Presidente Piñera promulga Ley Aula Segura

19 DIC. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto a la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, promulga la Ley de Aula Segura. 

Muy buenos días:
 
Señora ministra, señores diputados, señor director, señor alcalde, no solamente a Rodrigo, sino que también a Felipe -que jugaron un rol muy clave y muy importante en esta ley tan urgente y tan necesaria para Chile- señores y señoras subsecretarias, pero especialmente quiero dirigirme a la comunidad escolar.
 
Gabriela Mistral, que no solamente fue Premio Nobel de Literatura, sino que fue una gran profesora, y que escribió mucho sobre la educación, y que fue directora, dijo que “el prestigio, la calidad, el futuro de una escuela, era responsabilidad de toda la comunidad escolar”. Y agregó que “el peor enemigo de la educación era el temor”. Y por eso decía que “el peor profesor, es el profesor que vive con miedo”.
 
Y recuerdo estas palabras porque creo que son muy relevantes para esta ley.
 
¿Qué es lo que busca esta ley?  Algo muy simple.  La educación es la madre de todas las batallas, lo sabemos todos, si no ganamos la batalla de la educación todas las demás batallas están perdidas. Y si ganamos la batalla de la educación, se nos abre un camino de progreso y de bienestar para todos y cada uno de nuestros compatriotas.
 
Pero sin duda que para ganar la batalla de la educación, hay que restablecer ciertos valores y ciertos principios básicos, que hoy día, desgraciadamente, se ven vulnerados con demasiada frecuencia y con demasiada impunidad.
 
El debate democrático que queremos en nuestro país y, sobre todo, el debate que queremos en nuestras aulas, es un debate de ideas, de propuestas, de proyectos, y no un debate de violencia, de bombas molotov, de bencina o de todo aquello que es la antítesis de lo que significa una verdadera educación libre.
 
El que quiera hablar de educación, bienvenido, a rostro descubierto y en forma pacífica. Los que quieran hacerlo encapuchados y con bombas molotov, no tienen ningún espacio en nuestro sistema educacional.
 
Y a eso apunta la Ley “Aula Segura”, a lograr restablecer la seguridad en el aula, para defender los derechos de las personas que son el alma y el corazón de la comunidad escolar. Nuestro Gobierno está, y va a estar siempre, con los profesores que quieren enseñar; con los alumnos que quieren aprender; con los padres y apoderados que quieren ver a sus hijos progresar; y va a combatir siempre, y con mucha fuerza, a los que quieren, con violencia, bombas molotov, overoles blancos o cualquier otro medio de violencia, venir a destruir lo que es nuestra comunidad escolar.
 
Y quiero decirlo con pena, que han tenido bastante éxito en su tarea, porque a quién no le duele que los Liceos Emblemáticos de nuestro país, que eran un ejemplo de calidad, un ejemplo aspiracional, hoy día ya no están en los primeros lugares.
 
Todo eso, en parte, se debe a que se fue incubando este clima de violencia, de tolerancia a la violencia y de considerar que esto era parte del paisaje. 
 
No señoras, no señores: la violencia no es parte y nunca va a ser parte, ni de la comunidad escolar, ni de la democracia que queremos construir.
 
Y la ley lo que hace es algo muy simple: tipificar conductas, que van mucho más allá de una indisciplina o una falta al orden como, por ejemplo, tener armas o medios que puedan causar daño a la comunidad escolar, a los profesores, a los auxiliares, a todo el mundo que le da alma y vida al mundo de la educación. O cuando comprometen o agreden física o psíquicamente a miembros de esa comunidad escolar. 
 
En esos casos se va a aplicar la Ley “Aula Segura”, que lo que busca es dar un plazo breve -porque las soluciones tienen que ser oportunas- para que el director del colegio pueda iniciar, o deba iniciar un proceso sancionatorio. Y, además, ministra, vino vestida de blanco, pero no de overol blanco.
 
Pero lo más importante es que aquí se busca compatibilizar derechos.  En primer lugar, el derecho de la comunidad escolar a estar seguro y no exponiendo su integridad física o incluso sus propias vidas. Una bomba molotov tirada dentro de un colegio, le puede causar la muerte a alumnos, a auxiliares, a profesores.  Una bomba molotov tirada dentro de la dirección, o en las oficinas de la dirección de un colegio, puede significar también pérdidas de vida o destrucción de patrimonio que con tanto esfuerzo hemos construido.
 
