S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, junto a la ministra de Minería, Aurora Williams, participa de la cena CESCO Week, organizada por el Centro de Estudios del Cobre y la Minería.
Muy buenas noches.
Quiero partir felicitando a las autoridades del Centro de Estudios del Cobre y la Minería por estos 40 años de trayectoria, por su continua labor para entregar a Chile diagnósticos independientes y propuestas sobre temas que son tan importantes en un país cuya esencia histórica, incluso antes de la fundación de nuestra república, está ligada íntimamente a la minería.
Valoro mucho las palabras de Jorge Cantallopts y agradezco también a Gonzalo Muñoz por sus reflexiones. Le pido a Gonzalo que ojalá la presentación que acabas de hacer, por lo menos a nosotros nos la puedan hacer llegar porque me gustaría poder estudiarla con mayor detención.
Saludo a los representantes de las empresas mineras aquí presentes y a todos y todas quienes participan de esta cena, también a los trabajadores y trabajadoras que están sirviendo. Muchísimas gracias por su trabajo.
Me alegra mucho poder estar acompañándolos aquí hoy porque, como decía anteriormente, la minería es parte esencial de la identidad de Chile. Lo fue en los albores de nuestra República la plata, después el salitre, hoy el cobre en conjunto con otros minerales, también recordemos hidrocarburos como el petróleo y el gas. De dónde vengo, el sur de Chile, en Magallanes, la minería del petróleo fue tremendamente importante y forjó toda una región y parte también del desarrollo de Chile. Hoy también respecto al mineral no metálico, el litio, tenemos tremendas perspectivas y posibilidades.
Por lo tanto, sabemos que la minería ha sido y seguirá siendo clave en el desarrollo social y económico de nuestro país y, además, en este momento y creo que las palabras de Gonzalo también apuntaban en esta dirección, es con un sentido que va mucho más allá de la renta. Porque hoy la minería es clave para enfrentar el principal desafío que tenemos quizás como generación en términos de época, que es hacer frente a la crisis climática que ha sido generada por la acción humana y que por la acción humana también debe mitigarse y adaptarse.
Por eso sabemos que la minería del cobre y las potencialidades del litio son tremendamente importantes y por eso cuando me toca conversar con diferentes representantes de industrias mineras —hace poco tuvimos una muy buena reunión en La Moneda con el CEO de Teck o nos hemos reunido con diferentes representantes de diferentes industrias, también lo hemos conversado con colegas de China— sabemos que estamos realizando negocios que no se miden solamente en la cantidad de dinero que entra, sino también en el sentido profundo de para qué sirve, qué se hace con ese cobre, qué se hace con la electromovilidad.
Estuve hace poco en una comuna minera de larga tradición, María Elena, en el norte de nuestro país, con una empresa de otra industria del área de las energías Engie, una empresa francesa. Y veíamos ahí cómo estaban inaugurando una de las mayores plantas fotovoltaicas de América Latina que tenía storage de energía para poder inyectar justamente la energía que acumulaban durante el día al Sistema Interconectado del Norte durante la luz durante la noche, a través de baterías de litio. Y eso es tremendamente valioso.
Por lo tanto, ver cómo se van generando encadenamientos productivos a lo largo y ancho de nuestro país y, además conectados con el mundo y esta cena así lo demuestra, es para nosotros como país un tremendo orgullo, sea desde el mundo público o desde el mundo privado.
Sabemos que, desde nuestro Gobierno, pero como una política de Estado de largo plazo, estamos llamados a trabajar en conjunto con el sector privado por una industria minera que sea más sostenible y amigable con el medio ambiente y que tenga un trato deferente y justo con las comunidades. Una minería que dé buenos empleos como sucede generalmente en nuestro país, que capacite a las y los trabajadores, que integre a más mujeres en sus faenas que siga progresando en sus estándares de seguridad, que sé que es una gran preocupación de todas las empresas aquí presentes.
Me da mucho gusto, perdonen la disquisición, pero cada vez que vamos a una industria o a una faena minera de cualquiera sea el área, los prevencionistas de riesgo siempre nos hacen la capacitación previa y siempre nos dan cuenta de cuáles han sido los avances en estándares de seguridad para evitar tragedias tan dolorosas como las que nuestra patria también conoce y sabe, como el caso finalmente exitoso y esperanzador de la mina San José u otras tragedias que han sacudido a la minería en nuestra tierra y en el mundo.
Y en este sentido, nos enorgullece que Chile haya ratificado el Convenio 176 de la OIT sobre Seguridad y Salud en Minas, porque las y los trabajadores son parte esencial de la riqueza que se genera a partir de esta industria.
