El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participó de la inauguración del proyecto de la minera canadiense Teck Quebrada Blanca Fase 2, ubicado en la región de Tarapacá a 250 kilómetros al sur de Iquique y a más de 4.400 metros de altura sobre el nivel del mar.
Se trata de la apertura de uno de los mayores proyectos mineros que se está construyendo en el mundo y dada la extensión territorial del proyecto. En el lugar también estuvo el Economía, Nicolás Grau y la ministra de Minería, Aurora Williams.
A continuación las palabras del Mandatario:
Muchísimas gracias a todas y a todos los presentes.
Quiero partir por una frase que me sorprendió porque no la había visto puesta de esa manera, más allá que subyace al espíritu que hemos tratado de impregnar desde el Gobierno: “En el mundo de la minería, el mundo debe estar primero”. No sé si será el lema de Teck, pero la verdad no lo había visto y me sorprende porque creo que denota una visión que vale la pena resaltar.
Me imagino que para llegar a esa frase no debe haber sido fácil, no debe haber sido obvio porque el mundo ha cambiado mucho y la minería ha cambiado mucho. Por eso, Norman, “I am really looking forward to take a look at your book, I need a copy of that one”.
Estoy contento de estar aquí en la Región de Tarapacá, que es muy rica en minerales, es rica en cobre, pero es rica, sobre todo, por su gente, por su pueblo, por sus trabajadores y trabajadoras, por sus hombres y mujeres. Y qué destacable esto que mencionaba Jonathan, de que un tercio de las personas contratadas por Teck sean hoy mujeres y que tengan la expectativa de seguir creciendo en esa línea, porque son quienes dan vida a la industria minera y al resto de las actividades que animan a este desierto que está tan lleno de actividad y empuje y, también, de historia.
Les confieso que estoy conmocionado. Cuando me dijeron antes de pasar, que antes de la inauguración íbamos a ir a ver unas momias, dije: “No, no hay tiempo para ver momias. Tengo muchas cosas que hacer”. Me dijeron: “Vamos un rato”. Y la verdad es que agradezco mucho esos minutos de encuentro con la historia, porque poder compartir con 2.500 años de historia, a propósito de una faena minera, es realmente impresionante. La minería ha sido parte integral del desarrollo de esta región. De hecho, veíamos una momia de un niño de una cultura que ni siquiera podemos identificar, que tenía un pequeño juguete que estaba hecho seguramente de cobre revestido con oro. Entonces, pensar que hace 2.500 años se hacía también algún tipo de minería en esta zona y después poder imaginarse la vida cotidiana de estas personas que habitaron el lugar mucho antes que nosotros y sentirnos lo pequeño que somos, pero lo trascendente que es la tierra que nos acoge, es tremendamente emocionante.
Por eso quiero agradecer también la visión que se tuvo para poder rescatar eso, porque el rescate del patrimonio arqueológico no es obvio ni está dado. Me contaban un poco cómo se dio, disculpen que me extienda y me salgan del discurso, pero que, al principio para comenzar la faena, se hace un primer barrido de tierra que es más suave que el que se hace para entrar a —no sé cuál es la palabra precisa técnica— picar o para hacer las excavaciones que sean necesarias. Ahí la persona que conducía la retroexcavadora se dio cuenta que había algo distinto y se llama a las personas a cargo y se toma una decisión, la decisión de parar, de hablar con el Consejo de Monumentos Nacionales, de hacer la exploración, de traer a los arqueólogos y antropólogos y de rescatar este patrimonio tan profundamente valioso.
La verdad es que emociona, porque nos hace sentirnos parte de una cadena mucho más grande que nuestras experiencias vitales y que eso pueda estar conectado con la minería, me parece que es importante porque Chile es y seguirá siendo un país minero. Y la minería va cambiando y tenemos que adaptarnos, pero eso no significa dejar de hacer minería. Creo que lo que hemos visto acá hasta el momento lo ejemplifica muy bien.
Agradezco, también, las palabras de Amparo Cornejo, con quién nos hemos encontrado en muchas ocasiones y a Jonathan Price por su énfasis el valor del futuro que una obra como esta tiene y también por su optimismo. Cito algunas de sus frases: “We believe in Chile, I am very optimistic about the future”.
Y esto lo dice no solamente acá, sino que en medio de las malas noticias que publican tradicionalmente los diarios. Incluso apareció a quote from you today. Y marca un contraste muy grande con el pesimismo que muchas veces cunde entre nosotros, cuando tenemos muchas razones para estar optimistas. Esto lo decía ayer en la Cena Anual de la Sofofa, también en el encuentro de Enagro, que es paradójico que tenga que venir gente desde el Reino Unido, Canadá u otros lugares a decirnos lo valioso que tenemos en Chile. Estemos orgullosos no solamente de las posibilidades, sino del presente que tenemos.
Hay muchos desafíos, hay muchísimas cosas que mejorar sin lugar a dudas. Antes de venir acá, tuvimos un Gabinete Regional donde, por ejemplo, veíamos cómo hemos logrado, en comparación con el año pasado, disminuir los pasos ilegales, los pasos no autorizados por las zonas fronterizas o disminuir en cerca de un 20% los homicidios que se han generado en la región. Ahora, ¿significa que no hay homicidios? No. Significa que han disminuido y que tenemos que seguir trabajando duro.
