S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza ceremonia por los 10 años del Programa PACE

12 JUL. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, acompañado del ministro de Educación, Nicolás Cataldo, el delegado presidencial de la Región Metropolitana, Gonzalo Durán, y la alcaldesa de Quinta Normal, Karina Delfino, encabeza ceremonia por los 10 años del Programa PACE de acceso a la Educación Superior.

Muchísimas gracias Karina y Catalina por sus palabras. Quiero pedirle a mi equipo que me manden el video de la intervención de Catalina porque me gustaría, si nos permites, que lo difundamos, porque creo que es tremendamente inspirador, relata además una experiencia que para quien lo escuche va a motivar. Me gustaría enviárselo también a la presidenta Bachelet, que va a estar, no me cabe ninguna duda, muy feliz, cuando se deciden impulsar este tipo de iniciativas los cambios que producen y las oportunidades que entregan.
 
Muchas gracias a todos quienes nos acompañan, a las autoridades, a los y las rectores y, por cierto, a la comunidad del Liceo Industrial Benjamín Franklin y sus estudiantes. Fue un gusto poder estar con los terceros y cuartos medios antes, como contaba la alcaldesa Karina Delfino. Por eso nos demoramos un poquito porque hicimos una asamblea, recordando los viejos tiempos, pero también para poder escucharlos.
 
Es importante para mí que estas instancias no sean solamente el cumplir con el formato previamente establecido, sino también tener momentos de encuentro, más allá del protocolo, donde podamos escuchar directamente la opinión de los que muchas veces no tienen voz. Y nos quedamos con harta pega, ministro, para apoyar al Liceo Industrial Benjamín Franklin, en particular temas de infraestructura, de salud mental, de mejoras en específico respecto a los materiales de las especialidades, donde creo que podemos hacer un esfuerzo, lo vamos a ver con la directora y también con el presidente del centro de estudiantes aquí presente, para ver cómo podemos ayudar a mejorar.
 
Estamos conmemorando los 10 años del PACE y me acuerdo muy vívidamente de las discusiones que se tuvieron antes del punto de inicio, antes de los 10 años en materia de educación superior, de cómo hacíamos más accesible la educación superior y cómo avanzábamos en terminar con la segregación que la educación superior y la educación en general en Chile producía.
 
Hace 10 años la presidenta Bachelet inició este programa justamente para equiparar la cancha y creo que se hace cargo, en parte, de avanzar en un sistema educativo más justo, que no esté marcado por, como decía Karina, la capacidad adquisitiva de los padres y madres de las familias, sino en las capacidades de los propios estudiantes.
 
Fuimos muchos quienes abogamos por tener una educación más justa e igualitaria, incluyendo a la alcaldesa Karina Delfino. He venido harto a Quinta Normal y siempre que la veo me acuerdo de ella con el uniforme del Liceo 1 en una protesta, ahí en Pío Nono, dirigiendo a secundarios y universitarios, en conjunto con el “Conejo”, con la “Jochu”, con César, en esas movilizaciones históricas del 2006 que, creo, abrieron la puerta para un nuevo ciclo en Chile.
 
A partir de eso se generaron muchas discusiones. Una de ellas fue la que lideró la experiencia de las Cátedras Usach-Unesco de Inclusión a la Educación Superior Universitaria. Me acuerdo que hace poquito, en la conmemoración de los 50 años con el rector de la Usach, conmemorábamos o nos acordábamos -digo retóricamente porque yo no había nacido- de este programa que tenía la Usach con los mineros del carbón, no me acuerdo si en Lota, donde la UTE de la época formó una escuela técnica para que los mineros se especializaran, donde además los mismos mineros eran también profesores.
 
Esa vocación pública de las universidades de salir de la lógica de torre de marfil e intervenir directamente en la sociedad con quienes más lo necesitan y que estemos acá, en un liceo público técnico-profesional, con rectores de universidades públicas es tremendamente importante y tremendamente valioso.
 
Entiendo que acá la Universidad Alberto Hurtado es la que está vinculada a este programa, y es tremendamente valioso porque se fortalece la educación pública, entrega mayor preparación a los estudiantes, permite una exploración vocacional que les permite soñar y combatir ese espíritu que bien denunciaba Jorge González en la canción que citaba Catalina.
 
Tener esperanza, anoté este concepto que utilizaste Catalina, la Pedagogía de la Esperanza. Que a partir de tu propia experiencia les cuentes a Victoria, a Teo y a otros estudiantes que es posible soñar más alto de lo que tradicionalmente te han dicho es, creo, tremendamente inspirador.
 
En estos 10 años son 31 las instituciones de educación superior que se han adscrito al programa y han acompañado, escuchen bien este número, a 470 mil estudiantes. Y como decía Catalina, los números no son sólo números, detrás de estos 470 mil, hay 470 mil historias, hay 470 mil familias. Y más del 81% de los estudiantes que han sido habilitados por PACE han continuado con sus estudios superiores, superando con creces la tasa de deserción usual en estos casos.
 