Estamos llamados también, estimados y estimadas, a proporcionar sinergias positivas entre los grandes proyectos mineros y los servicios y proveedores locales. Pienso en el acero de Huachipato, que permitan impulsar un desarrollo verde y que permitan impulsar un desarrollo desde las regiones mineras.
Resulta desolador y lo comentábamos en otros encuentros ver cómo localidades en donde la minería ha sido el centro de su desarrollo como Tierra Amarilla estén con índices de pobreza más alto que el resto del país o ver todavía los déficits que existen en algunas comunas que han entregado sangre, sudor y lágrimas al esfuerzo por el desarrollo de Chile.
Me dio mucho gusto estar ayer nada más en Calama y ver cómo está avanzando la infraestructura de la ciudad de la mano con Codelco. Me dio mucho gusto hace poco estar en Antofagasta en la inauguración de Quebrada Blanca de la minera Teck, en donde además pudimos ver en detalle cómo se habían preocupado por la conservación del patrimonio no sólo de Chile, sino de toda la humanidad, con la conservación de momias de miles de años de antigüedad.
Poder ver esa sinergia que se produce con las comunidades, con los Estados, con la historia larga de la humanidad es tremendamente satisfactorio.
También sabemos que debemos seguir avanzando en el uso de energías limpias en la producción, disminuir el uso de agua continental, mejorar la gestión de residuos y relaves —en esto estamos actualizando la normativa— y proteger de mejor forma la biodiversidad. En esto destaco y alguien lo mencionaba recién, el caso que me tocó ver hace un par de semanas que es de minera Los Pelambres de AMSA, donde en la comuna de Los Vilos acaban de instalar y echar a andar una planta desaladora que va a cambiar la manera en que se produce la minería en ese sector. Se hizo en conjunto y en trabajo con la comunidad y así daba cuenta la misma comunidad presente en esa actividad.
Esas buenas prácticas, esa lógica de incluso avanzar más allá de la norma para poder tener un desarrollo que sea más sostenible para la empresa y también para las comunidades y para el país, es la sinergia que tenemos que lograr entre el sector público y el sector privado.
Me alegra saber que coincidimos en muchos de estos estándares con Jorge Cantallops. De la mano con la minería y el sector público vamos a seguir haciendo crecer a Chile.
Ahora, como Gobierno en particular, nos corresponde generar un clima político, un clima de confianzas que le de viabilidad a la inversión. Conversábamos en algún momento con el CEO de Teck, que me dijo una frase que me quedó marcada en una reunión que tuvimos en La Moneda en su momento. Me dijo: “Mire, nosotros estamos muy orgullosos de nuestro proyecto Quebrada Blanca, pero si hubiésemos sabido que nos íbamos a demorar 10 años en sacarlo adelante, quizás no hubiésemos realizado la inversión en un primer momento”.
Eso, no sé si estoy diciendo algo que no debiera, pero creo que no porque es una interpelación al Estado, es una interpelación hacia quienes tenemos la responsabilidad de gobernar, de otorgar mayor certidumbre. Inversiones de largo plazo como la minería tenemos absolutamente claro que funcionan en la medida en que hay certidumbre de largo plazo, en que las reglas son claras para todos. Podrán gustar menos o podrán gustar más, podrá gustar más un gobierno o podrán tener más coincidencias con otro, pero la estabilidad, la predictibilidad y la certidumbre a la hora de invertir tienen que ser —y en esto como Gobierno estamos convencidos— políticas de Estado, más allá de a quien le toque ocupar el sillón de O’Higgins temporalmente por 4 años.
Por eso, y para generar este clima favorable a la inversión, y más allá de las legítimas diferencias que podamos tener con algunos sectores, hay ciertos hechos que son indesmentibles. Hemos logrado frenar en un trabajo conjunto, por cierto, con el Banco Central, un ente autónomo, institución de nuestro país, la tendencia al alza de la inflación. Chile, además, está volviendo a crecer y eso es una buena noticia de la cual debemos alegrarnos y las proyecciones han sido ajustadas al alza en los últimos informes de diferentes entidades.
Pero, además, sepan que está en el centro de nuestras prioridades el que este 2024 sea el año en que Chile vuelva a despegar en términos de crecimiento. También, lo está haciendo la inversión extranjera en nuestro país. Y hemos constituido para este efecto el Gabinete Pro Crecimiento y Empleo para poder justamente agilizar las gestiones de inversiones privadas y públicas a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Esto lo hacemos porque sabemos que un país que no crece, es un país que se estanca y, a la vez, un país que crece tiene que poder redistribuir de manera más justa los recursos que genera, porque la riqueza que hay en nuestra patria es una riqueza que les pertenece a todos los chilenos y chilenas, a todos quienes habitan nuestro largo territorio.
