Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza ceremonia de reincorporación de Chile a la Corporación Andina de Fomento

6 MAR. 2023
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza ceremonia de reincorporación de Chile a la Corporación Andina de Fomento.

Muchísimas gracias a todas y a todos los presentes.
 
Querida rectora Rosa Devés;
 
Estimado ex Presidente Juan Manuel Santos, muchas gracias por sus consejos, tuvimos una de esas reuniones que van marcando, reuniones de las que no se van a saber en ninguna parte, ahora se van a saber porque lo estamos diciendo, pero cuyo contenido seguramente no se va a conocer, en donde se transmiten experiencias de vida, las cuales agradezco muchísimo y la experiencia en el arte del gobernar que es tan difícil. Muchas gracias por esas sabias palabras;
 
Por cierto, Sergio Díaz-Granados, es un honor estar con usted acá;
 
Y a todos quienes nos acompañan hoy día, en particular, al ex Presidente Ricardo Lagos, muchas gracias por su presencia y, también, por su siempre bien intencionado consejo en los momentos difíciles;
 
A todas las autoridades presentes:
 
Es para mí un orgullo estar en la que siento como mi casa, la Universidad de Chile.
 
Y permítanme partir con una pequeña reflexión: cuando la camerata vocal de la universidad entonaba el himno nacional, qué debe ser la canción que más he cantado en el último año, hoy día la canté también en la mañana porque estaba en Punta Lavapié, una pequeña caleta de pescadores, en la comuna de Arauco, en la Región del Biobío -que fue muy golpeada por los incendios, entre la destrucción fue destruida su escuela y logramos con mucho esfuerzo, con una alianza público-privada también, juntando las voluntades de todos para poder sacar esto adelante, que las clases comenzaran en marzo, en una escuela transitoria y, además, el compromiso de la reconstrucción de la escuela-e íbamos caminando con los niños de educación básica, de primero a cuarto básico que eran los que estaban en la jornada de la mañana, caminando desde la escuela transitoria hasta los restos de la escuela que fue quemada enteramente, la historia de Punta Lavapié es muy impactante, los niños me contaban cómo tuvieron que escapar por mar del incendio porque estaban absolutamente rodeados.
 
Y cuando íbamos caminando junto con la Alcaldesa de la comuna de Arauco estábamos como en una marcha por las calles de Punta Lavapié y la Alcaldesa les pregunta “Chicos, ¿qué canción se saben?” -estábamos con el Ministro de Educación, que lo veo acá también, el Ministro Ávila- y uno de los chicos dice “¡El himno nacional!” Y espontáneamente nos pusimos a cantar el himno nacional también sin música de acompañamiento, sino sólo con niños y niñas que habían perdido sus casas, su escuela, muchos de los bienes de sus familias, afortunadamente no hubo vidas que se perdieron ahí. Y fue realmente emocionante.
 
Y traigo esto a colación por dos motivos. Uno por la transversalidad de la idea de nación, cómo en un aula magna de estas características en donde estamos todos vestidos impecables, hoy día nos emocionamos con el himno nacional al celebrar el reingreso de Chile como Estado a un órgano de cooperación internacional y latinoamericano como es la CAF y, también, está presente en una pequeña caleta olvidada de la Región del Biobío en donde los niños era la canción que se sabían. Y esa transversalidad del himno me parece que es digna de destacar.  
 
Y el segundo motivo porque lo traigo a colación es porque estando ante el primero de los incendios grandes que nos tocó enfrentar como Gobierno, el incendio de Viña del Mar en el sector de los cerros, desplegados y tratando de hacer frente de la mejor manera posible la emergencia, antes de ir directamente a los cerros a estar con las familias en donde desgraciadamente fallecieron dos personas, recibo en La Moneda una carta de Sergio Díaz-Granados -a estas alturas me había olvidado de quién era Sergio Díaz-Granados y dije “¿por qué una carta ahora de Sergio Díaz-Granados?” y dice “Presidente de la CAF”. Y era a fines de diciembre del año pasado, una carta en donde, primero, solidarizaba con el pueblo chileno por los sucesos de Viña del Mar, el incendio, e inmediatamente después ponía a disposición una generosísima donación, una generosísima contribución para llevar adelante la reconstrucción. Y, después, recibimos una carta parecida a propósito de la tragedia en el sur de Chile.
 
Y la verdad es que cuando recibí esas cartas me sentí parte y, a su vez, como Estado de algo más grande que nuestras propias fronteras, de una identidad latinoamericana en donde la cooperación y la integración es la que nos puede permitir salir adelante.
 