Y por eso lo que busca esta ley es compatibilizar cuatro grandes derechos: el derecho a todos los miembros de la comunidad escolar a poder estar en un ambiente seguro; segundo, el derecho a los estudiantes a estudiar y no que una minoría les arrebate ese derecho en forma matonesca y violenta; tercero, el derecho de los padres y los apoderados de saber que sus hijos, cuando van al colegio van a poder cumplir su jornada escolar y no con la permanente incertidumbre de que están expuestos a la violencia o que en cualquier minuto las clases se suspenden; y cuarto, el derecho de las personas sancionadas a tener una debida defensa y un debido proceso.
 
Esos cuatro elementos están bien compatibilizados, bien armonizados en la ley.
 
Y quiero felicitar muy sinceramente a la ministra de Educación, Marcela Cubillos, al subsecretario y a todos los que hicieron posible sacar una buena Ley de “Aula Segura” en nuestro país.
 
Y agradecer también el firme testimonio de algunos alcaldes, como Felipe Alessandri, como Rodrigo que está de dueño de casa en este instante, que siempre tuvieron la película clara y que no se dejaron quebrar ni por las amenazas ni por la violencia.
 
Y, por supuesto, agradecer -y muy sinceramente- a los senadores, porque en algún momento esta ley estuvo a punto de naufragar por la intransigencia, la incomprensión de algunos, pero primó el sentido común, primó el interés de Chile, primó la cordura, y tenemos hoy día la gran oportunidad de promulgar una muy buena Ley de Aula Segura.
 
Y quiero terminar diciendo que, en los desafíos que tenemos en materia de educación por delante, son formidables. Todos sabemos que o hacemos una gran reforma a la calidad de la educación en nuestro país o nuestra meta de ser un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades para que todos desarrollen sus talentos, con seguridades para que todos vivan una vida con dignidad, se va a ver seriamente comprometida.
 
Y en Chile se han hecho muchas reformas educacionales. Curiosamente, después de más de 30 años de estancamiento en la calidad de la educación, la más importante de todas, todavía no se hace. Y ésa es la gran misión que quiere cumplir nuestro Gobierno, que es mejorar la calidad de la educación en todos los niveles, en todos los niveles.
 
Y muy especialmente en la educación temprana, porque ahí podemos, además de mejorar la calidad de la educación, hacer algo ética y moralmente, absolutamente necesario, que es nivelar la cancha, igualar las oportunidades. Y en la educación técnico-profesional, porque el mundo del futuro necesita más y mejores técnicos y profesionales.
 
Y en esa tarea el Gobierno está comprometido en cuerpo y alma cien por ciento, todos los días.
 
Y ésa es la gran misión, ministra, que usted está liderando y encabezando y para la cual cuenta no solamente con el apoyo del Gobierno y del Presidente, usted lo sabe, cuenta con el apoyo de todas y todos los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestro país, y especialmente de los padres que lo que más quieren es que sus hijos tengan una vida mejor, con más oportunidades que las que pudimos tener sus padres.
 
Y, finalmente, un homenaje a los profesores. Yo soy un agradecido de los profesores, porque muchos profesores cambiaron mi vida. Recuerdo a mi profesor de historia, que me enseñó el amor por la historia, que me acompaña hasta el día de hoy; el profesor de literatura, que me enseñó el amor por la literatura; o el profesor de matemática que me enseñó el amor por la matemática, por la ciencia. Cambiaron mi vida y también hubo un profesor que les cambió la vida a muchos de ustedes, que me enseñó el amor por el servicio público. Espero que haya hecho una buena tarea.
 
Pero termino diciendo, aquí hay unos pocos enemigos de la educación de calidad, basada en el respeto, en las ideas, en la convivencia y que quieren imponer un régimen de terror. Son pocos, pero por Dios que son poderosos.
 
Y yo les digo desde aquí, no van a prevalecer, no nos van a quebrar la mano, no queremos a los violentistas en nuestras aulas ni en ningún rincón de nuestro país. Y sí queremos, sí queremos la participación de todos los que quieran hacerlo respetando las normas del Estado de Derecho, en forma pacífica y de buena voluntad, porque el Chile y la democracia la construimos entre todos, y especialmente en un mundo tan sensible, tan amplio, tan diverso, tan maravilloso, como es el mundo de la educación.
 
Así que, ministra, tiene una gran tarea por delante, y sepa que va a contar siempre -como se lo acabo de decir- con el apoyo del Gobierno, de este Presidente, pero sobre todo de los niños, de las niñas, de los padres, de los apoderados y de los profesores de nuestro país.
 
Muchas gracias.