Pero lo que quiero transmitirles es ese optimismo, que ese optimismo sea contagioso porque tenemos buenos motivos para tener esperanza de nuestra patria.
Necesitamos un futuro más verde y sustentable, necesitamos energías limpias y un nuevo modelo de desarrollo que deje atrás los combustibles fósiles y avance en electromovilidad. Para ello el litio y el cobre que Chile produce son esenciales, otra oportunidad. El mundo entero está avanzando por convicción, pero por necesidad también a un cambio en el modelo de desarrollo y a un cambio en su matriz energética. Y para ese cambio en su matriz energética, el cobre y el litio, también el hidrógeno verde y las energías renovables no convencionales son fundamentales. Chile las tiene y no tiene solamente la materia prima, tiene también el conocimiento y la experiencia. Vamos a generar cadenas de valor en torno a eso.
Entonces en la medida en que seamos capaces de ponernos de acuerdo, de transmitir esperanza, de estar todos detrás de un mismo objetivo más allá de las legítimas diferencias políticas contingentes que podamos tener, tenemos una tremenda oportunidad de dar un salto adelante.
Y eso lo expresaba en su discurso Jonathan. Quiero transmitírselos también, me alegra hoy también ver a parlamentarios de diferentes sensibilidades políticas, autoridades de diferentes sensibilidades políticas, a trabajadores y trabajadoras porque este es el espíritu que tenemos que transmitirle al resto de Chile.
Por eso, hoy estamos celebrando este hito, junto a todos y todas, la inauguración de la Fase 2 de Quebrada Blanca, que es la inversión más importante de Teck a nivel global y el mayor proyecto minero construido en Chile en los últimos años.
¿Por qué es significativa Quebrada Blanca 2? Porque no solamente va a permitir avanzar a Chile con nuestras metas de producción de cobre, sino también impulsa el crecimiento económico, genera miles de empleos, muchísimos de ellos empleos locales para Tarapacá, trae beneficios tangibles a la región y aporta desde esta zona a la transición energética mundial.
Cuando digan que no hay inversión, que está todo mal, que a la gente no le interesa invertir en Chile, los invito a que vengan a ver esto, que vengan a ver lo que se está haciendo acá. Me parece importante recordar que aquí también la Enami, donde está hoy Iván Mlynarz, vicepresidente, es socia de este proyecto con un 10% de participación, al igual que en el resto de operaciones de Teck Chile y, además, una empresa japonesa que, entiendo, tiene parte importante de la participación en Quebrada Blanca. También es un ejemplo Quebrada Blanca 2 de cómo se avanza hacia una minería más sostenible con el uso de agua desalinizada y energías renovables para su operación.
Y acá permítanme ponernos un desafío, a propósito de lo que acabamos de ver. Esto lo conté ayer, pero lo vuelvo a repetir acá. Otra región, la Región de Coquimbo vive una de las sequías más brutales que hemos visto hace mucho tiempo, a diferencia del resto del país en donde hubo lluvias que fueron revitalizadoras y, en algunos casos un poquito exageradas, pero en Coquimbo no llovió y tenemos una situación crítica. Por lo tanto, en la gira que hice a la Región de Coquimbo hace un par de semanas, antes del viaje a China, les preguntaba a las personas encargadas: “Bueno ¿cuándo vamos a poder tener una desaladora?”, y me decían: “Mire, quizás, el 2031”. Y acá nos dicen que se demoraron dos años y medio en tener la desaladora.
¿Por qué? ¿por qué nos vamos a demorar, desde este momento, en donde ya se han hecho los estudios, en donde ya se sabe la necesidad, nos vamos a demorar 8 años más en tener una desaladora para Coquimbo? Tenemos y podemos hacerlo mucho más rápido. Por lo tanto, este es un mensaje no solamente para la operación que estamos viendo acá, sino también a nivel nacional, podemos acelerar los plazos.
Estamos comprometidos y yo, personalmente, me lo tomo como un desafío de que este tipo de proyectos de infraestructura para el desarrollo los logremos sacar adelante antes de lo que nos dicen que se puede hacer. Siempre va a haber algunos que encuentren las excusas para no poder sacar adelante las cosas; no me gusta trabajar con esa gente. Quiero trabajar con quienes estemos buscando soluciones, siempre en el marco del respeto a la ley y a la probidad, pero que no se centren en los obstáculos, sino en cómo sortear esos obstáculos.
Lo mencioné ayer en el Encuentro Anual de la Industria que organiza la Sofofa y también en Enagro, Chile es visto en el mundo como un país enormemente atractivo y confiable para invertir, y para desarrollar proyectos que favorezcan a los chilenos, pero que, además, tengan sentido global. Así me lo han expresado empresas en China, en Europa, en Norteamérica, empresas como Teck que ven en nuestra patria un lugar desde el cual desplegar inversiones sostenibles de futuro.
