A continuación, el discurso del Presidente de la República, Gabriel Boric Font, en el evento “Invertir en Atención Primaria de Salud: la mejor y única opción para lograr la Cobertura Universal de Salud”:
Muchísimas gracias ministra Ximena Aguilera, muchísimas gracias a la OPS y a la OMS.
Para mí y para nosotros como Estado es realmente un honor poder estar en esta conferencia. Les confieso, seguramente muchos no lo saben, pero en Chile la independencia de nuestro país se celebra el 18 de septiembre y tenemos un feriado largo, 18 y 19 de septiembre, que es una gran fiesta nacional en donde hay muchas actividades y trabajo, por cierto. Pero es una gran fiesta y cuando vimos la coincidencia de horarios, le dije a la ministra que no iba a poder venir a la Asamblea General de la ONU este año porque nos topaba con las Fiestas Patrias, que son muy importantes. Y me habló de la importancia de este evento y de lo que se está haciendo en Atención Primaria de Salud y lo que estamos tratando de hacer como Gobierno, a veces, incluso luchando contra nuestras propias burocracias y me convenció de que era importante, que el compartir esta experiencia y la experiencia de Chile es relevante.
Les cuento que nos acompañan, además, otras ministras de nuestro país, la ministra de Ciencias, Tecnología, Innovación y Conocimiento, Aisén Etcheverry; la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas y la exministra y exdirectora de Fonasa, que es la salud pública en Chile, Jeannette Vega, que también cumple un rol destacado en la promoción de las políticas de salud a nivel nacional e internacional.
Tedros Adhanom Ghebreyesus y Jarbas Barbosa da Silva Jr., muchísimas gracias. Celebro mucho esta instancia, qué bueno que se dé continuidad a las conversaciones que tuvimos en la OMS y en Chile en su momento.
Estoy acá porque en nuestro país tenemos la convicción que la salud es un derecho fundamental de las personas y cuando decimos que es un derecho fundamental de las personas es que entendemos que hay ciertos espacios en la vida común que deben estar por fuera de las esferas del mercado y, por lo tanto, garantizarse por parte del Estado, independiente de la condición, ideas y, sobre todo, en este caso, poder adquisitivo de las personas. Sabemos que en eso estamos en la misma línea con lo que está promoviendo la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
Además, se marca en una tradición algo más larga. Hace 45 años, en la Declaración de Alma-Ata, se propuso sentar las bases de un sistema de salud para la humanidad, en esa época se pensaba en el 2000, y evitar las profundas unidades. Y en la declaración que se firmó el 2019 antes de la pandemia, se establecía muy ambiciosamente que, de aquí al 2030, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), estaba también el incorporar a la Salud Primaria a más de 1.000 millones de personas y reducir el gasto privado en salud para disminuir las iniquidades.
Sin embargo, la pandemia, como conversamos hoy en la mañana, nos dio un bofetón en la cara a todos, demostró o hizo evidente de alguna manera las profundas inequidades norte-sur y al interior de los países. Lo vimos, además, y lo conversamos con Tedros, el momento en que Estados Unidos había decidido retirar su aporte al presupuesto de la OMS -afortunadamente, la actual administración revirtió esa decisión- y, por lo tanto, fue más difícil aún lidiar con las consecuencias de la pandemia en ese momento a nivel global.
Y nos pusimos a competir en vez de colaborar. Creo que esa es una señal de advertencia porque pandemias va a haber más, seguro, y las pandemias no tienen nacionalidad, no respetan fronteras, tal como otros fenómenos que estamos abordando a nivel global como las crisis migratorias o la crisis climática.
Por lo tanto, estas instancias de cooperación entre países que somos tan distintos, con culturas tan diversas, se vuelve mucho más valiosa aún. Y por eso nosotros, desde Chile, lo destacamos y quisimos participar.
Permítanme contarles, voy a tratar de hacerlo breve. Quiero contarles brevemente parte de la tradición sanitaria de nuestro país. No me voy a remitir tan atrás, voy a ir a mediados del siglo XX, en donde creamos el Sistema Nacional de Salud que nos permitió evolucionar desde un sistema que estaba fragmentado y basado en la caridad, muy dependiente de iglesias o mutuales, al aseguramiento de proteger la salud de toda la población, considerando la salud como un derecho.
Esto fue en 1952, es un hito en la salud pública que se dio, además, con la convergencia de dos sectores políticos distintos y que es algo que en mi país creo que vale la pena destacar. En mi país hay muchas diferencias entre los sectores políticos, nosotros somos un gobierno de alianza entre la Izquierda y la Centroizquierda, sin embargo y pese a las profundas diferencias que tenemos con la Derecha política en nuestro país, tenemos también algunos consensos que nos permiten conversar, incluso con los expresidentes de diferente color político.
Y en los años 50 se dio también esta lógica, en donde dos médicos y ministros de Salubridad de distintos periodos, el doctor Eduardo Cruz Coke y el doctor Salvador Allende, que posteriormente sería presidente de la República, tuvieron la altura de miras y visión de Estado de poner el bienestar de Chile por delante y sentar las bases de un sistema de salud que alcanzó grandes logros para la época.
Esa tradición de aseguramiento global progresivo porque, por cierto, no quiero vender la idea de que Chile era un paraíso, Chile era un país pobre en los años 50, muy pobre, pero dentro de esa pobreza y dentro de esa humildad de niños caminando a pata pelada y de migración campo-ciudad, estábamos avanzando en la creación de un Sistema de Salud Universal que garantizara la salud como un derecho. Y eso era un avance progresivo, que se iba consolidando gobierno a gobierno, independiente de los cambios políticos que sucedieran.