Por eso, insistimos tanto en que es necesario una redistribución más justa de la riqueza, porque justamente a través de esa distribución es que podemos construir paz social que nos permita encontrarnos en nuestra patria, dejar de desconfiar unos de otros y tener, justamente, perspectivas de largo plazo que den certidumbre también a las inversiones de largo aliento como son, en particular, en la minería.
Después de mucho diálogo, y acá hay un ejemplo virtuoso de esto, logramos aprobar el Royalty Minero que se logró con un gran consenso en el Congreso Nacional, pese a que había muchas voces que nos decían que esto iba a ser imposible. Y pese a que hubo quienes se opusieron antes muy arduamente al proyecto de Royalty Minero ¿qué generó inmediatamente después? Como hubo certidumbre se destrabó la inversión en minería y hoy tenemos muchos más proyectos disponibles para invertir en Chile porque saben que Chile es un país que cumple, que respeta los tratados internacionales y en donde las reglas claras se respetan.
Esta decisión que, además, les va a permitir a 307 comunas de nuestra patria tener mayores recursos para poder destinar a salud, educación, seguridad, deporte y cultura, les aseguro que nos da una identidad y un sentido de pertenencia mayor con nuestra minería.
Y eso es una buena noticia porque, en la medida en que negocios e industrias tan importantes como estas sean sentidas como propias, de alguna manera, por las comunidades, logra que se les facilite la pega. Ese diálogo es virtuoso y, por eso, lo vamos a seguir impulsando.
Como país hemos superado tiempos difíciles y estamos lejos de los momentos de incertidumbre económica y social de la postpandemia, y creo que es momento de pasar de los discursos pesimistas, de los discursos catastrofistas hacia generar, en conjunto, un clima de confianza.
Nosotros, desde el Estado, estamos trabajando al máximo para mejorar y hacer más eficiente la inversión pública. Esto, la ministra de Minería lo sabe, la ministra de Obras Públicas lo sabe, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, está permanentemente empeñado en aquello, nuestra ministra de Medio Ambiente, que está aquí presente, lo tiene absolutamente claro. Tenemos que agilizar los tiempos del Estado y mejorar la eficiencia del gasto de los recursos públicos.
Pero esto no va a ser suficiente si no logramos generar un clima conjunto de confianza, porque las inversiones se basan mucho en la percepción de confianza y eso es un intangible que se genera bajando un poquito las barreras.
Tengo claro que hay muchos en el mundo privado que pueden tener concepciones preestablecidas respecto de qué es lo que represento como Presidente o las fuerzas políticas que sustentan nuestro Gobierno. Eso es absolutamente legítimo, es parte de la democracia, pero estoy seguro de que, si lográramos tener una visión de más largo plazo y encontrarnos en los puntos que tenemos en común respecto, por ejemplo, al desarrollo de Chile y a las tremendas potencialidades del desarrollo de la minería en nuestro país para el mundo, podríamos crecer a ritmos incluso mayores de los que ya se están prometiendo en este año 2024.
Ustedes pueden constatar que Chile es un país donde las instituciones funcionan, donde las reglas se cumplen y donde la democracia es siempre la vía para tomar decisiones y para resolver diferencias. Son estos atributos, que todos tenemos que cuidar, porque contribuyen y nos enorgullecen para ser un referente y un país confiable en América Latina y en el mundo.
Ahora, para ir cerrando, como Gobierno hemos escuchado y actuado sobre la preocupación que nos han planteado diversos inversionistas y no sólo inversionistas, sino también pequeñas Pymes, comunidades, que se ven afectadas por la irracionalidad que a veces se encuentra en el sistema de permisos que hoy rige de manera desordenada en nuestro país.
Como saben, los primeros días de este año y cumpliendo con un compromiso que asumí personalmente, hemos ingresado al Congreso Nacional dos proyectos de ley que permitirán dar mayor certidumbre a los inversionistas y a las comunidades. El primero busca agilizar y hacer más eficiente la tramitación de permisos sectoriales. Estoy molestando todos los días al ministro de Economía, Nicolás Grau, para preguntarle cómo está avanzando respecto a este tema. Y el segundo moderniza y perfecciona la evaluación de impacto ambiental para fortalecer su componente técnico.
Acá es importante que todos entendamos que la evaluación ambiental, como siempre me recuerda la directora del Servicio de Evaluación Ambiental, es una condición para el desarrollo y no tiene que entenderse como una traba, debe ser coherente, eficiente y cumplir en los tiempos que nosotros mismos nos comprometemos. Es una condición para el desarrollo, no una traba.