Y cuando tenemos diferencias, porque las hemos tenido, no me cabe ninguna duda que con diálogo y con trabajo mancomunado, no enfrentándonos, vamos a lograr superar esas desavenencias y sacarlas adelante. Eso es lo que le expresaba a Jonathan Price recién, a propósito de la futura expansión de Teck, que queremos que se lleve a cabo y queremos que se lleve a cabo bien.
Mi Gobierno, quiero que sepan que trabaja día a día con visión estratégica para no dejar pasar esta oportunidad única que tiene nuestro país de forjar un desarrollo que incluya agregación de valor, conocimiento y más beneficios directos para su gente.
Por eso, por ejemplo, cuando hablamos de litio hablamos también del Instituto Nacional de Tecnologías Limpias o de la protección de salares. Estamos pensando en un modelo de desarrollo que sea integral, ya no estamos solamente para sacar mineral y exportarlo, queremos crear cadenas de valor, queremos crear transferencia tecnológica aquí en nuestra patria, queremos que el pueblo de Tarapacá y el pueblo de Chile se beneficien de la riqueza que se está generando. Veo que hay empresas que tienen y comparten esa visión. Por eso, me alegro de estar acá.
En Chile tenemos derecho a soñar en grande, tenemos todas las condiciones para robustecer nuestro liderazgo como país productor de cobre y energías renovables, y convertirnos en pioneros del litio, de la agricultura sostenible y del hidrógeno verde. Tenemos que avanzar con unidad para lograr aquello.
Ahora, ¿en qué estamos trabajando? y ¿cuál es la parte que le corresponde al Gobierno? Trabajamos para que las empresas puedan operar con estándares claros y procedimientos eficientes para que haya certeza. Por eso, aprobamos el Royalty Minero y nuestros equipos están trabajando para presentar proyectos de reforma a los permisos sectoriales y al Sistema de Evaluaciones Ambiental antes de que finalice este año.
Ayer lo mencionaba en estos foros a los que hacía referencia, el ministro Grau, aquí presente, tiene un tremendo desafío en donde mucha gente, incluso, dentro del mismo Gobierno, le ha dicho: “No, eso no se puede. No lo vas a lograr”, que es la reforma de los permisos sectoriales. Él es un obtuso en muchos sentidos, pero es bueno que sea obtuso también en este, en que va a sacar adelante la reforma de los permisos sectoriales que va a estar presentada durante este año y el criterio objetivo de esto es, por cierto, fortalecer la institucionalidad, pero racionalizar la lógica de los permisos y disminuir de manera significativa —esperamos que en cerca de un 30%— los plazos que hoy tienen en un cuello de botella a muchas inversiones.
Lo mismo la reforma que vamos a hacer al SEA, en la cual al Ministerio del Medio Ambiente le hemos impuesto un plazo ambicioso que tiene que estar presentada durante este año. Si no me equivoco se va a presentar por la Cámara porque por el Senado va la N°18.300, pero vamos a estar tramitando, al mismo tiempo, ambas leyes.
Estamos trabajando, también, para que proyectos como este, que aportan al empleo local, tengan mejores estándares medioambientales, sean, como los mismos directivos de Teck mencionaban, procesos de inserción con la comunidad, donde se nos recuerda que Chile necesita crecer, pero que ese crecimiento tiene sentido cuando es compartido. Sólo va a haber desarrollo cuando el crecimiento se traduzca en un bienestar efectivo para todas y para todos.
Como Gobierno quiero ser muy claro y categórico, estamos comprometidos con una agenda de crecimiento y la queremos sacar adelante, queremos que Chile vuelva a crecer. Hace mucho rato que llevamos con tasas de crecimiento más bajas de nuestro potencial, lo mismo en la productividad. Y, a la vez, no “pero”, queremos que ese crecimiento sea distribuido de una manera más justa, garantizando derechos sociales como salud o educación, superando las crisis que tenemos en algunos de esos aspectos, mejorando las listas de espera. Podemos, si nos lo proponemos, hacer ambas cosas.
Tenemos que asegurar y validar socialmente un modelo que avance con todos y todas en donde la riqueza que generan empresarios y trabajadores se reparta más equitativamente en las comunidades, en donde los proyectos cumplen e, incluso, elevan los estándares vigentes y se construyen junto a su entorno y no contra ese entorno. Creo que acá estamos en una muestra positiva, justamente, de ese espíritu.
Les agradezco nuevamente la invitación a compartir con ustedes este importante momento para la Región de Tarapacá, para la minería chilena. Había dudas de si yo debía venir o no, siempre cuando se ponen en las presentaciones al final es como uno ve la puesta de la escena, pero hay toda una preparación previa de discusión, de si vale la pena, de si es conveniente o no y me alegro de estar acá.
Creo que realmente vale la pena porque trabajar con el horizonte puesto en un futuro más sostenible es trabajar, en definitiva, por la continuidad de la vida sustentable en nuestra tierra. Y si en ese camino logramos que los chilenos y chilenas, y los habitantes de nuestra patria vivan mejor, vamos a estar a la altura de los desafíos de nuestra época.
Muchísimas gracias y es un honor estar con ustedes.
S.E. la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, Firma de Proyecto de Ley que crea la Región de Ñuble.