Lula lo que están haciendo en planes de reforestación del Amazonas. No puedo si no valorar estas iniciativas porque, al final, más allá de los límites de nuestras fronteras nacionales, cuando el Amazonas se deteriora, cuando se quema todos lloramos; cuando la Antártica se sigue derritiendo en los niveles que lo está haciendo, también, todos debemos sufrir. Para eso, tenemos que trabajar en conjunto. Eso es lo que hemos venido a reforzar con el Presidente Lula hoy.
 
En Chile hay muchas oportunidades para poder hacer de esto, además, un buen negocio. La Estrategia Nacional del Litio que lanzamos hace ya un poquito más de un año da cuenta de la vocación de Chile, del Estado chileno, de trabajar en conjunto con el sector privado para convertirse, prontamente, en el primer productor de litio del mundo, a propósito de las grandes reservas que tenemos, con técnicas de extracción, extracción directa, que, además, son mucho menos contaminantes que las conocidas hasta hoy.
 
El litio es clave en la creación de baterías para el almacenamiento de energía para los buses eléctricos. Chile, Santiago en particular, es el país con más buses eléctricos del mundo, fuera de China, y hoy lo estamos extendiendo a regiones. Por eso, es importante mantener la frecuencia y la constancia de la electricidad de manera permanente.
 
Entonces, estas oportunidades o la asociación que podemos tener en otros minerales, las experiencias que ustedes tienen en tierras raras, lo que nosotros tenemos en cobre, con nuestro orgullo nacional que es Codelco, creo que hay una simbiosis que es muy positiva.
 
Además, hacia el Presidente Lula de mi parte hay cariño, un respeto hacia la experiencia y la trayectoria, y un aprendizaje donde cuando uno pone por delante el bienestar de nuestros pueblos y respeta siempre la democracia y sus instituciones, siempre uno se sobrepone a las más grandes adversidades, como su propia historia de vida así lo demuestra.
 
En un contexto global de creciente incertidumbre donde la crisis climática, la volatilidad política y la desaceleración económica campean, el tener valores comunes o valores compartidos es un lujo que no podemos obviar. Nuestros dos países vivieron sendas y terribles dictaduras, en Brasil el 64, en Chile partió el 73, lo recordábamos hoy. Por eso, tenemos un compromiso tan profundo y honesto con la defensa de la democracia. Y por la historia de nuestros propios países y convicciones compartidas, también creemos que los derechos humanos deben respetarse de manera irrestricta siempre, en todo lugar y por cualquier gobierno, independiente del color político que éste tenga. Eso corre para Chile, para Brasil y, por cierto, también para Venezuela hoy en los difíciles momentos que están pasando.
 
Querido Presidente Lula, estimados y estimadas, tenemos grandes oportunidades para fortalecer nuestra cooperación para que nuestras palabras como presidentes no se las lleve el viento, sino que ustedes, esa fuerza creadora e innovadora que tiene el sector privado, en colaboración con el sector público, concreten esta voluntad que hoy se expresa en este escenario. Juntos, chilenos y brasileños, podemos encontrar nuevas oportunidades para que esta relación histórica de casi dos siglos dé frutos concretos que mejoren la calidad de vida de nuestros pueblos.
 
Presidente Lula, le expreso, además, el cariño del pueblo chileno hacia Brasil y hacia usted, en particular. Y muchísimas gracias a todos los brasileños y brasileñas que hoy nos acompañan, a quienes visitan permanentemente, durante todo el año, nuestras ciudades, nuestras bellezas naturales y, sobre todo, a ustedes que hacen posible que esta relación se siga profundizando y mejorando.
 
Muchísimas gracias, cuenten con nosotros.