Todo eso cambió, por supuesto, con el golpe de Estado de 1973 que echó abajo esa concepción porque, además de quebrar la democracia, instaló una revolución neoliberal en donde Chile fue centro del experimento de las ideas de Milton Friedman en su momento, que abarcó diferentes áreas de la economía y la sociedad. Las pensiones, el mercado laboral, la educación y, por cierto, también, la salud. Y ahí se impuso un sistema en donde básicamente, primero, no se construyeron hospitales durante toda la época de la dictadura y quedamos estancados en materia de infraestructura y, además, se segmentó el sistema según la capacidad de pago de las personas. Se entendió que esto, lo que nosotros hoy entendemos como derecho, era más bien fuentes susceptibles de negocio.
Ahora, cuando recuperamos la democracia en los años 90, todos los gobiernos han impulsado diferentes reformas para tratar de retomar la tradición anterior, pero sin necesariamente quebrar con lo que venía y ha sido un juego difícil, un malabarismo difícil, porque, además, no tenemos los votos para hacer todo lo que nos gustaría.
Así, por ejemplo, las Garantías Explícitas de Salud del presidente Lagos, el Chile Crece Contigo de la presidenta Bachelet o el exitoso Plan de Vacunación contra el COVID-19 impulsado por el gobierno del presidente Piñera, recientemente, son ejemplos de avanzar en la dirección en la que hoy hemos estado conversando.
Ahora, ¿qué nos ha permitido esto? Contar hoy con un modelo de atención primario que es cercano a las familias, basado en los consultorios y en la idea de la salud familiar preventiva, pero en donde estamos conscientes y sabemos que todavía no logramos instalar el cambio de paradigma que se requiere para que la Atención Primaria de Salud sea no solamente la ausencia de enfermedad, sino esta idea de bienestar y, por lo tanto, una visión preventiva.
Y en eso reconocemos que nos falta avanzar todavía y es un cambio que no es solamente de recursos, de poner más plata, es un cambio también cultural. Qué es lo que entendemos por la salud y cómo incorporamos también, por ejemplo, que es algo que nos importa mucho en el Gobierno, la noción de salud mental que no se ve, que no sangra, pero que duele igual y que es parte del bienestar al cual nuestros ciudadanos, creemos, tienen derecho.
¿Qué es lo que hemos hecho en nuestro Gobierno? Primero, establecimos un plan piloto para avanzar en un Plan de Atención de Salud Primaria Universal, el cual partió desarrollándose en 7 comunas y ahora estamos en una discusión en que queremos, por supuesto, escalarlo y llegar al máximo. En Chile hay 346 comunas, son las subdivisiones administrativas. Partimos con 7, que es poco, este año vamos a escalar, estamos discutiendo a cuántas, pero la idea es llegar ojalá a la mitad de las comunas de Chile con el Plan Universal de Atención Primaria de Salud al fin de nuestro Gobierno.
Esto significó una puesta inicial de $7.350 millones, que son del orden de los US$9 millones, el cual fue transferido directamente a las comunas pioneras en esto y estamos, insisto, viendo cómo escalarlo.
Ahora, también implementamos, de manera administrativa, la gratuidad total en el Sistema Público de Salud y eso ha sido algo muy bien recibido porque en el Sistema Público de Salud tenemos problemas, también en particular, respecto a las listas de espera. Pero, incluso en el Sistema Público, esta idea de segregación casi perfecta según la capacidad de pago, también se aplicaba porque existía un copago para ciertos sectores de la población. Y lo que hicimos nosotros fue eliminar ese copago y, por lo tanto, hoy la atención de salud en la Red Pública es totalmente gratuita y eso ha permitido que, -entiendo, es el indicador principal con el cual se mide el avance- disminuir el gasto per cápita de bolsillo de las familias.
Ahora tenemos desafíos en mejorar en eficacia y eficiencia, cómo implementar, por cierto, la telemedicina, mejorar la gestión del stock y del flujo de las listas de espera. Pero estamos trabajando en esa línea y creemos que vamos en una buena dirección.
Esto significó un ahorro de cerca de US$113 millones para las familias chilenas en un solo año, que es el año que llevamos de implementación del copago.
Termino diciendo que estamos orgullosos de lo que hemos avanzado, nos gustaría ir mucho más rápido, a veces nos gustaría que los cambios estructurales fueran más rápidos, pero sabemos que para no desbarrancarse hay que avanzar lento y que en democracia para poder consolidar los cambios que son estructurales, se requieren mayorías importantes que sean sostenibles en el tiempo.
Por eso, estamos impulsando paralelamente un Pacto Fiscal que implica nuevos recursos y mayor eficiencia en el gasto para poder seguir financiando, de manera estable en el tiempo y responsable, para que no sea solamente imprimir billetes y sabemos las consecuencias que eso tiene en el tiempo, este retomar la línea de la vieja tradición y que hoy está muy en línea con los desafíos que ha planteado la OMS y la OPS del aseguramiento de la salud como un derecho, en particular la Atención Universal de la Salud Primaria.
Es cuánto puedo contarles de mi país, resumidamente, y muchísimas gracias por estar acá y poder compartir con nosotros vuestras experiencias.
S.E. la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, Firma de Proyecto de Ley que crea la Región de Ñuble.