Estos proyectos son parte de un paquete más amplio que es el Pacto Fiscal que le hemos propuesto al Congreso de nuestro país. Invito a que lo pensemos como un conjunto porque, en la medida en que damos cuenta de que somos capaces de crecer, de reducir los tiempos en que se entregan los permisos, —nuestra expectativas es reducirlos en un orden de un 30%— de modernizar nuestras instituciones y de distribuir de manera más justa la riqueza que existe en nuestra patria, no me cabe ninguna que vamos a poder construir una mejor sociedad y un lugar que siga siendo atractivo para ustedes y un lugar en donde quienes habitan nuestra patria tengan el profundo derecho a ser felices y lo puedan ejercer de manera libre y soberana.
Para terminar, estimados y estimadas, les cuento que sobre Codelco y Enami tenemos absolutamente claro que el precio del cobre está al alza y esto está asociado a una demanda que crece por sobre la capacidad productiva. En este sentido, me alegra poder contarles que, según lo planificado y después de haber descorrido un velo respecto a una situación difícil por la que había estado pasando nuestra estatal, hoy podemos afirmar que los niveles de producción de Codelco se van a recuperar, paulatinamente, a partir de este año 2024 para poder alcanzar en 2030 de producción de 1,7 millones de toneladas.
Estamos orgullosos de nuestra empresa estatal y la vamos a seguir potenciando. De hecho, por eso tomamos durante nuestro Gobierno una decisión que fue difícil, reinvertir el 30% de las utilidades de Codelco en la misma empresa, para investigación, para innovación y para mejorar los protocolos de seguridad. Lo más fácil y lo obvio para un gobierno, en particular, gobiernos cortos de 4 años, es tratar de estrujar al máximo a Codelco y todas las utilidades utilizarlas en gasto corriente, pero eso es pensar en la próxima elección y no en el bien del país.
Nosotros tenemos claro que necesitamos un Codelco fuerte, un Codelco firme. Por eso, estamos realizando todas las modificaciones que sean necesarias e invirtiendo en nuestra empresa estatal para poder recuperar la producción que Codelco tiene capacidad de entregar.
Y respecto a Enami, como Gobierno hemos tomado decisiones con visión de futuro. Para recomponer la situación de esta empresa tan importante para el fomento minero y fortalecer la capacidad de fundición de nuestro país, estamos impulsando un proceso de modernización de la fundición Hernán Videla Lira. Esta fundición será una nueva, con nuevos estándares ambientales y de hecho ya ingresamos el proyecto al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental en noviembre de este año.
Codelco y Enami, además, están trabajando juntos para desarrollar nuestra Estrategia del Litio que presentamos al mundo durante el año pasado. Así, vamos a aprovechar el ciclo de alta demanda de este mineral crítico para la transición energética, cuidando los intereses del país. Y esto queremos en conjunto con la industria privada.
Queremos que Chile cuente con los recursos del litio por muchas décadas más, sin perder la ventana de oportunidad que este momento demanda.
Por eso, queremos que la industria agregue valor, tarea a la que está también dedicada Corfo, y en esa línea van los tratados y MOU que hemos firmado, por ejemplo, con la Unión Europea o con China, diversificando las asociaciones comerciales que tenemos en nuestro país.
El lunes pasado abrimos el llamado a inversionistas nacionales y extranjeros para presentar su interés por desarrollar uno o más proyectos de exploración y explotación de yacimientos de litio. Los resultados de este proceso se darán a conocer en julio.
Con este hito estamos abriendo la producción de litio a nuevos actores interesados en invertir en esta industria que es tan importante para Chile y para el mundo. Esperamos de aquí a 10 años alcanzar la ambiciosa meta de duplicar la producción de litio como país. Y ¿por qué no? pensar un poco más grande, también generar encadenamientos productivos que nos permitan que ese litio que se saca de Chile, se procese en Chile y que parte de las baterías que hoy se utilizan en Chile y en el mundo también sean producidas en nuestra patria.
Por eso, estamos impulsando la creación del Instituto de Tecnologías Limpias que tendrá su sede en San Pedro de Atacama, justamente para potenciar los usos de este mineral.
Estimadas y estimados, los tiempos actuales nos exigen otra forma de hacer minería y otra forma de hacer política, construir confianzas donde quizás antes no las había y hacerlo de manera sostenible en el tiempo, de cara a la ciudadanía y beneficiando a todos quienes habitan nuestra patria de la que estamos tan orgullosos.
Los invito a que trabajemos juntos en esa tarea y en esa dirección.
Muchísimas gracias por su trabajo y por este espacio.