Presidente Piñera da discurso ante Conferencia General de la UNESCO

8 OCT. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, se presenta ante la Conferencia General de la UNESCO.

Vivimos en tiempos fascinantes, el mundo moderno es un mundo muy distinto al que conocimos en el siglo que ya terminó. El siglo XX fue un siglo corto desde el punto de vista histórico, y normal desde un punto de vista cronológico, porque los siglos históricos no siempre coinciden con los siglos cronológicos.
 
El siglo XX, nuestro siglo XX, comenzó el año 1917, durante la I Guerra Mundial, la Revolución de Octubre, y empezó a surgir ese mundo que conocimos, con dos grandes potencias que se enfrentaron en todos los terrenos: militar, político, económico. Y fue un siglo de grandes contrastes: conocimos experiencias, experimentos sociales que significaron mucho sufrimiento y muchos muertos, como nunca antes en la historia del mundo como, por ejemplo, el nazismo o el comunismo.
 
Pero también fue un siglo de grandes descubrimientos tecnológicos: llegamos al fondo del mar, llegamos a la Luna, un general americano dijo que “habíamos descubierto los secretos del átomo, pero habíamos olvidado el sermón de la montaña”.
 
Pero eso es historia. Estamos en un siglo nuevo, este siglo XXI. Algunos pensaron que era el fin de la historia, pensando que el mundo había llegado a una convergencia en torno a la democracia tradicional, a la economía social de mercado y que la historia se detenía.  Estaban muy equivocados.  La historia no se va a detener nunca, mientras existan hombres y mujeres libres para seguir creando esa historia.
 
Pero yo querría solamente dirigirme a ustedes con tres mensajes:
 
Primero, en estos tiempos modernos enfrentamos formidables riesgos, amenazas, como el calentamiento global, como el terrorismo, pero también tenemos formidables aliados e instrumentos, y entre ellos está lo que está en el corazón de la UNESCO: la educación, la ciencia y la cultura.
 
El principal peligro de este siglo nuevo, que cambia a la velocidad del rayo, es la obsolescencia.
 
Y, por lo tanto, hoy día que estamos viviendo esta nueva Sociedad del Conocimiento y la Información, esta cuarta Revolución Tecnológica, más fuerte, más amplia y más profunda que las tres anteriores. Tenemos muchas oportunidades, formidables oportunidades, pero también grandes riesgos, inmensos riesgos.
 
Y yo creo que lo que hace UNESCO es algo inspirador y esperanzador para enfrentar estos desafíos con inteligencia, con sabiduría.
 
Víctor Hugo, ese gran pensador francés dijo una vez que “cada vez que se abre una escuela, se cierra una cárcel”.
 
Y, por tanto, quiero partir por educación.
 
Todos sabemos que una buena educación abre un mundo de oportunidades y que una mala educación conduce a un mundo de frustraciones.
 
Y, por tanto, el desafío de la educación, que es algo mucho más complejo que simplemente aprender a memorizar, está en el corazón de los desafíos de la humanidad.
 
Esta Sociedad del Conocimiento y la Información ha demostrado ser generosa con los países que la toman, la abrazan, pero cruel con los países que simplemente la dejan pasar.
 
Y por esa razón, mejorar la calidad de la educación está en el corazón del desafío de muchos de los países que conformamos la UNESCO.
 
En nuestro país se han hecho muchas reformas en educación, pero la más importante está todavía pendiente. Hay un informe del Banco Mundial, que vamos a conocer la próxima semana, que va a establecer una evaluación, un ranking de dónde están los países en materia educacional, y América Latina no va a estar bien ubicada en ese ranking.
 
Y por esa razón nuestros principales desafíos como Gobierno, en materia educacional, son cuatro:
 
Primero, mejorar la calidad de la educación en todos los niveles; segundo, aumentar la cobertura en la educación temprana, porque es ahí donde podemos hacer la diferencia, crear igualdad de oportunidades, cerrar las brechas que vienen desde los hogares y, por tanto, tener una sociedad más inclusiva, con más movilidad, más justa y con mayor igualdad de oportunidades; el tercer desafío es darle importancia a la educación técnico-profesional, que se ha quedado rezagada en nuestro país con respecto a la educación científico-humanística; y, finalmente, antes nosotros estudiábamos 20 años de nuestras vidas y después aplicábamos lo que habíamos aprendido.  Ese mundo se acabó.  Hoy día hay que estudiar el 20% de nuestro tiempo, todos los días, porque la educación es un proceso permanente.
 
Esos son los cuatro grandes desafíos que tiene que ver con mejorar la capacitación de nuestra fuerza de trabajo, para que nuestros trabajadores también sean ciudadanos de la Sociedad del Conocimiento y la Información.
 
Eso es en el mundo de la educación, corazón de esta UNESCO.
 
Lo segundo, es el mundo de la ciencia y la tecnología. Sin duda que la ciencia y la tecnología son formidables aliados, amigos, para enfrentar los grandes desafíos de este siglo. Sin ciencia y tecnología nunca le vamos a ganar la batalla al calentamiento global o al cambio climático; sin ciencia y tecnología nunca le vamos a ganar la batalla a la pobreza que existe en el mundo entero.
 
Y, finalmente, la cultura, porque sin cultura la vida pierde sentido.
 
Hay una historia que cuenta que un hombre va y se encuentra con un mendigo que le pide una ayuda, y el hombre, que era muy afortunado, le entrega dos monedas, y poco después se encuentra ese mendigo y le pregunta ¿qué hiciste con las dos monedas que te regalé?  Y el mendigo dice “con la primera compré pan para tener con qué vivir; y con la segunda compré una flor, para tener por qué vivir”.
 
Y, por tanto, la cultura es lo que le da el sentido a la vida. 
 
Y, por tanto, termino mis palabras diciendo que, en este mundo moderno, lleno de oportunidades, lleno de riesgos, fascinante, nunca antes la humanidad había enfrentado tantas oportunidades y, al mismo tiempo, tantos riesgos como hoy día. La educación, la ciencia y la cultura son elementos fundamentales que sirven para saber cómo hacer las cosas y también para saber por qué hacemos las cosas.
 
Por eso, quiero felicitar la labor que hace UNESCO y en la persona de su directora general, decirle que el mundo necesita más aporte, más contribución de la UNESCO. Porque, al fin y al cabo, el único recurso verdaderamente infinito y renovable que tenemos está en desatar las fuerzas de la libertad de los seres humanos, la fuerza de la imaginación, de la creatividad, de la innovación, del emprendimiento. Y ahí está UNESCO muy profundamente comprometida.
 
Así que, Audrey, muchas gracias por esta invitación y los dejo seguir trabajando, porque el mundo los necesita.
 
Muchas gracias por su trabajo.