Estamos hablando de jóvenes que son talentosos, que se destacan en sus aulas y que, con un adecuado acompañamiento, pueden alcanzar las metas que se proponen. No nos olvidemos que, pese a lo segregada de nuestra sociedad, el talento está igualmente distribuido y es función de la sociedad civil y de las instituciones del Estado el ir en búsqueda de ese talento y decirles a esos jóvenes talentosos que es posible, que pueden surgir desde la vocación que tengan, no solamente desde las carreras tradicionales que el estatus social impone como las exitosas, sino desde otras que transforman al mundo para bien desde sus respectivas cotidianidades.
 
Cuando caminábamos hacia acá veía una escalera, directora, pintada haciéndose preguntas sobre el arte. Hace poco se dio una discusión pública respecto de la importancia de las ciencias sociales y de las artes donde un columnista, desde el extranjero, llamaba a olvidarse de las humanidades y de las artes, y solamente financiar carreras vinculadas a la ciencia. Quiero decirles que una sociedad requiere ser diversa y que lo que tenemos que impulsar es que las personas talentosas en las diferentes áreas puedan desarrollar esas vocaciones y no solamente pensarlo desde un punto de éxito y productividad económica, sino también de felicidad. Es importante hacernos la pregunta por la felicidad.
 
Por cierto, el rol del Estado y del Gobierno es mejorar las condiciones materiales de vida de nuestro pueblo, pero debemos hacerlo y, por lo menos desde un gobierno progresista, creo que es nuestra tarea, desde una perspectiva de cohesión social y pensando en objetivos que van más allá de lo meramente material.
 
Y es que los sueños y las metas de los niños, niñas y jóvenes de Chile no son sólo de ellos, no son individuales, como decía Catalina, son de la sociedad toda. Una sociedad más educada, con mejores profesionales, con mejores técnicos genera mayores posibilidades de desarrollo y bienestar para las personas y para el país entero; es contagioso.
 
El Programa PACE, con sus aprendizajes y resultados, nos da la oportunidad para seguir fortaleciendo la educación terciaria que Chile requiere. Por eso, para el proceso de admisión del próximo año, puedo anunciar que vamos a ampliar del 20 al 25% el tramo del ranking de notas establecidos para que más estudiantes puedan estar habilitados para optar a la educación superior.
 
También, vamos a avanzar hacia un modelo de acompañamiento universal y garantizaremos que la totalidad de las universidades adscritas al programa dispongan de al menos dos cupos en cada una de sus carreras para los estudiantes habilitados. De este modo, vamos a continuar en la senda de lograr un acceso que sea más equitativo a la educación superior. Ese es nuestro compromiso, que no es un compromiso formal, sino que es una vocación existencial, lo que nos mueve, parte del sentido por el cual estamos en política.
 
Estimados y estimadas, el desarrollo de la educación en Chile ha sido impulsado por mujeres y hombres que se la han jugado firme por los niños, las niñas y por los jóvenes de nuestra patria. Pienso, por cierto, en figuras señeras como Amanda Labarca, como Juan Gómez Millas, como Eugenio González; pienso en figuras que no son tan conocidas por ese rol, pero en el rol en educación que cumplió alguien como Alberto Hurtado, a propósito de la universidad; en esos profesores, directivos o dirigentes que hoy no recordamos sus nombres, pero que volcaron las universidades a la calle, al contacto con la sociedad real que se estaba transformando en Chile.
 
Quiero recordar y destacar, en particular, el aporte de Francisco Javier Gil que fue de los principales impulsores del PACE y que encarna su convicción respecto de que los talentos se encuentran en todos los niños y niñas —me acuerdo haber conversado con él en varias oportunidades sobre esto— no sólo en aquellos que por razones estructurales han contado con menos oportunidades. Francisco Javier Gil ya no nos acompaña, pero su legado está presente, tremendamente presente en esta sala y en los 470 mil estudiantes. Así que, vaya a su familia un tremendo abrazo.
 
Está Adriana Delpiano también. Muchas gracias, Nana, que también fue de las que luchó desde el gobierno por implementar estas cosas que sabemos que nunca son fáciles, siempre hay alguien que te dice que no se puede por algún motivo burocrático, de trámite, del oficio, del presupuesto, del Parlamento, pero hay gente que impulsa hasta que se logra; Adriana es una de ellas.
 
Estimado y estimadas, como dijo Catalina, no queremos que las injusticias sociales dejen a más jóvenes pateando piedras, queremos que esas jaulas se abran. Tuve la oportunidad, Catalina, de conocer al Luchín, me mandó una carta, el Luchín al que Víctor le cantaba allá en Barrancas, me regaló una pelota de trapo y un libro contándome su historia y cómo esa canción le había cambiado la vida. Así que, qué lindo que la cites.
 
Queremos que las aulas sean espacios que les impulsen a alcanzar sus sueños para que, en conjunto, logremos el desarrollo que Chile se merece.
 
Un abrazo muy grande y gracias por este espacio.