Y es bonito ver cómo en instituciones como la CAF, que seguramente no son conocidas a nivel popular, pero que como bien decía Sergio Díaz-Granados hoy día está ayudando a más de 500 millones de personas, a millones de personas.
 
La verdad es que la integración no es sólo verborrea, la integración latinoamericana no son sólo adjetivos, la integración latinoamericana no son solamente discursos, es trabajo serio, persistente en el tiempo y a mí me alegra y me enorgullece que Chile en esta dimensión, en la dimensión de la CAF, vuelva, como bien decía Juan Manuel Santos, a casa.
 
Y eso es un trabajo de muchísimas personas. Recuerdo también cuando, por primera vez, me lo mencionó un viejo amigo, Lucho Maira me dice “Ojo a la CAF, Chile no es parte”. Lo conversamos con la Ministra Urrejola, con el Ministro Marcel y dijimos “¿cómo es posible?”. Nos habíamos retirado en 1978, en los días oscuros que duraron años. Y, sin embargo, no me cabe ninguna duda que el proceso de integración, que desde 1990 en adelante, porque esto no es algo que hayamos, por cierto, inventado nosotros, comenzó a tener Chile, todavía le faltan más pasos. Y seguramente a quien nos suceda en tres años más, va a poder dar pasos más osados en materia de integración porque la integración es algo que nunca termina.
 
Pero hoy día me enorgullezco que después de tanto tiempo, de 1978 hasta la fecha, podamos ser y formar parte de esta tremenda institución.
 
Y como recuerda Sergio, es una institución que tiene marca chilena. El ex Presidente Frei Montalva fue uno de sus fundadores y esta institución comenzó sus andares un poco antes de la elección de 1970 en Chile. Eran tiempos en donde América Latina buscaba su destino y como también recordaba el ex Presidente Santos, entre dos grandes bloques, hacíamos esfuerzos tremendos por encontrar un camino propio. Desgraciadamente, la época de la Guerra Fría no permitió aquello, pero hoy día sí es tiempo, hoy día podemos hacerlo.
 
Hoy día, desde la integración latinoamericana, podemos construir una vía que se haga cargo, justamente, de los desafíos que tenemos hoy que no son los mismos que los del Siglo XX, en donde -me alegro mucho de escuchar en las palabras del ex Presidente- la equidad de género sea fundamental; en donde, como hemos visto, ad portas del 8 de marzo, todavía tenemos muchísimo que avanzar; en donde el combate a la crisis climática y la valoración de la ciencia, ojalá no fuera algo que esté en disputa, la ciencia siempre viene acompañada de la duda, de la investigación, del cuestionamiento.
 
Pero cuando los gobernantes ponen en cuestión cosas tan trascendentales como la existencia misma de la crisis climática producto de nuestras propias acciones, la verdad es que estamos frente a un problema. Y es una alegría escuchar que la CAF, como instrumento de integración regional, lo tiene como uno de sus principales objetivos.
 
Y, sobre todo, algo que subyace a todas las acciones porque podríamos hablar largamente respecto de la acción financiera de la CAF, no soy yo el experto, para eso nuestro Ministro Mario Marcel, de seguro, podrá contar más detalles más adelante en conjunto con las reuniones que se realicen acá, pero hay una reflexión que decían todos quienes hablaron que me parece tremendamente importante: cuando el desarrollo se deteriora trae consigo, también, el deterioro de la democracia.
 
Y, por lo tanto, el esforzarse, el tener siempre presente que el desarrollo debe ser inclusivo, que el desarrollo debe ser equitativo, que debe ser justo y que no basta solamente con los grandes números y los grandes promedios, sino que tenemos que tener la vista puesta en los pobres, en los que más sufren, en las clases medias precarizadas que quedaron tan en evidencia en la pandemia tremenda que vivimos en todo el mundo, pero en donde América Latina fue el continente que más sufrió producto, justamente, de las desigualdades estructurales que la aquejan, es cuando, la verdad, uno se siente orgulloso de pertenecer a instituciones como esta, porque el fortalecimiento del desarrollo equitativo es también el fortalecimiento de nuestras democracias.
 
Como decía muy bien el ex Presidente Santos, ante los atajos tenemos que ser capaces de hacernos cargo de proponer una visión de largo plazo, pero que, a la vez, se haga cargo de las urgencias. Y vaya que hay urgencias hoy en América Latina y en nuestro país, muchas veces una pobreza escondida; la de los adultos mayores, por ejemplo, que con pensiones de miseria no alcanzan a llegar a fin de mes y deben depender de la solidaridad o derechamente vivir en soledad y abandono.
 
Todas esas reformas que estamos impulsando hoy día en el Parlamento las hacemos pensando en ese objetivo. Y sabemos, y ahí también recojo el guante de las palabras del ex Presidente Santos, que para las grandes reformas necesitamos grandes acuerdos, que nadie puede pretender imponer su visión y quienes creen que la historia se queda estancada en un momento del péndulo están equivocados, que tenemos que ser capaces de encontrar esos equilibrios y ponernos, como me decía antes, en la reunión, en los zapatos del otro para poder encontrar esos grandes consensos que nos permitan no mantener el estatus quo, sino avanzar gradualmente hacia mejores condiciones de vida de nuestro pueblo. A ellos nos debemos.
 
Y creo que nuestra incorporación a la CAF, aunque, quizás, para algunos pueda sonar lejano, es también un paso en esa dirección.
 
Éramos el único país de Sudamérica que no era miembro pleno y hoy día nos enorgullecemos de que esa excepción ya no va a poder decirse.
 
Quiero valorar también, especialmente y en momentos en donde se ha puesto en cuestionamiento por algunos grupos en la sociedad, los ODS. ¿Qué son los ODS? Los Objetivos de Desarrollo Sustentable. Qué importante es el trabajo que realizaron, me imagino que antes del 2015, para poder haber llegado a ese 2015 debe haber habido mucha coordinación, mucho esfuerzo. Sé que el ex Presidente Lagos jugó un rol importante en la construcción de eso.
 
Y, sin embargo, hoy día están puestos en cuestión como si la superación de la pobreza, el hacerse cargo de las desigualdades de género o los déficits en infraestructura fueran una suerte de agenda que nos quita soberanía. Nuestra soberanía radica, también, en el bienestar del pueblo y el bienestar del pueblo no distingue fronteras. Cuando hay una crisis en un país hermano esa crisis también, como ha quedado de manifiesto durante los últimos años, la vivimos nosotros. No somos inmunes, ni la cordillera ni el desierto nos hace inmunes a las tragedias de países hermanos.
 
Por eso es tan importante la solidaridad latinoamericana, no son sólo palabras, es hacernos cargo, con instituciones como la CAF, por eso vuelvo siempre el tema de que, en la medida en que esa cooperación tenga efecto y que no haya manos negras que se metan en el camino, vamos a poder también mejorar nuestras propias condiciones de vida.
 
La CAF, como decía el ex Presidente Santos, representa mucho más que negocios, representa la vocación de integración y solidaridad de América Latina y el Caribe.
 
Reitero la satisfacción que representa para nosotros como Estado de Chile y especialmente para nuestro Gobierno retomar la calidad de miembro pleno de la CAF. Tenemos grandes desafíos que no se miden años, sino en décadas y, muchas veces, la política se autogenera incentivos perversos que no conversan con el bien común de largo plazo y desde la política tenemos que luchar permanentemente contra ellos.
 
Y ahí también tomo el otro consejo que nos decía, hay momentos en que no hay que tener miedo de tomar decisiones impopulares; impopulares pensando en el bien común, no se trata de ser impopulares por ser impopulares. Y en eso, no es necesario que el Ministro Marcel desobedezca al Presidente, sino que estamos permanentemente alineados en aquello. Sabemos que en los momentos que haya que tomar decisiones difíciles, las vamos a tomar y las hemos tomado.
 
Me gusta también la idea de que dejemos de pensarnos como el continente del futuro, sino que seamos el continente del presente. América Latina tiene tremendas oportunidades, para qué decir Chile. Lo he reiterado en diferentes foros mundiales, Chile es un país integrado en el mundo de lo cual estamos sumamente orgullosos y si necesitamos al mundo sabemos que también el mundo necesita a Chile y lo que tenemos, sus recursos naturales, pero no sólo sus recursos naturales, su inteligencia, su poesía, su capacidad de levantarse frente a las catástrofes. De esas cosas también podemos aportar al mundo en el que hoy vivimos.
 
Y para enfrentar este desafío necesitamos a los mejores socios, a aquellos que nos van a acompañar en la travesía de construir un mundo más limpio, más justo, más equitativo, más humano, tal como lo soñaron los creadores de esta institución hace ya tantos años y también los creadores de esta universidad, de la que me enorgullezco muchísimo de ser parte hace tantos años.
 
Un abrazo muy grande. Muchas gracias.